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El Prat de Llobregat



El Prat de Llobregat (en catalán y oficialmente El Prat de Llobregat) es un municipio que se encuentra en la comarca del Bajo Llobregat en la provincia de Barcelona, comunidad autónoma de Cataluña, España, y forma parte del área metropolitana de Barcelona.

En su término municipal se encuentran infraestructuras de gran importancia para Barcelona como el Aeropuerto de Barcelona (IATA:BCN), y, una vez finalizadas las obras del desvío del río Llobregat, una parte de la zona portuaria del puerto de Barcelona.

La ciudad se encuentra a orillas del mar Mediterráneo y su término municipal, de una superficie de 31,40 km², linda con los de Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Cornellá de Llobregat, San Baudilio de Llobregat y Viladecans.[2]​ El terreno es prácticamente llano y su altitud máxima (5 metros) se encuentra en la Plaça de la Vila.

Las localidades hermanadas con El Prat son Garrovillas de Alconétar (Cáceres), Gibara (Cuba), Kukra Hill (Nicaragua) y el condado de Fingal (Irlanda).[cita requerida] El Prat de Llobregat es conocido también por su raza autóctona de gallos y gallinas, los pollos potablava. Se organiza anualmente la Feria Avícola del Prat de Llobregat para promocionarlos.

Un dossier con datos demográficos más extensos se puede obtener en este enlace

La población del Prat es de 64.132 habitantes, según el padrón de habitantes el 1 de enero de 2018. Después de vivir fuertes aumentos demográficos a partir de mediados del siglo XX, la población del Prat se mantiene más o menos estable desde 1980. En el año 2010 es el cuarto municipio en población del Bajo Llobregat, después de Cornellá, San Baudilio y Viladecans.

El Prat de Llobregat tiene un clima mediterráneo típico. De acuerdo a la clasificación climática de Köppen el clima de El Prat de Llobregat es de tipo Csa (mediterráneo).[3][4]

La temperatura media anual se sitúa alrededor de los 16 °C, que van de los 9,2 °C en enero a los 24,4 °C en agosto, siendo así la amplitud térmica anual de 15,6 °C. En invierno las heladas son ocasionales, con una media de casi cuatro días al año, y las nevadas son excepcionales, con una media de menos de un día cada dos años. En verano las máximas no son demasiado altas, con 28,5 °C de media en agosto, pero las mínimas superan ligeramente los 20 °C en este mes. Por otra parte, la oscilación térmica diaria es reducida, situándose en 8,5 °C.[3][4]

La precipitación anual se sitúa algo por debajo de los 600 mm. El mínimo de precipitación se da en la primera mitad del verano, en junio y julio con una media ligeramente superior a los 20 mm en este último, sin embargo, a pesar de tener un clima mediterráneo de tipo Csa caracterizado por un verano seco, el mes de agosto (el más cálido) resulta el tercer mes más lluvioso del año, con una media ligeramente superior a los 60 mm. El máximo de precipitaciones se da entre agosto y noviembre, con una media ligeramente por encima de los 90 mm en octubre, el mes más lluvioso. La humedad media del 69% es significativa debido a la condición marítima de la ciudad, variando poco a lo largo del año.[3][4]

A continuación se muestra una tabla con los valores climatológicos en el periodo de referencia 1981-2010 del observatorio de la AEMET situado en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, situado a 4 m s. n. m.. Nótese que los valores extremos están también tomados en el periodo 1981-2010.[3][4]

A continuación algunos récords climatológicos registrados en el observatorio de la AEMET situado en Alicante, considerados a partir del año 1924 para la temperatura y precipitación y a partir de 1961 para el viento. El récord de temperatura máxima absoluta es de 37,4 °C registrada el 27 de agosto de 2010, y la mínima de −8 °C registrada el 27 de diciembre de 1962. La precipitación máxima en un día es de 186,7 mm registrados el 25 de septiembre de 193, y la máxima racha de viento es de 139 km/h registrada el 15 de noviembre de 2001.[5]

El municipio del Prat limita al norte de Hospitalet de Llobregat, al este con el mar Mediterráneo, al oeste con Cornellá de Llobregat y al sur de Viladecans.

El Prat es el único municipio creado cuyo territorio se encuentra íntegramente en el delta del Llobregat. Las tierras de El Prat comienzan a ser habitadas hacia el siglo X, mucho antes de la creación del núcleo urbano. A finales del siglo XVII El Prat todavía no formaba poblado pero poseía una vida legal independiente con un consejo y unas ordenaciones municipales desde 1689.

El siglo XVII es el del nacimiento de El Prat urbano. Así, entre 1720 y 1740 comienzan a construirse las primeras casas alrededor de los edificios de la plaza, hecho motivado por la autorización concedida a Bernat Gual, un granjero, para abrir una carnicería próxima a un cruce de caminos (lo que hoy es la Plaça de la Vila). Posteriormente, se concedía el derecho papal para tener una parroquia propia, y más tarde crecían a los alrededores el hostal (que hacía las funciones de taberna y panadería, aparte de las que su nombre indica). La apertura de la carnicería, su buena situación, la construcción de la parroquia y la del hostal, favorecieron que varios artesanos se instalaran en el lugar. A lo largo del siglo las casas se agruparán en dos hileras que se extenderán paralelamente hacia el norte resiguiendo los dos lados de uno de los caminos. Así se formará la primera calle del pueblo, la única que habrá durante mucho tiempo: la calle Mayor.

Poco después el pequeño núcleo se ve favorecido por la barca que el mismo Bernat Gual pone en servicio para pasar el río, ya que para ir a comerciar a Barcelona se requería remontar el río (que en aquel tiempo transcurría justo al este de la hilera de casas) hasta el primer puente, en Martorell, a 23 km de allí, lo que suponía un viaje de un día solo para ir. Con la barca, el trayecto quedó reducido a ocho kilómetros, cosa que hizo que muchos más campesinos se interesaran en instalarse en El Prat.

Al empezar el siglo XIX, la economía de la población está basada todavía en una agricultura tradicional, fundamentada en el trabajo familiar y en la contratación temporal de jornaleros en los momentos de más trabajo. A lo largo del siglo, el crecimiento de la actividad agrícola, juntamente con el incremento demográfico, provocará un aumento del número de jornaleros. Estos, junto a los artesanos, serán los artífices del crecimiento del núcleo urbano.

La construcción del puente de Ferran Puig para cruzar el río (1873), la llegada del ferrocarril (1881) y el descubrimiento del agua artesiana (1893) abrieron perspectivas de desarrollo a la población que se materializarán en el siglo XX.

El Prat afronta la entrada del nuevo siglo con un hecho fundamental en el campo: la consolidación de los cultivos de regadío, que han conseguido desbancar totalmente a los cereales de secano. Casi todas las tierras han sido adaptadas a los nuevos productos, mucho más rentables, y eso ha repercutido en la mejora de la situación general de la población agrícola y jornalera. El Prat vive unos años de expansión gracias a la comercialización de los excedentes agrícolas, y gozan de especial reconocimiento por su calidad la alcachofa, la lechuga y el melón.

La ruptura con las formas de vida tradicionales vendrá provocada, básicamente, por la llegada de la industria y la instalación de la aviación. El paso de mano de obra del campo a la fábrica, la llegada masiva de trabajadores de otros lugares y la consolidación de la semanada en substitución del inseguro jornal, contribuirán a alterar profundamente la configuración social y cultural de El Prat. En 1917, con la instalación de la Papelera Española, en 1923 con los tres aeródromos en funcionamiento (eran los campos de la Aeronáutica Naval, el de Josep Canudas y el de la compañía francesa Latecoère) y en 1926 con la puesta en funcionamiento de La Seda, serán años clave en el proceso de transición de la sociedad agraria a la industrial.

La consolidación del proceso industrializador comportará la llegada masiva de nuevos pobladores que se encontrarán con una ciudad que no está preparada para acoger este flujo demográfico. El Prat de 1950 tenía 10.038 habitantes y 25 años más tarde, en 1975, la población total era de 51.058 personas. Los principales déficit se sitúan en la falta de viviendas y de plazas escolares pero también se hacen evidentes en los servicios, especialmente en el agua y en el alcantarillado.

A lo largo de los años setenta del siglo XX El Prat vivió un importante crecimiento, no siempre equilibrado, para adaptarse a la nueva realidad social. En los años ochenta el crecimiento urbano continuó y se ampliaron los polígonos industriales con la llegada de nuevas empresas. Las preocupaciones urbanísticas van dirigidas a conseguir una mejora en los equipamientos, especialmente en los barrios más densificados y con más carencias, en un intento de racionalizar el urbanismo incontrolado de las décadas anteriores y equilibrar el crecimiento.

El escudo del Prat de Llobregat se define por el siguiente blasón:

Fue aprobado el 29 de marzo de 2001 y publicado en el DOGC el 23 de abril del mismo año con el número de documento 3373.


El principal proyecto de cara al futuro del Prat son los ensanches que expandirán el núcleo urbano hacia el norte y hacia el sur. El soterramiento de las vías del tren, que suponían un obstáculo al crecimiento hacia el norte, dejó vía libre para hacer crecer la ciudad, que hasta entonces se había visto ahogada por el aeropuerto, las industrias y las vías. El ensanche sur, en cambio, cubre la franja que queda entre el núcleo urbano, el aeropuerto y los campos, uniendo así el barrio de San Cosme con el de la Granja (fase ya finalizada), y el último con el de la Barceloneta.

Principales proyectos para El Prat:

El Prat de Llobregat, una ciudad tradicionalmente agrícola que luego se convirtió en eminentemente industrial, ha vivido una profunda transformación en los últimos años, con el cierre de una de las sedes de La Seda de Barcelona, el cese de las actividades de FISIPE en 2003 y el inminente cierre de la papelera Sarrió/Reno de Médici. En la actualidad la economía de la ciudad se está reorientando a los servicios. En el polígono industrial Mas Blau se encuentran numerosas empresas de servicios, logística y distribución que también prestan servicio al cercano aeropuerto, y la ampliación del puerto de Barcelona al término municipal de El Prat de Llobregat tiene potencial para atraer nuevas empresas al cercano polígono industrial Pratense.

Estos son los polígonos industriales de El Prat:

Un total de 14.170 personas aprox. trabajan en estos polígonos sin contar la ZAL-Prat.

En el término municipal también se encuentra una fábrica de cervezas Damm, los servicios centrales de Caixa de Catalunya, una fábrica de productos lácteos de la empresa Pascual, la fábrica SEAT Componentes y la fábrica de pinturas Titán, para mencionar algunas de las empresas y marcas más conocidas en España.

Los servicios de transporte de pasajeros prestan servicio a El Prat de Llobregat son:

El Prat de Llobregat dispone de los siguientes centros educativos públicos:


Entidades artes escénicas


Entidades deportivas


Entidades de cultura popular

Entidades de ocio

Instalaciones deportivas y culturales

Fiesta mayor

La Fiesta Mayor se celebra el último fin de semana de septiembre de cada año, coincidiendo con las Fiestas de la Merced en Barcelona, aunque es una coincidencia puramente temporal, puesto que la Fiesta Mayor del Prat se debe a San Cosme y San Damià, También son patrones de la localidad San Pere y San Pau. Esta fiesta se celebra durante 4 días, empezando un viernes mientras que acaba un lunes, que también es considerado festivo. En el primer día de fiesta, viernes, se da un pregón en el Ayuntamiento del Prat, donde el alcalde o un personaje importante o significativo relacionado con la ciudad, anuncia el comienzo de estas fiestas y se celebran actos locales (como los castellers).


Feria avícola

La Feria avícola del Prat de Llobregat es una feria avícola que se celebra en el Prat de Llobregat desde el año 1975 para promocionar la raza de pollos potablava autóctona de la población. [10]​La feria se celebra anualmente alrededor de la segunda semana de diciembre y es una de las ferias de aves navideñas más importantes de las que se hacen en toda Cataluña. En la feria se exponen ejemplares vivos de pollos y capós de pata azul. Se encuentran una media de 30 criadores. También se  hace un concurso de pollos potablava, una exposición ganadera con animales de granja, una muestra agrícola y otras actividades, como por ejemplo baile de gigantes o un pasacalle. Antiguamente, la feria se encontraba en el aparcamiento cercano a la Carretera Marina y a la Avenida Once de Septiembre. Desde 2017, la Feria Avícola se localiza en la ya reconstruida Granja de la Ricarda. El motivo del traslado a una nueva ubicación fue su amplitud y mejoría de espacio. La edición en que se celebró la primera Feria Avícola en esta nueva localización fue la número 44.

En el término municipal se encuentran algunos edificios de cierto interés histórico y arquitectónico:

La telegrafía, obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch en 1911 es la única estación telegráfica de la Marconi Wireless Telegraph Company que se conserva en territorio español. Se ha reformado recientemente y en la actualidad se encuentra en terreno del Aeropuerto de Barcelona y el acceso está controlado por AENA.

La Granja la Ricarda es un edificio del Modernismo catalán construido en 1907. Aunque su autoría no está clara, algunos la atribuyen al arquitecto militar Francisco Bastos. Fue una de las granjas más modernas de su época, dedicada a la producción de leche. Para la ampliación del aeropuerto fue trasladada y se reconstruyó pieza a pieza en el Prat de Llobregat, en el camí de Cal Silet.

El mural de cerámica de la terminal B del aeropuerto, obra de Joan Miró, 1970.

La casa consistorial en la Plaça de la Vila, edificio neogótico del año 1905

La Torre Balcells que actualmente alberga una de las 3 bandas de música municipales y el centro de interpretación del delta del Río Llobregat

El edificio del Colegio de la Seda, antigua biblioteca y posteriormente colegio de la fábrica de La Seda de Barcelona

El cuartel de Carabineros y la casa Semàfor, recientemente reformados se puede visitar y entrar dentro por una pasarela construida en su interior, en un lugar de gran belleza.

El Artesà, antiguo teatro levantado por los campesinos y ciudadanos de la villa en la primera década del siglo XX. Actualmente el ayuntamiento pretende derribarlo para construir uno nuevo, una parte de la ciudadanía se opone creando una plataforma.[11]​ El bar colindante ha sido reformado y actualmente se encuentra en buen estado. A fecha de febrero de 2019 están a punto de acabar las obras del nuevo edificio, habiéndose conservado la fachada del edificio antiguo



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