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Don Dionís de Portugal



Dionisio I de Portugal (Dinis en portugués), apodado el Labrador (Lisboa, 9 de octubre de 1261[1]​ - Santarém, 7 de enero de 1325). Hijo del rey Alfonso III y de su segunda esposa, Beatriz de Castilla, sucedió a su padre en el trono de Portugal en 1279. Se intitulaba en los diplomas que otorgó durante su reinado como «Dom Denis, pella graça de Deus, Rei de Purtugal e do Algarue», y así consta en el fuero concedido a Rebordãos el 18 de mayo de 1285,[2]​ así como en otros documentos.

Dionisio de Portugal nació el 9 de octubre de 1261 en Lisboa, hijo del rey Alfonso III de Portugal y de su esposa Beatriz de Castilla. Perteneció, por el lado paterno, a la casa real portuguesa, descendiente directo de la casa ducal de Borgoña. Por el lado materno, desciende de importantes personalidades como Alfonso X de Castilla, su abuelo, de Enrique II de Inglaterra y de Felipe de Suabia.

Por el lado paterno también es descendiente del mismo rey inglés. Alfonso III, por su madre, era primo hermano de Luis IX de Francia, que también era descendiente de Enrique.

Fue el sexto rey de Portugal, y subió al trono con 17 años. A lo largo de 46 años de reinado, fue uno de los principales responsables de la creación de la identidad nacional y de los albores de la conciencia de Portugal en cuanto estado nación. En 1297, después del final de la Reconquista por su padre, definió las fronteras de Portugal en el Tratado de Alcañices. Con este tratado, Portugal tiene las fronteras más antiguas de Europa.[cita requerida]

Poco se sabe de su infancia, pero se conoce que varios ayos se encargaron de su educación, entre los cuales los más conocidos fueron Lorenzo González Magro (que sería descendiente de Egas Moniz, o Aio). El infante fue más tarde encomendado a los cuidados del alguacil del reino, Nuno Martins de Chacim, que Dionisio después nombraría jefe de mayordomo.

En 1265, a los cuatro años, acompañó a su madre en una lucha militar, en la visita a su abuelo Alfonso X de Castilla en Sevilla, un viaje relacionado con la cuestión del Algarve, cuya resolución implicó el envío de refuerzos portugueses para la guerra en Andalucía. En 1278 recibió su casa propia, un año antes de ascender al trono.

En 1282, con 21 años, se casó con Isabel de Aragón, que fue conocida como Reina Santa.

Continuó relevantes reformas judiciales, instituyó la lengua portuguesa como lengua oficial de la corte, creó la primera Universidad portuguesa, liberó las órdenes militares en el territorio nacional de influencias extranjeras y prosiguió un sistemático aumento del centralismo regio.

Su política centralizadora fue articulada con importantes acciones de fomento económico como la creación de innumerables condados y ferias. Asimismo, ordenó la exploración de minas de cobre, plata, estaño y hierro, y organizó la exportación de la producción excedente para otros países europeos. En 1308 se firmó el primer acuerdo comercial portugués con Inglaterra.

En 1312, fundó la marina portuguesa,y nombró primer almirante de Portugal al genovés Manuel Pessanha. Además ordenó la construcción de varios muelles.

Como heredero, su padre le hizo compartir las responsabilidades de gobierno. En la época de su ascenso al trono, Portugal se encontraba sumida en diversos conflictos diplomáticos con la Iglesia católica. Dionisio firmó un acuerdo con el papa y juró proteger los intereses de la iglesia en Portugal. Por eso, garantizó el asilo de los caballeros templarios perseguidos en Francia y creó la Orden de Cristo, designada a ser la continuación de la Orden del Temple.

Con la Reconquista terminada y el país libre de la ocupación musulmana, Dionisio se convirtió en un rey básicamente administrativo y no militar. Sin embargo, mantuvo una breve contienda con Castilla por las posesiones de Serpa y Moura. Después, Dionisio evitó la guerra; fue un amante de la paz durante un periodo especialmente tormentoso de la historia de Europa. Dionisio firmó un pacto de fronteras (el Tratado de Alcañices) con el rey Fernando IV de Castilla (1297) que han permanecido prácticamente inalteradas hasta nuestros días.

La prioridad principal del gobierno de Dionisio fue la organización del país. Siguió las políticas de su padre en los temas de legislación y centralización del poder. Promulgó el núcleo de la legislación civil y criminal portuguesa, protegiendo a las clases bajas de los abusos y la extorsión. Viajó por todo el país, arreglando las situaciones injustas y resolviendo los problemas. Ordenó la construcción de numerosos castillos, creó nuevas ciudades y garantizó los privilegios de numerosas villas. Junto a su esposa, la princesa Isabel de Aragón, Dionisio trabajó para mejorar la vida de los más desfavorecidos y fundó diversas instituciones sociales.

Preocupado por las infraestructuras del país, Dionisio ordenó la explotación de minas de cobre, hierro y plata y organizó la exportación del exceso de la producción a otros países europeos. El primer acuerdo comercial portugués se firmó en Inglaterra en 1308. Dionisio fundó la marina portuguesa al mando de un almirante genovés y ordenó la construcción de varios puertos.

Su principal preocupación fue el desarrollo y promoción de las infraestructuras rurales, de ahí su apodo de El Labrador. Redistribuyó las tierras, promocionó la agricultura, organizó comités de agricultores y tuvo especial interés en el desarrollo de las exportaciones. Instituyó mercados fijos en numerosas ciudades y reguló sus actividades. Uno de sus logros principales fue la protección de las tierras agrícolas del avance de las arenas costeras,ordenando la plantación de bosques de pinos en la zona cercana a Leiría. Este bosque aún existe y está considerado como uno de los más importantes de Portugal. Se le conoce con el nombre de Pinhal de Leiria.

La cultura fue otro de los intereses personales del rey Dionisio.[3]​ Escribió diversos libros con temas que iban desde la administración a la caza, la ciencia o la poesía. Fue uno de los mayores y más fecundos trovadores de su tiempo. A nuestro días han llegado 137 cantigas con su autoría, distribuidas en todos los tipos: 73 cantigas de amor, 51 cantigas de amigo y 10 cantigas de escarnio y maldecir; además de la música original de las siete de esas cantigas descubiertas por el profesor Harvey L. Sharrer en el Archivo Nacional de la Torre do Tombo, en un pergamino que servía de cubierta a un libro de registros notariales del siglo XVI, y al que se le dio el nombre de Pergamino Sharrer.[4]

La lengua gallego-portuguesa, derivada del latín vulgar, se desarrolló por lo menos desde el siglo X y era la ya utilizada para los versos de los cantares trovadorescos de autores provenientes tanto de Galicia como de la propia corte del Reino de Castilla y se sabe que el propio Alfonso X de Castilla, abuelo de Dinis, era también trovador y tenía entre sus composiciones algunos escritas en esta lengua.

Sus hijos naturales Alfonso Sánchez y Pedro Alfonso, siguieron los pasos de su padre y compusieron, como él, una extensa obra.

En 1290, declaró el gallego-portugués como lengua oficial del Reino de Portugal, siendo consecuentemente extendido en las fórmulas de la prosa notarial.

En su época, Lisboa fue uno de los centros europeos de la cultura y el conocimiento. Más tarde, en 1290, se creaba el Estudio General fundando por el documento Scientiae thesaurus mirabilis, ubicado en el actual Largo do Carmo en Lisboa y así continuando la obra de Jardo. En esta institución se enseñaban las artes, el derecho civil, el derecho canónico y la medicina.

En 1308, fue oficialmente transferida a Coímbra, y más tarde fue designada como universidad. Esta fue transferida entre Lisboa y Coímbra varias veces, estando instalada definitivamente en Coímbra desde 1537, por decreto de uno de sus descendientes, Juan III de Portugal. El primer estatuto de la Universidad de Coímbra fue el decreto Magna Charta Priveligiorum firmado por Dionisio.

Además, mandó traducir importantes obras, teniendo su corte uno de los mayores centros literarios de la Península ibérica.

El final de su pacífico reinado estuvo marcado sin embargo por los conflictos internos. Los contendientes fueron dos de sus hijos, Alfonso el Bravo, legítimo heredero, y Alfonso Sánchez, hijo bastardo que reclamaba los favores reales. En el momento del fallecimiento de Dionisio en Santarén el 7 de enero de 1325, el rey había situado a Portugal al mismo nivel que el resto de los reinos ibéricos. Fue sepultado en el Monasterio de San Dionisio, en Odivelas que fundó.[5]​{Harvnp|Sotto Mayor Pizarro|1997|p=196}}

Dionisio estuvo casado con Isabel de Aragón, hija del rey Pedro III de Aragón y de su esposa Constanza II de Sicilia.[6]​ Del matrimonio nacieron dos hijos:

Tuvo varios hijos naturales:

Con Grácia Froes (también llamada Grácia Anes):[8]

Con Aldonza Rodrigues Talha:[10]

Con Marina Gomes:

Con María Pires, «una buena mujer de Oporto», según las palabras de Pedro Alfonso, el conde de Barcelos, nació a mediados de la década de los noventa:[15]

De una mujer de nombre desconocido tuvo:




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