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Demografía de España



La demografía de España estudia estadísticamente la estructura y la dinámica de la población residente en el territorio español, así como los procesos que la determinan: fecundidad, mortalidad y migración (emigración e inmigración) en dicho territorio.[1]

La población en España, según el padrón de 2011, alcanzó su máximo con 47 190 493 y es la oficial a 1 de enero de 2011. Según el INE, fue en 2012 cuando se alcanzó el máximo de población con 46 818 216 con una población extranjera residente de 5 236 030. Según el INE los datos provisionales en 2019 señalan que la población residente extranjera es de 4 572 155, la población española 42 087 247 y el total 47 007 376 habitantes.[2]

España es el cuarto país más poblado de la Unión Europea, y en 2018 contaba con una densidad de población de 92,33 hab/km².[3]

La demografía histórica de España, el estudio de su historia demográfica o evolución demográfica, se puede dividir en dos periodos claramente diferenciados:

En el caso de España, además, ambos ciclos coincidieron temporalmente con la presencia o no de censos de población fiables, con características modernas: fines estrictamente demográficos, periodicidad, simultaneidad a todo el territorio, etc., que permiten un estudio preciso de los estados y procesos demográficos. En 1857 se realizó el primer censo de población de la serie estadística española, mientras que hasta entonces puede hablarse de época preestadística, porque si bien se efectuaron dos censos demográficos (el de Aranda y el de Floridablanca) ambos carecían de una continuidad establecida.

Algunas ciencias se han preocupado por problemas de la población (historia, medicina) sobre todo en el primer tercio del siglo XX y da lugar a estudios que se publican en revistas, instituciones de sociología…

En los años 1940 predominaban los estudios de médicos y sociólogos en los que predomina la temática natural (nacimientos y defunciones). Son muy representativos los estudios sobre la mortalidad infantil pero sin componente espacial, también son representativos los estudios de natalidad de Ros Gimeno con tendencia pronatalista. Fue uno de los precursores del estudio de la geografía de la población en la península ibérica. También destaca Perpiñá con estudios sobre la distribución de la población.

En las década de 1950 priman los estudios regionales derivados de la geografía regional con carácter descriptivo y explicativo de autores como José Manuel Casas Torres y Manuel de Terán.

En los años 1950 aparecen otras temáticas como la geografía histórica con estudios como los de Livi Bacci y Nadex que analiza la población desde el siglo XVI al XX. Hay otra corriente que nos habla de las corrientes espaciales de moda por las que España inicia su ciclo demográfico migratorio a Europa y también del campo a la ciudad. Destacan Cartelux y García Barbancho.

En la década de 1970 predominan los estudios conjuntos de población, pero predomina la temática de la fecundidad, muy numerosa en la segunda mitad de esa década, porque la natalidad en España estaba comenzando a bajar.

A partir de los años 1980 se consolida la investigación tratando temas muy diversos, primando una heterogeneidad en cuanto al método y predominando la geografía cuantitativa y cualitativa, asociadas con las corrientes filosóficas, rasgos que llegan a la actualidad.

Destacan tres temáticas:

Las migraciones tienen dos tipos de estudios, los que analizan España como país receptor con una vertiente muy centrada en lo social: integración, asimilación e inserción, y los que analizan España con sus corrientes de migración interiores, con temas como los movimientos pendulares o de ocio, y también los de la corriente de retorno de la ciudad al campo.

Son fuentes cualesquiera informaciones, datos o indicios de posible aprovechamiento demográfico. El estudio de la población está muy supeditado a la existencia de fuentes.

En general, las fuentes son muy dispares y se caracterizan por su naturaleza, que depende de la institución que crea la fuente, del objetivo o fin con el que elabora y de cómo se obtiene la información.

La cronología o alcance temporal nos indica desde cuándo se vienen elaborando. La periodicidad responde a cada cuánto tiempo se repite la observación. La fiabilidad hace mención a la concordancia entre los datos y la realidad. La accesibilidad es la facilidad o no con la que los usuarios pueden acceder a la información. Por último, la desagregración es el nivel de detalle de los datos.

Existen una serie de organismos que confeccionan las fuentes, como el Instituto Nacional de Estadística (INE) creado en 1945, cuya función es recoger, elaborar, analizar y publicar la mayoría de las estadísticas españolas; es el organismo oficial para publicar el censo, la encuesta de población activa o las estadísticas sobre migraciones.

Es la principal fuente de información, el documento más útil y rico en datos, que incluso se elabora a nivel mundial. La ONU define el censo como un conjunto de operaciones encaminadas a reunir, resumir, valorar y publicar los datos de tipo demográfico, cultural, económico y social de todos los habitantes de un país referido a un momento concreto.´[cita requerida]

Todo censo debe ser universal (esto es, que cubra a todos los habitantes del país). No puede haber omisión ni duplicación, la numeración es individual y debe ser simultáneo ("momento censal"). En Europa se elaboran censos desde el siglo XVIII. Los primeros países en iniciar la época estadística fueron Suecia y Dinamarca. En España no comenzó hasta 1857, aunque hubo otros precedentes de recuento demográfico, como el censo de la población de las provincias y partidas de la corona de Castilla en 1591 con una finalidad muy diferente a la actual, de tipo fiscal y militar. Desde 1857 se han realizado 17 censos: 1857, 1860, 1877, 1887, 1897, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940, 1950, 1960, 1970, 1981, 1991, 2001 y 2011. (Véase también Evolución demográfica moderna de España).

En el año 2011 pasa de tener como base una muestra universal a combinar el padrón municipal con otros registros de población y una encuesta a, aproximadamente, un 12 % de la población. Las cuestiones que aborda el censo se agrupan en varios bloques. El primero hace alusión a las características geográficas, lugar de nacimiento y de residencia. Se tiene en cuenta la población de hecho (residentes más transeúntes) y la de derecho (residentes y ausentes). Desde el 1981 se contabiliza la población de derecho y desde 1900 la de hecho.

El segundo bloque nos habla de las características personales y familiares; las personales hacen referencia al sexo, estado civil, fecha de nacimiento y nacionalidad, y en cuanto a la familia, a partir de 1920 se analiza la composición de las familias, con un nivel de detalle menor.

El tercer bloque son las características culturales; la variable que más destaca es el nivel de instrucción, que se introduce a partir de 1950.

El cuarto bloque son las características económicas, donde prima el elemento de la población activa y otras variables como la población ocupada y en paro, etc. Se trata de un informe muy detallado.

A la vez que se realiza el censo de población, también se realiza un censo de edificios.

Es un registro de competencia local en el que se contiene la relación de los habitantes de los municipios. Al ser local, esta función depende de los ayuntamientos, que publican datos de población de un municipio, muy detallados: nombre, apellidos, domicilio, estado civil y profesión. Tiene, pues, carácter nominal. Se renovaba cada cinco años, rectificado anualmente, pero a partir del 1 de mayo de 1996 se gestiona con carácter continuo, y se revisa y aprueba anualmente. Es un documento dinámico, contabiliza los nacimientos, defunciones y los cambios de residencia y municipalidad.

Al igual que el censo, debe ser simultáneo, universal e individual. Su finalidad es diferente al censo: impuestos, reclutamiento... En muchos casos los ayuntamientos suelen exagerar cifras para cobrar subvenciones.[6]

Una de las diferencias es que el censo cuenta con más información que el padrón. En el censo los datos son numéricos y se tiene en cuenta el total; en cambio, los del padrón son nominales. El censo tiene un alcance nacional y es realizado bajo la responsabilidad del estado; pero el padrón está bajo la responsabilidad del ayuntamiento y tiene un alcance municipal. Otra diferencia es que mientras que en el censo los datos son secretos y solo se pueden publicar globalmente, en el padrón hay resultados individuales y la cantidad de información es procesada por el INE o la propia comunidad autónoma o ciudad autónoma.

Es una relación de entidades de población que tienen los municipios. Forma parte del censo y constituye una de sus publicaciones, que recoge pedanías, villas y aldeas que dependen de un municipio. Se incluye el nombre y categoría de esa entidad (villa, pedanía, colonia), también figura su origen y características como la distancia al centro del que depende, altitud, superficie en km² y la población de hecho y de derecho. Se suele utilizar en estudios de carácter muy local.

Es la herramienta para elaborar las estadísticas del movimiento natural de la población. Estas estadísticas se empezaron a elaborar en 1863, a partir de registros eclesiásticos, y a partir de 1870 dependen del Registro Civil.

Nos proporcionan información sobre los acontecimientos vitales de la población, nacimientos, defunciones y matrimonios. Las defunciones y los matrimonios son los más fiables, lo que contrasta con otros países en los que no tienen ninguna credibilidad. Traspasa la información al INE para que elabore los boletines estadísticos que componen el movimiento natural. Las nuevas tecnologías agilizan estos procesos. El inconveniente es que se suelen publicar con bastante retraso.

Recopilan datos demográficos y sociales que normalmente tienen referencias al resultado de los censos, seleccionan datos del censo y los publican.

La más importante es la de población activa (EPA). Va a tener la información recogida en el censo y el padrón, y a partir de aquí va a ofrecer datos sobre la población activa, ocupada, en desempleo, etc. Todo ello para el conjunto nacional, regional o provincial. Ha sido muy criticada porque ignora situaciones laborales como la economía sumergida, el subempleo, el paro, etc.

Es municipal y no se publica. Detalla el ordenamiento municipal, mediante una foto aérea.

En España, el índice de fecundidad es desde la década de 1990 de 1,3 niños por mujer, lo que hace difícil el crecimiento vegetativo. En 2016, por segundo año consecutivo, el número de muertes superó al de nacimientos, que siguen cayendo, datos que consolidan la crisis demográfica en la que se encuentra sumida España desde hace tiempo. [7]​ En 2017, nacieron en España 391.930 niños, 18 653 niños menos que en 2016, con lo que el número de nacimientos bajó un 4,54%.[8]

Entre 2015 y 2017 el crecimiento vegetativo de la población española fue negativo. En 2017, la diferencia negativa fue de 32 000 personas entre los nacidos y los fallecidos.[9][10]​ No es difícil suponer que el aumento de la población que vemos en la siguiente gráfica se debe sobre todo a movimientos migratorios.

Si comparamos los datos de crecimiento natural de la población y la población real por años veremos un desfase importante, especialmente importante tras el ingreso de España en la Unión Europea, es decir, en 1986. Los profesores González y Requena lo expresan así:

Desde esa fecha, el número de inmigrantes aumenta por años. Las pateras y cayucos se hacen habituales en las noticieros e informativos de televisión. Por poner un ejemplo, en el segundo mandato de José María Aznar (2001-2004), el número de inmigrantes que pasan a endosar las cifras de población española es superior a 1 840 000 personas. Para hacernos una idea, observemos que la columna Variación acoge la diferencia absoluta entre la población de un año y otro, mientras la columna Crecimiento natural obedece a la diferencia entre nacidos y fallecidos. O sea que la inmigración se suma al crecimiento natural de la población y da los números absolutos siguientes:

Fuente: INE, 2018.[15]









La edad media de la población residente en España en el año 2018 es de 43,14 años: 41,82 años para los varones y 44,41 años para las mujeres. Amenazada la sociedad española de un envejecimiento irreversible de la población, la llegada de inmigrantes desde los años 1990 ha frenado este proceso: la edad media de la población extranjera residente en España es de 35,76 años en el 2016, frente a 43,69 años de media de los nacionales.

Las comunidades autónomas que presentaban un mayor porcentaje de población mayor de 65 años eran, según INE 2006, Castilla y León (22,60 %), Asturias (21,96 %), Galicia (21,48 %) y Aragón (20,47 %). Por otro lado, las regiones donde esta franja de edad tenía un menor peso eran Melilla y Ceuta, las Islas Canarias (12,35 %), la Región de Murcia (13,80 %), las Islas Baleares (13,84 %), Madrid (14,48 %) y Andalucía (14,70 %).[20]

Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2016 la esperanza de vida en España estaba situada en los 83,16 años de media: 80,37 para los varones y 85,88 para las mujeres.[21]

La siguiente tabla muestra la edad media de la población (hombres y mujeres) por provincias, así como ciudades autónomas, según datos de INE (2020)[22]​:

Las siguientes estadísticas demográficas son de acuerdo al World Population Review (a principios de 2018).[23]

Las siguientes estadísticas demográficas son de acuerdo a The CIA World Factbook, excepto otras indicadas.[24]

Evolución demográfica en España en el siglo 20

0-14 años: 15,3% (hombres 3,872,763/mujeres 3,656,549)
15-24 años: 9,5% (hombres 2,424,352/mujeres 2,267,429)
25-54 años: 44,9% (hombres 11,214,102/mujeres 10,775,039)
54-64 años: 12,1% (hombres 2,899,088/mujeres 3,044,111)
65 años y más: 17,9% (hombres 3,763,989/mujeres 5,040,737) (2017 est.)

al nacimiento: 1,07 hombre(s)/mujer
debajo de los 15 años: 1,06 hombre(s)/mujer
15-64 años: 1,01 hombre(s)/mujer
65 años y más: 0,72 hombre(s)/mujer
población total: 0,96 hombre(s)/mujer (2006 est.)

En total había en el 2015 en España 23 733 999 mujeres (50,9 % del total de la población) y 22 890 383 hombres (49,1 %).[25]​ El número de mujeres supera al de hombres en todas las comunidades autónomas excepto en las Islas Baleares, Islas Canarias, Región de Murcia, Castilla-La Mancha y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Los varones son mayoritarios entre la población menor de 49 años, mientras que a partir de los 50 años las mujeres son más numerosas. Es un fenómeno universal que al nacimiento es mayor el número de hombres que de mujeres, y lo más habitual en todos los países desarrollados es que las mujeres tengan una menor tasa de mortalidad que los hombres a todas las edades, por lo que a mayor edad menor es el ratio hombre/mujer. Sin embargo, en España hay un repunte de esta proporción entre los 26 y los 36 años, debido a que esta es la edad en la que el colectivo inmigrante es más importante, y en éste el porcentaje de hombres supera al de mujeres.

Proporción hombres/mujer en España (2019)

Según los datos del INE para 2016, se tienen los siguientes datos relacionados con la natalidad en España:

Datos relacionados con la mortalidad en España para el año 2016:

Las principales causas de mortalidad en España para el año 2001 fueron:[26]

El crecimiento vegetativo de la población española en 2006 fue del 2,53 ‰.[27]

La densidad de población de España, de 91,95  hab/km² en el 2016 y su distribución a lo largo del territorio es muy irregular.

Así, la población española se concentra predominantemente en dos zonas:

Sin embargo, todo el interior sufre problemas de despoblación; en esta parte del territorio, solamente se pueden destacar Zaragoza, Córdoba y Valladolid con más de 200 000 habitantes.

Las siete provincias más pobladas concentran al 45 % de la población española, mientras que en las quince con menor número de habitantes (sin contar a Ceuta y Melilla) solo vive el 8 % del total. Solo dos (Lugo y Huelva) de las veintidós provincias menos pobladas tiene acceso al mar, mientras que, salvo Madrid, Sevilla y Zaragoza, las quince provincias más pobladas tienen todas costa.

Las dos mayores áreas metropolitanas de España son la Región urbana de Madrid (con 6 380 229 habitantes) y la Región urbana de Barcelona (con 5 239 927 habitantes).[28]

Los municipios de más de 100 000 habitantes en 2019 (según el INE) son los siguientes:


Clasificación de los municipios españoles según la densidad demográfica de habitantes por kilómetro cuadrado en el territorio del municipio en 2018:

En el caso de los mayores de 200 000 habitantes (2016):

Desde 1976, el hundimiento de la tasa de fertilidad provocó una ralentización en el crecimiento de la población española, llegándose a prever la amenaza de un crecimiento negativo para 2030. Sin embargo, la llegada de inmigrantes desde finales de los noventa ha permitido un nuevo despegue en el número de habitantes del país: de hecho, este fenómeno ha provocado una tasa de crecimiento, en torno al 1,7% anual desde 2001. El crecimiento vegetativo, aún bajo, ha empezado a crecer gracias a la mayor tasa de fertilidad de los nuevos residentes.

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1857 y 2005

Evolución demográfica de España entre 1900 y 2005

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1787 y 1857

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1857 y 1887

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1887 y 1920

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1920 y 1950

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1950 y 1981

Distribución geográfica del crecimiento de la población española entre 1981 y 2005

En España, según el padrón de 2011 la población es de 47 190 493 y es la oficial a 1 de enero de 2011;[32]​ Las comunidades autónomas que pierden habitantes son Asturias, Galicia, Castilla y León y Aragón.

En 2012 el número de nacimientos se redujo por cuarto año consecutivo al descender un 3,9 %. La edad media a la maternidad aumentó hasta 31,6 años y el número medio de hijos por mujer bajó a 1,32. Durante el año 2012 fallecieron en España 405 615 personas, lo que supuso un 4,6 % más que en el año anterior. Se trata del mayor incremento anual de la década.[35]

Según el INE la población de España disminuyó en 113 902 personas durante 2012 y se situó en 46 704 314 habitantes el 1 de enero de 2013.[34]

Las proyecciones del INE sobre la población de España son las siguientes:

Según el censo INE 2006, el 9,27 % de la población de España es de nacionalidad extranjera. La inmigración a gran escala empezó a mediados de la década de los noventa. Hacia el año 2000, España recibía el segundo mayor número de inmigrantes de todo el mundo en términos absolutos (tras Estados Unidos). En la actualidad, sin embargo, su tasa de inmigración neta llega solo al 0,99 %, ocupando el puesto n° 15 en la Unión Europea y el n° 53 a nivel global.[37]​ Es, además, el 9° país con mayor porcentaje de inmigrantes dentro de la UE, por debajo de países como Luxemburgo, Irlanda, Austria o Alemania.[38]

Constituye el décimo país del mundo con mayor población extranjera, detrás de países como Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, Canadá o el Reino Unido. La mayoría de los inmigrantes que llegan a España provienen de Iberoamérica (en un 36,21 %), seguido de Europa Occidental (21,06 %), Europa del Este (17,75 %) y el Magreb (14,76 %). La distribución geográfica de los extranjeros es muy irregular, concentrándose a lo largo de las costas mediterránea y canaria y en Madrid y alrededores, en general acentuando aún más las ya profundas diferencias regionales de población del país.

La Crisis económica de 2008-2011 en España ha tornado el fuerte crecimiento demográfico, fruto en gran medida de la inmigración y de los nuevos nacimientos de la población inmigrante (hasta el 20 % de los nacimientos) en emigración.[36]

Porcentaje de inmigrantes respecto la población total[39][40]


Según el estudio realizado en 2013 por el Observatorio del pluralismo religioso en España, la afiliación religiosa en España es la siguiente:

83,3 % católico, 2,3 % de otra religión, 14,5 % sin confesión religiosa.

Según el estudio realizado por Pew Forum (2010, 2012), la afiliación religiosa en España es la siguiente:

75,2% católico, 3,5% otra religión cristiana, 2,2% otra religión, 19,0% sin confesión religiosa.

Según el estudio realizado por el Instituto de Investigación “Investiga“, antes Gallup, la afiliación religiosa en España es la siguiente:

73,8% católico, 4,5% otra religión, 10,2% sin afiliación, 9,7% ateo.

Según el estudio realizado por CIS (Barómetro Julio 2015), la afiliación religiosa en España es la siguiente:

70,7% católico, 2,3% de otra religión, 15,1% no creyente, el 9,7% ateo

Según el estudio realizado por el Obradoiro de Socioloxia (septiembre - diciembre 2008), la afiliación en España es la siguiente:

80,5% católico, 2,1% otra religión, 8,9% sin afiliación, 7,6% ateo.



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