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Ertzaintza



La Ertzaintza[1][2]​ (AFI: [erts̻aints̻a]) es la policía autonómica del País Vasco, comunidad autónoma española. Fue creada en 1982 con Carlos Garaikoetxea como lehendakari, en desarrollo del Estatuto de Guernica. Es heredera de la Ertzaña constituida por el Gobierno Provisional del País Vasco durante la Guerra Civil Española en desarrollo del Estatuto de Autonomía de la Segunda República. Es una de las cuatro fuerzas y cuerpos de seguridad españoles de carácter autonómico, junto a los Mozos de Escuadra catalanes, la Policía Foral de Navarra y la Policía Canaria. Se denomina ertzaina (‘cuidador del pueblo’) a cada uno de los 8000 agentes del cuerpo y ertzain-etxea (‘casa de ertzainas’) a las comisarías.

En la actualidad, casi el 90 % de los agentes son varones, aunque en los últimos años se han introducido medidas de discriminación positiva (algunas anuladas por los tribunales) y se han realizado campañas informativas para promocionar el acceso de la mujer al cuerpo. La policía vasca tiene su base central en Erandio y dispone de 25 comisarías repartidas en las distintas comarcas del País Vasco, así como distintas oficinas de atención al público como la del Aeropuerto de Bilbao (en Lujua, Vizcaya) y las del centro de las capitales. Otras bases importantes son las de Iurreta, Arcaute (Vitoria), que es también la academia donde se forman los policías vascos, y Berroci.

Actualmente, la Ertzaintza tiene la consideración de «policía integral» del País Vasco. Es titular de todas las competencias en materia de orden público, seguridad ciudadana, tráfico y juego y espectáculos de la autonomía. También ejerce labores de lucha antiterrorista, investigación y policía judicial. El cuerpo depende del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, cuyo responsable es Josu Erkoreka. El director de la policía vasca es Rodrigo Gartzia y el puesto de jefe operativo está vacante tras la dimisión en 2014 de Jorge Aldekoa.

Los orígenes de la Ertzaintza actual, como fuerza policial integral vasca, pueden remontarse a las viejas milicias municipales, muy comunes en toda España, que eran organizaciones populares al servicio de los ayuntamientos, creadas para satisfacer la necesidad de la seguridad pública. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando, dejando de lado esfuerzos voluntaristas, se llega a la creación de los primeros cuerpos como policías profesionales. Fue una respuesta resuelta al bandidaje, que era consecuencia de las convulsiones políticas y sociales de final del siglo XVIII en España. El contexto decisivo para su configuración se dio durante la Primera Guerra Carlista, cuando los miqueletes de Vizcaya y de Guipúzcoa, así como los miñones de Álava, comenzaron sus actividades.

Durante la Guerra Civil, el primer Gobierno Vasco de José Antonio Aguirre, asumiendo sus competencias de «mantenimiento de la paz social y el orden público», disuelve los cuerpos de seguridad existentes en Vizcaya (Guardia Civil y Guardia de Asalto) y crea una nueva organización policial que se llamaría Ertzaña, aunque su primer nombre fue Policía Militar de Euzkadi.[3]​ Estaba formada por la Ertzaña de a pie y la Ertzaña Igiletua, o sección motorizada.[4]​ El consejero de Gobernación (Interior) era Telesforo Monzón y su sede se encontraba en el Palacio de Ibaigane de Bilbao, actual sede del Athletic Club.

La palabra Ertzaiña («cuidador del pueblo») fue creada por Esteban Urkiaga «Lauaxeta», escritor nacionalista vasco fusilado por los sublevados durante la Guerra Civil Española.

En un primer momento, en 1980 se estableció un campo provisional de entrenamiento para las unidades de élite en la localidad alavesa de Berroci, que se encontraba abandonada. De ella han tomado su nombre distintas unidades como el Berrozi Berezi Taldea, el Grupo Especial de Intervención de la Ertzaintza, o el servicio de escoltas del lehendakari y de sus consejeros.

Con el paso del tiempo se creó una academia estable en el pueblo de Arcaute, situado en el término municipal de Vitoria, para las siguientes promociones. Siendo lehendakari Carlos Garaikoetxea y consejero de Interior Luis María Retolaza, se inauguró en 1982 su actual sede. Su primer director fue, durante cuatro años, Juan Porres Azkona. La actual directora es Malentxo Arruabarrena.

En los últimos años, la academia ha pasado a formar también a miembros de las Policías Locales del País Vasco y de los servicios de emergencias.

Hasta 2015, han pasado por la academia 24 promociones de agentes y la número 25, de 250 plazas, accederá a lo largo del año tras la correspondiente OPE. Para la 21.ª promoción, convocada en abril de 2007, se ofertaron 120 plazas, que por primera vez se han separado en 60 plazas únicamente para mujeres y otras 60 plazas mixtas. Aquella promoción permitió alcanzar la cifra de los 8.000 agentes acordada entre el Departamento de Interior del Gobierno vasco y el Ministerio de Interior del Gobierno de España en 2004. Distintas instancias judiciales declararon "inconstitucionales" esas cuotas para mujeres, que ya no existen en las más recientes promociones a falta de una regulación en la futura Ley de Policía del País Vasco que ha prometido Beltrán de Heredia.

En el verano de 2007 un auto del Tribunal Supremo resolvió el recurso del Gobierno Vasco sobre la presencia o no de la bandera española en el exterior de la academia, confirmando que «en los edificios públicos autonómicos ha de ondear de forma permanente la bandera de España, bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica». Desde octubre de 2007 la bandera de España está izada en la Academia junto a la ikurriña y a la bandera de la Ertzaintza.[5]

En la actualidad los miembros de la XXVIII promoción se encuentran realizando las prácticas tras haber finalizado el curso de formación en julio de 2020. Los alumnos y alumnas de la XXIX promoción han ingresado en la academia vasca de policía y emergencias, y la promoción XXX está en fase de selección. Los futuros agentes pasarán un periodo de unos 9 meses, durante los cuales y tras haber superado un periodo de oposición de cerca de un año, aprenden las diferentes disciplinas que les serán útiles en su futuro laboral. Tras un período mínimo de 12 meses de prácticas prestando servicio activo en diferentes unidades, los agentes son designados funcionarios de carrera.

A pesar de tener gran importancia, el conocimiento del euskera no es requisito indispensable para acceder al curso. De hecho, más de la mitad de los policías vascos no domina el idioma. El plan de euskara aprobado recientemente por Estefanía Beltrán de Heredia plantea esa lengua como requisito en un futuro próximo.[6]

La Ertzaintza está dividida en dos divisiones, Protección Ciudadana e Investigación, a las que se suma la Oficina de Inteligencia. Una unidad de funcionarios laborales no policiales (UtAP) actúa como grupo de apoyo en labores administrativas. Estas son las unidades más importantes:

Unidad encargada de patrullar las calles. Hasta 2011, como consecuencia del cese de las actividades terroristas de ETA, no lo habían podido hacer a pie y desde entonces se ha propuesto ganar en "cercanía", como las denominadas korrikas. Más de 4000 agentes pertenecen a esta unidad, la más amplia y próxima al ciudadano del cuerpo. Utiliza vehículos como el nuevo Seat Altea XL, aunque el material rodante en los últimos años eran los Volkswagen Passat blindados y los Renault 19 y Megane. Portan uniforme azul oscuro con gorra –ya no se emplea la chapela o boina excepto en el uniforme de gala y en el de oficina-. Las cazadoras son rojas.

La Ertzaintza tiene grupos de investigación especializados en distintas materias, como delincuencia transfronteriza (Eten), delitos económicos, delitos medioambientales, etc. También existe una unidad de Policía Científica que ha resuelto varios crímenes con pruebas de ADN, como los asesinatos de Joseba Pagazaurtundua y Amaia Azkue.

Es la unidad más antigua del cuerpo, en las carreteras vascas desde 1982 en sustitución de la Guardia Civil. Practican controles de velocidad y de alcoholemia y drogas. En su uniforme portan elementos fluorescentes para hacerse ver en carretera.

La Brigada Móvil es la unidad antidisturbios de la Ertzaintza, más conocida como los beltzak («negros»; beltza en euskera significa «negro») por su uniforme negro. Históricamente, han llevado verduguillo para taparse la cara por su seguridad y casco rojo. Una unidad de apoyo se encarga de prestar auxilio a los equipos de Seguridad Ciudadana en grandes eventos o en asuntos como el traslado de presos.

Es el Grupo Especial de Intervenciones que actúa ante una toma de rehenes y realiza operaciones de seguridad de especial relevancia, como la vigilancia desde puntos elevados ante la visita de altas instituciones del Estado. Se entrenan en Berroci, una base construida sobre un pueblo abandonado en el corazón de Álava, donde también lo hacen los escoltas. En esta misma base se encuentra la unidad canina de la Ertzaintza, con perros adiestrados en la localización de artefactos explosivos, drogas, o personas desaparecidas.

Es la unidad encargada de realizar los rescates, por mar, tierra y aire. Anterior mente la Brigada Móvil era la encargada de realizar los rescates, su base se encuentra en Iurreta en el mismo lugar que la Brigada Móvil.

Es una unidad creada para la lucha contra ETA, eran los encargados de desactivar los artefactos explosivos que la banda terrorista colocaba, tras el fin de ETA están centrados en el terrorismo Islámico. Dicha unidad realiza sus entrenamientos en Berroci, la misma base que los Berrozi Berezi Taldea.

Es una unidad creada para ser los primeros en actuar tras un atentado terrorista, secuestros, atracos y demás situaciones. Los agentes que componen dicha unidad son integrantes de la Brigada Móvil. Cuentan con diferentes armas de fuego de gran potencial para hacer frente a dichas actuaciones.

Aunque el grueso de las competencias en la lucha contra la banda terrorista ETA en el País Vasco corresponden al Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, la Ertzaintza también tiene atribuciones en esta materia. Es la Oficina Central de Inteligencia la unidad especializada en la lucha contra ETA y su entorno, así como en las nuevas amenazas internacionales como el yihadismo.

La Oficina Central de Inteligencia es heredera de la División Antiterrorista, un grupo mucho más amplio (hasta 500 efectivos) creado por el consejero Rodolfo Ares durante el Gobierno de Patxi López, en el que se fijó una política de "tolerancia cero" contra ETA y su entorno. Tras el cese definitivo decretado por la banda terrorista en 2011, la dotación de las unidades antiterroristas de la Policía vasca se redujo notablemente.

Históricamente, esta unidad ha tenido varias denominaciones como Unidad de Información y Análisis (UIA) o antes Adjuntos a la Viceconsejería de Seguridad AVCS.

A finales de 2014 la Ertzaintza disponía de 85 furgonetas antidisturbios (edad media: 17 años), 1162 coches camuflados (12 años), 485 coches patrulla (7 años), 143 motocicletas (12 años), 47 furgonetas de tráfico (6 años), 70 furgones de atestados (8 años), 23 vehículos celulares para el traslado de detenidos (12 años), entre otros.[9]

Los vehículos con distintivos o rotulados son blancos con partes coloreadas en azul y en rojo. Lucen el escudo de la Ertzaintza y una ikurriña. En sus placas de matrícula, especiales para el cuerpo, figura una E gótica y el número identificativo. En la actualidad, los vehículos más comunes son los siguientes:

El 1 de marzo de 2010, la Ertzaintza se incorporó al Centro de Cooperación Policial y Aduanera (CCPA) de Hendaya (Francia), una comisaría conjunta donde colabora intercambiando información con las fuerzas de seguridad francesas. En el CCPA de Hendaya participan también la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y los Servicios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. A diferencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Ertzaintza no puede operar en el extranjero, aunque, por orden judicial,[cita requerida] sí lo ha hecho fuera de la comunidad autónoma del País Vasco.

El 90 % de los ertzainas está afiliado a algún sindicato. Tras las elecciones de octubre de 2014,[10]​ son cinco las organizaciones con representación:

Hasta las últimas elecciones, también la sección sindical de Comisiones Obreras tuvo representatividad en los órganos internos.

En los últimos meses,[¿cuándo?] los sindicatos han conformado una "unidad de acción", criticando la política de "imposición" de Beltrán de Heredia y los recortes en las condiciones laborales.



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