La Cruzada Infantil o Cruzada de los Niños fueron un conjunto de ocho acontecimientos reales y ficticios sucedidos en 1212, tras las visiones de un muchacho alemán o francés. Los niños marchan hacia el sur de Italia. La venta de niños como esclavos estaba permitida. Existen muchos testimonios contradictorios, y los hechos reales son todavía objeto de debate entre los historiadores.
La versión tradicional de la Cruzada Infantil comprende acontecimientos con referencias similares. Un niño dice haber sido visitado por Jesucristo, quien le ordena escribir de su puño y letra unas cartas que debe entregar al rey francés en las que se afirma que éste debe dirigir una nueva cruzada para recuperar Jerusalén. El niño entrega las cartas y se vuelve a su pueblo. El rey se toma a broma esas cartas.
El niño recibe una segunda visita de Jesucristo, que ahora le encomienda liderar él mismo una cruzada hecha por niños hacia Jerusalén, que caerá en manos cristianas por la pureza y bondad de sus almas. Le dicen también que no debe temer por el mar, ya que se abrirá como ya ocurrió con Moisés.
Al mismo tiempo, un niño alemán asegura que también ha sido mandado por Jesucristo en la misma empresa y reúne a un número bastante menor de niños alemanes.
De 20 000 a 30 000 niños se les unen y marchan hacia Niza, en el sur de Francia. En su camino pasan por ciudades y pueblos, y arrasan con la comida que encuentran. Más de la mitad de los niños deserta y los otros mueren de hambre.
Finalmente llegan a Niza menos de 2000 niños y 200 adultos. Para que se abra el mar, pasan dos semanas rezando desde que sale el sol hasta que se oculta; sin embargo no ocurre nada. Dos mercaderes les ofrecen siete barcos para cruzar el mar hasta Tierra Santa. Los niños suben a bordo de los barcos y zarpan. En Cerdeña se hunden dos barcos. Los otros cinco llegan a Alejandría, en Egipto, donde los 2000 niños son vendidos como esclavos por los dos mercaderes que les habían prestado los barcos. Ese es el fin de la Cruzada.
Según algunos historiadores,[cita requerida] no se trataba de niños sino de personas ya adultas. Otros[cita requerida] indican que un niño francés llegó a adulto y regresó a Francia convertido en sacerdote, por eso se conoce la historia.
De acuerdo con recientes investigaciones, se ha encontrado que existieron dos movimientos de gente (de todas las edades) en 1212 en Alemania y Francia,
cuya similitud pudo inspirar a los cronistas para elaborar la leyenda.En el primer movimiento, Nicolás, un pastor de Alemania, condujo a un grupo a través de los Alpes hasta Italia a principios de primavera. Alrededor de 7000 hombres llegaron a Génova en agosto. Sin embargo, sus planes no fructificaron, pues las aguas no se abrieron a su paso, y la comitiva se desbandó. Algunos emprendieron el camino de vuelta a casa, otros fueron a Roma y los restantes pudieron haber seguido el curso del Ródano hasta Marsella, donde fueron probablemente vendidos como esclavos. Pocos llegaron a sus casas y ninguno llegó a la Tierra Santa.
El segundo movimiento fue conducido por un «pastorcillo»Châteaudun que aseguró en junio que portaba una carta de Jesús para el rey de Francia. Atrajo a un grupo de 30 000, con los que fue hasta Saint-Denis, donde se dijo que obró milagros. Bajo las órdenes de Felipe II de Francia o el consejo de la Universidad de París, la multitud fue enviada a casa, y muchos de ellos efectivamente volvieron. Ninguna de las fuentes de la época menciona plan alguno de ir a Jerusalén. Las investigaciones recientes sugieren que los participantes no eran niños o, al menos, no tan jóvenes.
llamado Esteban de Cloyes cerca del pueblo deA principios de la década de 1200, grupos de vagabundos aparecieron en Europa. Eran gente desplazada por los cambios económicos, que forzaron a muchos campesinos pobres del norte de Francia y Alemania a vender sus tierras. Estos grupos eran denominados pueri (del latín, ‘chicos’, ‘niños’) de forma condescendiente. Esto trajo como resultado estas bandas de hombres pobres que se unían en una protesta religiosa que transformaba su vagar forzoso en una misión religiosa. Los pueri marcharon, siguiendo a la Cruz Cristiana y asociándose con el viaje bíblico de Jesús. Esto, sin embargo, no era el preludio de una guerra santa.
Años más tarde, los cronistas leyeron los testimonios de estas procesiones y tradujeron el término pueri como «niños» sin entender su significado original. Así nació la Cruzada Infantil. La historia resultante ilustra lo fuertemente arraigado que estaba el concepto de cruzada en aquel tiempo; los cronistas asumieron que los pueri debían haber sido cruzados, y en su inocencia buscaron volver a la fundación de las cruzadas de Pedro el Ermitaño y encontraron la misma clase de destino trágico.
Según Matthew Paris, uno de los líderes de la Cruzada Infantil pasó en 1251 a ser «La Maître de Hongrie», el líder de la Cruzada de los Pastores.
De acuerdo con Raedts,Beauvais, Roger Bacon, Tomas de Cantimpre, Matthew Paris, entre otros.
solamente unas cincuenta fuentes de la época mencionan la cruzada, ya sea en unas pocas frases o media página. Raedts las categoriza en tres tipos dependiendo de cuando fueron escritas: las escritas en 1220, las escritas entre 1220 y 1250 (los autores podrían haber estado vivos en la época de la cruzada y escribir sin embargo sus memorias mucho después), y las fuentes escritas tras 1250 por autores que recibieron su información de una o dos generaciones anteriores. De estos, Raedts no considera que las fuentes posteriores a 1250 muy fiables y, de las anteriores a 1250, sólo concede credibilidad a veinte. Sólo en las últimas narraciones categorizadas como no fiables es donde se habla de la «cruzada infantil», por autores comoAnteriormente a Raedtsm sólo unas pocas publicaciones científicas investigaron la Cruzada Infantil. La primera fue realizada por el francés G. de Janssens (1891) y el alemán R. Röhrich (1876). Ambos analizaron las fuentes pero no el relato. El medievalista estadounidense D. C. Munrol proporciona, de acuerdo con Raets, el mejor análisis de las fuentes y fue el primero que proporcionó un informe convincente de la Cruzada sin leyendas. Posteriormente, J. E. Hansbery (1938-9) publicó una corrección de la obra de Munro, pero desde entonces ha sido desacreditada por haberse basado en una fuente no fiable el psiquiatra alemán J. F. C. Hecker (1865) dio una interpretación original de la cruzada, pero se produjo una polémica sobre «enfermizo emocionalismo religioso» que desde entonces ha sido desacreditada.
P. Alphandery publicó sus ideas acerca de la cruzada por primera vez en 1916 en un artículo que más tarde fue publicado en forma de libro en 1959. Consideró la cruzada como una expresión del culto medieval a los inocentes, una especie de sacrificio en el que los inocentes se entregaban por el bien de la Cristiandad; sin embargo basó sus ideas en algunas de las fuentes menos fiables.
Adolf Waas (1956) vio la Cruzada Infantil como una manifestación de la piedad caballeresca y una protesta contra la glorificación de la Guerra Santa.
H. E. Mayer (1960) desarrolló las ideas de Alphandery sobre los inocentes, diciendo que los niños eran el pueblo elegido por Dios porque eran los más pobres y, reconociendo el culto a la pobreza, dijo que «the Children's Crusade marked both the triumph and the failure of the idea of poverty.» (La Cruzada Infantil marcó tanto el triunfo como el fracaso de la idea de pobreza)
Giovanni Miccoli (1961) fue el primero en percatarse de que las fuentes contemporáneas no decían que los participantes fueran niños. Esto socavó los cimientos del resto de interpretaciones (excepto quizá la de Cohn).
Norman Cohn (1971) lo vio como un movimiento premileniarista en el que los pobres trataban de escapar a la miseria de su vida cotidiana.
El análisis de Peter Raedts (1977) está considerada la mejor fuente hasta la fecha sobre los muchos factores que envuelven la Cruzada Infantil.
Además de los estudios científicos hay muchas versiones y teorías populares sobre la Cruzada Infantil.
En A History of the Crusades (1962), Norman Zacour concuerda generalmente con las conclusiones de Munro, y añade que en la época había inestabilidad psicológica, concluyendo que la Cruzada Infantil remains one of a series of social explosions, through which medieval men and women —and children too— found release (‘es una de una serie de explosiones sociales a través de las cuales los hombres y mujeres -y niños también- de la Edad Media encontraron liberación’).
Steven Runciman da un testimonio de la Cruzada Infantil en A History of the Crusades.
Donald Spoto, en un libro sobre San Francisco de Asís, dijo que los monjes les llamaron niños y no vagabundos pobres porque la pobreza estaba considerada pía y la Iglesia estaba avergonzada de su riqueza en contraste con la pobreza. Esto, de acuerdo con Spoto, dio comienzo a una tradición literaria de la que originó la leyenda popular de los niños. Esta idea concuerda con las teorías de H. E. Mayer.
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