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Cráneo de Florisbad




El cráneo de Florisbad es un cráneo humano fosilizado, perteneciente según algunos autores a la especie Homo helmei, que fue descubierto en 1932 por el profesor Thomas Dreyer en el sitio de Florisbad, a unos 50 km de Bloemfontein, Sudáfrica.[1]​ El fósil conserva el lado derecho de la cara, la mayor parte de la frente y parte de la bóveda superior y las paredes laterales. Junto al cráneo se encontró una muela del juicio, que en 1996 fue datada en 259 000 años antes del presente a partir de dos muestras de esmalte.[2]

Dreyer lo describió como Homo helmei para enfatizar sus diferencias tanto con los fósiles de Homo sapiens, como con los de otras especies de Homo.[1][3]​ Posteriormente fue clasificado como H. sapiens arcaicus o asignado a Homo heidelbergensis o a su contraparte africana Homo rhodesiensis. En realidad, el cráneo de Florisbad, presenta una forma intermedia entre H. heidelbergensis u H. rhodesiensis y H. sapiens: Günter Braüer propuso un marco para estudiar la evolución hasta H. sapiens en África, con dos fases reconocibles, la primera representada por los cráneo de Kabwe (prototipo H. rhodesiensis) y Elandsfontein (cerca de Saldanha) y algunos otros especímenes de África oriental, en tanto que la siguiente fase estaría representada por el cráneo Florisbad.[4]

En 2020, un estudio de su morfología neurocraneal encontró que la curvatura de la escama frontal está definitivamente dentro de la variación humana moderna, aunque la fosa craneal anterior es muy amplia, comparable a la de los neandertales. Por el contrario, el lóbulo parietal y las redes vasculares son más similares a la morfología observada en especies humanas más arcaicas, como Homo heidelbergensis. Según estos resultados, podría representar una población muy temprana de Homo sapiens o a un grupo extinto perteneciente a otro linaje humano paralelo.[5]

Robert Foley y Martha Mirazón Lahr consideraron que H. helmei estaba asociado al origen y a la difusión desde África de las primeras tecnologías desarrolladas por los humanos modernos.[6]​ Sally McBrearty y Alison Brooks estudiaron la relación entre la aparición del moderno comportamiento humano y el grupo de nueve fósiles, en que incluyeron el cráneo de Florisbad, grupo designaron como H. helmei.[7]

Más recientemente, Philp Rightmire clasificó los fósiles africanos de Bodo, Elandsfontein, Ndutu, Omo 2 y el de Broken Hill en un grupo diferenciado de otro, del que haría parte el cráneo de Florisbad, junto con LH 18 (Ngaloba, en Laetoli), KNM-ER 3884 y Omo 1,[8]​ grupo este último, que representaría la población antecedente inmediata de los primeros H. sapiens. También se considera que presentan morfología similar al cráneo de Florisbad, los especímenes de Djebel Irhoud.[9]




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