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El apóstol (película de 2012)



O Apóstolo (2012) es una película española de animación en stop-motion 3D, producida parcialmente con crowfunding, con un total de 560 productores. Con éxito internacional, se ha presentado en festivales de los 5 continentes, consiguiendo varios premios. [1]​ La producción se inició en 2008 y fue la última película en la que trabajó Paul Naschy, fallecido el 30 de noviembre de 2009.[2]

Un convicto recién fugado de la cárcel intentará recuperar un botín escondido años atrás en una solitaria y apartada aldea gallega; pero lo que allí encontrará supone una condena todavía mayor de la que huyó. Siniestros ancianos, extrañas desapariciones, espíritus, un peculiar sacerdote y hasta el mismísimo arcipreste de Santiago cruzarán sus caminos en una historia de terror, humor y fantasía.[3]

La historia comienza con dos presos a punto de fugarse de la cárcel: Ramón y Xavier. Mientras escapan, Xavier le cuenta a Ramón que antes de que la policía le atrapara escondió las joyas que había robado en un pueblo llamado "Xanaz" donde habitaban ancianos amables pero extraños. Ramón quiere parte de las joyas y vivir una vida tranquila. Al salir, Xavier se confunde al creer que siguen dentro y salta la valla volviendo a entrar en la cárcel, a pesar de las advertencias de Ramón.

En el camino, Ramón se quita su ropa de preso y roba la de unos peregrinos mientras la policía intenta darle caza. Ramón decide hacerse pasar por peregrino y es recibido en Xanaz por Don Cesáreo, el párroco. Ramón pregunta por la señora Luisa, ya que en su casa estaban escondidas las joyas de Xavier, pero Don Cesáreo y los demás habitantes se muestran evasivos limitándose a responder que su casa se encontraba al final del pueblo, pero que él dormiría en la casa de Dorinda. Mientras cena, Ramón observa que también han llegado otros peregrinos al pueblo y que los habitantes les obligan a dormir en casas separadas, incluso a los matrimonios.

Después de asistir a misa, Ramón se queda a dormir en casa de Dorinda y ella le cuenta que era nueva en el pueblo desde hacía unos meses pero que desde entonces se había "quedado atrapada". Dorinda le da un brebaje para que se lo beba y después se despide de él. Ramón sube a la despensa y observa que todos los habitantes están escondiéndose de algo. Extrañado, decide salir a fuera y en el proceso encierra al gato de Dorinda. Al entrar en la iglesia, Ramón se sorprende de ver que no hay nadie y empieza a robar unas joyas históricas. Justo cuando se pone una medalla bendecida por el Papa, Ramón cae dormido por la droga de Dorinda.

Al día siguiente, Ramón despierta y es echado ariscamente del pueblo por Don Cesáreo y los demás habitantes, quienes están sorprendidos de verle. También, por alguna razón extraña, el gato de Dorinda estaba muerto. Ramón se va confundido y en el camino vuelve a dormirse debido a los efectos de la droga. Al despertar, decide acercarse a una casa que le ha llamado la atención y resulta ser la casa de la señora Luisa. Se vuelve a encontrar con Don Cesáreo, quien se disculpa por su anterior comportamiento y le ofrece cenar en su casa.

Mientras cena, Ramón empieza a sospechar de las intenciones de Don Cesáreo y no se bebe el vino que le ofrece. Don Cesáreo empieza a enseñarle su biblioteca y Ramón descubre que hay un libro que Don Cesáreo no quiere que lea. Mientras finge que se duerme, Ramón espera a que Don Cesáreo se vaya y escapa del pueblo. Don Cesáreo se da cuenta y, frustrado, llama a Paco, el tabernero del pueblo, para que le acompañe. Ramón vuelve a la casa de la señora Luisa para investigar, consigue encontrar las joyas y se las guarda en la mochila, pero en ese momento una extraña niebla se le viene encima y un hombre deja a Ramón paralizado y le pasa una cruz extraña que le obliga a encabezar una procesión de almas en pena.

Ramón despierta y descubre que está en un lugar extraño del bosque, intenta escapar pero vuelve al mismo sitio siempre. El mismo hombre se le presenta como Sarustiano, se disculpa con él por adjudicarle la cruz y le explica lo que está ocurriendo: la procesión de almas que vio la noche anterior era la Santa Compaña, quienes tenían la misión de buscar almas para purgarlas de sus pecados y cobrarse las almas de aquellos a los que ya les había llegado su hora, y que si un vivo no podía protegerse estaba condenado a acompañarla toda la eternidad en su itinerario nocturno. Ramón le pregunta por la cruz y el hombre le explica que tiene tres días para deshacerse de ella y dejar de encabezar a la Santa Compaña, porque la cruz le irá debilitando hasta matarle.

Pasa un día, y Ramón es testigo de como la Santa hace su procesión cada noche por Xanaz y mata a los peregrinos de uno en uno mientras éstos están dormidos. Acaba comprendiendo que puede salir del bosque mientras lleve la cruz con él. Vuelve al pueblo, en ese momento llegan el arcipreste de Compostela, un hombre soberbio y egoísta que solo piensa en su comodidad y no en sus deberes, y su asistente Pablo, un sacerdote bondadoso y paciente que se ve obligado a aguantar al arcipreste, y mantienen ocupado a Don Cesáreo.

Ramón aprovecha y entra en la casa de Don Cesáreo. Al leer su libro descubre que es un diario y se revela lo que pasa: En diciembre de 1348, los habitantes de Xanaz acogieron a un peregrino infectado por la Peste Negra, quedando por lo tanto ellos también infectados. Al quemar al peregrino vivo, Dios se desentiende del pueblo y de las plegarias desesperadas de Don Cesáreo por librarse de la enfermedad. El pueblo es maldito por el pecado que cometieron, se curan de la enfermedad pero a cambio el Demonio les envía cada noche a la Santa Compaña para cobrarse sus almas y llevárselos al Infierno. Para engañar a la Santa, los habitantes sacrificaron a algunos de ellos y hasta todos los animales que tenían hasta que ya no quedaba nada. Desesperados, descubrieron por casualidad que cerca de su pueblo estaba la ruta de Santiago, por lo que decidieron aprovecharla para usar a los peregrinos como sustitutos, puesto que debido a la maldición no podían alejarse de su pueblo y estaban atrapados (a eso se refería Dorinda). Se revela también que la señora Luisa fue usada como sacrificio al no tener suficientes peregrinos aquella noche, debido a que Xavier había escapado (desde entonces, en vez de siete, seis almas serían reclamadas), y que Paco también había sido sacrificado al irse Ramón la segunda noche que se aloja, por lo que ya sólo quedan cinco almas por reclamar. Ramón sobrevivió la noche que se quedó dormido en la iglesia porque el gato de Dorinda murió en su lugar. Los habitantes de Xanaz sobreviven durmiendo a los peregrinos para que la Santa se cobre sus almas y escondiéndose en la cripta de la iglesia.

Ramón queda anonadado con ese descubrimiento y decide hacer algo al respecto. Descubre una hoja donde vienen indicaciones de cómo protegerse ante la Santa Compaña, siendo tres de ellas tirar un gato negro a los pies de la Santa, llevar una medalla bendecida del papa (en realidad no se sabía si funcionaba como protección) o dibujar una estrella de cinco puntas. Acaba siendo descubierto por Don Cesáreo y no puede defenderse de lo débil que está; pero, afortunadamente Pablo le protege y solicita que se le dé cuidado al observar lo débil que se encuentra.

Esa misma noche, Pablo se da cuenta de que los habitantes no aprecian a Ramón y decide ayudarle. Ramón aprovecha para contarle todo y le explica lo que tienen que hacer para parar con aquella matanza. Pablo al principio no le cree, pero decide ceder ante su insistencia. Don Cesáreo se despide de manera sarcástica de Ramón y acude a la iglesia para esconderse junto con los demás habitantes. Pablo, advertido por Ramón, escupe el agua de Dorinda y procede a seguir las indicaciones de Ramón. Ramón vuelve a encabezar la Santa Compaña, mientras que Pablo dibuja la estrella en el suelo y consigue posicionar en ella a dos peregrinos, al arcipreste y a él mismo, el plan de Ramón sale bien y la Estrella protege a los peregrinos. Al no encontrar ningún alma en el pueblo, la Santa Compaña decide entrar en la iglesia, y mata a Don Cesáreo y al resto de los habitantes. El arcipreste, con la cabeza embotada por el vino, intenta quitarle a Ramón su medalla, pero Ramón le pasa su cruz librándose de la maldición siendo ahora el arcipreste el nuevo guía de la Santa Compaña, para horror de Pablo.

Al día siguiente, Ramón se despide de Pablo y le da su mochila, argumentando que todo lo que había robado allí lo usaría Pablo mejor que él (incluyendo las joyas). En las créditos, se ve a Ramón volviendo a la misma cárcel y a Xavier intentado escapar y equivocadamente vuelve dentro de nuevo.



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