x
1

El Tuerto de Pirón



Fernando Delgado Sanz, más conocido como El Tuerto de Pirón o Tuerto Pirón (Santo Domingo de Pirón, Segovia, 30 de mayo de 1846 - Valencia, 5 de julio de 1914), fue un bandolero español muy temido en su época que con el tiempo ganó fama de bondadoso, llamado así por tener desde niño una nube en el ojo que cubría con un parche.[1]​ Actuó principalmente en la sierra de Guadarrama y las cuenca de los ríos Pirón y Lozoya.[2][3][4][5]

Su vida después de muerto fue fantaseada y en un breve período ya formó parte de los mitos populares y sus aventuras son cantadas de pueblo en pueblo.[6]​ Se le considera desde su muerte el último bandolero de la Sierra de Guadarrama.[7][8][9]

Nació en 1846 en en la Santo Domingo de Pirón rodeado de labradores en el seno de una familia humilde.[10][11]​ Hijo de Ramón Delgado Adrados, natural de Escalona del Prado, y Ana Sanz de Ysabel, de Santo Domingo de Pirón.[12]​ Tuvo una infancia despreocupada en la que destacó por su picaresca, aburrirle el pastoreo y su capacidad para llevarse bien con los animales, además aprendió a leer, escribir y cálculo, cosa que era muy rara y excepcional para la época. Quiso estudiar en el Instituto Provincial de Segovia pero su poco dinero se lo impedió. Gracias a que sabía escribir en sus primeros años de juventud aprendió código morse y estuvo empleado como radiotelegrafista en la sección de Telégrafos de Segovia hasta que tuvo que partir a realizar el servicio militar obligatorio a Madrid.[13][14]

En el verano de 1866 tras volver a su lugar de nacimiento al finalizar el servicio militar, haber abrazado la idea de la libertad con su vertiente política y habiendo visto más mundo que la mayoría que sus vecinos, vio que su novia una moza "realenga"[7]​ (según algunas fuentes llamada Dolores apodada Lola)[5]​ de su misma localidad con la estaba prometido con las bendiciones de su padre y gusto mutuo se había casado con otro mozo de la localidad y que tras presiones familiares y en especial de su padre, que era cacique de la zona accedió. Esto se debió a que la familia de este mozo tenía más posesiones que la de Fernando. Fue entonces cuando después de exculpar a la que fue su novia que aún amaba y su nuevo marido, con el corazón roto inició su carrera delictiva el 25 de juilo de 1866, con su legendario y vengativo primer delito. Este consistió en robar el mejor cordero del padre de la que fue su novia y comérselo con ayuda de sus amigos en una cueva de la zona de Losana de Pirón celebrando la fiesta de Santiaguito en sustitución a la fisesta de la boda.[15]​ Todo con el objetivo de mofarse y ridiculizarlo ante la población de la zona, cosa que sí logró dejando los restos y piel del animal en su puerta junto con el texto "para el padrino" La noticia corrió como la pólvora y rápidamente se volvió famoso en toda la zona.[16]

Al ser el damnificado de su primer delito una persona influyente puso de inmediato a la Guardia Civil en su búsqueda y se vio obligado a vivir del robo escondiéndose en las Cuevas de las Vaquera y de Murciganillos y la Ermita de Santiaguito en Losana de Pirón,[17][18]​ en el viejo y famoso Olmo de 300 años en una plaza de Rascafría desde donde escondido escuchaba información para posibles robos a los vecinos,[19][20][21][8][22]​ en iglesias abandonadas, bosques y en algunas ventas o ranchos que le acogían por miedo, dinero o amistad como la Venta del Hambre en Basardilla[23]​ o el Rancho Alfaro en Santo Domingo de Pirón.[24][25]​ Sus fechorías se basaron principalmente en robos de ganado, a casas ricas e iglesias, asaltos a caminantes y viajeros además de pedir rescates tras el secuestrado de miembros de la burguesía, nobleza y clero. Formó una banda con cuatreros de la zona siendo algunos amigos de su infancia que le apoyaron a su interés durante toda su vida. Los delitos fueron haciéndose cada vez más graves y en una zona cada vez más amplia, delinquió solo con el objetivo de sobrevivir. A pesar de las turbias historias que promovidas por el para asustar se contaban el solo cometió un asesinato batiéndose en duelo de navajas con José Lopez[26]​ un traidor del grupo apodado El Madrileño, ocurrió en la Fuente del Pesebre entre Torrecaballeros y Espirdo, cuando la banda tras un golpe dormía en una cueva de Losana de Pirón El Madrileño montó un caballo y se dispuso a ir a delatarlos para cobrar la recompensa pero Fernando más ágil le alcanzó y le reto a duelo mortal. Además permitió otro por parte de uno de sus compañeros llamado Paco a un soplón del grupo llamado Antolín de Pinilla, después de cometerlo Paco fue linchado hasta la muerte por vecinos del lugar. A diferencia de la mayoría de bandoleros le repugnaba la sangre[1][7]​ y aunque solía robar iglesias habitualmente iba a misa.

Entre sus fechorías más importantes destacan el complicado y mítico saqueo en invierno de 1880 a la iglesia románica de Tenzuela entrando por el tejado y sin dejar un solo rastro del que se hizo gran eco la prensa madrileña[27]​ y el robo a la casa un rico de Adrada de Pirón en la que entró disfrazándose a sí mismo y a su banda por guardias civiles que iban a custodiar la casa una noche ante la amenaza de un atraco inminente del Tuerto Pirón.[15]​ También es muy famoso su robo al obispo de Segovia Rodrigo Echevarría y Briones.[1]

Hubo múltiples intentos de detención fallidos o que le tuvieron preso un tiempo mínimo como la de 1879, estas se iban sucediendo poco a poco cada menos tiempo.[28]​ Pero fue detenido como tal por primera vez en diciembre de 1881 durmiendo en la casa un amigo carbonero que le traicionó y fue encarcelado en la cárcel segoviana de la calle Juan Bravo,[29]​ actual Casa de la Lectura de donde escapó por el techo con ayuda de un amigo fiel tras limar los barrotes.[30]​ Mes y medio después el 31 de enero de 1882, poco después el 26 de marzo estuvo cerca de ser detenido por el cabo segundo de la guardia civil Joaquín Monelús y otros tres compañeros en un encuentro que supuso la muerte de Aquilino Benito Pérez.[31]​ Su segunda detención se produjo meses después en una posada en Miraflores de la Sierra por el capitán de orden público Figueiredo (que fue ascendido a comandante),[32]​ fue conducido a la prisión de Colmenar Viejo y de nuevo al penal segoviano de donde escapó de nuevo pero las huellas dejadas en la nieve de aquella noche de invierno de 1883 permitieron a la Benemérita cazar de nuevo y por última vez al bandido en Tejadilla tras más de 15 años prófugo.[33]​ Fue acusado de múltiples delitos y condenado en 1888 por en Audiencia de Madrid por su comisión militar[13]​ a cadena perpetua. Resultó difícil imponerle una pena tan alta. Se salvó de la pena de muerte porque solo había cometido un asesinato a otro bandolero y no había disparado a agentes de la ley. El juez estuvo cerca de no poder condenarle a la perpetua por falta de cargos y finalmente lo hizo por el ensañamiento con el cuerpo de El Madrileño.[5][7]​ La cumplió en la Cárcel Modelo de Madrid, Ceuta y posteriormente en San Miguel de los Reyes (Valencia), su conducta en la penitencia fue excelente y solicitó ser indultado, pero esta posibilidad en trámite no llegó a tiempo.[1][34]

Murió muy arrepentido de su pasado con 78 años, prisionero el 5 de julio de 1914 tras estar encarcelado durante 26 años en el Penal de San Miguel de los Reyes, provincia de Valencia,[35]​ donde pasó sus últimos días sumido en la decadencia, soledad, la amargura y enfermo claustrofobia, se popularizó entonces una copla que decía:

le van a coger al Tuerto...

En sus búsquedas se le describía así por la Guardia Civil:

Edad, 35 años; estatura, más bien alto que bajo; ancho y cargado de espaldas; cara, ancha; color, moreno; barba afeitada; con un poco de bigote. Como seña particular, un granizo en el ojo izquierdo. Viste pantalón azul, chaleco de paño pardo y un chaquetón largo ó cazadora á cuadros; buenos borceguíes negros, y sombrero ancho ó boina azul muy usada."

En un artículo publicado después de su muerte el 16 de agosto de 1921 en El Adelantado de Segovia, contaba que muchas veces se paseaba por la ciudad tranquilamente saludando como un caballero y con todo su descaro a los ciudadanos segovianos que al reconocerle enmudecían del miedo:

El célebre bandido segoviano no se recataba de presentarse en público; dándose caso de tomar, en el trayecto, asiento en los coches de la tierra y apeándose donde le parecía. Despidiéndose cortésmente de los pasajeros que le habían reconocido, pero que guardaban muy bien de hacerlo saber para evitarse peligrosas molestias."

A su zona de poder por la que se desplazaba a caballo y a pie la denominaban El Reino del Tuerto o País del Tuerto por el poder y el control que ejercía sobre el lugar.[1]​ Se extendía por toda la comarca del río Pirón,[39]​ los valles de río Viejo y el de Lozoya, desde el río Pirón hasta Pedraza y Casla, parte de la cuenca del río Cega además de ambas vertientes (madrileña y segoviana) de la Sierra de Guadarrama.[40]​ También en localidades tan cercanas a la capital segoviana como Palazuelos de Eresma en la zona de Gamones,[41]Tres Casas (actual Trescasas) y Sonsoto, aunque en estos dos últimos no tuvo éxito.[42][43]​ Asaltó de manera arbitraria a peregrinos del Camino de Santiago y el Camino de San Frutos. Son famosas sus fechorías en toda la provincia de Segovia y Madrid por ejemplo, en la localidad de Rascafría su historia es famosa por haberse escondido en su olmo centenario.[44]​ Alguna rara vez sus actuaciones las acometió en municipios lindantes de la provincia de Valladolid con la provincia de Segovia.[45]​ A ambos lados de la Sierra de Guadarrama era conocido, buscado y muy temido.[46][4]

Creó una banda de cuatreros a la que se denominó La Mata de Ladrones,[14]​ a ella pertenecían algunos de sus amigos de la infancia y juventud junto a otros procedentes de los municipios de Espirdo, Segovia y Madrid, Los más importantes fueron Aquilino Benito Pérez, Paco, Geñico, Barroso, El Madrileño, Consuegra y tres hermanos llamados Los Tormentas.[47][48]

A día de hoy el paraje 40°55′56.32″N 3°45′18.94″O / 40.9323111, -3.7552611 (Mata de los Ladrones) del valle del Lozoya situada entre el término municipal de Pinilla del Valle y Lozoya (Madrid) conocida desde entonces como Mata de los Ladrones o en una transformación fonética acompañada del paso del tiempo Mata de los Laderones, en referencia al habitual tránsito de Fernando y su banda por la zona.[49][30][8][50]

La historia del bandolero sigue a día de hoy muy presente en la cultura popular de la zona donde su historia es sobradamente conocida,[26]​ existiendo varias casas rurales donde se refugió antaño, hoteles y restaurantes con su nombre.[51]​ Además de numerosas coplas y romances en la cultura popular de la zona que narran su historia y sus hazañas más famosas, como la "Copla del Tuerto Pirón" o el libro Romances de El Tuerto de Pirón narración poética de Tomás Calleja que recorre la aventurera vida de El Tuerto.[52][16]

Una calle de Santo Domingo de Pirón lleva en la actualidad su nombre y su historia ha convertido en un referente turístico en toda la zona donde actuó utilizado en ocasiones por ayuntamientos locales como el de Palazuelos de Eresma para atraer visitantes.[41]

Se ha afirmado mucho que El Tuerto robaba a los ricos para dárselo a los pobre, considerado a veces como un Robin Hood español, fuera de ocasiones muy concretas no se puede asegurar que este fuera el modus operandi habitual de Fernando,[15][53][54]​ a pesar de ello algunos vecinos de Santo Domingo de Pirón bromean a día de hoy con la idea de que le nombre santo por este motivo.[6]​ Su figura e historia se han usado además por parte de las instituciones públicas con el objetivo de rehabilitar a presidiarios de la cárcel de Segovia realizando paseos por el Camino de San Frutos.[55][56]

Existe un reciente libro de ficción llamado El Brujo de Carranzales de Julián de Antonio de Pedro que narra las aventuras de un discípulo de mismo nombre del Tuerto que viajando en el tiempo sus andanzas se centran en la cuenca del río Cega y los pueblos de la Comunidad de villa y tierra de Pedraza (en el libro de Carranzales), muy distorsionado por la cultura popular el autor podría haberse basado en un bandolero discípulo suyo real que habría muerto en una emboscada de la Guardia Civil durante la Segunda República Española.[57][58]

que el que le sigue la pista,

fijo que termina muerto,

al que una nube en el ojo le valió el mote de 'El Tuerto'.

Segar y arar le mataba le aburría el pastoreo,

y mientras otros el callo daban, domando su cuerpo,

él estaba en las solanas como un pajón de centeno.

Era doctor en caminos en rondas y devaneos,

amigo de las lechuzas, de las sombras y los perros,

farruco como el que más y larguísimo de dedos.

-Romances de El Tuerto de Pirón, Tomás Calleja (1922-2018)



Escribe un comentario o lo que quieras sobre El Tuerto de Pirón (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Arturo:
¡Viva El Tuerto de Pirón!
2022-09-19 11:48:07
RESPONDER A ESTE COMENTARIO
Arturo:
¡Viva El Tuerto de Pirón!
2022-09-19 11:47:42
RESPONDER A ESTE COMENTARIO