Seguramente no hay ninguna palabra que no pueda usarse nunca en Wikipedia. Aun así, siempre hay palabras apropiadas y palabras inapropiadas y, dependiendo del artículo, unos términos mal elegidos pueden aparejar una redacción deficiente o tendenciosa. Dichas palabras pueden promover subrepticiamente un punto de vista, ser despectivas o faltas de rigor enciclopédico.
En líneas generales, una palabra o expresión debería evitarse si:
Es preferible usar sustantivos y verbos específicos más que recurrir a adjetivos o adverbios innecesarios. Aun así, todas las palabras del idioma español tienen su lugar en Wikipedia, en tanto se utilicen en forma precisa, correcta y mesurada.
A veces puede crearse un juicio sobre un punto de vista de acuerdo a la palabra utilizada para atribuir uno de ellos a su autor. Es importante tener presente el significado de la palabra, y utilizarla correctamente.
Estas expresiones, así como también el uso de las comillas para el mismo efecto, establecen deliberadamente la idea de que algo no es necesariamente cierto, y que muy seguramente sea falso. O bien, que algo no sería realmente lo que afirma o se cree que es. Esto introduce un punto de vista inapropiado al artículo, al tratar a uno de los puntos de vista en forma despectiva. Algunos ejemplos de su uso podrían ser los siguientes:
Cuando las dudas sí existan, se deben mencionar explícitamente, junto con quién tiene tales dudas y por qué, en lugar de recurrir a implicaciones poco claras.
La función de estas expresiones es relacionar dos afirmaciones diferentes, con valores ligeramente conflictivos. Las afirmaciones X e Y se relacionarían de la manera «X. Sin embargo, Y», «Aunque X, Y», «X. Aun así, Y» y «X. A pesar de ello, Y». El problema con estas estructuras es que dan a entender que Y sería más cierta o mejor que X.
No se recomienda su uso al contrastar opiniones, pero sí es aceptable al realizar una explicación para señalar excepciones, casos especiales, un cambio, algo que contradiga el contexto general, etc.
Estas palabras se utilizan para dar a entender que algo está completamente fuera de duda o cuestionamiento, y que no es razonable esperar que fuera de otra forma, al nivel que no sería necesario explicarlo o citar una fuente.
Su uso está generalmente desaconsejado. Cuando el tema no está realmente libre de dudas o cuestionamientos, usar estas palabras refuerza indebidamente al punto de vista correspondiente, haciéndolo aparecer como el correcto. Y cuando sí lo está, estas palabras hacen que la explicación aparezca como condescendiente hacia el lector. Es preferible afirmar lo obvio como si no lo fuera.
El término «natural» y palabras similares pueden tener diversos significados según el contexto. Uno de ellos es el de indicar que algo sería inevitable, una consecuencia lógica e ineludible de las acciones y contexto previos. Ejemplo: «Antes de las elecciones, las encuestas indicaban que el candidato tenía una imagen muy negativa. Naturalmente, quedó en tercer lugar». Este uso está desaconsejado por las razones detalladas.
Pero hay muchos otros usos posibles, que no son alcanzados por el criterio de las palabras que evitar. El principal de ellos es aplicarlo a aquello relativo a la naturaleza, y en una gran cantidad de ciencias se utiliza el término «natural» como opuesto de «artificial». Esto es, algo en lo que solo han intervenido procesos naturales, sin intervención o manipulación humana. Este uso es perfectamente aceptable. Debe notarse que, en este sentido, «natural» no equivale a «inevitable». Por ejemplo, «La herida sanó naturalmente» indicaría que no se emplearon medicamentos o primeros auxilios, pero no pretende afirmar que no existiera la posibilidad de que la misma no hubiera sanado.
La matemática, física y otras ciencias tienen incluso otros usos específicos del término, igualmente admisibles.
Estas palabras sugieren que existen varias formas diferentes de enfocar algo, y que se considera a la utilizada como la más importante, lo cual implica un punto de vista, una preferencia. No se recomienda su uso en forma generalizada, pero sí si se indica quién utiliza ese enfoque.
Estas palabras implican una postura editorial: El escritor las utiliza porque ha considerado que algo es irónico, sorprendente, curioso, etc. Otros podrían no estar de acuerdo con ese punto de vista, por lo que deben usarse con cuidado. Lo que para alguien es curioso, puede no serlo para quien conozca el tema mejor. El que algo sea afortunado o desafortunado depende de los deseos y metas de cada cual. Alguien puede pensar que un resultado es sorprendente, y alguien que analizara más a fondo el contexto y condiciones previas lo podría considerar un resultado esperable.
Es posible utilizar los términos cuando no se está describiendo al tema en sí sino sus técnicas empleadas o forma de presentación cuando utiliza técnicas basadas en la ironía, la sorpresa, etc. Por ejemplo: «Sorprendentemente para Luke, Darth Vader afirmó ser su padre». Aun así puede ser necesario revisar si su uso realmente se justifica o si se podría decir lo mismo sin apelar a dichas palabras.
Al hablar de muertes o catástrofes, es recomendable evitar remarcar su carácter negativo desde un punto de vista editorial. Todas las muertes son tristes o trágicas para alguien. Es recomendable indicar cómo murió una persona, en qué circunstancias, qué consecuencias ocasionó su muerte, o qué homenajes se hicieron a su memoria. Si una muerte es trágica, deberá decidirlo el lector.
Deben evitarse asimismo el uso de eufemismos o frases que conlleven implícita una postura respecto a la religión o la vida después de la muerte, tales como «ya no está entre nosotros», «ya no camina entre los vivos», «descansa en paz», «se fue al Cielo», «se fue con Dios», etc. «Murió» no es una palabra cruda ni vulgar, es perfectamente apropiada para describir el acto de morir, y no especula sobre posibles futuros estados.
En temas de actualidad, es frecuente que se conozca como «escándalo» a un episodio de gran debate mediático. Debe tenerse cuidado con su uso, ya que conlleva el significado de que el involucrado ha hecho algo negativo, y es utilizado con frecuencia para hacer campaña política. Un político logra desprestigiar a su oponente si logra que aparezca en el centro de un «escándalo». Debe tenerse cuidado al utilizarlo en el texto, y debe evitarse utilizarlo en el título a menos que sea parte del nombre por el cual la mayor parte de la prensa reputada conozca el tema.
«Controversia», por su parte, es una palabra que denota una discusión de opiniones contrapuestas, sin implicar un valor necesariamente negativo para alguna de las partes, y es preferible. «Polémica» tiene un significado similar. Entre una u otra, por lo general se utiliza «controversia» para un caso de actualidad bastante concreto que genere opiniones fuertes en uno u otro sentido, mientras que «polémica» es aplicable a discusiones de carácter más establecido y permanente (por ejemplo, la legalización o no del aborto).
Estas palabras deben reservarse para casos en los que el debate sea realmente mayúsculo. No todas las acciones que generan una respuesta o crítica a través de los medios constituyen un escándalo, controversia o polémica, y su uso podría sobredimensionar la importancia de una disputa menor.
Estas palabras declaran una conexión entre dos entidades sin aclarar la naturaleza de dicha conexión o los argumentos que la apoyen o nieguen. Suelen usarse para que una conexión entre dos entidades parezca más importante de lo que quizás sea, generalmente una de ellas tiene un gran descrédito o imagen negativa y se busca con este uso desprestigiar a la otra parte por asociación.
Si la conexión no es bien conocida, o su existencia es discutible, debe ser explicada con los datos concretos que justifiquen la existencia de una conexión. En dicha explicación se debe aclarar también si las partes reivindican la relación, o si esta es proclamada por un tercero.
Este tipo de expresiones tiene tres funciones principales, todas muy poco recomendables para una enciclopedia.
La primera es para dar a conocer la existencia de una opinión o interpretación. Este uso no es efectivo porque no es preciso: No indica quién o quiénes sostienen esa opinión ni cuál es su número. Es preferible reemplazarla por tales indicaciones. «Se dice que es el mejor guitarrista del país», por ejemplo, no es apropiado, pero «fue elegido como el mejor guitarrista del país por una encuesta a los lectores de la revista tal» sí.
Otro, algo similar, es el de aprovechar dicha imprecisión para presentar una opinión propia o muy minoritaria y otorgarle un halo de credibilidad sugiriendo que existe una masa imprecisa que está de acuerdo. Dado que Wikipedia no es una fuente primaria, las opiniones personales no pueden reflejarse en los artículos, sino solo aquellas sostenidas por una cantidad apreciable e identificable de gente o por una autoridad en la materia. De una forma similar a la anterior, deberá indicarse eso para demostrar que no se está ingresando una opinión propia.
El tercer uso, y seguramente el más insidioso, es el de esparcir rumores o habladurías, dando cosas a entender en forma implícita pero sin afirmarlas en forma abierta. No solo debe evitarse su uso en Wikipedia sino también vigilar su aparición en los medios que se utilicen como fuente de información. A menudo los medios utilizan estas u otras estructuras para «sugerir sin afirmar» información que pueda resultar injuriante o difamatoria hacia la parte involucrada, la cual podría iniciar juicio si dicha información apareciera como afirmación. Un diario que dijera algo similar a «Se comenta en los pasillos del Senado que el senador tal recibió un maletín de dinero para votar a favor del proyecto de ley» no está acusando a dicho senador de corrupción, no desde un punto de vista legalista, por lo que no se puede afirmar en Wikipedia que aquello haya ocurrido como un hecho y citar al diario como fuente de información.
Hay dos formas de presentar estadísticas: mediante proporciones, o mediante cantidades. Para poder interpretarlas adecuadamente es preferible utilizar el mismo sistema en forma consistente y no mezclarlos. Por ejemplo, «En la ciudad el 40% de la población se desplaza a diario en colectivo, mientras que un millón lo hacen en el subterráneo», una oración expresada de esa forma no permitiría apreciar qué proporción existe entre ambas cosas o siquiera cuál es la mayoritaria.
También se deben evitar expresiones como «Se han registrado unos 5000 taxis y remises». Por un lado no indica la proporción: podrían ser 4800 taxis y 200 remises. Por el otro, es ambiguo y sugiere la idea de que taxis y remises serían la misma cosa.
Al citar estadísticas es importante controlar muy bien lo que dice la fuente para asegurarse de que se está diciendo exactamente lo que indican los resultados. Una pobre elección de palabras podría alterar dramáticamente el significado.
Un gran número de palabras son usadas en el habla habitual y están definidas en el diccionario, pero son utilizadas en forma de «acusación» más que como simples adjetivos. Por ejemplo:
El uso de esas palabras suele implicar un punto de vista. Por lo general, el que la palabra sea utilizada para «hablar de...», pero no cuando alguien hable de sí mismo, suele indicar que es peyorativa o injuriante.
Es recomendable evitar los términos que parezcan opinables o que puedan ser percibidos así por algún grupo notable, incluso si técnicamente no lo son. Palabras más neutrales son preferibles, y se pueden encontrar pensando un poco. En general es mejor describir que poner nombres, o citar neutralmente a una fuente a quien atribuir la opinión en la forma «X dice Y».
Las oraciones anteriores se podrían reformular como:
Se desaconseja utilizar en los artículos palabras insultantes, groseras, vulgares o soeces. Dado que implican un juicio de valor altamente negativo, no se adecúan al punto de vista neutral. Es igualmente desaconsejable apelar al lenguaje vulgar con propósitos didácticos, intentando atraer la atención del lector empleando un lenguaje próximo a este, ya que tales usos podrían ser malinterpretados o resultar confusos. Simplemente pregúntese, ¿realmente esperaría que una enciclopedia utilice estos términos?
Por supuesto, al igual que los demás casos, el uso puede ser aceptable en determinados contextos. Se desaconseja utilizar un insulto pero no hablar de él: qué significa, quién lo utiliza con quién, en qué circunstancias, de dónde surge el término o quién popularizó su uso, etc. No hay problemas con obras que empleen groserías con motivos artísticos: si por ejemplo el disco ¿Dónde jugarán las niñas? de Molotov tiene un tema que se llama «Puto», esa palabra en ese contexto es un nombre y no un insulto. Las citas de frases dichas por alguna persona están completamente fuera de los criterios de las palabras que evitar, y deben reproducirse en forma textual, incluso aunque contengan insultos (sin embargo, y sujeto a las circunstancias de cada caso, si la frase no es icónica se podría considerar si no hay otra que ilustre mejor el punto de vista de la persona, o si se pierde contexto si no se utiliza la cita).
La palabra «secta» suele tener una connotación negativa. En general debe ser evitada en frases como «X es una secta»; debe decirse en cambio «en tal libro o ensayo, fulano sostiene que X es una secta porque...», o «...tal gobierno ha proscrito las actividades del grupo por considerar que es una secta destructiva».
Originalmente, la palabra significaba «quien rechaza adaptaciones rituales posteriores, y en cambio sigue los fundamentos (es decir las creencias o ritos originales) de su religión». Sin embargo, el significado ha pasado a ser generalmente sinónimo de «fanático religioso». En este sentido se usa en los medios de comunicación y en las críticas de religiones en particular. Un fundamentalista no es necesariamente un extremista, ni siquiera alguien particularmente estricto en materia moral. La palabra debería ser usada principalmente para aquellas personas o denominaciones religiosas que se autodescriben como fundamentalistas (de lo que existen varios ejemplos). Si un grupo lo hace, es preferible usar la descripción propuesta por el propio grupo, dentro de límites razonables, o usar una descripción más específica, ya que esto lo representa tal como se ve a sí mismo. Si existen críticas que tildan de fundamentalista a una persona o grupo, esta circunstancia debe ser citada y el término debe ser atribuido a su fuente.
No debería usarse el término «teoría» y sus derivados para denotar suposición o especulación. En ciencias e historia existen voces más apropiadas para esto, como «hipótesis» y «conjetura». Es un error muy frecuente de percepción la creencia en que «teoría» significa «suposición». En ciencias naturales y otros campos académicos, una teoría no es en absoluto una suposición, ni siquiera una suposición razonable y fundada. Una teoría es un sistema de explicación que está de acuerdo con el conocimiento disponible, que debería haber sido verificada cuidadosamente para intentar determinar si coincide o no con los hechos perceptibles.
Que las teorías sean cambiantes no significa que no sean aceptadas. La ciencia como emprendimiento espera que todas las afirmaciones acerca de lo que es «verdadero», sean teorías, leyes, principios, modelos y de cualquier otro tipo, estén abiertas a un escrutinio constante. En tanto las pruebas apoyen una teoría, continuará siendo aceptada. Cuando nuevas evidencias aparezcan, las teorías evolucionarán para incorporarlas. Esto no significa, sin embargo, que las teorías no sean admitidas.
En ciencias, la teoría es una descripción propuesta, una explicación, un modelo de la forma en que determinados fenómenos naturales interactúan, capaz de predecir sucesos futuros u observaciones del mismo tipo, y susceptibles de ser verificadas o «falsadas» mediante la experimentación y la observación empírica. Las teorías predicen los resultados de situaciones específicas. La credibilidad de una teoría se refuerza por medio de la observación. La teoría puede ser descartada si contradice el resultado e observaciones. La ausencia de evidencia que se oponga y el volumen de evidencia en respaldo de una teoría es lo que debe ser considerado cuando se decide su admisibilidad.
Los principios científicos se denominan algunas veces «leyes», como en la expresión «leyes de la termodinámica». Pero una ley científica no es, contra lo que a veces se supone, una «teoría probada» porque las ideas en la ciencias no están sujetas a «prueba» en el mismo sentido que lo están las proposiciones en lógica. Una «ley» tampoco es una «teoría de la que nadie razonable duda», porque la naturaleza inductiva de la ciencias asegura que siempre existe duda al tratar de describir las reglas generales de la naturaleza. También es incorrecto dar por supuesta una estructura jerárquica hipótesis ⇒ teoría ⇒ ley. Aunque las leyes científicas se basan en teorías, solo lo hacen en tanto y en cuanto las teorías expliquen determinados fenómenos. Por ejemplo, las leyes de la termodinámica son resúmenes breves e incompletos de la moderna teoría de la termodinámica. Las mejores explicaciones que la ciencia puede ofrecer son las teorías. En matemática el término «teorema», en el sentido de resultado probado, y «conjetura», en el sentido de hipótesis propuesta pero no probada, son más comunes como afirmaciones individuales. La teoría es un cuerpo completo de conocimiento, como la teoría de números, la teoría de Galois, etc.
En algunas áreas de la filosofía, el término «teoría» es históricamente aceptado para describir una línea de pensamiento bien definida o un género de especulación filosófica razonada. Aun en tales casos, «teoría» no es lo mismo que «hipótesis».
La palabra «mito» tiene distintos significados en diferentes contextos y ámbitos, como también en el habla corriente:
Salvo en casos excepcionales (como en «mito urbano») no debe darse por sobreentendido que se está usando el término en el sentido del habla corriente. No deben usarse en la voz narrativa impersonal del artículo frases tales como «la evolución es un mito», o «el mito del Holocausto» sin atribución a sus fuentes. La voz mito es perfectamente aceptable en su sentido técnico, si del contexto surge claramente que se está usando en tal sentido. Un ejemplo del uso valorativo ambiguo de esta palabra es referirse a las «creencias cristianas» y a los «mitos hindúes».
La palabra «legendario» tiene dos acepciones fáciles de confundir y que pueden causar problemas cuando se usan en una biografía.
Como a veces es difícil distinguir cuál de los dos sentidos se está usando, es mejor evitar el término. El término ficticio describe mejor a una persona inexistente.
A menos que se usen en citas o contextos específicos, hay palabras cuya precisión puede cambiar con el tiempo. Tenga cuidado al usar, por ejemplo:
La lista, por supuesto, no es cerrada. Es posible que haya casos en donde el uso sí sea aceptable, especialmente en cosas cuyo valor no cambie con el tiempo o no esté previsto que lo haga. «Actualmente X país está compuesto de Y provincias» puede ser adecuado al hablar de la historia del país, ya que será un dato válido hoy y seguramente lo seguirá siendo por años.
Al hablar de temas sensibles al tiempo o desactualizables, puede ser apropiado añadir la fecha en la que se hace la afirmación (no la exacta, pero sí el año, y quizás el mes). Adicionalmente, si se puede estimar en qué fecha deberá ser revisada y tal vez modificada esa afirmación, es muy recomendable insertar la plantilla {{actualizar}}
indicando dicha fecha (p. ej. {{actualizar|2024|10|30}}
), con lo que al llegar la misma se avisará mediante una nota y una categorización de la necesidad de revisar.
Como regla general, debe considerarse cómo se vería el artículo de aquí a 10 o 20 años si nadie lo actualizara.
En medicina las palabras patología y patologías no son sinónimos de enfermedad y enfermedades (aunque coloquialmente se utilizan con ese sentido) ya que hacen referencia a una disciplina, y no al nombre de las enfermedades. Ejemplos: se prefiere enfermedades inflamatorias en vez de patologías inflamatorias; se prefiere enfermedad neuronal en lugar de patología neuronal.
Es incorrecta la expresión "Medicina basada en la evidencia", lo apropiado es decir "Medicina basada en pruebas". Aunque se usa abrumadoramente, la Real Academia Nacional de Medicina desaconseja su uso en su Diccionario de términos médicos, al considerarlo "un anglicismo impropio y confuso" procedente de Evidence-based medicine.
En español la palabra "severo" equivale a "riguroso, áspero, duro en el trato" o "exacto y rígido", y no a "extremo, grave, importante o serio", significados que sin embargo tiene la voz inglesa severe. Ejemplos: Es incorrecto afirmar "sufre una enfermedad severa", es preferible indicar "sufre una enfermedad grave".
En español la palabra "bizarro" equivale a "valiente" o "generoso, lucido, espléndido"
, y no a "raro" o "extraño", significados que sin embargo tiene la voz inglesa bizarre.Escribe un comentario o lo que quieras sobre Wikipedia:REFTEMPREL (directo, no tienes que registrarte)
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