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Guinea-Bisáu



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Guinea-Bisáu,[3]​ oficialmente la República de Guinea-Bissau[4] (en portugués: República da Guiné-Bissau), o Guinea-Bissau, es un país del oeste de África. Limita con Senegal al norte, Guinea al sur y al este, y con el océano Atlántico al oeste. Guinea-Bisáu fue una vez parte del Reino de Gabú, así como parte del Imperio de Malí. Algunas regiones de este reino persistieron hasta el siglo XVIII, mientras que algunas otras estaban bajo la dependencia del Imperio portugués desde el siglo XVI. Durante la época colonial (siglo XIX) fue colonia portuguesa, formando parte de la denominada Guinea Portuguesa. Al obtener su independencia, declarada en 1973 y reconocida en 1974, se agregó el nombre de su capital, Bisáu, al nombre oficial del país para evitar confusiones entre ésta y la República de Guinea (antes Guinea Francesa). Guinea-Bisáu tiene una historia de inestabilidad política desde su independencia.

El territorio actual de Guinea-Bisáu fue el reino de Gabú, que pertenecía al Imperio de Malí; algunas partes del reino persistieron hasta el siglo XVIII. Si bien los portugueses se instalaron en Guinea en el siglo XV, no se aventuraron más allá del litoral marítimo. El reino de Gabú consiguió mantener su independencia hasta el siglo XIX, mientras las poblaciones costeras eran esclavizadas.

En la década de 1950, la mortalidad infantil era de 600 muertes por cada 1000 nacimientos y solo el 1 % de la población rural estaba alfabetizada.

Amílcar Cabral fundó la Asociación de Deportes y Recreación, que en 1956 se convertiría en el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC).

En 1959, una huelga de trabajadores en el puerto de Bisáu dio lugar a una masacre. Cincuenta trabajadores murieron a manos de la policía portuguesa y más de cien resultaron heridos. Esta masacre constituye un "punto de inflexión en el pensamiento de los nacionalistas revolucionarios", alentándolos a reconsiderar las luchas pacíficas llevadas a cabo hasta entonces para considerar la lucha armada.[5]

En 1963, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) desencadenó la guerra de independencia. La insurgencia fue ganando poco a poco el apoyo de las poblaciones rurales y las "zonas liberadas" se extendieron sobre el 50 % del territorio desde 1966, y luego sobre el 70 % desde 1968. Bajo el liderazgo de Amílcar Cabral, los rebeldes están tratando de reconstruir un modelo político en el que el poder es ejercido por los propios campesinos y se comprometen a desarrollar el sistema de salud y la alfabetización.[5]

El objetivo es algo más que la independencia nacional. Según Cabral: "no estamos luchando simplemente para poner una bandera en nuestro país y tener un himno, sino para que nuestros pueblos nunca más sean explotados, no solo por los imperialistas, no solo por los europeos, no solo por los blancos, porque no confundimos los factores de explotación o de explotación con el color de la piel de los hombres; ya no queremos la explotación en casa, ni siquiera por los negros".[5]

Las zonas liberadas por el PAIGC proclamaron la República Democrática de Guinea, en 1973, reconocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Guinea-Bisáu fue la primera colonia portuguesa de África que obtuvo la independencia. En Bisáu nació el antecesor del Movimiento de las Fuerzas Armadas, responsable del derrocamiento del régimen dictatorial portugués en 1974. Cuatro meses después, Portugal reconoció la independencia de Guinea-Bisáu.

La independencia comenzó bajo los mejores auspicios. La diáspora de Guinea-Bisáu regresó en forma masiva al país. Se creó un sistema de acceso escolar para todos. Los libros eran gratuitos y las escuelas disponían de un número suficiente de profesores.[6]

En 1980 João Bernardo Vieira encabezó un golpe de Estado que acabó con la presidencia de Luís Cabral e interrumpió la fusión con Cabo Verde cuando ambos países planeaban una unión constitucional. Desde entonces, el país se orientó hacia una economía liberal. Los recortes presupuestarios se hicieron a costa del sector social y de la educación.[6]​ João Bernardo Vieira permaneció en el exilio hasta 2005, nueve años después del fin de una guerra civil de once meses que lo había expulsado del poder, regresó para presentarse a los comicios destinados a restablecer la democracia.

En la madrugada del 2 de marzo de 2009 (4:00 GMT) fue asesinado en un atentado con bomba, en los cuarteles del ejército, el jefe del Estado mayor Tagme Na Waie. Algunos militares opinaban que este asesinato había sido ordenado por el presidente de Guinea-Bisáu, João Bernardo Vieira. Horas después, este fue asesinado por unos militares en la residencia presidencial. Previamente se había negado al ofrecimiento de la Embajada de Angola de evacuarlo a su sede diplomática. Murió a los 69 años, tras haber estado más de 23 años al frente de Guinea-Bisáu.

Después de la muerte de Vieira, los militares del país juraron respetar la orden constitucional de sucesión. El portavoz de la Asamblea Nacional, Raimundo Pereira, asumió el poder interinamente hasta una elección nacional, que ocurrió el 28 de junio de 2009,[7]​ vencida por Malam Bacai Sanhá, que asumió el poder el 8 de septiembre del mismo año.[8]

El poder ejecutivo es compartido entre el presidente que elegido por voto popular y el primer ministro que designado por el presidente con la aprobación de la Asamblea Nacional.

El poder legislativo es ejercicio por la Asamblea Nacional Popular compuesta por 102 miembros elegidos directamente.

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Guinea-Bisáu ha firmado o ratificado:

Para su administración política, Guinea-Bisáu está dividida en ocho regiones (regiões) y un sector autónomo (sector autónomo). Estos a su vez están subdivididos en treinta y siete sectores. Las regiones son:

* sector autónomo

Guinea-Bisáu ocupa una superficie de 36 125 km².[1]​ Es un país muy llano en el que ningún punto del mismo sobrepasa los 300 metros de altitud. Se encuentra atravesado por multitud de ríos (Cacheu, Corubal y Geba) y tiene unas estupendas playas en la costa atlántica. Asimismo, en su litoral marítimo se encuentran una serie de archipiélagos pertenecientes al país.

Guinea-Bisáu limita al norte con Senegal, al sur y al este con Guinea y al oeste con el océano Atlántico, donde se hallan sus islas Bijagós.

El WWF divide el territorio de Guinea-Bisáu en dos ecorregiones:

Guinea-Bisáu cuenta con un clima cálido durante todo el año y tiene pocas variaciones en su temperatura, que en promedio llega a los 26,3 °C. La precipitación promedio para Bisáu es de 2024 mm, aunque casi toda esta cantidad cae durante la estación lluviosa, la cual abarca desde junio hasta septiembre u octubre. Desde diciembre hasta abril, el país experimenta una sequía.[19]

Guinea-Bisáu era un país muy bien organizado antes de la guerra civil de 1999, ahora se encuentra bajo un programa de estructura económica después de conocer grandes avances a nivel económico en 2006, 2007 y 2008. Su economía basada en la agricultura y la pesca, fue muy afectada por la guerra civil que tuvo lugar en 1998–1999. Tiene una deuda externa de 921 millones de dólares norteamericanos y se encuentra bajo un programa de ajuste estructural del FMI.

Una fuente de ingreso muy importante del país es la producción de nueces de cajú, con un volumen de exportación de 90 000 toneladas anuales. En enero del 2005 el gobierno anunció que una plaga de langosta estaba amenazando la producción y que no se contaban con los fondos para poder combatir la plaga.

Guinea-Bisáu sostiene una economía de supervivencia basada en la agricultura y ganadería. Con algo más de 350 000 ha cultivadas, la producción se destina básicamente al consumo local: arroz, nuez de palma, coco, maíz y sorgo. La producción de cacahuetes se destina fundamentalmente a la exportación. La ganadería está muy desarrollada, destacando la porcina y ovina.

El 30 % del territorio está ocupado por bosques, lo que permite la explotación de la madera y el caucho.

La actividad industrial relevante en Guinea-Bisáu es el tratamiento de los productos agrícolas, producción de cerveza, y petróleo en la zona de explotación conjunta con Senegal, tiene grandes reservas sin explorar de bauxita y fósforo que comenzaron a ser exploradas en 2010.

La emisión de sellos postales, principalmente destinada al coleccionismo, es también una importante fuente de ingreso para su economía.

La red de caminos de Guinea-Bisáu se encuentra poco desarrollada. En 2002, de los 3455 km de caminos que existían, solo 965 km se encontraban pavimentados. El transporte marítimo es muy importante para el país, debido a los ríos navegables con los que cuenta y al número de islas que lo conforman. La capital, Bisáu, es el principal puerto por número de pasajeros y cantidad de mercancía que pasa por la ciudad.[20]​ El Aeropuerto Internacional de Bisáu es el principal aeropuerto del país y cuenta con vuelos que la conectan con otras ciudades importantes de África occidental.[20]

En 2010, el país consumió alrededor de 62 millones kWh, prácticamente toda esta electricidad se producía mediante la quema de combustibles fósiles.[21]​ Se piensa que la hidrografía de su territorio podría aprovecharse con plantas hidroeléctricas para cubrir la demanda energética nacional e incluso exportar algo de esta electricidad.[22]

Existe una estación de radio y una de televisión de carácter público y controladas por el gobierno: Radiodifusão Nacional de Guiné-Bissau y Televisão Experimental, respectivamente. El principal diario del país, Voz da Guiné, también es propiedad del gobierno y tiene una circulación mayor a 6000 ejemplares diarios.[23]​ La telefonía móvil y el Internet han ganado terreno desde principios del siglo XXI: en 2012 había más de 1,1 millones de teléfonos móviles activos y más de 37 000 usuarios de Internet.[21]

La población de Guinea-Bisáu es étnicamente diversa, con múltiples idiomas, costumbres y diferentes estructuras sociales. Casi el 99 % de los guineanos son negros y se pueden dividir en las siguientes tres categorías: los hablantes de fula y mandinga, que constituyen la porción más amplia de la población y están concentrados en el norte y noreste; los balanta y pepel, que viven en las regiones costeras del sur; y los manjaco y mancanha, que ocupan las áreas costeras centrales y del norte. La mayoría del grupo restante son mestiços de ascendencia portuguesa y negra, incluyendo una minoría caboverdiana. Los portugueses puros constituyen solo una porción pequeña de los guineanos, y hay una pequeña comunidad de origen chino, llegada principalmente de Macao.

Muchos colonos portugueses dejaron el país después que Guinea-Bisáu obtuviera la independencia. Solo el 34 % de la población habla el portugués, el idioma oficial, el porcentaje más bajo de toda la lusofonía. El 44 % de la población habla el crioulo, basado mucho en el idioma portugués y el resto, idiomas nativos africanos, como badjara, balanta-kentohe, basary, pulaar, bayote, bainoukgunyuno, biafada, bidyogo, cassanga, ejamat, kobiana, mancanha, mandinga, mandjak, mansoanka, nalu, pepel y soninke.

Otra constante en el país es la emigración, tanto para buscar unas mejores condiciones de vida como para huir de los problemas políticos que vive el país en los últimos años. Europa, y sobre todo Portugal, es el destino más habitual de los guineanos que abandonan el país. Según estimaciones de 2013, cinco de las localidades más pobladas de Guinea-Bisáu superaban los 10 000 residentes. Estas incluyen: la capital Bisáu (431 082 habitantes), Gabú (39 753), Bafatá (36 766), Canchungo (17 364) y Farim (10 656).[24]​ El idioma oficial es el portugués, y es el idioma de la televisión, la radio y todos los medios de comunicación, el sistema de educación, la aplicación de la ley, los tribunales y el gobierno.

Evolución demográfica

En torno al 45 % de la población bisauguineana es musulmana, lo que hace de Guinea-Bisáu el único país de la Lusofonía con una mayoría de musulmanes, mayoritariamente suníes. Cerca del 30 % practica alguna forma de religión tradicional, y cerca del 20 % son cristianos, principalmente católicos.

La música de Guinea-Bisáu pertenece por lo general al gumbé, género musical de naturaleza polirrítmica, el cual es la exportación musical más relevante. Sin embargo, la inestabilidad de la sociedad y el relativamente pequeño desarrollo del mismo han hecho que el gumbé y otros géneros asociados no hayan logrado trascender las fronteras y llegar a las grandes audiencias.

El afoxé es el instrumento musical más popular en Guinea-Bisáu. Se construye utilizando el fruto seco del porongo y se utiliza para crear música con complejas características rítmicas. Las letras de las canciones son por lo general en lenguaje kriol, un lenguaje criollo de raíces portuguesas. Son comunes canciones con contenido humorístico o sobre determinadas temáticas, relacionadas con eventos cotidianos o controvertidos, especialmente el sida.

La palabra gumbé a veces se utiliza en forma genérica, para referirse a todo tipo de música autóctona, a pesar de que en realidad se refiere a un estilo específico que es la fusión de numerosas tradiciones de música folclórica del país. Otros géneros musicales populares son el tina y el tinga, mientras que entre las tradiciones folclóricas más difundidas se encuentran la música ceremonial utilizada en funerales, ritos de iniciación y otros rituales, como también la brosca y kussundé de los balantas, el djambadon de la etnia mandinga y el ritmo kundere de las islas Bijagós.

La selección de fútbol de Guinea-Bisáu hizo historia al clasificarse para la Copa Africana de Naciones 2017, siendo el primer campeonato internacional que juega en toda su historia.



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