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Corpus Christi de Valladolid



El Corpus Christi es una de las principales celebraciones católicas de la ciudad de Valladolid. Si bien su celebración siempre ha estado a la sombra del esplendor de las procesiones de Semana Santa en la ciudad, ha sabido tomar de éstas la solemnidad y elegancia que las caracteriza, lo cual, unido a la belleza de la custodia procesional de Juan de Arfe, ha hecho de esta una de las celebraciones religiosas de referencia. Así, decía en 1955 Narciso Alonso Cortés que:

No se sabe ciertamente cuándo empezó esta celebración en la ciudad, pero ya en el último tercio del siglo XVI, el poeta Dámaso de Frías en su Diálogo en alabança de Valladolid, destaca la magnificencia que por aquel entonces tenía la procesión del Corpus. Elementos populares, como gigantes representando las partes del mundo, o las danzas, se mezcablan con los autos sacramentales, representandos en carros triunfales, que adquirieron gran importancia en la ciudad con la estancia de Lope de Rueda entre 1551 y 1559.

Al igual que la Semana Santa, la celebración se benefició, a principios del siglo XVII, con el establecimiento de la Corte del Imperio Español en Valladolid. Pinheiro da Vega en la Fastiginia habla de 600 frailes y 300 clérigos en torno a la figura del Monarca, Felipe IV.

En el siglo XVIII, los Gremios, que financiaban la fiesta, comenzarán a solicitar que se reduzcan los gastos, lo que conlleva la prohibición de los autos sacramentales en 1765. La mentalidad ilustrada de finales de siglo intentará cambiar la esencia de la fiesta.

Durante el siglo XIX, la celebración del Corpus seguirá manteniendo sus raíces históricas. El Edicto de Provisorato recogía la convocatoria de la Procesión, las normas para su organización y desarrollo, recorrido y horarios y planta del cortejo, ordenando la procesión por la antigüedad de las parroquias, junto con las cofradías y asociaciones, con una gran comitiva y acompañando junto a la Custodia, diversas imágenes. Será en 1925 el último año en el que salgan imágenes en procesión, iniciándose un declive en el protocolo e institucionalización de esta procesión, curiosamente mientras la Semana Santa resurge potente en la ciudad, con su reorganización y la creación de nuevas Cofradías.

En las últimas décadas, la procesión ha estado organizada por la Adoración Nocturna de Valladolid. Recientemente, la Junta de Cofradías de Semana Santa coorganiza la procesión, lo que ha contribuido a reconstruir, poco a poco, los rasgos históricos de esta celebración.

En 2014 tuvo lugar la recuperación de la tradición de los autos sacramentales, con la representación de La Universal Redención de Pedro Calderón de la Barca, el sábado previo a Pentecostés, quince días antes de la celebración del Corpus. Auspiciado por la Cofradía de la Sagrada Cena, tuvo lugar en su sede, la Iglesia de San Pedro, con un montaje especialmente acondicionado e integrado en el altar de la iglesia. Todas estas representaciones han sido posibles por el trabajo desinteresado y el buen hacer del Grupo de teatro RAKATAKLÁ de Valladolid, destacamos la labor de investigación que Mª de Gracia Herguedas Torres, (Directora del grupo), esta realizando sobre los Autos Sacramentales[1]

Se realiza durante los tres días previos a la celebración del Corpus, por la tarde en la Catedral, organizado por la Adoración Nocturna y la Cofradía de la Sagrada Cena.

La tarde antes del Corpus y tras la celebración de la misa del Tríduo en la Catedral, tiene lugar la exposición y bendición con el Santísimo. Acto seguido, se procede a la Exaltación de la Eucaristía, pregón literario a cargo de un religioso, escritor, historiador o periodista vinculado a la celebración.

En los últimos años han realizado la Exaltación:

Tiene lugar la noche antes del día del Corpus, en la Catedral, organizada por la Adoración Nocturna.

En 2016 tuvo lugar durante toda la noche en el Santuario Nacional de la Gran Promesa.

Valladolid celebra el Corpus, de acuerdo con el calendario litúrgico español, el domingo de la novena semana después del Domingo de Resurrección. La jornada comienza con la celebración de la Eucaristía a las 11 de la mañana en la Catedral, presidida por el Señor Arzobispo y el Cabildo Catedralicio, iniciándose la procesión desde su interior a las doce del mediodía. La procesión atraviesa el casco histórico de la ciudad, regresando en torno a las dos y media de vuelta al templo. El Santísimo queda expuesto ininterrumpidamente hasta las siete de la tarde, en que se celebran Vísperas y reserva.

La procesión se inicia y concluye en la S. I. Catedral, discurriendo por las calles del casco histórico y pasando por la Plaza Mayor. A lo largo del recorrido se disponen altares instalados por cofradías, penitenciales o de gloria.

Año 2013, diecisiete altares con la siguiente distribución:

Años 2014 y 2015, veinte altares con la siguiente distribución:

Además de los altares, el paso de La Sagrada Cena, dado que por sus dimensiones no puede subir el atrio de la Catedral, fue instalado hasta el inicio de la procesión junto a éste, como un provisional altar, custodiado con ciriales.

La Custodia con el Santísimo es el elemento principal de la Procesión. Fue realizada en plata por Juan de Arfe (1587-1590) para la Catedral de Valladolid, en cuyo Museo se conserva. Recibe el nombre de de Adán y Eva en el Jardín del Edén, pues en su base se representa tal escena.

En 1587, Arfe regresaba a Valladolid procedente de Sevilla, fundando una escuela de orfebrería en la ciudad, donde ejercerá con un gran número de aprendices y oficiales, entre los que destaca Juan de Benavente. La Custodia supone una síntesis de las previas de Ávila y Sevilla y la transición de la platería castellana desde el Manierismo clasicista a los inicio del Barroco. Representa una obra de madurez mucho más depurada que las anteriores, en la que las formas arquitéctonicas adquirien mayor supremacía sobre los elementos figurativos ornamentales.

La Custodia adopta una forma de torre campanario de cuatro cuerpos en la que se alternan plantas hexagonales y circulares. Tales cuerpos presentan los siguientes órdenes (de abajo a arriba): jónico, corintio, compuesto y toscano. Se dispone sobre un amplio basamento con dos zócalos superpuestos, con acompañamiento de pequeñas figuras de querubines, floreros angulares y faroles, todo ello también en plata, que son posteriores y no se deben al autor.



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