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El Precio del Poder



Scarface (Caracortada en Hispanoamérica y El precio del poder en España) es una película estadounidense de 1983, dirigida por Brian De Palma y protagonizada por Al Pacino, Steven Bauer, Michelle Pfeiffer, Mary Elizabeth Mastrantonio, Robert Loggia, Harris Yulin, Paul Shenar y F. Murray Abraham. El guion fue escrito por Oliver Stone y está inspirado por el filme del mismo nombre de 1932, dirigido por Howard Hawks, cual fuente es la vida del gangster Al Capone. La cinta de Brian de Palma relata por su parte el ascenso y caída de Tony Montana (Al Pacino), un refugiado cubano ficticio que logra formar un imperio basado en el tráfico de drogas.

Forma parte del AFI's 10 Top 10 en la categoría «películas de gánsteres».[1]

Antonio «Tony» Montana (Al Pacino) es un expresidiario cubano que llega a los Estados Unidos durante el éxodo de Mariel en mayo de 1980. Junto a su mejor amigo, Manolo «Manny» Ribera (Steven Bauer), son recluidos en Cayo Hueso con el resto de los demás refugiados cubanos a la espera de una resolución política. Dentro del campo, un magnate de Miami llamado Frank López (Robert Loggia) les encarga el asesinato de un alto cargo comunista de Cuba caído en desgracia con Fidel Castro, Emilio Rebenga, que se encuentra en el campamento. Durante un motín, Tony asesina a Rebenga y, a cambio, a Tony, Manny y a su amigo Ángel les consiguen las denominadas green card.

Tony y Manny comienzan a trabajar en un puesto de comida hasta que son visitados por un asociado de Frank López: Omar Suárez (F. Murray Abraham). Omar les encarga un trabajo arriesgado pero bien remunerado consistente en realizar un intercambio de cocaína con unos colombianos en un motel. A este encuentro asisten Tony y Manny junto a dos amigos suyos, Ángel y Chichi. Sin embargo, el intercambio resulta ser una trampa tendida por los colombianos, que asesinan a Ángel para que Tony les revele la ubicación del dinero. Cuando estaban a punto de torturar a Tony, Manny y Chichi abren fuego, logrando escapar con vida después de que Tony elimine al cabecilla.

Tony contacta con Omar y está resuelto a entregarle la cocaína y el dinero directamente a Frank. Este les recibe de manera muy cordial en su mansión, insistiendo en que ambos trabajen para él. También conocen a su esposa Elvira (Michelle Pfeiffer), de la cual Tony cae prendido inmediatamente. Tony se enriquece trabajando para Frank López y visita a su madre y a su hermana Gina (Mary Elizabeth Mastrantonio) con el objetivo de darles dinero, que su madre rechaza desaprobando las actividades delictivas de Tony. Pese a todo, Gina se alegra del regreso de su hermano.

Tony y Omar son enviados a Bolivia para realizar un trato con el poderoso narcotraficante Alejandro Sosa (Paul Shenar). Tony consigue llegar a un acuerdo con Sosa en nombre de Frank, si bien no tenía autoridad para hacerlo, lo que termina por desquiciar a Omar, el cual decide regresar a Miami. Sosa y Tony permanecen juntos mientras este observa cómo Omar es colgado de una soga desde un helicóptero, revelando Sosa que Omar era un informante de la policía. Tony insiste en que él no es un soplón y le promete arreglar las cosas con Frank; Tony causa una buena impresión en Sosa, el cual decide colaborar con él.

De vuelta a Miami, Frank está furioso con Tony por actuar a sus espaldas, pues no se fía de Sosa ni del gran gasto que supondrá el trato con él. Tony insiste en que es un buen negocio, pero Frank decide posponer el trato y le advierte a Tony sobre no actuar más allá de sus competencias si quiere durar en el negocio. Tony, cada vez más desencantado con la actitud de Frank, visita a Elvira, declarándole su amor y proponiéndole que se case con él, garantizándole que Frank no durará.

Una noche, Tony y Manny visitan el club Babylon, un local nocturno asiduo de los grandes magnates de la droga de Miami. Un hombre llamado Mel Bernstein (Harris Yulin) insiste en hablar con él, resultando ser un policía corrupto el cual le exige a Tony una serie de pagos para evitar que la policía vaya a por él; Tony se ve obligado a aceptar. Al mismo tiempo, su hermana Gina se encuentra bailando de manera provocadora con un hombre, lo que enfurece a Tony, el cual la persigue hasta el baño para evitar que su hermana mantenga relaciones sexuales con él. Gina se enfada con Tony creyendo que la trata como a una niña y es llevada a su casa por Manny, percibiéndose la atracción que sienten el uno por el otro. Después, Tony se acerca a Elvira con la intención de coquetear con ella. Frank lo observa y le exige que se vaya, pero Tony le ignora. Antes de que la discusión vaya a más, Frank y Elvira se marchan. Tony permanece en el club, hasta que unos hombres armados desatan un tiroteo con el objetivo de eliminar a Tony, el cual consigue escapar. Tony está seguro de que Frank envió a Mel para chantajearle y a los matones, por lo que llama a Manny para que se reúna con él y le pide a uno de sus amigos que llame a Frank para confirmar que él es el traidor.

Tony, Manny y Chichi acuden al concesionario de Frank, el cual está con Bernstein. En ese momento, el teléfono suena y Frank afirma que es Elvira, lo cual confirma las sospechas de Tony, por lo que se decide a eliminarlo. A pesar de las súplicas de Frank y de su intento de soborno, Tony le pide a Manny que acabe con él. Bernstein, impertérrito, le confirma que Frank se enfureció por lo ocurrido con Elvira. Tony decide eliminar también a Bernstein por su anterior chantaje y se marcha a la casa de Frank, donde le comunica a Elvira su muerte.

La película da un salto temporal, durante el cual se muestra que Tony ha reemplazado a Frank como cabeza de la organización y que se ha casado con Elvira. Tony comienza a llevar la vida que siempre soñó, adquiriendo una lujosa mansión. Sin embargo, su nueva posición y su adicción a la cocaína le han convertido en un paranoico de carácter tormentoso, obsesionado por el acoso policial y el miedo a los demás narcotraficantes. A su vez, otro problema surge cuando el banco encargado de lavar su dinero le comunica que va a incrementarle los porcentajes, lo que hace que Tony busque a otra persona que lo lleve a cabo. A través de Manny, Tony contacta con un judío, pero este resulta ser un policía encubierto, siendo Tony arrestado por lavar dinero y por evasión de impuestos. Su abogado le comunica que podrá evitar los cargos más graves, pero no el ir a prisión.

La vida de Tony cada vez se torna más miserable. Su adicción le ha hecho adquirir un carácter cada vez más irracional e irascible, y, durante una cena en un restaurante, Elvira le abandona cuando Tony le acusa de ser estéril por su adicción a la cocaína.

Decidido a no ir a prisión, Tony va a Bolivia para reencontrarse con Sosa. Este, junto a sus importantes asociados, le ofrece un encargo de asesinato a cambio de evitar la cárcel. El objetivo de Tony era ir a Nueva York para asesinar a un periodista que se disponía a revelar en un discurso ante la ONU las actividades delictivas de Sosa y de sus asociados en el gobierno boliviano y estadounidense. Tony, junto al hombre de Sosa, tienen que eliminar a este periodista cuando se hallaba en su coche, sin embargo, Tony se niega a hacerlo, ya que en el vehículo del periodista se encontraban además su esposa e hijos. Tras una discusión con el hombre de Sosa, Tony se enfurece y le dispara, arruinando la operación. Tony contacta con Sosa, el cual le informa que el periodista logró dar su discurso y que, además, localizaron la bomba ubicada debajo de su coche y que ahora ese hombre goza de protección en todo momento. Sosa comienza a insultarle, y, sibilinamente, promete vengarse.

Tony descubre que Gina se ha fugado con un hombre, por lo que visita a su madre. Al llegar a la dirección donde se encontraba descubre que era la casa de Manny, el cual lo recibe en bata y ve a Gina con él. Cegado por los celos y su irracionalidad, Tony le descerraja inmediatamente un disparo, acabando con su vida. Llorando y abrazada a su cadáver, Gina le revela que ambos se habían casado el día antes, mientras Tony estaba fuera, e iban a comunicárselo al día siguiente. Tony ordena a sus hombres que lleven a Gina con él, dejando el cuerpo de Manny.

De vuelta en la mansión, los hombres de Sosa la asaltan. Completamente drogado y turbado por la muerte de Manny, Tony es incapaz de responder activamente al ataque. Todos los hombres de Tony caen uno a uno frente a los de Sosa, mientras Gina, visiblemente afectada, es también asesinada por otro de los matones. Tras observar el cuerpo de su hermana, Tony enloquece y comienza a disparar de manera frenética a los sicarios de Sosa, que se disponían a entrar en su despacho. Tony acaba con un gran número de sicarios, hasta que la mano derecha de Sosa, conocido como «El Cráneo», le dispara por la espalda con una escopeta. El cuerpo de Tony queda tendido en una fuente de agua donde se encontraba su lema personal: «The world is yours» («El mundo es tuyo»).

Scarface fue dirigida por Brian De Palma, producida por Martin Bregman, y escrita por el ahora famoso director Oliver Stone. Stone escribió el guion en Francia, mientras se recuperaba de su adicción a la cocaína; también consultó con la policía de Miami y la DEA, Drug Enforcement Administration, para incorporar muchos verdaderos crímenes en la película, como utilizar fotos de la escena del crimen para inspirar la infame secuencia de la motosierra. La actriz Tammy Lynn Leppert, quien interpreta en esa escena a la joven con bikini azul que distrae al personaje de Manny Rivera, desapareció poco después del rodaje de dicha secuencia.

Cuando el director Brian De Palma presentó la película a la MPAA, esta le dio una «Clasificación X» (que es para mayores de 18 años, y con contenido bastante fuerte). A continuación, hizo algunos recortes y volvió por segunda vez; de nuevo le dieron «Clasificación X» (la razón principal de clasificarla así al parecer fueron los disparos a Octavio el enmascarado artista, así como la gráfica escena de tortura con la motosierra). De Palma hizo algunos recortes adicionales y la presentó por tercera vez, pero de nuevo le dieron una «X». De Palma se negó a cortar la película de nuevo, para conseguir la calificación «R». Él y el productor Martin Bregman organizaron una audiencia con el MPAA. Trajeron a un grupo de expertos, incluidos oficiales reales de estupefacientes, que declararon que la película es un retrato exacto de la vida real en el submundo de las drogas y que debía tener amplia difusión. Esto convenció a los 20 miembros de la junta de puntuaciones, que otorgaron una «Clasificación R» (menos que la X) por una votación de 18-2. Sin embargo, De Palma argumentó que si el tercer corte de la película fue considerado «R», el primer corte debería haber sido «R» también. Preguntó si el estudio podría liberar el primer corte, obteniendo una negativa. Pero los ejecutivos del estudio realmente no sabían las diferencias entre los diferentes cortes que se habían presentado, por lo que De Palma lanzó el primer corte de la película a los cines. Tan solo hasta varios meses después de distribuirse la película en vídeo, reconoció que había comercializado sin editar su primera versión de la película.

La película cuenta con una probación del 81 % por parte de la crítica especializada en el sitio agregador de reseñas Rotten Tomatoes, basada en 70 reseñas, y posee una aprobación del 94 % por parte de la audiencia.[2]​ En el sitio IMDb posee una calificación de 8,3/10,[3]​ y en FilmAffinity una de 8,2/10.[4]



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