El derecho a la pereza (en francés, Le droit à la paresse) es un ensayo habitualmente considerado utópico del autor francoespañol Paul Lafargue, su primer trabajo teórico, redactado en Inglaterra en 1880 para su primera publicación en el diario L'Egalité y posteriormente, como folleto 1883.
En la obra, Lafargue realiza una crítica marxista del sistema económico nacido del capitalismo, cuyo desarrollo, concluye, desembocaría en una crisis de superproducción, causa de paro y miseria entre la clase trabajadora. Lafargue propone alcanzar, mediante la generalización del uso de las máquinas y la reducción de la jornada laboral, el estadio de los derechos del bienestar con el que culminaría la revolución social y cuya sociedad puede consagrar su tiempo a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades humanas elementales. Ensalzando el ocio, Lafargue propone la revolución social y la consagración de nuestro tiempo personal a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades espirituales. No debe confundirse esta causa con el llamado Estado del Bienestar ("Welfare State" y "Warfare State"; cfr. Otto von Bismarck), ni con el estado social, la economía social de mercado o el estado social y democrático de derecho.
El Derecho a la Pereza por su estilo irónico y contenido polémico, alcanzó una gran popularidad a finales del siglo XIX entre los partidarios y críticos con el movimiento obrero europeo para más tarde significarse como una de las obras literarias de mayor relevancia de Francia.
Tras la Revolución rusa y con el auge del pensamiento partidario de las políticas soviéticas del productivismo, que es criticado en la obra de Lafargue, el texto fue relegado hasta que tras la Segunda Guerra Mundial fue redescubierto para su reedición y reivindicación por sectores muy dispares, abandonando su condición de obra ideológica para convertirse en patrimonio universal.
En El Derecho a la Pereza, el autor hace una defensa del "sueño de la abundancia y el goce, de la liberación de la esclavitud del trabajo"paradoja como figura retórica para mejor explicar la doctrina marxista entre la clase obrera de su tiempo. Escrito como una refutación a El Derecho al Trabajo (Louis Blanc, 1848), Lafargue defiende que el trabajo es el resultado de una imposición del capitalismo, contrariamente a la idea tradicional de reivindicación obrera, y lo contrapone a los derechos de la pereza, más acordes con los instintos de la naturaleza humana, con los que se alcanzarían los derechos al bienestar y la culminación de la revolución social.
empleando laLafargue analiza las consecuencias de la crisis de superproducción que consideraba inevitable en el sistema económico burgués, y que se manifestarían por la ruina de los capitalistas, el paro y la miseria de los trabajadores. En un estadio previo, Lafargue considera y critica conceptos como el del sobreconsumo, la existencia de una clase doméstica de consumidores improductivos o la creación de necesidades y mercados ficticios con los que el sistema capitalista facilitaría la salida y reducción de vida útil de los productos.
Lafargue propone reducir las jornadas laborales a 3 horas como máximo y mejorar el poder adquisitivo de la clase trabajadora como soluciones a las crisis de superproducción periódicas, pero oponiéndose al interés capitalista por el beneficio económico y apuntaba como ejemplo las políticas realizadas entonces en Inglaterra y Estados Unidos en favor del maquinismo.
Sin embargo, para Lafargue, el maquinismo o la introducción de las máquinas en un sistema capitalista podría generalizar el paro y la miseria, mientras que con el triunfo revolucionario, representaría el instrumento básico para trabajar lo menos posible y disfrutar intelectualmente y físicamente lo más posible.
El Derecho a la Pereza permitió precisar los argumentos del pensamiento de Lafargue en contra de las tesis de economistas teóricos del capitalismo por lo que tuvo una gran aceptación entre los marxistas y también el anarquismo. Más tarde, tras las reediciones de los años 1970 la obra ha sido estudiada por los teóricos de la sociedad del ocio, siendo una obra considerada como precursora de sus doctrinas en favor de reducir la jornada laboral y consagrar mayor tiempo a las ciencias, artes y necesidades imprescindibles.
Para Pérez Ledesma[cita requerida], Lafargue pese a su rigor central, cae con frecuencia en el uso de tópicos y apologías en sus análisis de las formas de vida preindustriales que se ajustan poco a la realidad histórica. En otros fragmentos de su obra también se recurre a caracterizaciones étnicas con las que distingue a los diferentes pueblos para los que el trabajo es una necesidad, a los que él considera libres a la vez que demuestra una desconsideración hacia los trabajos manuales en la misma línea que los filósofos de la época clásica asentados entonces en un sistema económico basado en el esclavismo[cita requerida].
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