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Eyaculación



La eyaculación es la expulsión de un fluido biológico, cerca o en el momento del orgasmo durante la relación sexual, la masturbación o una emisión nocturna (sueño húmedo). El término se refiere principalmente a la expulsión o emisión de semen a través del pene. La eyaculación masculina se compone de espermatozoides y "líquido seminal".  

Las primeras eyaculaciones en la vida de un varón suelen producirse sin estimular el pene. A esas primeras emisiones se les llama espermarquia.

La eyaculación es la expulsión de esperma, por lo general simultánea con el orgasmo. En los seres humanos se produce en dos fases:

La eyaculación suele ser simultánea con el orgasmo. Es excepcional eyacular sin orgasmo, y la ausencia de eyaculación como clímax de la estimulación sexual suele estar ligada a la dificultad para alcanzar el orgasmo, un trastorno que se conoce con el nombre de eyaculación retardada.[4]

Por lo general, el pene pierde su erección después de la eyaculación. El varón puede alcanzar una eyaculación cada cierto tiempo, tiempo que se denomina periodo refractario, en tanto que la mujer puede alcanzar varios orgasmos uno detrás de otro (multiorgasmo).

La fase emisiva forma parte del «reflejo eyaculatorio», bajo control del sistema nervioso simpático. La emisión no es continua, sino espasmódica. La primera y segunda convulsiones son usualmente las más orgásmicas e intensas en sensaciones sexuales, y emiten la mayor proporción del volumen total de semen. Luego, cada contracción se asocia con un volumen en disminución de esperma y también descensos en el placer.

Durante la emisión, los dos ductos vasos deferentes se contraen para impulsar espermatozoides desde el epidídimo, donde estaban almacenados en la ampolla, al final de dichos vasos deferentes. El momento del comienzo de la emisión se experimenta como el «punto de no retorno» o «punto de inevitabilidad eyaculatoria».

El esperma que pasa a través de los conductos eyaculatorios se mezcla con fluidos de las vesícula seminales, próstata y las glándulas bulbouretrales para formar el semen o eyaculado.

Durante la eyaculación propia, el semen es eyectado a través de la uretra con rítmicas contracciones placenteras.[5]

La salida de semen no es continua; es espasmódica. El primer chorro, con una velocidad superior a 50 km/h, puede tener energía para alcanzar más de 2 m. Este mecanismo sirve para proveer semen en lo más profundo de la vagina; los siguientes impulsos son de menor energía. El volumen normal de la eyaculación es de entre 1,5 y 5,5 ml. Para tener una idea, la capacidad permitida de una cucharadita es de 5 ml de líquido. Más allá de 5,5 ml, hablamos de hiperespermia,[6]​ y por debajo de 1,5 ml se llama hipospermia.[6]​ La cantidad varía mucho entre grupos étnicos, edades, abstinencias, etc. Después, se produce un periodo de remisión y de resiliencia, en el que, en algunas ocasiones, si se trata de estimular el glande, puede llegar a producir dolor, debido a lo sensible que se encuentra en ese momento.

Las contracciones rítmicas, percibidas por la pareja penetrada, son parte del «orgasmo masculino». Posiblemente, la media de típicos orgasmos masculinos dure cerca de 17 s, pero nuevamente varía desde pocos segundos a más de un minuto. Después de comenzado el proceso orgásmico, los pulsos de eyaculado de semen empiezan a fluir desde la uretra, alcanzan un pico de descarga alto y luego disminuye el flujo. Un orgasmo consiste, por lo general, en 10 a 15 contracciones. La tasa de contracciones declina gradualmente durante este proceso orgásmico.

Las contracciones rítmicas iniciales se dan con un intervalo medio de 0,6 s, con un incremento ascendente de 0,1 s por contracción. Las contracciones orgásmicas de muchos hombres proceden con intervalos rítmicos regulares durante el orgasmo. Y muchos también experimentan más contracciones adicionales irregulares al concluir el orgasmo. El semen comienza a expulsarse violentamente desde el pene durante la primera o con la segunda contracción del orgasmo. Para muchos hombres, el primer chorro sucede durante la segunda contracción.[7]

La fuerza y monto eyaculatorio varían enormemente de un sujeto a otro y según la edad. La cantidad de tiempo de abstinencia eyaculatoria desde la última eyaculación influye sobre el volumen eyaculatorio adulto.[8]

Generalmente, el semen cuenta con un pH básico, a diferencia del pH ácido vaginal. El eyaculado está compuesto por 4 fracciones y cada una de ellas cuenta con un pH específico que, en ocasiones, puede ser ligeramente ácido si existe contaminación con la orina; pero, de forma global, el pH del eyaculado será básico.

Las fracciones que componen el semen eyaculado son:

La falta de control sobre la eyaculación (y específicamente, sobre el llamado «reflejo eyaculatorio») ha sido definido por varios expertos como el trastorno de la eyaculación precoz, que también ha sido caracterizado por «el corto tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal» y «la insatisfacción sexual». Sin embargo, esta ocurrencia no tiene una definición universalmente aceptada, ante la abundancia de conceptos médicos sobre el tema.[10]



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