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Cuchillería de Albacete



La cuchillería de Albacete es el sector profesional, artesano e industrial más emblemático de la ciudad española de Albacete. Es por ello que Albacete es conocida como la «Ciudad de la Cuchillería».[1][2][3][4][5][6]

Desde sus orígenes, en el siglo XV, cuando fue heredada de los árabes, ha ido creciendo con el paso de los siglos a un elevado ritmo. Miles de personas trabajan en este millonario sector, que supone el 90 % de la producción española y exporta a todo el mundo.

Albacete será en 2022 Capital Mundial de la Cuchillería, título que la convertirá durante un año en el epicentro internacional del sector y en el que participarán cuarenta ciudades cuchilleras de todo el planeta.

El origen de la cuchillería de Albacete se sitúa en el siglo XV, cuando fue heredada de los musulmanes. Del siglo XVI se conservan los ejemplares más antiguos, unas pinzas realizadas en 1573 por el maestro Torres y unas tijeras de la colección Rico y Sinobas. En el siglo XVII Albacete ya contaba con una destacada manufactura de cuchillos, puñales, navajas y tijeras. La mayoría de los talleres estaban situados en la calle Zapateros.[7][1][8][9]

El siglo XVIII fue la época de oro de la cuchillería albaceteña. Pese a la prohibitiva legislación de la época y a diferencia de lo que sucedió en otras ciudades, los talleres de Albacete conservaron su gran nivel productivo y artístico. La industria cuchillera se concentró en una zona más extensa de la ciudad. En el siglo XIX la cuchillería albaceteña tenía un gran prestigio y ya era conocida en toda España y parte de Europa. La producción era alta a pesar de la fuerte competencia y se implantó la seriación industrial.

A comienzos del siglo XX algunas fábricas albaceteñas incorporaron el motor eléctrico. La industria se concentró en fábricas y numerosos talleres. En las fábricas la producción dejó de ser artesana para convertirse en industrial. La Primera Guerra Mundial supuso un auge para los cuchilleros albaceteños. En 1930 había más de 400 trabajadores que producían más de 744 000 piezas al año en catorce fábricas. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial, se redujo un tercio la producción ante la bajada de la demanda. En los años 1950, ante el aislamiento de España y la prohibición de vender navajas de más de 110 mm, el sector entró en crisis. Surgieron los almacenistas, que facilitaban el material y compraban producción a los talleres para competir con las grandes fábricas, al no tener gastos de personal. En cambio, los talleres ejecutaban artesanalmente el trabajo a domicilio de una fase de la elaboración para abaratar costes, finalizándose el trabajo en otros talleres que ejercían su montado y acabado. El traslado de las piezas de unos talleres a otros convirtió los paseos de los cuchilleros en bicicleta con cestas o cajas repletas de piezas en una estampa de la ciudad.

La Feria Nacional de Cuchillería de 1965 y las siguientes impulsaron la cuchillería de la ciudad y esta buscó nuevos mercados. En 1971 había 100 talleres que trabajaban bajo la colaboración y la batuta de las cinco fábricas más importantes. En 1975 el sector cuchillero empleaba a 500 personas. Las fábricas se expandieron con una producción de más de 5 500 000 piezas, de las que una pequeña parte se vendía al extranjero.

En 1981 la nueva legislación frenó la producción. A partir de ahí, el sector se modernizó, lo que provocó que la producción se centrara en las grandes fábricas, que producían en serie navajas, cuchillos o cuberterías, y los talleres comenzaron a desaparecer, pese a que en ellos la producción era artesanal, lo que daba prestigio artístico a la cuchillería de Albacete. En 1981 le ley prohibió varios tipos de navajas. Sin embargo, el sector se repuso del golpe gracias a su empuje y creatividad.

En 2006 había 70 empresas con más de 2000 trabajadores y una producción anual de más de 60 millones de euros, sin tener en cuenta la industria auxiliar. Una gran parte de la producción es exportada a todo el mundo. La pieza artesana es muy valorada y tiene un gran mercado en España. La mayor parte de las empresas cuchilleras se concentran en Campollano, el mayor parque empresarial de Castilla-La Mancha[10]​ y uno de los más grandes de España.[11]

En 2017 la cuchillería de Albacete y, dentro de esta, la navaja de Albacete fueron declaradas Bien de Interés Cultural con la categoría de bien inmaterial, y en 2018, en Francia, Albacete fue la ciudad elegida para ser la Capital Mundial de la Cuchillería de 2020.

Albacete alberga las siguientes instituciones cuchilleras:

El monumento al Cuchillero está situado en la plaza del Altozano. Fue creado por los artistas Llanos Flores y Antonio Herreros. Con dos metros de altura, cerca de 400 kg y forjada en bronce, se ha convertido en un icono de la ciudad desde su inauguración en 1998. Representa a un cuchillero ofreciendo una navaja.[12][13]

Arcos es la primera empresa cuchillera de España y una de las más antiguas del mundo. Surgió en 1745 y está situada en el Parque Empresarial Campollano. Cuenta con 500 trabajadores y fabrica más de 1000 modelos distintos de cuchillos y más de 70 000 piezas diarias en una superficie de más de 30 000 metros cuadrados distribuida en varias plantas de producción. La multinacional es patrocinador oficial del futbolista albaceteño Andrés Iniesta o del Basque Culinary Center.[14][15][16][17]

En Albacete se celebra anualmente una feria dedicada a la cuchillería llamada Ibercut, también conocida como Feria Internacional de Cuchillería de Albacete, que nació en 2009 y que tiene lugar en el Centro Cultural La Asunción, a la que acuden artesanos de todo el mundo.[18]​ En ella se exhiben y venden productos artesanales únicos, se imparten conferencias a cargo de los mayores expertos en la materia y se realizan talleres en vivo para conocer los secretos que envuelven al arte de la cuchillería.[19]

Otros eventos destacados son los Premios de la Cuchillería de Castilla-La Mancha, de ámbito internacional, el Concurso de Fotografía de la Cuchillería o el Certamen Literario de la Navaja, creado en 1979.[20]

La cuchillería de Albacete cuenta, desde 2006, con una marca de garantía de calidad, AB-Cuchillería de Albacete, que garantiza al consumidor el origen y la calidad de la misma, además de hacer frente a las falsificaciones, especialmente las procedentes del mercado asiático.[21]

De la unión entre la cuchillería y el acervo de la ciudad española de Albacete viene el dicho de que «la navaja de Albacete no se regala, se vende al amigo a un precio simbólico, para que no se corte la amistad». La historia de la cuchillería albaceteña puede visitarse en el Museo de la Cuchillería de Albacete.[23]

La cuchillería de Albacete está declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de bien inmaterial.[24]

Albacete será en 2022 la Capital Mundial de la Cuchillería acogiendo el III Encuentro Mundial de Ciudades Cuchilleras, recogiendo el testigo de Thiers 2018.[25]​ El evento, inicialmente programado para 2020, fue pospuesto por la crisis del coronavirus.



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