Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE) ferroviaria pública española, fundada en 1965, encargada de explotar la red nacional de vía estrecha, cuya gestión pasó al Estado tras la extinción de las compañías propietarias originales. El ente dependía del Ministerio de Fomento, siendo la segunda empresa española de su sector, en términos de importancia, tras la también extinta RENFE. FEVE llegó a operar sobre una red ferroviaria de 1250 km de vías.
—registrada oficialmente como Ferrocarriles de Vía Estrecha — conocida en sus últimos años por la marca «Feve», fue una operadoraDesapareció el 31 de diciembre de 2012, a causa del plan del Gobierno de España para unificar los operadores públicos estatales de vía estrecha y ancha. De manera similar al proceso culminado con RENFE en 2004, las infraestructuras de FEVE (estaciones, vías, etc.) fueron segregadas en Adif. Su material ferroviario, así como la explotación de sus rutas para mercancías y pasajeros, además de los derechos sobre su identidad corporativa, fueron segregados en Renfe. Esta prosiguió la labor de FEVE en los campos del transporte de mercancías y de personas, respectivamente, mediante las divisiones comerciales Renfe Mercancías y Renfe Feve.
A lo largo de su historia, FEVE llegó a poseer simultáneamente ferrocarriles de cinco anchos de vía distintos: 1.435 mm, 1.062 mm, 1000 mm, 915 mm y 750 mm.
Los orígenes de FEVE están en el organismo Explotación de Ferrocarriles por el Estado (EFE), que había sido creado en 1926 para hacerse cargo de la gestión de las líneas ferroviarias de construcción estatal, o de aquellas que hubieran pasado a gestión estatal. Tras la creación de RENFE en 1941 el ámbito de actuación de EFE se redujo enormemente, ya que se vio limitado a los ferrocarriles de vía estrecha. La situación cambió radicalmente a partir de 1960, cuando un gran número de pequeños ferrocarriles mineros quebraron y el Estado salió al rescate de los mismos. Debido a la gran cantidad de líneas que el Estado se vio obligado a gestionar en tan poco tiempo, para agilizar dicha administración se formalizó la creación el 23 de septiembre de 1965 de un nuevo organismo autónomo; ese mismo día EFE cambió su nombre, adoptando el de Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE).
La red de FEVE estaba formada por las líneas de antiguas compañías como la Sociedad General de Ferrocarriles Vasco Asturiana, Ferrocarriles Económicos de Asturias, Ferrocarril de Langreo, Ferrocarril de Carreño, Ferrocarril Cantábrico, Ferrocarril Santander-Bilbao, Ferrocarril de La Robla, Ferrocarriles de Mallorca, Ferrocarril Cartagena-Los Blancos, además del Ferrocarril Ferrol - Gijón, construido íntegramente por el Estado. Sin embargo, muchos de estos ferrocarriles se encontraban en una situación muy crítica, con el material ferroviario y/o las infraestructuras muy necesitadas de mejoras. Por esta razón hubo otras líneas de vía estrecha, como las heredadas a través de la Compañía de Ferrocarriles Secundarios de Castilla, que fueron clausuradas al poco tiempo al ser consideradas deficitarias.
La línea de mayor longitud que poseía la compañía tiene 330 kilómetros, es el conocido como Ferrocarril de La Robla. Originalmente iba desde La Robla hasta Valmaseda y se construyó para hacer llegar los carbones de la minería leonesa y palentina hasta la siderurgia vizcaína. A principios del siglo XX se construyeron los tramos Valmaseda-Luchana y el acceso a Bilbao (aprovechando el trazado del Ferrocarril Santander-Bilbao) y Matallana-León, con lo que de esta manera quedaban comunicadas las capitales de León y Bilbao. Actualmente los tramos entre Matallana de Torío y La Robla e Iráuregui-Luchana no prestan servicio de viajeros. Es la más larga de Europa de vía métrica, recorriendo la montaña oriental leonesa, el norte de la provincia de Palencia, el sur de Cantabria, el norte de la provincia de Burgos y Vizcaya.
A partir de 1980 FEVE pasó a especializarse en transporte de mercancías y regional y de cercanías de pasajeros. Por otra parte, creó el tren turístico de lujo Transcantábrico, que comenzó sus servicios en 1982, convirtiéndose en el servicio estrella de la compañía. Realiza el trayecto Santiago de Compostela-Ferrol-Bilbao-León (el tramo Santiago-Ferrol se realiza por autobús).
Además, el Ministerio de Fomento realizó numerosas inversiones para mejorar tanto las infraestructuras como el material rodante. Tras las cesiones realizadas a las autonomías, la red ferroviaria de FEVE quedó centrada principalmente en la zona cantábrica. La principal línea de FEVE en la Cornisa Cantábrica era la que conectaba Ferrol con Bilbao a través de las provincias de Vizcaya, Cantabria, Asturias y Lugo. Así mismo enlazan con esta línea general diversas líneas menores y ramales, donde prestan servicio como norma general trenes de cercanías. Estas líneas y ramales eran las siguientes:
También existen diversos ramales industriales que comunican la red general de FEVE con cargaderos de industrias particulares y puertos marítimos. FEVE era titular igualmente del tramo internacional Puente Internacional en Irún-Hendaya, de la línea popularmente conocida como "El Topo", aunque la explotación fue cedida a EuskoTren. En Asturias y Cantabria, FEVE contaba con una importante red de líneas de cercanías. En Galicia operaba la línea de cercanías entre Ferrol y Ortigueira. En la Región de Murcia también contaba con una línea entre Cartagena y Los Nietos.
Tras la aprobación de la Constitución de 1978, y de acuerdo con el estado de las autonomías que establece, a partir de 1979 una parte significativa de la red de vía estrecha fue transferida por el gobierno central a las nuevas comunidades autónomas, las cuales la pasaron a gestionar a través de organismos públicos:
En 2005 FEVE, ante el nuevo escenario ferroviario español protagonizado por la liberalización y la apertura a la competencia (de la que FEVE queda exenta inicialmente), el ente público emprende un plan estratégico que marca las pautas para la empresa a medio plazo para iniciar el proceso de liberación ferroviario que obliga la Unión Europea. El plan hace hincapié en la optimización de los recursos humanos y en la especialización por sectores, por lo que se crean las direcciones-gerencias (similares a las Unidades de Negocio de Renfe), que se especializarán en sus correspondientes mercados. El plan estratégico tiene como fin aumentar el índice de cobertura de la empresa 12 puntos hasta situarlo en el 45%, destacando la búsqueda de ingresos mediante la captación de tráficos de tipo turístico y de nuevos clientes en mercancías, así como su consolidación en viajeros de trenes de cercanías y regionales.
Distintos organismos públicos —como el Tribunal de Cuentas y la Intervención General del Estado— han señalado la mala gestión presupuestaria de FEVE durante el período 2005-2012, cifrando un aumento de la deuda de FEVE desde los 191 hasta los 569 millones de euros por numerosas «irregularidades».Ángel Villalba, que fue presidente de FEVE durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, también hubo varias polémicas en torno a su gestión de FEVE: en 2011, siendo todavía presidente, se adquirieron inicialmente cuatro convoyes ferroviarios (aunque el número se elevó finalmente a 28 trenes) que tuvieron que ser desechados y revendidos otra vez, porque fueron encargados sin llegar a existir una red ferroviaria por la que pudieran circular.
En los años de presidencia deEl 20 de julio de 2012, se aprobó el Real Decreto-ley 22/2012[1], de 20 de julio, por el cual FEVE quedó extinguida el día 31 de diciembre de 2012 y se subrogó a Adif la infraestructura y a Renfe la explotación de los trenes. De esta forma se unifican las redes nacionales de vía ancha y vía estrecha. En la práctica, Renfe sigue usando la marca "Feve" para referirse a todos los servicios de pasajeros que heredó de la anterior compañía.
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