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Cultura del consumo



El consumismo es la compra o acumulación de bienes y servicios considerados no esenciales.

El consumismo a gran escala en la sociedad contemporánea compromete los recursos naturales y la economía sostenible.[1]​ Las alternativas a algunos de los problemas del consumismo son el desarrollo sostenible, el ecologismo, el decrecimiento y el consumo responsable. La publicidad idealiza la satisfacción y felicidad personal producida por el consumismo.[2]

El consumismo inicia su desarrollo y crecimiento a lo largo del Siglo XX como consecuencia directa de la lógica interna del capitalismo y la aparición de la publicidad -herramientas que fomentan el consumo generando nuevas necesidades en el consumidor-. El consumismo se ha desarrollado principalmente en el denominado mundo occidental -extendiéndose después a otras áreas- haciéndose popular el término creado por la antropología social sociedad de consumo, referido al consumo masivo de productos y servicios.

Para Jeremy Rifkin en la década de 1920 se produjo una sobreproducción en Estados Unidos -motivada por un aumento de la productividad y una bajada de la demanda (economía) por la existencia de un alto número de desempleados debido a los cambios tecnológicos- que encontró en el marketing (mercadotecnia y publicidad) la herramienta para incrementar, dirigir y controlar el consumo.[3][4]

En relación con la evolución desde las primitivas sociedades igualitarias a sociedades de clases diferenciadas y el paso del intercambio y la reciprocidad a la acumulación -que alcanza su apogeo en sociedad actual-, señala el antropólogo Marvin Harris:

Para muchas personas, el uso de esta palabra tiene necesariamente una carga política, ya que, casi siempre, el que utiliza las palabras consumismo y consumo excesivo lo hace para criticar lo que considera consumo innecesario en otras personas.

Una manera distinta de interpretar la palabra "consumismo" es considerarla como la organización de la economía de una sociedad que, aunque tal como está ahora, funciona a satisfacción tanto de consumidores como de productores, se puede decir que en su conjunto despilfarra ciertos recursos. Un ejemplo no trivial podría ser el uso de los envases y las bolsas de plástico, que contaminan los ríos y reservas de agua dulce y ensucian las ciudades y regiones suburbanas. El método moderno es más cómodo e higiénico para los consumidores e incrementa los ingresos de los comerciantes, pero desde el punto de vista del funcionamiento de la economía en su conjunto también desperdicia una serie de recursos que antes se aprovechaban mejor.

Algunos argumentan que los gastos jamás son innecesarios para quienes realizan el consumo, por ejemplo, una persona considera que comprar un coche por diez mil dólares es innecesario porque existe otro de cinco mil que ya cubre sus necesidades, entonces comprará el de cinco mil. Si compra el de diez mil es solo porque cubre más necesidades que el de cinco mil. Es defendido para activar la economía, favoreciendo la industria y así dar trabajo.

Por diseño ecológico o ecodiseño se entiende la incorporación sistemática de aspectos medioambientales en el diseño de productos con el objeto de reducir su eventual impacto negativo en el medio ambiente a lo largo de todo su ciclo de vida. Entramos ahora en una fase, afortunadamente, en la que el reciclaje es sumamente importante para todos. Los supermercados ya se están poniendo manos a la obra con el uso de las bolsas ecológicas, pues las de polietileno tardan más de doscientos años en biodegradarse, y cuando lo hacen se convierten en pequeñas partículas tóxicas que afectan de manera directa a la naturaleza.

La falta de identidad de cada una de las personas al no conocer sus necesidades esenciales, y por no estar claro en relación a las necesidades de los más cercanos a cada uno; factores influyentes como: la imitación de personajes de televisión u otros arquetipos, que generan un ídolo a seguir. Dichos ídolos inducen a las personas con una falta de Identidad personal a consumir ciertos productos innecesarios, como consecuencia: generación de necesidades infinitas que no pueden suplirse, la no felicidad.[6]​ El consumismo se ve incentivado principalmente por:

A nivel doméstico:

Otra característica de las personas actuales es el consumismo, cuando el dinero domina a estas, la ciudad se convierte en un gran mercado y su habitante en un ser productor y consumidor.

A nivel doméstico.

La persona económica tiene dos caras, la de empresaria y la de consumidora. El empresario se preocupa por la prosperidad de su negocio, las tendencias de las personas de negocios son:

Lo propio de los valores económicos consiste en ser intercambiados y consumidos; lo de los valores espirituales en ser expresados y comunicados.

A la persona consumista no le interesan los ideales filosóficos, éticos, religiosos ni morales que impliquen ayudar de forma genuina al medio ambiente o a otras personas de manera desinteresada como en otras culturas, sus modelos a seguir son los de aquellas personas que han triunfado económicamente, gente llena de cosas materiales, pero a la intemperie metafísica, en general, el bienestar material se incrementa mientras el desarrollo espiritual se reduce.

Esta peculiaridad de las personas modernas se anuda con lo anterior que nos permite calificarlo de homo oeconomicus. Esta persona económica de la que hemos hablado tiene dos caras: empresario/consumidor. La civilización moderna no sabe lo que es quien ignora el sentido.

Es aquel o aquella que integra una sociedad de consumo. Los valores económicos se intercambian y se usan. La gente consumista no establece distinciones. Tanto económicas como espirituales. La riqueza material desempeñó un papel importante en las sociedades humanas, pero jamás constituyó por sí misma objeto de admiración como en la actualidad.

Se pueden establecer tres tipos de consumo según función de las necesidades del sujeto y de la frecuencia en el gasto del bien o servicio:

Cuando un artículo de consumo ocasional pasa a ser de consumo habitual sin que sea algo realmente imprescindible (como por ejemplo bebidas alcohólicas, tabaco, etc.) pudiera existir de manera subyacente un problema de adicción.



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