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Curva de Laffer



La curva de Laffer representa la relación existente entre los ingresos fiscales y los tipos impositivos, muestra cómo varía la recaudación fiscal al modificar los tipos impositivos. Fue difundida por el economista estadounidense Arthur Laffer, aunque siete siglos antes el estudioso árabe Abenjaldún ya había teorizado sobre la relación entre los tipos impositivos.

En su curva, Laffer expresa que entre los 2 puntos, donde la recaudación es igual a 0, habrá un tramo ascendente con niveles bajos de impuestos y otro descendente con niveles más altos donde habrá un máximo de recaudación, y tanto a la izquierda como a la derecha de este máximo la recaudación será menor que en el máximo. Encontrar los puntos de equilibrio donde los impuestos no perjudican una economía es muy complicado, depende de muchos factores y varía de un país a otro. Hallarlo es un objetivo deseable ya que permite a los gobiernos e instituciones saber si deben bajar o subir un impuesto para configurar una determinada política fiscal, que aumente recaudación al mismo tiempo que no ahogue a los contribuyentes.[2]

Al representar los ingresos fiscales en relación con el tipo impositivo, si el tipo impositivo es cero, los ingresos fiscales serán también nulos. Si, por el contrario, los tipos impositivos son del 100%, los ingresos fiscales también se anularán, nadie ofrecería ni demandaría el bien en cuestión. Según Laffer, entre estos dos puntos extremos, los ingresos en función del tipo primero aumentarán para a continuación disminuir hasta llegar a cero. El fundamento matemático es el teorema de Rolle, en virtud del cual si el ingreso fiscal es una función continua del tipo impositivo, entonces tiene (al menos) un máximo (ya que se trata de una función siempre positiva) en un punto intermedio del intervalo, pero no necesariamente en el centro.

La curva de Laffer muestra que el incremento de los tipos impositivos no siempre conlleva un aumento de la recaudación fiscal y viceversa. La característica más importante de esta curva reside en que indica que cuando el tipo impositivo es suficientemente alto (t* en la gráfica adjunta), si se sube aún más, los ingresos recaudados pueden terminar disminuyendo. [cita requerida]La disminución de la oferta del bien reduce hasta tal punto los ingresos fiscales que la subida del tipo impositivo no compensa la disminución de la oferta. Este fenómeno se denomina efecto Laffer, en honor al economista Arthur Laffer que hizo este gráfico a principios de la década de 1980.

Una menor tributación puede, si la economía se encuentra en el lado descendente de la curva, aumentar la recaudación porque:

Entre 2002 y 2012, el tipo aplicado en el Impuesto de Sociedades de Canadá pasó de niveles cercanos al 40% a tasas ubicadas en el entorno del 25%.[3]​Cuando Ronald Reagan se presentó a la presidencia de Estados Unidos en 1980, incluyó la reducción de impuestos en su programa. Sostenía que los impuestos eran tan altos que disuadían de trabajar a muchos ciudadanos y que una reducción de los tipos impositivos daría a los individuos incentivos suficientes para trabajar, lo que provocaría la mejora del bienestar económico y quizás incluso de los ingresos fiscales. Esta política económica se conoció como «economía de la oferta» puesto que trataba de incrementar la oferta de trabajo. Cuando se bajaron los impuestos, luego de ser elegido presidente de los Estados Unidos, el resultado fue una reducción de los ingresos fiscales en relación al PBI.[4]​ El impuesto sobre la renta disminuyó un nueve por ciento entre 1980 y 1984, aun cuando la renta media creció un cuatro por ciento. Sin embargo, se inició un periodo de fuertes déficits fiscales.[5]​ Esto se explica ya que durante el mandato de Ronald Reagan el Estado aumentó el gasto público y, en especial, el Gasto Público Militar para poner fin a la Guerra Fría. Por ello, aunque la actividad económica se vio estimulada y el desempleo se redujo hasta un 5% al final de la presidencia, el déficit fiscal no disminuyó.[6][7][8][9]

En otros países, como Suecia, en que los impuestos son mucho más altos, existen pruebas de que se ha producido el fenómeno de la curva de Laffer.[1]

La gran reforma fiscal del presidente Donald Trump en 2017 (la cual rige desde 2018)[10]​ luego de iniciado su mandato, implementó una sustancial rebaja del impuesto de sociedades desde el 35% al 21%, así como una reducción del IRPF que quedó en los siguientes tramos del 12%, del 25%, del 35% y del 39,6%. Esta reducción en impuestos dio como resultado que empresas invirtieran una mayor parte de sus utilidades y se redujera el desempleo. Además la recaudación subió un 12% y la economía comenzó creciendo a una tasa del 2,3%, por encima del promedio del 1,9% registrado en los años de gobierno de Barack Obama.[11][12][13][14]

Según Paul Samuelson los ingresos fiscales disminuyeron considerablemente en relación con la tendencia observada tras las reducciones de los impuestos en la era Reagan.[15]

John Kenneth Galbraith ha criticado duramente la curva de Laffer:

El economista J.R. Rallo escribió, en referencia a la Curva de Laffer,[17]​ lo siguiente:



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