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Diócesis de Tibú



La diócesis de Tibú (en latín, Dioecesis Tibuensis) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Colombia, con sede en el municipio del mismo nombre, que hace parte de la provincia eclesiástica de Nueva Pamplona.

Antes de la conquista los territorios del lago de Maracaibo (Venezuela), la serranía del Perijá y los valles de los ríos Catatumbo y Zulia, estaban habitados por indígenas, a quienes se les llamó «motilones» por la costumbre de llevar el pelo muy corto; estos pertenecían al grupo étnico Barí.

En 1525 Rodrigo de Bastidas fundó Santa Marta e inició las primeras expediciones hacia los territorios del actual nororiente colombiano y de Venezuela.

En 1528, con Fray Tomás Ortiz (+1532), primer obispo de Santa Marta, se comenzó la misión evangelizadora de esta vasta región del país. En 1563 tiene lugar la fundación del convento de Nuestra Señora del Rosario, en la actual Valledupar; uno de sus fundadores, Fray Luis Vero, OP, compañero de San Luis Bertrán, pasó por Ocaña al río Zulia y por este al Catatumbo bajando hasta el lago de Maracaibo.

El 13 de septiembre de 1659 la Real Audiencia entregó el título de «gobernador» y «capitán» a Antonio de los Ríos Jimeno Isela (nacido en Jerez de la Frontera, España) y autorizó fundar una villa o una ciudad con las autoridades que creyera conveniente, con todas «las franquezas, mercedes, libertades que se conceden a los nuevos conquistadores». El poblado (San Faustino de los Ríos) se fundó legalmente en la parte oriental del río Pamplona, un poco más adelante de la desembocadura del río Táchira, en el límite de la cordillera y de la llanura que termina en el río Zulia, posiblemente el 15 de febrero de 1662. Por distintas dificultades, a raíz de las luchas entre conquistadores e indígenas, hicieron que la vía como salida al lago de Maracaibo, a través de los ríos Pamplona y Zulia, no fuera muy utilizada, por lo cual San Faustino de los Ríos inició su decadencia. En 1745 el capitán Don Buenaventura de Flotas y Sepúlveda, inició una reconstrucción del templo y del poblado, pero su empresa se frustró por el auge de San José de Guasimales (hoy Cúcuta).

En 1905 el presidente de la República, General Rafael Reyes Prieto, estableció la llamada Concesión Barco, con el General José de Jesús Virgilio Barco Martínez (1858-1922), militar y empresario colombiano, habilitando así la exploración y la explotación de petróleo, en zonas correspondientes a los actuales Tibú y El Tarra; este, a su vez, el 15 de mayo de 1917 pasó su contrato a la Compañía de Petróleo de Colombia (actual Ecopetrol). En 1920 se perforó el primer pozo en Río de Oro, en la vertiente oriental de la Serranía de los Motilones, en el Catatumbo, zona fronteriza de Venezuela en el extremo norte del departamento. En 1931, bajo la Ley 80, el presidente Enrique Olaya Olaya Herrera, mediante la Concesión Barco otorgó a la empresa estadounidense Colombian Petroleum Company (COLPET) los derechos de administración, explotación, producción, refinación y transporte de crudo, y a la South American Gulf Oil Company (SAGOC) la construcción de un oleoducto entre Tibú y Coveñas, que a mediados de 1939 iniciaría su funcionamiento. De esta forma el Gobierno declaró al sector petrolero como de interés público.

En 1933 se perforó el primer pozo en Petrólea (corregimiento que actualmente pertenece al municipio de Tibú, de donde dista 31 km al sur). Y en 1938 se hizo de Tibú el centro principal de la explotación.

En 1940 el señor obispo de Santa Marta, Monseñor Rafael Afanador y Cadena (1871-1957), santandereano, pensando en la asistencia espiritual de los fieles, decidió instalar una capellanía fije en el centro de las explotaciones de la COLPET, y confió este servicio a la Orden de Predicadores.

El 29 de septiembre de 1944 Monseñor Afanador y Cadena dio licencia a los dominicos para fundar en Cúcuta la casa de san Jacinto de Polonia y el 14 de febrero de 1945 se firmó el convenio para la misión de San Luis Bertrán del Catatumbo, teniendo como eje misional dicha casa religiosa. Este hecho está registrado así: «ayer miércoles de ceniza en el palacio episcopal de Pamplona se ha firmado un convenio trascendental: el obispo Don Rafael Afanador y Cadena ha erigido la misión de San Luis Bertrán en el Catatumbo y el superior provincial, Fray Alberto E. Ariza Sánchez, OP [1903-1987, santandereano], la ha aceptado en nombre de los dominicos de Colombia».

Al día siguiente el provincial de los dominicos y el P. Daniel Jordán Contreras (1899-1979), párroco de San José, en Cúcuta, viajaron en tren hasta Puerto Santander (actualmente centro parroquial de la diócesis) a orillas del rio Zulia.

El 8 de marzo de 1945 el Consejo de Cúcuta creó, mediante Acuerdo N° 5, el corregimiento de Tibú, futuro municipio.

El 7 de marzo de 1947 Fray Juan José Díaz Plata, OP (1904-1979), natural de Zapatoca, Santander, que hasta 1945 sirvió en la misión dominicana del Alto Apure venezolano, fue designado superior de la misión San Luis Bertrán en el Catatumbo. Y así entró como primer misionero que se radicó en lo que entonces se llamó «Bertrania», a muy pocos kilómetros de la actual Tibú.

El 1° de agosto de 1951 el papa Pío XII erigió, mediante constitución apostólica «In nimium», esta jurisdicción con el nombre de «Prelatura nullius de Bertrania en el Catatumbo», cuyo territorio fue tomado de las diócesis de Santa Marta y Nueva Pamplona, y se hizo sufragánea de Cartagena.

Con una solemne ceremonia en Bertrania, con la presencia del Nuncio apostólico de Su Santidad en Colombia, Excelentísimo señor Antonio Samoré (1905-1983), el 9 de octubre de 1951 se inauguró la nueva jurisdicción eclesiástica y se encomendó al cuidado pastoral de Fray Juan José Díaz Plata, OP, primer misionero propiamente dicho de esta región, quien fue designado como Administrador apostólico de la Prelatura. El 22 de septiembre de 1953 el Santo Padre lo nombró Prelado «nullius», servicio que desempeñó hasta el momento de su muerte, acaecida en Tibú el 2 de agosto de 1979, cuando contaba con 75 años de edad, de los cuales paso 32 años en la evangelización del Catatumbo colombiano. El ministerio de Fray Juan José Díaz Plata, OP, fue muy fructífero, pues su espíritu misionero lo llevó a construir, de la mano de abnegados frailes, residencias misionales, iglesias, escuelas, caseríos (en Ricaurte, San Faustino de los Ríos, Guzmania - La Silla, Bertrania, Puerto Colón, Puerto Villamizar, Puerto Santander, Agua Clara, Bellavista, Pacelli, Luis Vero, Campo Dos y otros lugares)y a iniciar la misión en Catalaura.

Posteriormente, el 3 de mayo de 1952, mediante decreto "Cum excellentissimus" de la Sagrada Congregación Consistorial, le fue anexado otro territorio, de la entonces diócesis de Nueva Pamplona.

Otros acontecimientos que resaltan en la historia de esta Iglesia particular son:

En 1976, a 25 años de su creación, la prelatura contaba con 7 parroquias: San Luis Bertrán (Tibú), Nuestra Señora del Tránsito (El Tarra), Santo Domingo de Guzmán (La Silla), San Vicente Ferrer (Agua Clara), Nuestra Señora de Chiquinquirá (Ricaurte - San Faustino), Nuestra Señora del Carmen (Puerto Santander), y Santa María la Virgen (Campo Dos). Posteriormente se fueron creando otras parroquias hasta completar las 17 que existen en la actualidad.

De especial mención los siguientes acontecimientos para la historia de la hoy diócesis y para la región en general:

El 18 de abril de 1995 el Santo Padre promovió a Monseñor Luis Madrid Merlano a la Diócesis de Cartago como su nuevo obispo.

El 5 de enero de 1996 el Santo Padre Juan Pablo II nombró al señor Presbítero José de Jesús Quintero Díaz (1949 - ~), del clero de la Diócesis de Istmina – Tadó, como nuevo obispo de la Prelatura de Tibú, quien recibió la consagración episcopal de manos del entonces Nuncio apostólico de S.S., Excelentísimo señor Paolo Romeo (1938 - ~), el 2 de marzo siguiente, y en esa misma fecha tomó posesión como su nuevo pastor. Siendo elevada la Prelatura a Diócesis el 29 de diciembre de 1998, mediante la Constitución apostólica «Quam provido», por el Santo Padre Juan Pablo II, su obispo prelado se constituyó en el primer obispo de la misma, y allí permaneció en su servicio pastoral hasta el 23 de octubre de 2000 cuando fue promovido al Vicariato apostólico de Leticia como su nuevo pastor. Cabe resaltar que el 24 de noviembre de 1997 fue víctima del secuestro a manos de la columna "Armando Cacua Guerrero" del grupo armado ilegal ELN, que lo dejó libre 16 días después. Y nuevamente el 15 de agosto de 1999 fue secuestrado por un grupo subversivo autodenominado "Coordinadora guerrillera", cuando se desplazaba a Tibú proveniente de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en El Tarra, NS, donde había celebrado la fiesta patronal.

Después llegaría como obispo Monseñor Camilo F. Castrellón Pizano, SDB (1942 - ~), hijo de Don Bosco, pastor prudente y sabio, de vida muy sencilla, visionario, cercano a la gente, de gran sensibilidad por los jóvenes, empeñado en la promoción vocacional, preocupado por sus sacerdotes, por las religiosas y los seminaristas, con gran sentido pastoral de su misión y de toda acción evangelizadora. Nombrado obispo por S.S. Juan Pablo II el 23 de abril de 2001, recibió la consagración episcopal de manos del entonces Nuncio apostólico de S.S. en Colombia, Excelentísimo señor Beniamino Stella (1941 - ~) en el Santuario nacional Nuestra Señora del Carmen, en Bogotá, en medio del regocijo de la familia salesiana el 6 de junio de 2001. Posteriormente, el 2 de diciembre de 2009 fue promovido a la Diócesis de Barrancabermeja como su nuevo obispo.

Sucedió en el pastoreo de la Iglesia local Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, OP, quien fuera después desplazado a la Arquidiócesis de Popayán como su nuevo pastor.

Luego de un período sede vacante, el 5 de noviembre de 2021, el Santo Padre Francisco nombró al señor Presbítero Israel Bravo Cortés (1971 - ~), del clero de la Diócesis de Cúcuta, nuevo Obispo de Tibú.

La diócesis está conformada por la parte norte y rural de los municipios de Cúcuta, El Zulia y Sardinata, y por los territorios completos de los municipios de Tibú, Puerto Santander y El Tarra, todos ubicados en el Departamento de Norte de Santander, haciendo de su extensión territorial una zona muy amplia que bordea la frontera con Venezuela. Tiene hoy 18 parroquias y una cuasiparroquia.

De acuerdo al Anuario Pontificio 2018 la diócesis tenía a fines de 2017 un total de 192 150 fieles bautizados.



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