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Elecciones generales de Uruguay de 1989



Las elecciones generales de Uruguay para el periodo 1990-1995 se realizaron el día domingo 26 de noviembre de 1989.

El candidato presidencial blanco Luis Alberto Lacalle resultó ganador. Asumió el cargo el 1 de marzo de 1990, sustituyendo al anterior presidente Julio María Sanguinetti.

Junto a la elección de Presidente se votó el cargo de vicepresidente, correspondiendo a Gonzalo Aguirre, y los cargos de los 30 senadores y 99 diputados. El Senado de la XLIIIa Legislatura quedó compuesto por 12 senadores del Partido Nacional, 9 del Partido Colorado, 7 del Frente Amplio y 2 del Nuevo Espacio. La Cámara de Diputados de dicha legislatura, por su parte, quedó compuesta por 39 diputados blancos, 30 colorados, 21 frenteamplistas y 9 nuevoespacistas. Nótese que comparecieron 8 partidos al acto electoral.

En esta elección rigió el hasta entonces usual sistema de doble voto simultáneo, por el cual cada partido podía presentar múltiples candidatos simultáneos a la Presidencia. Ante la Corte Electoral fueron presentadas una cantidad récord de hojas de votación.

Luego de 5 años de denodados esfuerzos por reconstruir la economía y las instituciones del país, el Partido Colorado estaba desgastado por luchas intestinas y grandes secuelas de rencor. 1989 fue la hora del Partido Nacional. Supo capitalizar el descontento con el desgastado Partido Colorado, y sus candidatos exhibieron una imagen armónica y cordial ante la ciudadanía.

Los comparecientes fueron:

Dos listas al Senado cosecharon los votos de la ciudadanía:

Presentaron dos listas al Senado:

Llevó tres listas al Senado:

Las agrupaciones que acompañaron a Batlle fueron:

Un total de diez listas al Senado, casi todas encabezadas por Pacheco, contribuyeron al aluvión de votos:

Un total de 3 listas al Senado convocaron a los votantes:

El resultado de las elecciones presidenciales fue el siguiente:[2]

Los resultados por departamento fueron los siguientesː

Simultáneamente se celebraron las elecciones de los 19 Intendentes Municipales y las correspondientes Juntas Departamentales. Por primera vez en la historia, un partido no tradicional conquistó la Intendencia de Montevideo, resultando electo el Dr. Tabaré Vázquez del Frente Amplio. En el resto del país, fueron elegidos 16 intendentes blancos y 2 colorados.[3]

Nuevamente se confirmó que Artigas era un departamento con fuerte presencia del Partido Colorado. Ariel Riani de la Unión Colorada y Batllista resultó ungido ganador.

Un departamento con tradicional mayoría colorada, eligió sin embargo a un intendente blanco, el herrerista José Andújar; también se postulaba por el Partido Nacional José Esteban Gesto. Respecto de los colorados, no logró la reelección el titular Tabaré Hackenbruch; otros postulantes fueron el batllista Orlando Virgili y el pachequista Natalio Gelber. El Frente Amplio postuló al comunista Juan Antonio Rodríguez.

Departamento de larga tradición blanca; fue reelecto Rodolfo Nin Novoa del Movimiento Nacional de Rocha.

Este departamento siguió en manos blancas, con el joven rochano Juan Carlos Curbelo (este fallece en un accidente en 1992, siendo sustituido por su primer suplente, el médico Mario Gayol).

Departamento de larga tradición blanca, eligió a Raúl Iturria.

Otro departamento de prolongada tradición blanca que reeligió a su titular Walter Echeverría.

Luego de una deslucida gestión del colorado Augusto Montesdeoca, ganó el blanco Cono Alfredo Brescia.

Ganó el blanco Héctor Leis en una reñida votación.

Históricamente con una fuerte presencia colorada, en esta ocasión se impuso un blanco, el herrerista Domingo Burgueño, que desplazó al colorado Benito Stern.

Por primera vez triunfó un izquierdista, Tabaré Vázquez, quien saltó a la notoriedad pública, proyectándose a los primeros niveles de la política nacional. El Partido Colorado, que se batía en retirada, postuló a Lucio Cáceres (que inicia así su carrera política), Amílcar Vasconcellos y César Franzini. El Partido Nacional llevó como candidatos a Carlos Cat, Eladio Fernández Menéndez y Héctor del Campo. Por su parte, el Nuevo Espacio postuló a Samuel Lichtensztejn.

Como Walter Belvisi estaba impedido de volverse a postular, el Partido Colorado no tuvo un buen puntero; y resultó elegido el blanco Jorge Larrañaga, que iniciaría una larga y prometedora carrera política.

Uno de los dos únicos departamentos en elegir a un colorado; el reelecto Mario Carminatti confirmó en las urnas el favoritismo de su pueblo.

El herrerista Martín Padern marcó la ascendente presencia blanca, desplazando al oficialismo colorado.

El colorado pachequista Adauto Puñales, que se postulaba a la reelección fue derrotado por el nacionalista Irineu Riet Correa.

Un resonante triunfo blanco del contador Eduardo Minutti.

El blanco Juan Chiruchi confirmó su fuerte presencia, resultando reelecto.

Triunfo nacionalista de Holf Caresani.

Un departamento de larga tradición blanca, eligió a Sergio Chiesa.

Históricamente blanco, reeligió al rochano Wilson Elso Goñi, que sin embargo optó por una banca en el Senado y posteriormente un Ministerio; en su lugar quedó el primer suplente, Pedro Orlando Lemes.

Se presentó a consideración de la ciudadanía un plebiscito que pretendía reformar el sistema de aumento de las jubilaciones. Las múltiples agrupaciones políticas que le dieron su apoyo, entregaban a los ciudadanos las hojas de votación con la papeleta del "Sí" incluida. Dicha propuesta recibió un voto ampliamente favorable, y así, el artículo 67 de la Constitución de la República resultó modificado.

Una particularidad en estas elecciones, fue el protagonismo inusitado de las encuestas de opinión. Ya desde un año antes de las elecciones, las encuestas más científicas y cuidadosas comenzaron a pronosticar una posible victoria del Partido Nacional. Muchos consideraban "ilógica" tal victoria, alegando que el Partido Nacional "no estaba capacitado para gobernar"; y circularon entonces algunas encuestas que daban por ganador al Partido Colorado.

Además, en la interna nacionalista, dado el otrora considerable peso de Por la Patria, muchos (especialmente los propios políticos de ese sector) daban por obvia una victoria de Zumarán, considerando casi "imposible" una victoria de quien fuera a la postre el claro ganador, Luis Alberto Lacalle. A partir de entonces, el público comenzó a mirar con otros ojos a las encuestas de opinión política en Uruguay.



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