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Epopeya de Gilgamesh



La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh (2500-2000 a. C) es una narración acadia en verso sobre las peripecias del rey Gilgamesh (también transcripto como Gilgameš). Está basada en cinco poemas independientes sumerios, que constituyen la obra épica más antigua conocida.

Al comienzo del poema, Gilgamesh es el despótico rey de Uruk, cuyos súbditos se quejan a los dioses, cansados de su lujuria desenfrenada, la cual lo lleva a forzar a las mujeres de la ciudad. Los dioses atienden este reclamo creando a Enkidu, un hombre salvaje destinado a enfrentarse a Gilgamesh. Pero cuando ambos entraban en combate, en vez de darse muerte se hacen amigos para siempre y emprenden peligrosas aventuras. Juntos dan muerte al gigante Humbaba y al Toro del Cielo, y Gilgamesh rechaza el amor de la diosa Inanna. Como castigo a estos actos de impiedad, los dioses hacen que Enkidu muera en plena juventud. Impresionado por la desaparición de su amigo, Gilgamesh emprende la búsqueda de la inmortalidad, la cual le lleva hasta los confines del mundo, donde viven el sabio Utnapishtim y su mujer, únicos supervivientes del Diluvio, a los que los dioses concedieron el don que Gilgamesh pretende ahora. Sin embargo, el héroe no alcanza lo que pretende. En el camino de vuelta, encuentra, siguiendo instrucciones de Utnapishtim, una planta que devuelve la juventud a quien la toma; pero una serpiente se la roba y Gilgamesh vuelve a Uruk con las manos vacías, convencido de que la inmortalidad es patrimonio exclusivo de los dioses.

El núcleo sentimental del poema se encuentra en el duelo de Gilgamesh tras la muerte de su amigo. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad humana frente a la inmortalidad de los dioses. El poema incluye una versión del relato del diluvio universal.

Existen distintas fuentes que datan de más de 2000 años antes de Cristo. Los primeros poemas sumerios actualmente se suelen considerar historias distintas en lugar de partes de una sola epopeya.[2]​ Se remontan a la tercera dinastía de Ur, en la época del origen del renacimiento sumerio (c. 2100 a.C.).[3]​ Las tablillas de la antigua Babilonia (c. 1800 a.C.),[2]​ son las más antiguas que se conservan de un relato único de la "Épica de Gilgamesh".[4]

Las antiguas tablillas babilónicas y la versión posterior en acadio son fuentes importantes para las traducciones modernas, y los primeros textos se utilizan principalmente para completar en los textos posteriores las lagunas existentes. Aunque se han publicado varias versiones revisadas basadas en nuevos descubrimientos, la epopeya permanece incompleta.[5]​ El análisis del texto babilónico antiguo se ha utilizado para reconstruir posibles formas anteriores de la epopeya.[6]​ La versión acadia más reciente, también conocida como la versión babilónica estándar, consta de doce tablillas, cuyo texto habría sido transcrito por el asipu Sîn-lēqi-unninni,[7]​ quien se cree que vivió en algún momento entre el 1300 a.C. y el 1000 a.C.[8]

Unos 15.000 fragmentos de tabletas con escritura cuneiforme fueron descubiertos en la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive por Austen Henry Layard, su asistente Hormuzd Rassam y W. K. Loftus a principios de la década de 1850.[9]​ A finales de la década siguiente, el Museo Británico contrató a George Smith para estudiarlos; en 1872, Smith leyó fragmentos traducidos ante la Sociedad de Arqueología Bíblica,[10]​ y en 1875 y 1876 publicó traducciones más completas,[11]​ la última de las cuales se publicó como "The Chaldaean Account of Genesis" (El relato caldeo del Génesis).[9]​ El personaje central de Gilgamesh fue inicialmente transcrito como "Izdubar", antes de que los logogramas cuneiformes de su nombre pudieran pronunciarse con precisión.[9]​ En 1891, Paul Haupt recopiló el texto cuneiforme y, nueve años más tarde, el orientalista Peter Jensen proporcionó una edición completa; R. Campbell Thompson actualizó ambos trabajos en 1930. Durante las siguientes dos décadas, Samuel Noah Kramer reorganizó los poemas sumerios.[11]

En 1998, el asiriólogo estadounidense Theodore Kwasman descubrió en el almacén del Museo Británico una pieza que se cree que contenía las primeras líneas de la epopeya. El fragmento, encontrado en 1878 y fechado entre el 600 a.C. y el 100 a.C., no había sido examinado por expertos durante más de un siglo desde su recuperación.[12]​ El texto del fragmento dice "El que lo vio todo, que fue el fundamento de la tierra, que supo (todo), fue sabio en todos los asuntos: Gilgamesh".[13]​ El descubrimiento de objetos (c. 2600 BC) asociados con Mebaragesi de Kish, mencionado en las leyendas como el padre de uno de los adversarios de Gilgamesh, ha dado credibilidad a la existencia histórica de Gilgamesh.[14]

Originalmente, la obra se conocía con el título Aquel que vio las profundidades (Sha naqba īmuru) o Por encima de todos los otros reyes (Shūtur eli sharrī), versos tomados del arranque de la obra que aluden a la naturaleza excepcional de Gilgamesh.

El poema se escribió en tablillas de arcilla utilizando la escritura cuneiforme hacia los años 2500-2000 a. C. Además de esta versión en lengua sumeria, que presenta muchas lagunas debidas a su deficiente conservación, se conservan versiones posteriores, también fragmentarias, en lengua acadia e hitita. Las ediciones y traducciones modernas de la obra incorporan este material para complementar los huecos de la versión sumeria.

La versión más completa que se conserva aparece en un conjunto de doce tabletas de arcilla pertenecientes a la biblioteca del siglo VII a. C. del rey asirio Asurbanipal. Las once primeras tabletas narran la Epopeya de Gilgamesh, y la duodécima contiene un poema independiente sobre la bajada de Enkidu a los infiernos.

El texto no separa los versos, pero por el ritmo se calcula que puede tener unos 3500 versos.[15]

Los estudiosos consideran que el poema se originó en una serie de leyendas sobre el legendario héroe-rey Gilgamesh, que probablemente vivió y reinó a finales del Segundo Período Dinástico Inicial (aproximadamente en el siglo XXVII a. C.). Algunas de estas leyendas fueron narradas en verso, y los poemas resultantes se ensamblaron más tarde, dando lugar a un poema más extenso ahora expuesto en museos.

El rey Asurbanipal de Nínive hizo transcribir la epopeya, dentro de su empeño por copiar todos los documentos escritos del mundo conocido. Hacia el año 612 a. C., Nínive fue destruida por invasores y no fue hasta 1845 que el explorador británico Austen Henry Layard localizó sus restos, cerca de Mosul, en Irak.

Del contenido de su biblioteca, actualmente se conserva una pequeña fracción, compuesta por 25 000 tablillas, depositadas en el Museo Británico. George Smith comenzó a traducirlas a partir de 1872.[16]​ Más recientemente, en 1984, se tradujo el poema con la participación del escritor John Gardner.

El poema cuenta la historia de las aventuras del rey Gilgamesh de Uruk, que debió de gobernar hacia el año 2500 a. C. La epopeya, muy posterior a su reinado, recoge y elabora las leyendas que circulaban sobre él en la tradición oral.

De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema, probablemente escrito en la primera mitad del II milenio a. C.. La duodécima posiblemente fue tallada (en el final del I milenio a. C.).

La versión «estándar» se encontró en la biblioteca de Asurbanipal, fue escrita en babilonio estándar, un dialecto del idioma acadio que solo se usaba con fines literarios, y utiliza un tipo de métrica bastante parecido a la métrica hebraica, fundada en el paralelismo semántico, aunque también posee elementos de métrica cuantitativa. El verso está generalmente dividido en dos hemistiquios que reiteran la misma idea expresada de dos formas distintas.[17]

Esta versión fue estandarizada por Sin-Liqe-Unninni entre el 1300 a. C. y el 1000 a. C. con base en una versión más antigua que la oficial. Esta complementación mediante cambio o añadidura de fragmentos era un proceso común en la época y el Poema de Gilgamesh no fue la excepción.[18]

La versión estándar y la acadia previa se diferencian en la introducción, o íncipit. La versión más antigua comienza con las palabras: «Sobrepasando a todos los demás reyes», mientras que en la estándar dice: «Él que veía lo profundo» (ša nagbu amāru). La palabra acadia nagbu, ‘profundo’, en este caso probablemente hace referencia a ciertos «misterios». No obstante, Andrew George considera que se refiere a algún conocimiento específico que Gilgamesh trajo de su reunión con Utnapishtim; él ganó el conocimiento en el reino de Ea, cuyo reino cósmico es la fuente de la sabiduría.[19]​ En general, se cree que Gilgamesh adquirió el conocimiento para vivir una buena vida: cómo adorar a los dioses, por qué es necesaria la muerte para los humanos, de lo que hace bueno a un rey y de la naturaleza. La tablilla XI contiene el mito del diluvio que fue copiado en su mayor parte de la épica de Atrahasis.[20]

La tablilla XII es un apéndice del poema épico, una secuela de la XI y probablemente añadida en fecha posterior, por lo cual ha sido omitida hasta años recientes. Tiene la inconsistencia narrativa de presentar a Enkidu vivo, y tiene poca relación con la bien argumentada tablilla XI. De hecho, el poema tiene una estructura circular en la cual las líneas iniciales se citan en la tablilla XI para dar, junto con el final, la idea de un ciclo. La tablilla XII es más bien una copia de un cuento anterior en el cual Gilgamesh envía a Enkidu a recuperar algunos de sus bienes al inframundo, Enkidu muere y regresa como espíritu para contarle al rey la naturaleza del inframundo. Este evento parece superfluo dado que en la tablilla VII Enkidu tuvo ya un sueño en el que se le reveló cómo es el inframundo.[21]

La obra gira en torno a dos temáticas, las primeras seis tablillas describen la búsqueda de la gloria y las restantes la búsqueda de la inmortalidad.

Si caigo, habré conquistado la fama.

La gente dirá: ¡Gilgamesh cayó
luchando contra el fiero Humbaba!...
Estoy decidido a penetrar en el bosque de los cedros.

¿A dónde vas, Gilgamesh?
La vida que tú buscas

Todas las tablillas, excepto la segunda y tercera, provienen de distintos originales, por lo tanto, la síntesis argumental se hace con base en diferentes versiones.

Hay cinco historias existentes de Gilgamesh en forma de poemas antiguos en sumerio. Probablemente circulaban independientemente, en lugar de tener la forma de una epopeya unificada. Algunos de los nombres de los personajes principales en estos poemas difieren ligeramente de los nombres acadios posteriores; por ejemplo, "Bilgamesh" está escrito en lugar de "Gilgamesh", y hay algunas diferencias en las historias subyacentes, como el hecho de que Enkidu es el sirviente de Gilgamesh en la versión sumeria: El Toro Celeste llegó a la ciudad de Uruk, mató a muchos de sus guerreros y la devastó. Gilgamesh y Enkidu mataron al toro y este hecho aumentó aún más la furia de los dioses, ya contrariados por el orgullo de Gilgamesh y decidieron castigar a Enkidu con una enfermedad que duró 12 días y que le ocasionó la muerte. El señor de la Montaña del Viviente y Hey, ¡hurra! corresponden al episodio de "Bosque de los Cedros" (que en la versión estándar se cuentan en las tabletas II – V). Gilgamesh y Enkidu viajan con otros hombres al bosque de los cedros. Allí, atrapado por Humbaba, Gilgamesh lo engaña (con la ayuda de Enkidu en una de las versiones) para que abandone sus auras, perdiendo así su poder.

El Héroe en Batalla corresponde al episodio del "Toro en el Cielo" (en la versión estándar se encuentra en la tableta VI) en la versión acadia. El apetito voraz del toro causa sequía y dificultades en la tierra mientras Gilgamesh se da un festín. Lugalbanda lo convence de enfrentarse a la bestia y lucha junto a Enkidu. Los enviados de Akka no tienen un episodio correspondiente en la epopeya, pero los temas de si mostrar misericordia a los cautivos y el consejo de los ancianos de la ciudad también aparecen en la versión estándar de la historia de Humbaba. En el poema, Uruk enfrenta el asedio de las tropas de Kish dirigidas por su rey Agga, a quien Gilgamesh derrota y perdona.

En esos días, en esos días lejanos, también conocidos como Gilgamesh, Enkidu y el Inframundo, es la fuente de la traducción acadiana incluida como tableta XII en la versión estándar, que cuenta el viaje de Enkidu al Inframundo. También es la principal fuente de información para el mito de la creación sumeria y la historia de "Inanna y el árbol Huluppu".

El gran toro salvaje está acostado, un poema sobre la muerte, sepultura y consagración de Gilgamesh como un semidiós, reinando y juzgando a los muertos. Después de soñar con cómo los dioses deciden su destino después de la muerte, Gilgamesh toma consejo, prepara su funeral y ofrece regalos a los dioses. Una vez fallecido, lo entierran bajo el Éufrates, lo desvían y luego lo devuelven.

Según el investigador griego Ioannis Kordatos, la Odisea de Homero ha sido influida por este poema, tanto en lo formal (sostiene que existe un gran número de versos paralelos) como en temas y episodios.[22]

Otros autores también exponen que esta obra podría incidir en la narración de la Biblia.[23]​ Alexander Heidel plantea que el tema del Diluvio muestra una influencia directa, en los dos relatos que lo componen, y también la concepción de una planta que confiere la inmortalidad, la cual es hurtada por la intervención de una serpiente. Otros temas como el rey héroe, la acción justiciera de los dioses, la amistad entre los héroes y la importancia de los sueños, si bien aparecen en ambas obras, forman parte de una matriz cultural compartida.

Dado que el mito de Gilgamesh data de ca. 1300 a. C. (probablemente antes, 2500-2000 a. C., pues la fecha de 1300 a.C corresponde a la compilación acadia) se podría plantear que los relatos de la Biblia están inspirados en este mito. Esta teoría fue debatida a comienzos del siglo XX y hasta el día de hoy se pueden encontrar diversas investigaciones que abordan esta comparativa, argumentando para ambas posiciones.



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