Las brujas de Salem o El crisol (en inglés: The Crucible) es una obra de teatro de Arthur Miller escrita en 1952 y estrenada en 1953 ganadora del Premio Tony. Está basada en los hechos que rodearon a los juicios de brujas de Salem, Massachusetts, en 1692. Miller escribió sobre el evento como una alegoría de la fiebre persecutoria y represión macarthista de los años 1950.
Era hijo de una familia de inmigrantes judíos polacos de clase media. Acabado el bachillerato, trabajó en un almacén de repuestos para automóviles para poder costearse la universidad. Estudió periodismo en la Universidad de Míchigan, en la cual recibió el primero de los premios de su vida, el Premio Avery Hopwood. Tras su graduación (1938), se trasladó nuevamente a Nueva York, donde se ganó la vida escribiendo guiones radiofónicos. A los 28 años estrenó su primera obra en Broadway, la comedia Un hombre con mucha suerte. Ya desde sus primeros títulos deja entrever lo que sería el elemento fundamental de toda su obra: la crítica social, que denuncia los valores conservadores que comenzaban a asentarse en la sociedad de Estados Unidos. Su consagración definitiva se produce en 1949, con La muerte de un viajante, en la que denuncia el carácter ilusorio del sueño americano. En esta tragedia, su protagonista, Willy Loman, un viajante de comercio (vendedor) que creía en el sueño americano, oculta a sus allegados sus fracasos en su empleo y, tras ser despedido, se estrella con su coche para que su familia pudiese cobrar su seguro de vida y su hijo tuviese una vida mejor que la suya. En 1988 Miller declararía: Jamás imaginé que adquiriría las proporciones que ha tenido. Era una obra literal sobre un vendedor, pero luego se convirtió en un mito, no sólo aquí, sino en otras muchas partes del mundo. La obra fue galardonada con el Premio Pulitzer, con tres Premios Tony y de nuevo con el de la Crítica de Nueva York.
En la década de 1950 fue víctima de la caza de brujas. Acusado de simpatías comunistas por Elia Kazan, rehusó revelar los nombres de los componentes de un círculo literario sospechoso de tener vínculos con el Partido Comunista ante la Comisión de Actividades Antiamericanas en 1956, acogiéndose a la protección constitucional. A pesar de las presiones que sufrió (le fue retirado el pasaporte, no pudiendo viajar a Bruselas para asistir al estreno de una de sus obras), Miller no dio ningún nombre, declarando que, aunque había asistido a reuniones en 1947 y firmado algunos manifiestos, no era comunista. En mayo de 1957 se le declaró culpable de desacato al Congreso por haberse negado a revelar nombres de supuestos comunistas. Sin embargo, el Tribunal de Apelación de los Estados Unidos anuló la sentencia en agosto de 1958, de forma que no tuvo que ir a la cárcel. La atmósfera de aquel tiempo se plasmó en Las brujas de Salem.
El macarthismo (mccarthismo, maccarthismo o macartismo) es un episodio de la historia de Estados Unidos que se desarrolló entre 1950 y 1956, durante el cual el Senador Joseph McCarthy desencadenó un extendido proceso de delaciones, denuncias, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas. Los sectores que se opusieron a los métodos irregulares e indiscriminados de McCarthy denunciaron el proceso como una "caza de brujas".
Por entonces, la situación de la guerra fría era particularmente tensa, en la medida que la URSS experimentaba con la bomba atómica en 1949, Mao Zedong llegaba al poder ese mismo año y la guerra de Corea empezaba en junio de 1950. Esta atmósfera amenazante pesaba sobre la opinión pública estadounidense, que deseaba una política enérgica y ofensiva contra el bloque soviético. En febrero de 1950, Joseph McCarthy, senador por Wisconsin, intervino —con un éxito inesperado— denunciando una conspiración comunista en el mismo seno del departamento de Estado.
Así se inició lo que sus oponentes denominaron "caza de brujas". Gente de los medios de comunicación, del gobierno y algunos militares fueron acusados por McCarthy como sospechosos de espionaje soviético o de simpatizantes del comunismo. Apoyándose en una fuerza de entusiastas anticomunistas, y alimentándose de la delación, adquirió un poder considerable. Su actividad destinada a desmantelar supuestas infiltraciones de agentes comunistas en la Administración pública se extendió pronto a los laboratorios de investigación y a Hollywood. Los empleados públicos debían someterse a un control de lealtad que costó la carrera a varios de ellos.
Los juicios de Salem por brujería aluden a un famoso episodio del período colonial estadounidense en 1692 en la aldea de Salem (actual estado de Massachusetts), en el que, como efecto colateral de luchas internas de las familias de colonos y el fanatismo puritano que profesaban casi revestido de paranoia, fueron condenadas a muerte 19 personas acusadas de brujería, catorce mujeres y cinco hombres, y se encarceló a un número mucho mayor. El número de acusados por brujería en estos juicios pudo fluctuar entre 200 y 300.
Muchas teorías han intentado explicar por qué la comunidad de Salem explotó en ese delirio de brujas y supuestas perturbaciones demoníacas. La más difundida insiste en afirmar que los puritanos, que gobernaban la colonia de la bahía de Massachusetts prácticamente sin control real desde 1630 hasta la promulgación de la Carta Magna en 1692, atravesaban un período de alucinaciones masivas e histeria provocadas por su fanatismo religioso. La mayoría de los historiadores modernos encuentran esta explicación cuando menos "simplista". Otras teorías se apoyan en analizar hechos de maltrato de niños, adivinaciones invocando al maligno, ergotismo (intoxicación con pan de centeno fermentado que contiene elementos químicos similares al LSD), el complot de la familia Putnam para destruir a la familia rival Porter, y algunas otras aluden al tema del "estrangulamiento social" de la mujer.
En el prólogo de la obra el propio Miller señala que ha empleado cierta licencia poética para condensar el número de personas involucradas en los procesos, y que ha aumentado la edad de Abigail de 12 años (en realidad tenía once) para que el argumento pudiera salir adelante. Enfatiza que su objetivo es mostrar la naturaleza esencial de uno de los episodios más extraños y horribles de la historia de la Humanidad. El proceso real está bien documentado en los registros de los juicios de la Salem actual.
Al igual que John Proctor, Miller rehusó revelar los nombres de los componentes de un círculo literario sospechoso de tener vínculos con el Partido Comunista ante la Comisión de Actividades Antiamericanas en 1956, acogiéndose a la protección constitucional.
En inglés el título de la obra es The Crucible, que literalmente puede ser traducido como El crisol. Un crisol es una cavidad en los hornos que recibe el metal fundido. El crisol es un aparato que normalmente está hecho de grafito con cierto contenido de arcilla y que puede soportar elementos a altas temperaturas, ya sea el oro derretido o cualquier otro metal, normalmente a más de 500 °C. Algunos crisoles aguantan temperaturas que superan los 1500 °C. También se denomina así a un recipiente de laboratorio resistente al fuego y utilizado para fundir sustancias. Se emplea para extraer los elementos puros de las imperfecciones a través del calor. En la obra, John Proctor se enfrenta a un proceso que pone en peligro su propia vida, y cuando prefiere morir a traicionar su conciencia, se aprecia que él también ha atravesado el fuego para acabar purificado.
La obra de teatro presenta varios temas íntimamente conectados entre sí. En primer lugar tenemos la histeria de las chicas. Al ser sorprendidas bailando por la noche en el bosque por el reverendo Parris, las chicas se asustan y enferman. Mister Hale, otro reverendo, es requerido para esclarecer el caso y, sin saberlo, ofrece a las chicas una manera (Did someone force you to do this?) para salir del lio y escapar del castigo —una paliza—: la caza de brujas. Hale de hecho les dice que deben decir si vieron a alguien con el diablo, y que si hacen esto, estarán haciendo el trabajo de Dios. Esto tiene un gran impacto en las chicas. La escena que más claramente muestra esto es justo antes de que Abigail empiece a gritar nombres al final del primer acto: 'Abigail se levanta, como inspirada, y grita...'.
Otro tema principal es el honor. Para las personas de la obra, el honor se encuentra principalmente en sus nombres. Al comienzo de la obra, Abigail insiste a su tío (el reverendo Parris) que '¡Mi nombre es bueno en el pueblo! ¡No permitiré que se diga que está manchado!'. Al final de la obra, el reverendo Parris quiere por todos los medios que John Proctor firme su confesión, diciendo al juez Danforth que 'Es un nombre de peso; la aldea quedará anonadada al ver que Proctor confiesa'. Esto también se puede apreciar claramente cuando John Proctor habla del valor de su nombre: '¡Porque es mi nombre! ¡Porque no puedo tener otro en vida![...] ¿Cómo puedo vivir sin mi nombre? ¡Les he dado mi alma! ¡Déjenme mi nombre!' El honor es un tema clave en esta obra, especialmente teniendo en cuenta que al final de la misma muchos de los personajes morirán debido a su honor y su lealtad para con los demás.
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