x
1

Edward Jenner



Edward Jenner[1]​ (Berkeley, Inglaterra, 17 de mayo de 1749-ibíd. 27 de enero de 1823) es llamado "el padre de la inmunología", y se dice que su trabajo "ha salvado más vidas que el trabajo de cualquier otro hombre".[2][3][4]

Edward Anthony Jenner nació el 17 de mayo de 1749[5]​ (6 de mayo en el calendario juliano) en Berkeley, Gran Bretaña, como el octavo de nueve niños. Su padre, el Reverendo Stephen Jenner, fue el vicario de Berkeley, por lo que Jenner recibió una sólida educación básica. Por sus descubrimientos y su gran avance, la Asamblea Nacional francesa le otorgó la ciudadanía francesa que aceptó y se convirtió en ciudadano francés en 1800.[5]

Posteriormente se convirtió en un afamado investigador, médico rural y poeta, cuyo descubrimiento de la vacuna antivariólica tuvo trascendencia definitoria para combatir la viruela. En el campo de la zoología, fue la primera persona en describir el parasitismo del cuco. En 2002, Jenner fue incluido en la lista de los 100 ingleses más importantes.

Edward Jenner nació en la ciudad de Berkeley, Gloucestershire, al sur de Inglaterra. Fue el octavo hijo de Sarah Head, esposa del vicario Stephen Jenner, antes de este nacimiento, el matrimonio había perdido dos hijos. Edward fue bautizado con el mismo nombre de uno de sus hermanos que falleció a los cinco años de edad, precisamente dos semanas antes de su nacimiento. Stephen Jenner era un hombre culto educado en Pembroke y Oxford, después de realizar sus estudios eclesiásticos fue el vicario de la iglesia parroquial de Berkeley desde 1792, el mismo año en el que contrae nupcias con Sarah Head hija del anterior vicario Henry Head, al que había sustituido en la parroquia. En la vicaría de Berkeley se llevaba la modesta vida de un clérigo. Los ingresos que proporcionaba el servicio parroquial, junto con los procedentes de sus propiedades permitieron al vicario ofrecer a sus hijos bienestar material, pero sobre todo, darles una buena educación. En este ambiente cultural los dos hermanos mayores de Edward, Stephen y Henry siguieron los estudios eclesiásticos en Oxford como su padre.

En el mes de mayo de 1754 Sarah Head da a luz a su noveno hijo, el 8 de mayo es bautizado con el nombre de Thomas, pero fallece al día siguiente. Veinticuatro horas después Sarah Jenner fallece por complicaciones puerperales a la edad de 46 años y sólo dos meses después el 9 de diciembre fallece el vicario Stephen Jenner, dejando a Edward huérfano a la temprana edad de cinco años quedando al cuidado de su tía Deborah y de su hermana mayor Mary. Su hermano mayor Stephen asume la responsabilidad de la familia Jenner, y para Edward será su guía paternal.

Antes de acudir a la escuela, las hermanas de Edward ya le habían enseñado las reglas básicas de matemáticas, música, a leer y a escribir. Con estos conocimientos básicos ingresa a la escuela de gramática Wotton-under-Edge, situada a cuatro millas al este de Berkeley. Esta escuela es dirigida por el reverendo Tomas Clissod, donde recibe clases de latín y griego, pero al muy joven Edward lo que más le apasionaba era dar largos paseos por las colinas y bosques y así observar y aprender de la naturaleza. Entre las piedras calizas de las pequeñas colinas cerca de su casa buscaba fósiles. También coleccionaba nidos de ratones de campo, de los que llegó a tener más de cincuenta.

Cuando Edward Jenner tenía ocho años, en Berkeley surgió un brote de viruela, por lo que la familia de Edward decide que es necesario aplicarle el único método preventivo conocido hasta entonces: la variolización (método que había importado a Inglaterra la exploradora Lady Mary Wortley Montagu vista dicha costumbre en el Imperio otomano), pues era ya un hecho conocido que la viruela sólo se padecía una vez en la vida, por eso la mayoría de los médicos de la época recomendaban practicar la inoculación en los niños y así evitar que adquiriesen una forma mortal, lo cual ocurría de manera muy frecuente en esa época.

Sin una base real de conocimientos científicos, e ignorando los principios de la antisepsia, la variolización se rodeaba de cierto misterio y cada médico o farmacéutico empleaba su propio método. A Edward Jenner y a sus compañeros les realizó las inoculaciones el boticario Mr. Holborn de la cercana localidad de Wotton-under-Edge. En la inoculación los niños recibían un corte hasta el sangrado en un brazo donde el Sr. Holborn aplicaba el contenido purulento de la vesícula de un enfermo de viruela, después cubría la herida con un vendaje limpio. Los que recibían la inoculación debían ser aislados pues presentaban la enfermedad y podían transmitirla a otras personas que no la habían padecido. A Edward y sus compañeros los aíslan en un establo maloliente, con poca iluminación y sin ventilación, donde tenían que comer, dormir y hacer sus necesidades por cuarenta días (cuarentena) una experiencia terrible que Edward al igual que los demás inoculados no olvidarán con facilidad.

En el ambiente campesino de Berkeley, con una población de unos mil habitantes, Edward no encontrará mejor lugar para vivir que esta localidad a la que amaba.

Era también llamado el sabio-poeta debido a la pasión que sentía por escribir y manifestar sus sentimientos a través de esta faceta de la literatura. También amaba la música y la naturaleza.

La viruela era una enfermedad que se había convertido en una terrible epidemia. La gente de su pueblo lo creía loco, porque había empezado a probar la vacuna contra la viruela con un niño sano de ocho años llamado James Phipps, después de que el tratamiento con James Phipps dio un resultado favorable lo empezó a utilizar con otras personas, ante la cerrada oposición de otros médicos. Las personas creían que si se vacunaban les crecerían apéndices vacunos en el cuerpo y sobre eso se hizo una sátira llamada "The cow pock" (1802).

Para la historia de Francia, llega el merecido reconocimiento cuando Napoleón da la orden de vacunar a toda su tropa, en el año 1805. Posteriormente la Condesa de Berkeley y Lady Duce hacen vacunar a sus hijos, haciendo que la nobleza inglesa las imite. El reconocimiento había llegado dos años antes con la organización en España de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que patrocinó una primera expedición de vacunación a nivel mundial, al abarcar su imperio de ultramar (Hispanoamérica y Filipinas).

Así se quiebra definitivamente el círculo de opositores al científico y es entonces cuando lo invitan a establecerse en Londres y ganar mucho dinero, pero Edward Jenner declina la propuesta manifestando que "si en la aurora de mis días busqué los senderos apartados y llanos de la vida, el valle y no la montaña, ahora que camino hacia el ocaso, no es un regalo para mí prestarme como objeto de fortuna y de fama". No obstante lo expuesto, recibe dinero y distinciones que le permiten pasar una vejez económicamente holgada.

Jenner fue elegido miembro de la Royal Society en 1788, después de la publicación de su detallado estudio de las costumbres previamente desconocidas de anidamiento del cuco, un estudio en el que combinó la observación, el experimento, y la disección.

Describió cómo el cuco recién eclosionado empujaba los huevos y los polluelos recién nacidos del nido de su anfitrión (contrariamente a la creencia existente hasta entonces de que lo hacía el cuco adulto).[6]​ Habiendo observado este comportamiento, Jenner descubrió una adaptación anatómica necesaria para su puesta en práctica (el pollo del cuco presenta un depresión en su espalda, que desaparece después de los doce días de vida, que le permite empujar fuera del nido los huevos de su anfirión y los otros polluelos). El adulto no permanece el tiempo suficiente en el área para realizar esta tarea. Las conclusiones de Jenner fueron publicadas en las Philosophical Transactions of the Royal Society en 1788.[7][8]

"La singularidad de su forma está bien adaptada a estos propósitos, ya que, a diferencia de otras aves recién nacidas, su espalda desde la escápula hacia abajo es muy ancha, con una considerable depresión en el medio. Esta depresión parece formada por la naturaleza para dar un alojamiento más seguro al huevo del acentor -o de su pollo-, cuando el joven cuco se emplea en la expulsión de cualquiera de ellos fuera del nido. Cuando ya tiene doce días de edad, esta cavidad se rellena, y entonces la espalda asume la forma de las aves en común."[9]​ El sobrino de Jenner, nacido el 30 de junio de 1737, le ayudó en el estudio.

La comprensión de Jenner del comportamiento del cuco no obtuvo un crédito completo hasta que la artista Jemima Blackburn, una aguda observadora de la vida del pájaro, vio un pollo de cuco (todavía ciego) que empujaba hacia fuera un huevo de su anfitrión. Su descripción e ilustración de este hecho fueron suficientes para convencer a Charles Darwin de revisar una edición posterior de El Origen de las Especies .

En la época de Jenner, la inoculación ya era una práctica común, pero implicaba graves riesgos. En 1721, Lady Mary Wortley Montagu había importado la variolación en Gran Bretaña después de haberla observado en Constantinopla. Voltaire escribió que por entonces el 60% de la población padecía la viruela y que el 20% fallecía por la enfermedad.[10]​ Voltaire también afirmaba que los circasianos utilizaban la inoculación desde tiempos inmemoriales, costumbre que pudo haber sido imitada por los turcos.[11]

En 1768, el médico inglés John Fewster se había dado cuenta de que la infección previa con la viruela vacuna hacía que una persona fuera inmune a la viruela.[12]

En los años siguientes a 1770, por lo menos cinco investigadores en Inglaterra y Alemania (Sevel, Jensen, Jesty en 1774, Rendell, y Plett en 1791) probaron exitosamente una vacuna contra la viruela en seres humanos.[13]

Por ejemplo, el agricultor de Dorset Benjamin Jesty[14]​ fue vacunado con éxito y presumiblemente adquirió inmunidad inducida artificialmente con el virus de las vacas al igual que su esposa y sus dos hijos con anterioridad a la epidemia de viruela de 1774. Pero no fue hasta el trabajo de Jenner que el procedimiento llegó a ser ampliamente entendido. Jenner pudo haber conocido el procedimiento utilizado por Jesty y el éxito obtenido.[15]

Al observar el hecho comúnmente conocido de que las lecheras eran generalmente inmunes a la viruela, Jenner postuló que el contacto de las lecheras durante el ordeño con el pus de las ampollas de las vacas (conteniendo el virus de la viruela bovina, una enfermedad similar a la viruela, pero mucho menos virulenta) las protegía de la viruela.

El 14 de mayo de 1796, Jenner probó su hipótesis inoculando a James Phipps, un niño de ocho años, hijo del jardinero de Jenner. Raspó el pus de las ampollas de la viruela en las manos de Sarah Nelmes, una lechera infectada de la viruela vacuna por una vaca llamada Blossom (cuya piel ahora cuelga en la pared de la biblioteca de la escuela de medicina de San Jorge, en Tooting). Phipps fue el decimoséptimo caso descrito en el primer artículo de Jenner sobre vacunación.[16]

Jenner inoculó a Phipps en ambos brazos ese día, lo que le produjo posteriormente fiebre y cierta inquietud, pero ninguna infección grave. Posteriormente, le sometió al procedimiento de variolación,[17]​ el método habitual de inmunización en ese momento, que en ocasiones suponía contraer la grave enfermedad. No se produjo ningún síntoma. El niño fue más adelante probado de nuevo con material variólico, y de nuevo no mostró ningún signo de infección.

Donald Hopkins señala que: "La contribución principal de Jenner no fue que inoculó a algunas personas con la vacuna, sino que después demostró que eran inmunes a la viruela."[18]

Además, demostró que el pus protector de la viruela vacuna podría inocularse eficazmente de persona a persona, y no solo directamente del ganado.

Probó con éxito su hipótesis sobre otros 23 pacientes adicionales.

Jenner continuó su investigación e informó a la Royal Society, que no publicó el documento inicial. Después de revisiones e investigaciones posteriores, publicó sus hallazgos sobre los 23 casos. Algunas de sus conclusiones eran correctas, algunas erróneas; los métodos microbiológicos y microscópicos modernos harían que sus estudios fueran más fáciles de reproducir. La comunidad médica deliberó extensamente sobre sus hallazgos antes de aceptarlos. Finalmente, se aceptó la vacunación, y en 1840, el gobierno británico prohibió la variolación de la viruela para inducir la inmunidad y proporcionó la vacunación con vacuna gratuita.

El éxito de su descubrimiento pronto se extendió por Europa y se utilizó en masa en la Corona Española, donde se emprendió La Expedición Balmis, una misión de tres años de duración a las Américas, Filipinas, Macao, y China, dirigida por el doctor Francisco Javier Balmis con el objetivo de inocular a miles de personas la vacuna contra la viruela.[19]​ La expedición tuvo éxito y Jenner escribió: "No me imagino que los anales de la historia contengan un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como este".[20]Napoleón Bonaparte, que en ese momento estaba en guerra con Gran Bretaña, hizo vacunar a todas sus tropas, y a petición de Jenner, liberó a dos prisioneros de guerra ingleses y les permitió regresar a sus casas. El emperador francés comentó que no podía "negar nada a uno de los más grandes benefactores de la humanidad".[21][22]

El trabajo continuo de Jenner sobre la vacunación le impidió continuar con su práctica médica ordinaria. Fue apoyado por sus colegas y el rey en la petición al Parlamento, y se le concedieron 10 000 libras esterlinas en 1802 por su trabajo en la vacunación. En 1807, se le concedieron otras 20.000 libras después de que el Real Colegio de Médicos confirmase la eficacia generalizada de la vacunación.

En 1803 se convirtió en Presidente de la Sociedad Jenneriana de Londres, preocupado por promover la vacunación para erradicar la viruela. El Jennerian cesó sus operaciones en 1809. En 1808, con la ayuda del gobierno, se fundó el Instituto Nacional de Vacunación, pero Jenner se sintió deshonrado por los hombres seleccionados para gestionarlo, y renunció a su dirección.[23]​ Jenner se convirtió en miembro de la Sociedad de Cirugía y Medicina en su fundación en 1805 (actualmente Real Sociedad de Medicina) y presentó varias ponencias allí. Jenner fue elegido miembro honorario extranjero de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias en 1802 y miembro extranjero de la Real Academia Sueca de Ciencias en 1806.[24]

Jenner regresa a Berkeley y continúa recibiendo honores que le llegan desde distintos puntos del mundo. Cualquier petición de su parte, a diferentes autoridades, era prácticamente complacida. De la misma forma se le quería y respetaba en su pueblo, donde continuaba esforzándose por sus pacientes. Fue elegido como alcalde del pueblo a causa de su decisión de permanecer allí.[25]

Llega a escribir un nutrido número de poesías[26]​ y en sus últimos años continúa desarrollando el amor por la naturaleza, pero ahora lo manifiesta en su afición por los pájaros y el cultivo de plantas y flores.

Falleció víctima de una apoplejía, el 26 de enero de 1823, a la edad de 73 años, en la localidad de Berkeley, la localidad en la que nació.[31]

En 1979, la Organización Mundial de la Salud declaró a la viruela una enfermedad erradicada.[32]​ Eso fue el resultado de esfuerzos coordinados de salud pública mundial, donde la vacunación fue un componente esencial. Aunque la enfermedad fue declarada erradicada, algunas muestras de gérmenes aún permanecen en laboratorios de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta, EE. UU., y en el Centro de Investigación Estatal de Virología y Biotecnología VECTOR en Koltsovo, Oblast de Novosibirsk, Rusia.[33]




Escribe un comentario o lo que quieras sobre Edward Jenner (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!