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Escuela Técnica Otto Krause



La Escuela Técnica N.º 1 Otto Krause (E. T. N.º 1 O. K.), si también conocida por su primer nombre Escuela Industrial de la Nación, es una institución educativa argentina dependiente del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Se encuentra en Avenida Paseo Colón 650, en el barrio de Monserrat. Está considerada una de las mejores escuelas secundarias de Argentina.

La Escuela Técnica Otto Krause fue creada en 1897, durante la presidencia de José Evaristo Uriburu, como un anexo a la Escuela de Comercio (actualmente la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini) en respuesta a una creciente necesidad del país de enseñar temas relacionados con la ciencia aplicada y la técnica.Originalmente se llamaba "Escuela Técnica de la Nación". La locación inicial estaba en la calle Bartolomé Mitre 1314 de esta Ciudad. El ingeniero Otto Krause fue el primer rector de la escuela, y tiempo después se la renombró.

Las especialidades actuales son las siguientes 6:

Además, en el turno noche se dictan los siguientes cursos de especialización:

La escuela cuenta con talleres de apoyo que son extracurriculares, estos son de Inglés, Matemática y Tecnología de la representación. También se pueden tomar clases de Francés, Inglés, Italiano y Alemán en el Taller de Lenguajes, ubicado en el subsuelo.

El proyecto de la actual sede de la escuela nació con un decreto presidencial firmado por Julio Argentino Roca el 31 de marzo de 1903, permitiendo la construcción del edificio diseñado por la Inspección General de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas en una de las manzanas de propiedad del Estado que estaban en la franja de terrenos libres entre la calle Azopardo y la Avenida Paseo Colón.[2]​ Seis años después, el Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Rómulo Naón, y el Director de la Escuela, Otto Krause, inauguraban con un acto el edificio definitivo de la Escuela Industrial de la Nación, el 24 de mayo de 1909.[3]​ Entre 2008 y 2014, luego de décadas de deterioro progresivo, el Estado Nacional finalmente desarrolló obras integrales de restauración y remodelación del Otto Krause, recuperando no solo sus fachadas, sino modernizando sus aulas, salones, laboratorios y realizando tendido de instalaciones a nuevo. Actualmente se hacen algunas remodelaciones.[4]

En la escuela hay tres patios, dos de estos son casi iguales, el " Patio Chile" (en referencia a la calle que le da entrada) y el "Patio de la bandera" (que está sobre la calle México). Ambos tienen puertas de rejas que, una vez abiertas, permiten la entrada de vehículos a través de la calle interna de la escuela. El Patio de la bandera cuenta con un mástil con la bandera de la Argentina y una con el escudo de la escuela, que es más pequeña; también hay un busto de Manuel Belgrano. Ambos patios tienen una entrada al subsuelo. A través de los patios los alumnos pueden llegar al bufet o a la librería, mientras que los docentes cuentan con un espacio propio para almorzar. El patio de la bandera también da entrada al 3er patio, el "patio de taller", con el que se llega a las aulas de los talleres, este patio posee una gran chimenea de ladrillo y un enorme tanque de agua de 1916. La escuela cuenta con amplias aulas, laboratorios de química, de construcciones, de electrónica, de informática, de electromecánica, de ensayos materiales, de ensayos industriales, de lenguas e idiomas, de máquinas térmicas y de metrología, varios gabinetes, enormes talleres, tres patios, una sala de profesores, un enorme salón de actos con una pequeña sala de proyección, un ascensor, salas de informática, un salón de dibujo técnico, tres escaleras, dos laterales y una escalera de mármol de Carrara y herrería ubicada en el Hall central, que también tiene un busto del Ing Otto Krause y columnas de capital corintio, en el 1° piso se ubica la Biblioteca Ing Eduardo Latzina, conformada por una sala de lectura con muebles de madera y un depósito de libros. La escuela también tiene un microcine, oficinas, regencia, rectoría, secretaría, un anfiteatro de madera, aulas multimedia y un museo tecnológico con entrada libre y gratuita, este exhibe la historia de la escuela, máquinas, placas, medallas, planos, obras de arte, una puerta de herrería artística, maquetas, cuadros, entre otras cosas.

En la escuela se acostumbra hacer una fiesta de egresados de hace 10, 25 y 50 años, cada viernes de noviembre luego del día de la educación técnica (15 de noviembre)

La “Fundación Otto Krause" (FOK), Integrada voluntariamente por técnicos egresados hace más de 25 años de la "Escuela Técnica N.º 1 Otto Krause" tiene, principalmente, los siguientes objetivos:

La escuela, administrada por padres de alumnos cuyo objetivo principal es colaborar para la obtención de materiales para los talleres y o laboratorios.

Los alumnos cursan un Primer Ciclo de 2 años comunes a todas las especialidades y luego un Segundo Ciclo de otros 4 años, recibiendo al finalizar ambos títulos profesionales que los habilitan para trabajar en diferentes actividades según las incumbencias que dictan los respectivos consejos profesionales. Además, la Escuela brinda varios cursos superiores de posgrado en horario nocturno, en ramas como Hormigón Armado, Tecnología de los Alimentos, Tecnología del Papel, Climatización de Ambientes, Metalografía y Relojería, todos de un año de duración, dedicados a técnicos, ingenieros, arquitectos y licenciados especialistas.

En el edificio funcionan también la biblioteca Ing. Eduardo Latzina, una de las más importantes bibliotecas técnicas y científicas de la Argentina, que funciona desde la creación misma de la Escuela.

El Otto Krause cuenta también con un museo tecnológico, inaugurado el 10 de julio de 1997, que posee 1200 m² en 3 plantas y que recibe visitas de todo el país.

En el 2008 los estudiantes de la especialidad electrónica recibieron un premio de Siemens AG S.A. por tener mejores calificaciones en general que los demás estudiantes técnicos electrónicos de otras escuelas.

En la escuela, para el Concurso Nacional de Innovaciones, se decidió hacer cohetes, algo histórico, pues nunca lo hicieron estudiantes de secundaria. El grupo encargado de los cohetes estuvo integrado por 12 alumnos (11 varones y una mujer, cursante de electrónica), varios egresados y algunos profesores con diferentes niveles de participación. Parte del grupo ya tenían experiencias positivas al desarrollar fresadoras automáticas y un dirigible robótico para exploración, que les valieron para ganar dos premios del Concurso Nacional de Innovaciones. En menos de seis meses, el grupo construyó los 3 cohetes, que midieron entre 40 y 60 centímetros. Los lanzaron con éxito, y todos los aparatos regresaron a la superficie terrestre, con un sistema de recuperación por paracaídas. El cohete más grande superó el kilómetro de altura. Mucho más de lo que sus creadores esperaban.En cambio, los cohetes más pequeños fueron lanzados primero el domingo alcanzaron 100 metros y sirvieron como referencia para optimizar diferentes parámetros del cohete mayor. Los cohetes fueron hechos con estructuras de materiales plásticos con fibras de vidrio, y se fabricaron en parte con una impresora 3D, que se adquirió con apoyo monetario del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Fundación Otto Krause. El objetivo del lanzamiento de los cohetes fue en sí con fines didácticos. Además, se ensayaró la aplicación de principios físicos al direccionamiento de los cohetes y los sistemas electrónicos de recuperación de cargas y separación de etapas. Se apuntó a capacitar y entrenar a los jóvenes alumnos en las disciplinas que se necesitan para una investigación espacial. En tanto, el Ing.Yaya resaltó que los dos cohetes más pequeños tuvieron una función educativa para los estudiantes, pero el tercero fue un escalón hacia un objetivo mayor que los seduce mucho. “El más grande fue un cohete de motivación, porque al hacerlo nos hemos entrenado y ganamos experiencia para otro objetivo: desarrollar un cohete antigranizo, especialmente para la zona de Mendoza, que deberá alcanzar los 10 kilómetros de altura ”, afirmó el ing.Yayo. Después del lanzamiento, al que asistieron más de 50 personas en Berisso, el grupo de alumnos, egresados y profesores quedó exultante: “Es que con el lanzamiento de los cohetes –enfatizó el ingeniero– hemos demostrado que se pueden hacer desarrollos de tecnología aeroespacial dentro de las escuelas técnicas argentinas. Incluso, la gente de la Agrupación Aeromodelista de Berisso quedó tan encantada que nos invitó a seguir con las experimentaciones”. Actualmente en la escuela se trabaja en un cohete contra el granizo.

La escuela cuenta con la revista virtual "Krausico" que cuenta con notas relevantes realizadas por alumnos de la escuela.



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