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Cruising (sexo)



El cruising o cancaneo, en el contexto LGBT, es la práctica de buscar una pareja sexual caminando o conduciendo por un lugar público, por lo general de manera anónima, ocasional y para una sola vez.[1][2]​ El término a veces también se utiliza para referirse a encontrar sexo casual a través de un sitio de Internet o un servicio telefónico.[3][4]

El cancaneo homosexual es un fenómeno muy antiguo, existen registros históricos de que esta práctica ya se realizaba en la antigua Roma. Los baños públicos son mencionados como lugares para encontrar compañeros sexuales.[5]Juvenal señala que allí los hombres se rascaban la cabeza con un dedo para identificarse ante los demás. También se cita que había hombres que buscaban marineros en las proximidades del distrito cercano al Tíber.[6]

La historia del cancaneo está poco documentada. Entre los primeros testimonios escritos de lugares de encuentro al aire libre para homosexuales se encuentran los relatados en el texto del escritor italiano Paolo Valera Milano Sconosciuta de 1879. Alberto Costa en 1889 describe en el texto Reptiles Humanos un lugar de cancaneo en Florencia (Italia) en estos términos:

Según el historiador y escritor Tim Blanning, el término tiene su origen en el equivalente holandés kruisen.[7]

El término cruising se acuñó en los años 1970 en EE. UU. y hacía referencia a un bar gay, el Booze 'n' Cruise, situado en la Ruta 66 en Albuquerque (Nuevo México). La palabra empezó a utilizarse como un código críptico en el argot gay inglés para poder hablar con otro homosexual de forma discreta (ya que la palabra originalmente significa atravesar caminando, patrullar, surcar) sin identificarse como gay ante los heterosexuales.

Actualmente el uso de la palabra cruising se ha extendido más allá del mundo anglosajón. En un contexto específicamente sexual, el término "cruising" originalmente surgió como una "palabra clave" en el argot gay, por el cual aquellos que lo "saben" entenderían la intención sexual del hablante, mientras que la mayoría de los heterosexuales, al oír la misma palabra en el mismo contexto, lo entenderían en el sentido no sexual más común (y, presumiblemente, menos amenazante) de la palabra. Esto sirvió (y en algunos contextos, todavía sirve) como una mecanismo de protección sociolingüística para los hombres homosexuales que se reconocen entre sí, y para no ser reconocido por aquellos que deseen hacerles daño en las sociedades que destacan por su homofobia.

En la segunda mitad del siglo XX, la despenalización de la conducta homosexual se convirtió en la norma en los países de habla inglesa. La barrera protectora una vez proporcionada por el término "cruising", como una "palabra clave", por tanto, en gran medida ha desparecido. Así, el significado específicamente sexual del término ha pasado a ser de uso común para incluir el comportamiento sexual de las personas heterosexuales también.

Funcionarios de salud pública han señalado que las ubicaciones de cruising son frecuentadas por los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, pero no se identifican con ser homosexuales o bisexuales, pueden estar casados, o mantener relaciones con mujeres.[8]

Las áreas de servicio y los bordes de las carreteras son lugares notorios de citas homosexuales, a veces representados en ficciones de una manera humorística o escabrosa. En 1974, a raíz de Laud Humphreys, el antropólogo Richard R. Troiden publicó un estudio realizado en un área de descanso llamado: Homosexual Encounters in a Highway Rest Stop. A diferencia de Humphreys, Troiden señala que las prácticas sexuales suelen ir acompañadas de gestos de afecto e intercambios verbales, lo que lo llevará a rechazar el término “sexo impersonal en lugares impersonales”.[9]

Las piscinas, las saunas y los baños públicos forman lugares privilegiados "semipúblicos" para encuentros homosexuales masculinos y para socializar.

Un primer estudio científico realizado sobre el tema lo llevó a cabo al estadounidense Joseph Styles, él mismo homosexual, que decidió dedicarse sexualmente a su campo de investigación.

En la década de 1920 en París, las piscinas, los baños de vapor y los baños turcos eran famosos lugares de reunión gay. El historiador del anarquismo Daniel Guérin diceː

En las grandes ciudades, los parques públicos suelen ser los principales lugares de reuniones y prácticas homosexuales masculinas debido a la relativa intimidad y el escondite que supone el arbolado.

Las playas aisladas, a menudo naturistas, pueden ser lugares para citas homosexuales masculinas.

El escritor francés Emmanuel Jaurand sugiere que las playas gay funcionan como lo contrario a las playas familiares y de las tradicionales actividades de ocio junto al mar: el mar y el baño quedan así abandonados en favor de las dunas, donde se desarrollan las relaciones sexuales.

En España, existen multitud de playas naturistas con zonas salvajes donde esta práctica es muy habitual. Las dunas de Maspalomas (Gran Canaria), por ejemplo, es un lugar de encuentro para hombres homosexuales de fama mundial.

En Estados Unidos, el término "cruising" se utiliza sobre todo para denotar un comportamiento exclusivamente homosexual, pero en Australia y el Reino Unido es utilizado tanto por los homosexuales y los heterosexuales para describir su propia conducta, como se vio en la frase común heterosexual cruising for chicks ("salir a buscar ligue con chicas").[11][12][13]​ En España su uso está muy extendido en las principales ciudades españolas para definir los encuentros entre hombres que se producen en lugares conocidos destinados a ello.[14]



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