Facultad de Derecho (UNAM) nació en UNAM.
La Facultad de Derecho es la dependencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encargada de realizar docencia e investigaciones jurídicas de alto nivel destinadas a resolver los problemas nacionales e internacionales actuales, es el hogar de una de las bibliotecas de derecho más grandes de América Latina. Tiene su antecesor directo en la denominada Escuela Nacional de Jurisprudencia.
En el año 2021, apareció en el puesto número 34 de las mejores facultades de Derecho del mundo, siendo la mejor de México, América Latina e Iberoamérica en el rubro de Derecho y Estudios Jurídicos (Law & Legal Studies), según el QS World University Rankings que evaluó (Índice H) a más de 300 instituciones de educación superior para estudiar Derecho.
Los antecedentes de la Facultad de Derecho se remontan a la creación de la Real y Pontificia Universidad de México el 21 de septiembre de 1551 durante el régimen del virrey Luis de Velasco. La situación de esa época; la necesidad de una correcta administración de la Nueva España, el caos de la legislación en las colonias españolas, motivaron a personajes como Fray Juan de Zumárraga a solicitar en repetidas ocasiones la fundación de una Universidad a los reyes españoles y al entonces virrey Antonio de Mendoza.
El emperador Carlos V atendiendo a varias de las peticiones ordena el establecimiento de un “estudio y Universidad de todas las ciencias”, fue así como se creó la Real y Pontificia Universidad de México que inició sus labores con las cátedras de: Teología, Escritura, Cánones, Leyes, Artes, Retórica y Gramática. En sus inicios “la Universidad carecía hasta de biblioteca y tanto los profesores y como los alumnos tenían que acudir, seguramente, a las bibliotecas de los conventos de las diversas órdenes religiosas establecidas en la ciudad de México.”
La Facultad de Cánones y Leyes ofrecía los grados de bachiller, licenciado y doctor, y las primeras cátedras que se impartieron fueron: Decrétales y Decreto. Como los profesores eran muy pocos, se tardaban varios años en impartirlas. Las principales fuentes de consulta de los alumnos eran los textos legales, la información que obtenían en los despachos donde hacían sus prácticas y los apuntes que les proporcionaban sus profesores. La enseñanza se concretaba en el Derecho romano, debido a que la legislación española descendía de él. Sin embargo, "se enseñaron los principios de la disciplina al margen de todo cambio en la legislación; por eso, para ejercer la profesión de abogado era necesario sustentar examen ante la Real Audiencia, acto en el cual debía demostrar el interesado sus conocimientos en Derecho positivo vigente y sobre las prácticas judiciales".[cita requerida]
De la Facultad de Cánones y Leyes surgieron muchos doctores que ocuparon la rectoría de la Universidad.
En 1833, el vicepresidente de la República, Valentín Gómez Farías, suprimió la Universidad de México para establecer la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales, situación que solo duró diez meses, periodo durante el cual la Escuela de Leyes quedó instalada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
En 1834, el presidente Antonio López de Santa Anna restituyó la Universidad, pero a pesar de ello la situación tan precaria no mejoró y, como consecuencia, en 1856 el presidente Comonfort volvió a suprimirla y nuevamente el presidente, Félix Zuloaga, la restableció, hasta que finalmente se eliminó definitivamente en 1865, durante el Imperio de Maximiliano.[cita requerida]
Aun bajo las circunstancias, en 1868 se estableció la Escuela Nacional de Jurisprudencia, y ocupó la dirección Antonio de Tagle. Se expedían títulos de abogado y de notario. Las cátedras que se impartían eran: Derecho natural, Derecho romano, Derecho patrio y civil, Derecho penal, Derecho eclesiástico, Derecho constitucional y Derecho administrativo, Derecho de gentes e internacional y marítimo, principios de legislación civil, penal y economía política, procedimientos civiles y criminales. Se procuraba que los profesores fueran abogados notables y distinguidos.[cita requerida]
De esta manera la enseñanza fue evolucionando y se hicieron muchos esfuerzos para mejorar los planes de estudio. En un principio se conservaba las características de enseñanza de la época colonial después se fueron perfeccionando de acuerdo a las características y necesidades económicas sociales y a las circunstancias políticas de la época.
Durante la presidencia de Porfirio Díaz la Escuela Nacional de Jurisprudencia se reorganizó nuevamente (1907), modernizando los planes de estudio y los métodos de enseñanza y se le construyó un nuevo edificio. En 1910, cuando la Universidad fue restablecida, la Escuela Nacional de Jurisprudencia se incorporó a ella.
Bajo la influencia de las ideas de la Revolución se fueron introduciendo nuevas ideologías en la Universidad, que dieron lugar a frecuentes huelgas, la primera en 1912 en la Escuela Nacional de Jurisprudencia provocando su clausura; mientras permaneció cerrada los huelguistas fundaron la Escuela Libre de Derecho que continuó hasta que fue reabierta la escuela oficial y adquirió nuevamente su prestigio.
En los años posteriores la Escuela Nacional de Jurisprudencia se constituye como líder de la Universidad ya que en un principio lo que son huelgas de la escuela se vuelven de la total Universidad como la de 1929, la de 1933 y la de 1934. El mayor logro de la huelga de 1929 fue la autonomía de la universidad, aunque no era ésta su finalidad; en la huelga de 1933 fue reconocida nuevamente, desafortunadamente, el sistema democrático obtenido por la ley de 1933 no dio los resultados esperados porque se prestó a innumerables abusos, fraudes y corrupción, que llevaron a frecuentes huelgas, algunas sumamente violentas de resultados trágicos, como la de 1934 por la libertad de cátedra y el apoyo económico del Estado, donde nuevamente la Escuela Nacional de Jurisprudencia se declara en huelga contra el Art. 3o. Constitucional arrastrando a toda la Universidad y otras escuelas dependientes de la SEP; finalmente logran entre otras cosas la plena autonomía de la Universidad, que el Estado cumpliera con su obligación de sustento económico, la reducción de cuotas y la creación de cátedras libres donde profesores de todas las ideologías pudieran estar.
Otra intervención más de la escuela fue durante la crisis universitaria de 1935 que se suscita cuando se pretende sustituir a la Escuela Nacional Preparatoria por la enseñanza secundaria de tres años a cargo de la SEP. “Según se ve por estos breves clentos, la influencia y participación de la Escuela Nacional de Jurisprudencia en la organización y en la vida de la Universidad Nacional, han sido decisivas.”
En el Diario Oficial de la Federación, el 6 de abril de 1946, siendo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos Manuel Ávila Camacho, se decretó la Ley sobre Fundación y Construcción de la Ciudad Universitaria.
Los arquitectos a cargo del proyecto fueron Ernesto Gómez Gallardo Argüelles y Alonso Mariscal. El desarrollo de las obras tuvo una duración de tres años, de marzo de 1949 a mayo de 1952. La Escuela Nacional de Jurisprudencia ocupó las instalaciones en Ciudad Universitaria en 1951.[cita requerida]
“Una vez aprobado por el Consejo Universitario el estatuto del Doctorado en Derecho (1949), se comprendió la necesidad de elevar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia a la categoría de facultad, pues de acuerdo a la tradición universitaria de todo mundo civilizado, solamente las facultades están capacitadas para conceder grados académicos superiores a la licenciatura.”[cita requerida]
La iniciativa fue aprobada el 29 de marzo de 1955 por el Consejo Universitario. A partir de entonces, la Escuela Nacional de Jurisprudencia se denominó Facultad de Derecho, y desde allí se ha convertido en la principal fuente de investigación y estudios jurídicos del país. Destaca la presencia de sus egresados en el ámbito nacional e internacional; además, ha colaborado con instituciones mexicanas de los sectores público, social y privado. También, son numerosas las instancias en los tres niveles de gobierno que han acudido a la Facultad de Derecho mediante convenios generales y específicos de colaboración, para recibir de los académicos cursos, talleres, diplomados y demás actividades de actualización y especialización.
Las instalaciones en Ciudad Universitaria designadas para la Facultad Derecho fueron planeadas para dar cabida a 3,000 alumnos, actualmente el número de alumnos supera los 15,000 y la planta docente está constituida por poco más de 1000 profesores, el edificio original de tres plantas se volvió insuficiente por esta razón se construyó una unidad de posgrado y un anexo. Todo el conjunto alberga los salones de la licenciatura, unidades de seminarios y doctorado, laboratorios de idiomas, salones de profesores, biblioteca, hemeroteca y auditorios.
En marzo de 2012 asume la Dirección para el periodo 2012 - 2016 María Leoba Castañeda Rivas, primera mujer en ocupar el cargo.
A partir de marzo del 2016 y hasta 2020, designado por la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México, Raúl Juan Contreras Bustamante fungió como director de la Facultad de Derecho para el periodo 2016-2020, y en marzo de 2020 fue nombrado para un segundo periodo.[cita requerida]
La Biblioteca Antonio Caso de la Facultad de Derecho de la UNAM es la más grande de América Latina en su especialidad. En sus modernas y cómodas instalaciones, con más de 5000 metros cuadrados, ofrece al público usuario la más amplia variedad de autores clásicos y modernos en la ciencia jurídica.
Es preocupación constante de esta institución mantenerla al día, adquiriendo las obras más recientes del mundo jurídico, principalmente en español, francés, italiano, portugués e inglés. En esta biblioteca, se pueden encontrar los servicios complementarios del banco de datos, fotocopiados, consultas, y préstamo a domicilio, así como de computadoras y catálogos puestos al día.
El día 29 de junio de 1594 se colocó la primera piedra del edificio de la Real y Pontificia Universidad de México. Durante este período, la enseñanza de las leyes y, en general, de cualquier conocimiento, guardaba un carácter conservador, imbuida de un espíritu religioso. Esta forma de pensar se sostuvo en las primeras décadas de la Independencia, a pesar de estar en boga las ideas del liberalismo.
El 19 de octubre de 1833, la enseñanza pasa a manos del Gobierno creándose la Dirección General de Instrucción Pública para todo el país. A partir de ese año y hasta 1865, se regularizan los estudios en Derecho. En ese mismo año, se establece la Escuela Nacional de Jurisprudencia, ubicada en el ex convento de la Encarnación, en la que se otorgaban los títulos de abogado y notario;"parece que la primera biblioteca fue la de los jesuitas, fundada por Fr. Alonso de Veracruz; llegó a tener 8360 volúmenes. En 1868, se trasladó al edificio de la Escuela de Jurisprudencia, en donde hoy existe aumentada, pues cuenta con más de 15000 volúmenes".
En 1908, el 15 de marzo el presidente Porfirio Díaz inauguró un nuevo edificio erigido con base en el claustro del Convento de Santa Catalina de Siena, en la esquina noreste de las calles de Santa Catalina (hoy República de Argentina) y San Ildefonso.
Este edificio tenía la peculiaridad de ser "una de las primeras escuelas universitarias con instalaciones independientes y construidas ex profeso". Sin embargo, en las fuentes consultadas, apenas hay referencia de la existencia de la biblioteca, a pesar de que el acto de inauguración de estas instalaciones, se realizó en ese lugar.
En el año de 1986, existían 17 bibliotecas: una general, Antonio Caso, y 16 pertenecientes a los Seminarios de las diversas ramas del Derecho. Estos seminarios contaban con personal docente de apoyo y una colección especializada, con el fin de que los estudiantes encontraran bibliografía para la realización de sus tesis; de esta forma, se proporcionaba la información necesaria y la orientación requerida en un mismo lugar.
Formar juristas e investigadores para ejercer el liderazgo científico con justicia, equidad, solidaridad, ética social y sentido propositivo de soluciones a los problemas jurídicos de la sociedad contemporánea; impulsar la investigación inter, multi y transdisciplinaria; y promover la cultura de la legalidad, innovación y difusión jurídicas ejerciendo la transparencia por medio del uso y apropiación de las tecnologías de la información y comunicaciones.
Acrecentar el liderazgo de los juristas e investigadores a nivel nacional e internacional, buscando la innovación científica y académica con una visión crítica en la Sociedad del Conocimiento.
Estos son algunos de los egresados más notables que han egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México:
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