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Elecciones parlamentarias de Cabo Verde de 1991



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Elecciones parlamentarias de Cabo Verde de 1991 nació en Cabo_Verde.


Las elecciones parlamentarias de Cabo Verde de 1991 tuvieron lugar el 13 de enero del mencionado año con el objetivo de elegir a los 79 miembros de la Asamblea Nacional Popular para su cuarta legislatura, la cual ejercería su mandato por el período 1991-1996. Se trató de las primeras elecciones luego de la abolición del régimen socialista de partido único regido por el Partido Africano de la Independencia de Cabo Verde (PAICV), vigente desde la independencia del país en 1975. Fueron, por lo tanto, las primeras elecciones competitivas y libres de la historia caboverdiana.[1][2][3]

El proceso de transición fue organizado durante los once meses previos a las elecciones desde el gobierno del PAICV, que había sido encabezado por el presidente Aristides Pereira y el primer ministro Pedro Pires durante toda su existencia, en respuesta a una creciente presión interna y externa para forzar la democratización tras el colapso del Bloque del Este a fines de 1989. Las circunscripciones electorales empleadas fueron las mismas que en las elecciones de 1985. El legislativo saliente se limitó a reformar la constitución para permitir la constitución de partidos políticos distintos al PAICV y aprobar una ley electoral que instauraba un sistema de representación proporcional por listas en cada circunscripción, instaurando además la modalidad del sufragio en el extranjero. La aprobación de una nueva constitución que institucionalizó el multipartidismo, entre otras modificaciones, correspondió al siguiente legislativo electo.[1][2][3]

De cara a las elecciones, grupos de oposición interna al PAICV se agruparon en el Movimiento para la Democracia (MpD), un partido de carácter centrista, demócrata cristiano y liberal, que concurrió bajo el liderazgo del diputado saliente Carlos Veiga. El primer ministro Pires asumió como Secretario General del PAICV tras la dimisión de Pereira en julio de 1990 y lideró al antiguo partido único en su primera campaña competitiva. Debido a que fueron los únicos dos partidos que presentaron debidamente sus documentos, la elección fue puramente bipartidista y se limitó a una competencia entre una lista del PAICV y una del MpD en cada uno de los distritos electorales del país.[1][2][3]

Con un discurso en torno a la modernización y democratización, sumado al descontento público con el gobierno de partido único, el MpD obtuvo una aplastante victoria con el 66,41% del voto popular y una mayoría absoluta de dos tercios con 56 de los 79 escaños. El PAICV se benefició del carácter polarizado de la elección y obtuvo el 33,59% de los votos, con los 23 escaños restantes. Sin embargo, resultó derrotado en todos los centros urbanos de importancia y su presencia se vio reducida a algunas regiones del Sotavento caboverdiano, mientras que el MpD obtuvo abrumadores triunfos en el Barlovento (la región de mayor oposición al régimen de partido único) y entre clase media urbana del país.[4]​ La concurrencia a votar fue elevada, alcanzando un 75,27% del electorado registrado.[1][2][3]

El gobierno del PAICV colapsó inmediatamente después de la derrota y Pires dimitió como primer ministro pocas horas después de conocerse los resultados, aduciendo que carecía del apoyo necesario para continuar al frente del país hasta la jura de los cargos electos.[4]​ El líder del MpD, Veiga, asumió como primer ministro el 26 de enero, presidiendo una administración provisional hasta las elecciones presidenciales de febrero, en las que António Mascarenhas Monteiro, candidato del MpD, derrotó a Pereira por un margen aún más amplio. El 4 de abril, tras ser designado de manera formal, Veiga prestó juramento como el primer jefe de gobierno democráticamente electo de la historia de Cabo Verde. Las elecciones inauguraron además un sistema bipartidista entre el MpD y el PAICV, que no se ha interrumpido desde entonces.[4][5]

Cabo Verde obtuvo su independencia de Portugal en 1975, luego de la guerra colonial portuguesa, en la que no participó, y el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), tomó el control tanto de Guinea-Bisáu como de Cabo Verde, instaurándose en ambos países regímenes de partido único. Aunque al principio el objetivo del PAICG era unificar Cabo Verde con la Guinea-Bisáu en un solo país, finalmente el gobierno caboverdiano encabezado por Aristides Pereira como presidente y Pedro Pires como primer ministro cortó relaciones con el PAICG continental luego del golpe de estado ocurrido en Guinea-Bisáu en 1980. Desde 1981, el PAIGC caboverdiano cambió su nombre a Partido Africano de la Independencia de Cabo Verde (PAICV). A finales de la década de 1980, el término de la Guerra Fría y la caída del comunismo en Europa condujo a que el gobierno caboverdiano, afectado por un declive económico a partir de 1988, se viera forzado a negociar una transición democrática.[6][7]​ El 19 de febrero de 1990, se realizó un congreso extraordinario del PAICV en el que se trató esta cuestión. Esa misma noche, el primer ministro Pedro Pires anunció el comienzo de la transición hacia el multipartidismo.[8]

Tras el anuncio, numerosos políticos de la oposición comenzaron a operar en Cabo Verde. El 14 de marzo de 1990, mediante la firma de un documento por parte de quinientas personas, se fundó el Movimiento para la Democracia (MpD), un partido de centro liberal y demócrata cristiano, que en última instancia sería la única competencia que enfrentaría el PAICV en las elecciones fundacionales.[9]​ A pesar de que la transición democrática se manejó con relativa eficacia y fue elogiada internacionalmente, la velocidad y el escaso tiempo de registro para partidos políticos dificultó el acceso a los medios de difusión de terceros partidos fuera del PAICV y el naciente MpD.[10]​ La Unión Caboverdiana Independiente y Democrática (UCID), que había sido fundada en el exilio en 1977 y provenía de los primeros grupos de oposición al PAICV excluidos de las conversaciones con Portugal para la independencia, no pudo presentar sus documentos a tiempo, a pesar de haber obtenido su registro legal, y no podría competir sino hasta las siguientes elecciones.[10][11]​ Lo mismo ocurrió con la maoísta Unión del Pueblo de las Islas de Cabo Verde (UPICV), liderada por José Leitão da Graça, que se disolvería antes de lograr disputar una elección.[10][12]​ El 29 de septiembre de 1990, la Asamblea Nacional Popular emitió un voto unánime a favor de abolir el Artículo 4 de la Constitución, que establecía el monopolio del PAICV, y el MpD pudo realizar su primer congreso público en noviembre.[9]

Las leyes electorales provisionales, que serían posteriormente institucionalizadas una vez asumido el gobierno democrático, establecían que la Asamblea Nacional, compuesta por 79 miembros, sería elegida mediante un sistema de escrutinio proporcional plurinominal con listas cerradas. El país sería dividido en veintidós circunscripciones, con al menos dos diputados cada una, teniendo para esta elección un máximo de doce en dos distritos (Praia Urbano y Nossa Senhora da Luz). Los escaños serían distribuidos por representación proporcional mediante el sistema d'Hondt.[13]

Los residentes que podrían registrarse para votar debían ser ciudadanos caboverdianos que tuvieran dieciocho años edad, y no estuvieran bajo tutela especial, se consideraran mentalmente enfermos o estuvieran encarcelados con una condena penal. Los mismos requisitos se requerían para presentar una candidatura, sin diferencias en cuanto a la ciudadanía.[13]

El derecho a participar en la votación para los caboverdianos residentes en el extranjero se instauró en la ley electoral, y sería consagrado en la constitución posterior.[14]​ Se instaurarían escaños para los distintos continentes donde residieran caboverdianos expatriados (que serían América, África, y «Europa y el resto del mundo»). Para poder votar en el extranjero, no se podía tener doble nacionalidad, lo cual limitó severamente el alcance del registro.[14]

Al haber podido presentarse solo el PAICV y el MpD, la elección fue completamente polarizada entre ambas fuerzas, con sus líderes Aristides Pereira y Pedro Pires, y António Mascarenhas Monteiro y Carlos Veiga disputándose respectivamente la presidencia de la República (cuya elección tendría lugar un mes después de las parlamentarias) y la mayoría en la Asamblea Nacional.[4][5]​ El columnista Vadinho Velhinho se burló de las campañas de ambos partidos en un artículo, afirmando que: «El PAICV y el MpD prometen tanto al pueblo caboverdiano que si se unieran, incluso podrían prometer un nuevo pueblo».[4]

La campaña del MpD se centró en resaltar los valores de la democracia y los derechos humanos, pero también al cambio económico. Durante una visita a la isla de Santo Antão, Veiga proclamó que los caboverdianos no debían tenerle miedo al cambio, y que «ningún país que haya adoptado la democracia ha retrocedido». Resaltó y describió con dureza los abusos contra los derechos humanos cometidos por el gobierno del PAICV y la necesidad de ponerles fin. Veiga aprovechó su estancia en Santo Antão, que era la isla más castigada por la represión del régimen, para reunirse con víctimas de abuso policial y compartir sus historias. Se comprometió a buscar la derogación de la Ley de Reforma Agraria y emitió una frase que pasaría a ser la más utilizada en el período de campaña: «Es tiempo de que Cabo Verde se destete del PAICV».[4]

El MpD disfrutó de un claro apoyo de la Iglesia católica, que se mantenía opositora al gobierno del PAICV. Menos de tres semanas antes de las elecciones, con motivo de su mensaje de Navidad, el 25 de diciembre de 1990, el obispo Paulino Évora, pidió a los católicos caboverdianos que se abstuvieran de votar a la lista del «partido no confiable» (en referencia al PAICV) porque «su programa electoral no garantiza el respeto por los valores más fundamentales como la religión, la familia, la vida (en especial la vida dentro del vientre materno) y la libertad».[5]​ Veiga finalizó la campaña del MpD prometiendo que no habría ninguna revancha política contra los partidarios del PAICV si su fuerza ganaba las elecciones, y afirmó que: «la gente tendrá que elegir entre la continuación de estos quince años o el cambio para una vida mejor».[4]

Con la desventaja de su desgaste y escaso apoyo popular, el PAICV apeló a sostener que su victoria implicaría mantener la estabilidad social, la conquista de una mayor soberanía para el país con respecto a actores externos, y la unidad nacional, resaltando la experiencia del partido en la gobernanza cotidiana, de la que sus opositores carecían.[4]​ Uno de sus principales eslóganes de campaña fue: «Nu ca cré aventura» (del criollo caboverdiano: "¡Nada de aventuras!"), que Pires justificó en que un posible cambio de gobierno podía implicar una «aventura» que conllevaría probables riesgos políticos y económicos para el país.[4]​ El PAICV también acusó al MpD de tener la intención de «vender Cabo Verde a extranjeros por medio de sus abogados». La frase provenía de un caso que Veiga, como abogado, había atendido defendiendo al empresario británico David Grepner ante el estado caboverdiano por la nacionalización de un terreno que había comprado a una empresa en quiebra. Dicho caso, que ya no era atendido por Veiga, había sido llevado a instancias internacionales y se resolvería después de las elecciones.[4]

Aunque todavía gozaba de un cierto prestigio público por su papel en la lucha por la independencia de Portugal, el PAICV se vio afectado de cara a las elecciones por el historial de un gobierno autoritario de partido único, así como el deterioro de la situación económica, y ciertas leyes aprobadas en el período previo a lo comicios, relativas a la reforma agraria y la interrupción voluntaria del embarazo. Con posterioridad a las elecciones, Pires analizaría que principalmente esas legislaciones, que enajenaron a los votantes más conservadores, fueron los principales motivos de la derrota del PAICV. Pires también declaró que el MpD fue «hábil a la hora de tocar puntos sensibles» y dejó al PAICV con «dificultades para defenderse o emprender el mismo camino».[5]​ El último día de campaña, Pires destacó que el PAICV fue en última instancia el partido que propuso el multipartidismo y destacó la transición ordenada.[4]

Aunque reconocida en gran medida como pacífica, la campaña tuvo algunos momentos de tensión y denuncias.[4][5]​ El PAICV denunció que el MpD había emprendido una campaña sucia contra sus dirigentes, al publicar un folleto en el que describía a Pedro Pires como un «ladrón y asesino», y añadía información sobre la riqueza acumulada por las figuras políticas destacadas del partido, que el PAICV calificó como falsa.[5]​ El MpD también realizó acusaciones en contra del PAICV, en gran medida por su estrategia en el extranjero. La oposición denunció los dichos de António Almeida Santos, exministro portugués, que habría sugerido públicamente que Pedro Pires y Aristides Pereira debían seguir gobernando Cabo Verde. La prensa local afirmó que funcionarios del gobierno portugués estaban manteniendo una actitud «paternalista», y que no debían meterse en los asuntos internos de su antigua colonia.[4]

El resultado final confirmó que el Movimiento para la Democracia obtuvo un rotundo triunfo con el 66,41% de los votos positivos y una mayoría absoluta de dos tercios con 56 de los 79 escaños en disputa, lo que le permitía modificar la constitución sin negociar con el PAICV. El partido gobernante obtuvo el 33,59% restante de los votos y 23 bancas en el legislativo. El MpD obtuvo la victoria en casi todo el país, con la sola excepción de las islas de Fogo y Boa Vista, islas natales respectivas de Pires y Pereira, donde el PAICV retuvo una hegemonía perdurable. En Santo Antão, donde se había producido el episodio de represión más emblemático del régimen de partido único, el 31 de agosto de 1981, durante una protesta contra la reforma agraria,[15]​ el MpD obtuvo los 10 escaños en las distintas circunscripciones que representaban a la isla.[5]

La victoria del MpD fue mucho más abrumadora de lo que los propios líderes del partido pensaban. Mascarenhas Monteiro, candidato presidencial del partido de cara a febrero, afirmó que si bien esperaba que ganaran, nunca creyó en un triunfo de tal magnitud.[4]​ Por la medianoche del 13 de enero, al transmitirse los resultados, Veiga emitió un comunicado de prensa agradeciendo a la población por el resultado, afirmando que no se sorprendía porque desde su fundación el MpD había trabajado para lograr el triunfo, y afirmó que «no es una victoria para el MpD, sino para todo el pueblo caboverdiano». A su vez, en la madrugada del 14 de enero, a las dos de la mañana, Pires emitió un comunicado reconociendo la derrota.[5]​ El primer ministro defendió el historial del PAICV en el gobierno y declaró que su partido continuaría luchando por la mejora y el desarrollo de la sociedad caboverdiana.[4]


La noche posterior a la elección, el presidente Aristides Pereira transmitió un mensaje a la nación en la que felicitó al pueblo caboverdiano por la elección pacífica y declaró que el 13 de enero sería recordado como un punto de inflexión en la vida política del país. El entonces presidente de Portugal, Mário Soares, mantuvo conversaciones telefónicas tanto con Veiga como con Pires, enviando sus felicitaciones a los candidatos electos y a su vez congratulando al liderazgo del PAICV por organizar una elección transparente y haber reconocido la derrota.[4]George H. W. Bush, presidente de los Estados Unidos, felicitó también al pueblo caboverdiano y elogió la «actitud cívica» mostrada por los miembros de los dos partidos contendientes, afirmando que «la democracia caboverdiana será un ejemplo para muchos países».[4]



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