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Enoturismo



El enoturismo o turismo enológico es un tipo de turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas. Se relaciona con el turismo gastronómico, y con el turismo cultural dependiendo del carácter histórico o artístico de la industria vinícola en la zona como patrimonio industrial.

También se han desarrollado tratamientos de belleza y salud basados en vinos, denominado vinoterapia.

El enoturismo ofrece a las bodegas la posibilidad de promocionar el origen de sus productos, y pueden disponer de tienda o posibilidades de ofrecer una cata.

Aunque en los últimos años el enoturismo ha conseguido cierta repercusión en España,[1]​ debido en parte a la dilatada tradición vitivinícola del país y su consolidación dentro de la industria turística, queda todavía un largo camino para que quede totalmente consolidado como nuevo modelo económico dentro de las bodegas y como nuevo modelo turístico en España, al igual que ocurre en otros países del entorno como Francia, Italia o EE. UU. donde este modelo de negocio es un modelo turístico consolidado.

Hay una serie de aspectos positivos del sector enoturístico en España que puede ser beneficioso y enriquecedor tanto para los turistas que hacen una "escapada" a bodegas vinícolas como por los propios empresarios e instituciones. Los primeros, generalmente amantes del vino, se benefician de la fusión de la buena gastronomía con el valor añadido del vino de calidad. Por otro lado, los segundos utilizan este método para promocionar sus productos y recibir así una retroalimentación de la mano de sus clientes ayudándoles a mejorar la calidad del producto.

Pero tampoco hay que olvidar que para que un producto o servicio turístico en una bodega funcione y sea rentable, debe ser desarrollado por un departamento específico dentro de la empresa, y que este modelo productivo tiene que ser también un trabajo conjunto entre todos los departamentos de la bodega. Debe haber, por tanto, colaboración entre las bodegas, empresarios e instituciones.

Tener un buen vino y abrir las puertas de la bodega no es suficiente para hablar de enoturismo. Para ello hay que hacer un estudio de mercado (DAFO) y diseñar la oferta en función de las necesidades del turista y no de los propios intereses de la bodega. Esta es la mejor forma de atraer turistas, conseguir un trato directo con el turista (consumidor, o no, de vino), una venta directa de vino a los mismos y posiblemente fidelización de clientes y una buena comunicación y publicidad boca-oído.

Un error a la hora de crear paquetes turísticos es la falta de personal específico y cualificado, como agencias de viajes específicas que crean y vendan esos paquetes, así como la legislación de la industris turística y agroalimentaria principalmente.

El enoturismo se enfoca en las zonas donde existe una mayor producción de vino y es una práctica extendida por todo el mundo. No obstante, hay países donde la tradición vinícola es más extendida como es el caso de España donde se puede encontrar este tipo de turismo en prácticamente todas las regiones debido a ser el tercer productor del mundo por detrás de Italia y Francia. Algunos de los lugares del mundo donde merece la pena practicar enoturismo son[2]​:

EcuadorFlag of Ecuador.svg Ecuador: Es una de las regiones de Latinoamérica en donde la cultura del vino ha ido creciendo. A finales del siglo pasado se consolida el cultivo en el valle de Patate, provincia de Tungurahua, a 2200 msnm, con pocas hectáreas de clima tropical y dos cosechas anuales de variedades autóctonas (nacional blanca, nacional negra y moscatel), producían el vino de Misa. Posteriormente se elaboró durante muchos años, hasta la actualidad vino de mosto concentrado.

La cultura del vino en Ecuador va creciendo rápidamente en la última década, En 2006 se consumía una copa por habitante y hoy se consume 1,5 botellas por habitante. Esta cultura vitivinícola fue desarrollada en gran manera por La Cofradía del Vino[7][1]

Existe actualmente dos bodegas que vinifican sus uvas: una en Quito, Chaupi Estancia[8]​ que produce vino blanco de uva palomino, y otra en Guayaquil, Dos Hemisferios [2], que utiliza uvas principalmente de origen francés.[9]

En 1999 la bodega Dos Hemisferios, comienzan la plantación en Guayaquil a 0 msnm y a 10 km de la costa. Con clima tropical y suelo calcáreo tiene 2 cosechas al año. La temperatura máxima es de 32 °C y la mínima de 18 °C y con una amplitud térmica de 14 °C. A pesar de la humedad relativa del 70% durante todo el año, hay 3 meses de lluvia en el invierno y 9 meses de sequía en el verano.

Las plagas son enfermedades criptogámicas, ácaros y otros insectos, pájaros y murciélagos. Se deben realizar 18 a 20 curaciones por ciclo vegetativo.

Por la falta de frío se debe inducir la brotación con Dormex, e incluso la fructificación es muy baja (50 qq/ha), pero con alta relación hoja/racimo.

Se cultiva uva Malbec, Cabernet, Merlot, Sauvignon, Ancellotta, Chardonnay y Sauvignon.[10]



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