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Elecciones generales españolas (2004)




El domingo 14 de marzo de 2004 se celebraron elecciones generales en España. Los españoles fueron llamados a las urnas por novena vez desde la Transición para renovar las Cortes Generales. La participación se elevó al 77,2%.[2]​ Tuvieron lugar tres días después de los atentados en la red de Cercanías de Madrid, el mayor acto terrorista en la historia del país, en los que 193 personas murieron, hecho que marcó los resultados electorales.

El PSOE liderado por José Luis Rodríguez Zapatero ganó con una ventaja del 4,9% al PP liderado por Mariano Rajoy, relevándoles así del gobierno presidido por José María Aznar en su anterior legislatura de España.

Las elecciones habían sido adelantadas cuatro semanas por el presidente saliente José María Aznar, ya que debían haberse celebrado el 11 de abril. Esto se hizo con el objetivo de que la campaña electoral no se solapase con la Semana Santa (de forma similar a lo sucedido en el año 2000).

Los principales aspirantes a la presidencia del Gobierno :

Ambos concurrían por primera vez como candidatos a la presidencia del gobierno.

Otros candidatos con respeta parlamentaria :

El presidente del Gobierno, José María Aznar, había anunciado en su debate de investidura del año 2000 que no se presentaría como candidato para un tercer mandato. El 1 de septiembre de 2003, Aznar eligió a Mariano Rajoy como su sucesor al frente del partido, descartando a Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, sus otras dos opciones.[3]​ Al día siguiente, la decisión de Aznar fue ratificada por la Junta Directiva Nacional del PP.[4]​ Al igual que en las anteriores elecciones, el programa del Partido Popular era de continuidad: se mantendrían las mismas políticas y los mismos protagonistas, exceptuando a Aznar. La campaña electoral incidía en el empleo creado durante los gobiernos de Aznar, así como las rebajas de impuestos y las ayudas a los emprendedores. En su primer intento de llegar a La Moncloa, Rajoy se comprometió a situar a España entre los países más prósperos de Europa.[5]

El Partido Popular esperaba seguir en el poder cuatro años más, a la vista de los buenos resultados económicos —el desempleo se redujo hasta el 11,5%— y de convergencia con Europa, así como el avance de las relaciones internacionales de España. Rajoy, en aquella época, también destacó la inexistencia de casos de corrupción en el Gobierno durante los mandatos del Partido Popular, pero años más tarde se demostró lo contrario.

El PSOE, que había sufrido un mal resultado en las anteriores elecciones, eligió en su congreso de 2000 al diputado José Luis Rodríguez Zapatero, que se impuso por un estrecho margen al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. El partido aspiraba a volver al gobierno con un candidato hasta entonces desconocido, con un perfil joven y renovador, abriendo una nueva etapa y pasando página de la época de Felipe González. Los ejes de campaña de Zapatero fueron una política internacional diferente a la de Aznar, aumentar la calidad del empleo y aprovechar el crecimiento económico para mejorar los servicios públicos, como la educación, la sanidad, la justicia y las pensiones. Sus principales promesas fueron dos: retirar inmediatamente las tropas españolas de la guerra de Irak y subir el salario mínimo a 600 euros (100.000 pesetas) mensuales.[6]

El PSOE esperaba que el hartazgo de la población con Aznar sirviera para forzar el cambio político en España. El periodo 2000-2004 estuvo lleno de episodios que desgastaron al Gobierno de Aznar: redondeo de los precios por la entrada del euro, la fuerte subida de los precios de la vivienda, el "decretazo" (que llevó a una huelga general), el desastre del Prestige, la reforma educativa (LOCE), la participación de España en la guerra de Irak, el accidente del Yak-42... fueron algunos de los percances que socavaron la popularidad del Gobierno del PP en sus últimos años. Muchos de ellos provocaron manifestaciones masivas. Los socialistas ganaron por cuatro décimas las elecciones municipales de 2003, celebradas el 25 de mayo.[7]

Durante gran parte de la Legislatura 2000-2004, los sondeos dieron la victoria al Partido Popular (exceptuando entre finales de 2002 y mediados de 2003, cuando el PSOE se impuso al PP en las encuestas).

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Una semana antes de los atentados del 11-M los sondeos daban al PP una ligera ventaja en las elecciones, aunque se daba por poco probable que repitiera su mayoría absoluta de 2000, en donde consiguió 183 escaños.

A lo largo de la campaña electoral, el PSOE había ido recortando distancia con el PP, según los sondeos que se fueron realizando. Aun así los sondeos daban una mayoría para el PP sin llegar a la mayoría absoluta del año 2000 pero con una mayoría de entre 15 y 20 escaños. Una semana antes de las elecciones, debido a la ley electoral que lo prohíbe, se dejaron de publicar sondeos electorales; en ese momento, con un elevado porcentaje de encuestados que se declaraban "indecisos" (en torno al 40%), algunos hablaban de un empate técnico.

La campaña estuvo muy marcada por el pacto de gobierno tripartito en Cataluña, y por la reunión entre Josep-Lluís Carod-Rovira y dirigentes de ETA en Perpiñán a principios de 2004. José Luis Rodríguez Zapatero prometió no formar gobierno a menos que su partido fuese el más votado. Mariano Rajoy pidió una mayoría cómoda, para no tener que depender de pactos.

Ipsos-Eco Consulting (TVE), Sigma Dos (Antena 3), * Instituto Opina(SER) (7 de marzo de 2004) [1], Demoscopia (Telecinco)

El 11 de marzo, tres días antes de las elecciones, tuvo lugar el mayor atentado terrorista de la historia de España. Como consecuencia, los partidos políticos suspendieron sus actos electorales.

La sombra de los atentados estuvo presente y quizás fue un factor relevante para que cada partido obtuviese los votos de los anteriormente indecisos o abstencionistas. Algunos expertos en esta área concluyen que sin los atentados del 11-M el PP habría ganado las elecciones con la mayoría que le daban las encuestas una semana antes de los comicios. En las sedes del PP, la noche previa a la apertura de los colegios electorales, se concentraron miles de personas para mostrar su descontento con la política informativa del Ministerio del Interior sobre la autoría de los atentados, en el que el ministerio apuntaba como principal sospechosa a ETA, a pesar de que había otra línea de investigación abierta que cobraba más fuerza apuntando al terrorismo islámico y que toda la prensa internacional daba como más probable [8]​. Esta controversia sobre la autoría de los atentados dio lugar a las Teorías de la Conspiración del 11M.

La tarde del día 13, jornada de reflexión, debido al desarrollo de manifestaciones no autorizadas que desde el Gobierno se calificaron como tendentes a alterar el resultado electoral, el Gobierno estudió la declaración del estado de excepción, lo que hubiese supuesto el inmediato aplazamiento de las elecciones. Finalmente, ya avanzada la madrugada del día 13 al domingo 14 (día de las elecciones), el presidente José María Aznar descartó esa posibilidad, debido a la dificultad de paralizar el proceso electoral a pocas horas de iniciarse las votaciones y para evitar el agravamiento de los disturbios del día anterior.[cita requerida]

Los sondeos a pie de urna realizados el día de las elecciones, que encuestaban a los votantes que ya habían depositado su voto, ya arrojaban diferencias significativas con los publicados una semana antes por las respectivas fuentes. La mayoría de estos sondeos daban como vencedor al Partido Socialista por una ligera ventaja.

El recuento dio la victoria al PSOE, que obtuvo el 42,63% de los votos, superando claramente al Partido Popular, que recibió el 37,64%. El PSOE se convertía así en el partido mayoritario en el Congreso, aunque a 12 escaños de distancia de la mayoría absoluta. El PP fue el partido mayoritario en el Senado, pero perdíó su anterior mayoría absoluta. Izquierda Unida fue la tercera fuerza más votada, aunque con menor número de escaños que Convergència i Unió, Partido Nacionalista Vasco y Esquerra Republicana de Catalunya, que experimentó el ascenso que le pronosticaban los sondeos. En las elecciones autonómicas andaluzas celebradas ese mismo día, el PSOE mantenía la mayoría absoluta por quinta vez consecutiva, con el 50,24 por ciento de los votos [9]

Cientos de militantes y simpatizantes socialistas celebraban la victoria de su partido en la calle Ferraz de Madrid. Zapatero honró la memoria de los fallecidos en los atentados y, ante una audiencia en la que destacaba la presencia de jóvenes, se comprometió con estos pronunciando las palabras "No os fallaré". Mariano Rajoy felicitó a Zapatero por su victoria, y afirmó que el Partido Popular se despedía del poder "con la tranquilidad del trabajo bien hecho", y "con las cuentas claras".

a Incluye a la Confederación de Los Verdes (LV) y Coalición Extremeña (PREx-CREx), y el apoyo de Unión Demócrata Ceutí (UDC).
b De ellos, 47 del PSC, 1 de LV y, desde noviembre de 2006, 1 de EV-OV.
c Incluye a Unión del Pueblo Navarro (UPN), Unión del Pueblo Melillense (UPM), Unión Valenciana (UV) e Independientes de Fuerteventura.
d De ellos, 2 de UPN.
e Incluye a Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), Los Verdes de Aragón, Los Verdes de Canarias, Alternativa Ciudadana 25 de Mayo, Els Verds del País Valencià (EVPV), Socialistas Independientes de Extremadura (SIEX), Bloque por Asturies (BA), Izquierda Republicana (IR) en la Comunidad Valenciana, Partido Revolucionario de los Trabajadores-Izquierda Revolucionaria (PRT), Partido Obrero Revolucionario (POR), Corriente Roja y Espacio Alternativo, y el apoyo de Red Verde.
f De ellos 2 del PCE, 2 de ICV y 1 independiente.
g Respecto a los resultados de IU e ICV en el 2000.
h De ellos 6 del CDC y 4 del UDC.
i Incluye al Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL).
j De ellos 2 de AIC y 1 de ICAN.

El Partido Popular perdió 25 senadores, aunque consiguió una mayoría relativa en el Senado, al borde de la mayoría absoluta. Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español aumentó su representación en 28 senadores. Los resultados totales fueron estos:

El 16 de abril de 2004, el candidato del PSOE José Luis Rodríguez Zapatero fue investido Presidente del Gobierno en la primera votación, con 183 votos. Seis fuerzas parlamentarias dieron su apoyo al candidato socialista, el mayor registro hasta la fecha. También ha sido esta la única votación de investidura en la que sólo un partido, en este caso el PP, votó en contra del candidato electo.[10]

José Luis Rodríguez Zapatero
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Artículo 100.



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