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Cuenca del Golfo San Jorge



La cuenca del Golfo San Jorge es una cuenca petrolera de Argentina ubicada en la porción central de la Patagonia. Es la más antigua y prolífica productora de hidrocarburos de Argentina.[2]​ Además es una cuenca de bordes irregulares elongada en dirección este-oeste, que se extiende entre los paralelos 45° y 47° Sur y los meridianos 65° y 71° Oeste, cubriendo porciones de las provincias de Chubut y Santa Cruz continuando al Este en la plataforma continental. Sobre una superficie estimada de 180 000 km², la tercera parte se ubica costa afuera. Las concesiones de exploración y explotación cubren un área de 40 530 km² onshore y de 18 980 km² offshore.[3]

La región es un polo de desarrollo industrial en relación con las actividades de explotación petrolifera,[4][5]​ eólica y turística que incluye las ciudades de Comodoro Rivadavia, ciudad principal de la región, Caleta Olivia, caracterizada por haber sido en sus orígenes un asentamiento petrolero con altos ritmos de crecimiento, Pico Truncado, Las Heras, Sarmiento, Los Antiguos y la comuna rural de Cañadón Seco.

Desde los puntos de vista histórico y económico, se puede destacar que esta región estuvo contenida en la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, ex provincia formada con fines de resguardar el tan preciado oro negro. La región comprendida entre la zona norte de la provincia de Santa Cruz y zona sur de la provincia del Chubut fue una zona militar disuelta en 1955 y quedó repartida entre las provincias ya mencionadas que incomodó a una "nación" que creció gracias al petróleo.

A principios del siglo XX, Comodoro Rivadavia, puerto de entrada y salida de los productos de Colonia Sarmiento, un puerto natural de aguas profundas pegado a las playas de Rada Tilly, una antiquísima zona de descanso veraniego tehuelche hace 9.000 años, recién empezaba a ser un pueblo pequeño, apenas contaba con un grupo de casitas, algún almacén de ramos generales y un hotel-fonda para alojamiento de los arriesgados viajantes que se animaban a llegar hasta aquellas lejanas y desoladas zonas del Sur argentino. Pero tenía una dificultad seria: no había agua dulce.

A comienzos de 1907, cuadrillas de obreros, dirigidas por ingenieros, habían comenzado a perforar la tierra en busca del líquido indispensable. Con aparatos adecuados se auscultaba el suelo en procura del más mínimo rumor que pudiera anunciar la presencia de agua. En enero se llevó al lugar una perforadora Fauck. Se apelaba a los elementos más modernos de la época, pero todo parecía inútil. Se llegó a cavar hasta a 400 metros de profundidad, siempre sin resultado. Los sufridos pobladores vivieron pendientes de la torre de perforar, que en más de una oportunidad cayó por efecto del implacable viento patagónico, y que obligaba a iniciar nuevamente los trabajos. Los ingenieros no se dieron por vencidos. La tarea continuó. El resultado era siempre el mismo: no se encontró agua.

En noviembre ya dominaba el desaliento. Se habían perdido las esperanzas de poder dotar de agua a la floreciente población, donde muchos se habían radicado plenos de ilusiones y confiados en la potencial riqueza de la zona. La decepción seguía en aumento. El gobernador propuso que se trajera el agua desde un lejano manantial, mediante la instalación de cañerías. La población apoyó la idea como una salvación. No quisieron oír hablar de la torre perforadora que durante muchos meses había engañado sus esperanzas con renovadas promesas incumplidas, aunque trayendo agua de otro lado habría que pagarla como artículo de lujo...

Para diciembre nadie confiaba en la torre —que para su funcionamiento insumía la escasa cantidad de agua disponible que el pueblo necesitaba para consumo—. El ingeniero Krausse, jefe de la misión, había autorizado perforar hasta el máximo de 500 metros hacía unos 20 días, cuando se había llegado a 481. Pero un viernes, superado ese máximo, se fue y ordenó: “¡Basta! ¡No se perfora más!”. Sin embargo, el administrador de la obra, el señor Beghin, y José Fuchs que dirigía la perforadora Fauck, decidieron no entregarse y continuar con los trabajos. Ese mismo día, el 13 de diciembre de 1907 la perforadora llegó a 540 metros de profundidad y, de pronto, se advirtió una fuerte corriente ascendente. Sorprendidos, Fuchs y Beghin se miraron atónitos: no era agua; era kerosene, el petróleo salía casi refinado.

Mantuvieron en secreto el descubrimiento y telegrafiaron a Buenos Aires, a la Dirección de Minas: “Aquí no hay agua, pero hay petróleo”. La noticia se conoció en la capital del país, antes que en Comodoro, que se supo cinco días después, y se decretó un espontáneo feriado. La prensa porteña acogió la noticia con frialdad, apenas si le dan importancia las grandes rotativas; no advirtieron la trascendencia del descubrimiento: lo que se buscaba era agua. El gobierno nacional resolvió al día siguiente del descubrimiento mediante un decreto tomar posesión del yacimiento y prohibió “la denuncia de pertenencias mineras y la concesión de permisos de cateo en el puerto de Comodoro Rivadavia, en un radio de cinco leguas kilométricas a todo rumbo, contándose desde el centro de la población”. Se evitaba así la posible aparición de aventureros y la eventual explotación del suelo en beneficio de particulares. De allí partió el progreso de esta región patagónica. La explotación del petróleo, descubierto por accidente, se constituyó desde entonces en una fuente de incalculable valor para acrecentar la economía nacional, y en una de las bases de su riqueza. El 13 de diciembre sería evocado como el Día nacional del Petróleo.

El 19 de octubre de 1922, pocos días después de asumir la presidencia de la Nación Argentina Marcelo Torcuato de Alvear, Enrique Mosconi fue nombrado Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), lugar que ocupó por ocho años y que se dedicó a realizar grandes esfuerzos para incrementar la exploración y desarrollo de la extracción de petróleo. Con YPF, Argentina fue el primer país en todo el mundo en tener una petrolera estatal.

La cuenca concentra buena parte de la población de las Provincia del Chubut y Santa Cruz, similar al aglomerado urbano del río Chubut. Los departamentos Escalante, Deseado y Lago Buenos Aires experimentan un crecimiento exponencial cada año, mientras que en Sarmiento el crecimiento se estancó porque la actividad económica predominante está vinculada con la actividad rural, mientras que en Río Senguer la población sufre un retroceso debido al desarrollo escaso y nulo de este departamento. La zona más poblada es el núcleo Comodoro Rivadavia - Rada Tilly y en menor proporción Caleta Olivia - Cañadón Seco

Vía terrestre

La cuenca está atravesado de oeste a este por dos rutas principales que corren paralelas entre sí: en la margen norte la ruta nacional 26 que prosigue hasta los Andes y por la margen sur la ruta provincial 43 “ San Juan Bosco” que conecta desde Fitz Roy hasta la localidad de Los Antiguos. La ruta nacional 3 cruza por el cordón este de sur a norte, pasando sobre Comodoro Rivadavia, Rada Tilly y Caleta Olivia; y por último la ruta nacional 40 circula sobre el margen oeste de sur a norte, pasando por Perito Moreno y Río Mayo. También se destaca la ruta nacional 281, principal conector hacia Puerto Deseado.

También la región cuenta con la Autovía Comodoro Rivadavia - Caleta Olivia, importante conector de 3 urbes. Además, varias rutas provinciales conectan campamentos petroleros y aparatos de bombeo.

Vía férrea

Hasta mediados del siglo XX existió el servicio de tren con dos ramales, el Ferrocarril Patagónico que unía Puerto Deseado y Las Heras; y el Ferrocarril de Comodoro Rivadavia que unía Comodoro, Astra y Sarmiento, ambos fueron clausurados en la dictadura militar 1976-1983.

Para el año 2013 se reactivará[7]​ un ramal ferroviario de 20 km[8]​ entre Puerto Deseado y Tellier.

Vía aérea

La región posee una red de alta complejidad con las pistas aéreas, apenas 1 solo aeropuerto conecta al país y al mundo con la cuenca, se hayan 14 pistas, entre ellas hay aeropuertos y aeródromos:

Se prevé la construcción del Aeropuerto Néstor Carlos Kirchner, en Pico Truncado.[9]

Vía marítima

Existen 5 puertos en funcionamiento, los cuales, son los encargados de traer y llevar mercadería por medio del transporte naval. Los puertos son:

La Cuenca del Golfo San Jorge. Con más de 100 años, es la más prolífica productora de hidrocarburos de la Argentina.[10]​ Siendo una de las principales regiones productivas del país con un 42% de la producción nacional. El petróleo fue el primer gran impulso que tuvo la región.[11]

En materia eólica se presentan 6 parques que pueden funcionar gracias a la acción del viento. Esta zona es perfecta para la instalación de estos equipos que actualmente están en auge. La cuenca posee la mayor cantidad de parques con más de 27,5 MW. También se anunció la instalación de 3 nuevos parques eólicos,[12]​ de los cuales uno de ellos sería de forma offshore, único en Argentina; aunque hasta el momento no hubo avances.

Proyectos anunciados:[13]

De uranio

En febrero de 2013 se descubrió el hallazgo del que se podría decir que es el depósito de uranio más grande del país. Esta noticia repercutió en toda la cuenca y ya hay críticas por parte de la población ya que se pretende explotar dicho elemento contaminante y tóxico.[14]

Dentro de esta categoría se puede destacar la empresa Petroquímica Comodoro Rivadavia, con sus sucursales en Don Bosco y en Pico Truncado. La empresa está dedicada principalmente a la producción y distribución de materiales para la construcción (cementos, mampuestos y adoquines de hormigón y adhesivos) y a la exploración y producción de hidrocarburos (petróleo y gas).

En los últimos años, el proceso de expansión en el rubro de la construcción, permitió ampliar la capacidad productiva de la planta de premoldeados en Comodoro Rivadavia y la construcción de una planta de cemento en Pico Truncado. Lo cual ha duplicado la capacidad productiva de la Compañía, permitiendo alcanzar demandas previamente insatisfechas en su región de influencia. La obra demandó una inversión superior a los U$S 140.000.000.[15]

Dentro de este ámbito, la cuenca presenta un sinfín de lugares que pueden visitarse. La actividad más destacada es la Fiesta Nacional de la Cereza que se celebra en la zona este de la región, en el pueblo de Los Antiguos; se realiza en la primera semana de enero durante 3 días y convoca a grandes artistas del folclore, hay extensos paseos artesanales y sobre todo, se puede degustar Cereza, la fruta característica del lugar, aunque fue introducida y cultivada por los chacareros, no se encuentra de forma natural.

Desde hace varios años en Comodoro Rivadavia, se realiza la Corrida Internacional Aniversario Diario Crónica – Dr. Diego Jaoquín Zamit donde congrega a más de 2000 atletas inscriptos de todo el continente, es considerada la mayor fiesta del atletismo en la Patagonia Argentina,[16]​ en el año 2013, en la 49º edición, hubo un récord de inscriptos con 2627 atletas, desde los 6 años hasta los 60.[17]

El atractivo turístico más conocido es la «Catedral de Mármol», un islote en la parte chilena del lago compuesto por rocas de tonos blancos y marfiles. También es frecuentado por aficionados a la pesca deportiva, a causa de su abundancia de truchas y otros salmónidos.



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