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Federico Kauffmann Doig



¿Qué día cumple años Federico Kauffmann Doig?

Federico Kauffmann Doig cumple los años el 20 de septiembre.


¿Qué día nació Federico Kauffmann Doig?

Federico Kauffmann Doig nació el día 20 de septiembre de 1928.


¿Cuántos años tiene Federico Kauffmann Doig?

La edad actual es 95 años. Federico Kauffmann Doig cumplirá 96 años el 20 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Federico Kauffmann Doig?

Federico Kauffmann Doig es del signo de Virgo.


Federico Kauffmann Doig (Chiclayo, Perú; 20 de septiembre de 1928) es un antropólogo, arqueólogo e historiador peruano. Ha hecho grandes aportes al estudio de las civilizaciones del Antiguo Perú, particularmente sobre la cultura chavín y la cultura Chachapoyas.[1]​ Ejerció los cargos de Director del Museo de Arte de Lima, Director General del Patrimonio Monumental y Cultural de la Nación y Director del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú. Ha ejercido también la docencia universitaria y es autor de numerosas obras de divulgación arqueológica e histórica.[2]

Hijo de Friedrich Kauffmann y de Ada Doig Paredes.[1]​ Su padre era alemán; por el lado materno cuenta con antepasados de origen escocés y español, así como con ancestros que forjaron las milenarias culturas moche y lambayeque o sicán.[3]​ Es descendiente por línea materna del político y empresario lambayecano Augusto F. León Paredes.

Nació en Chiclayo, pero su infancia transcurrió en pueblos de Cajamarca y Amazonas, particularmente en Cocochillo, sobre la margen derecha del río Marañón. Cursó su educación primaria en su tierra natal y la secundaria en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe (Lima).[4]

En 1949 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se graduó de bachiller en Humanidades (1954) con la tesis sobre Los estudios de Chavín 1553-1919, galardonada como la mejor del país; y luego obtuvo el grado de doctor en Arqueología (1955) con su estudio sobre las Influencias inca en la arquitectura virreinal. El fenómeno huamanguino; y el de doctor en Historia (1962), con su tesis sobre la Historia de la Arqueología peruana.[5]​ Además ostenta tres doctorados Honoris causa, que le han sido conferidos por universidades del país y del extranjero.

Se dedicó a la docencia, como catedrático de Fuentes Históricas en su alma máter (1960-1968). Fue director de la Escuela de Estudios Especiales de la Universidad de San Marcos (1965-1968).[5]​ Por razones políticas, en 1969 fue separado de las aulas sanmarquinas.[6]​ Como profesor visitante, dictó un curso sobre Arqueología Andina en la Universidad de Bonn (1968-1969 y 1974-1975).[5]​ También ha ejercido la docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad de Lima y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Actualmente es director del Instituto de Investigaciones Arqueológicas, Históricas y Etnográficas de la UPC.[6]

Fue también subdirector del Instituto Nacional de Cultura (1971-1972); y director del departamento de Conservación del Patrimonio Arqueológico de la Nación (1979-1980).[5]

Simultáneamente a dichas labores, ejerció la dirección del Museo de Arte de Lima en dos periodos (1960-1964 y 1969-1971), así como la del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (1979-1980).[5]

Favorecido por una beca de la Fundación Guggenheim (1964-1965), efectuó excavaciones arqueológicas en Estados Unidos y México.[5]​ Entre 1980 y 1982 fue director del Proyecto Chavín, encargado de realizar un programa de investigaciones arqueológicas en el sitio de Chavín de Huántar, auspiciado por la Fundación Volkswagen.[1]​ También ha realizado investigaciones en Arequipa (que dieron a conocer las placas de Chucu, en Condesuyos); Ica (Templo Pintado de El Ingenio, en Nazca); y Lima (sitio de Ancón);[6]​ así como varias expediciones arqueológicas a la región amazónica (las llamadas Expediciones Antisuyo), tanto en la cuenca del río Ucayali como en la del río Madre de Dios. Con particular atención se ha enfocado en el estudio de la cultura chachapoyas, dando a conocer importantes testimonios dejados por esta civilización, como los mausoleos de Revash (Luya) y Los Pinchudos (Pajatén), las momias de Leymebamba o de la laguna de los Cóndores (hoy Laguna de las Momias), los sarcófagos de Carajía, las pinturas murales de San Antonio, etc.[4]

En 1988 dirigió la Expedición Guatemalteco-Peruana a la Laguna del Tigre, la que identificó 94 “montículos” o construcciones piramidales mayas en el Petén occidental, que permanecían totalmente desconocidas hasta entonces.[4]

Es Miembro de Número de la Academia Nacional de la Historia, Miembro Honorario del Museo Barbie-Muller (Suiza), Miembro Científico del Centro Studi Ricerche Ligabue (Italia), Miembro de la Real Academia de la Historia de Madrid, y del Circolo Amerindiano (Italia). Es también director del Instituto de Arqueología Amazónica.[4]

Ostenta condecoraciones de los gobiernos de Bélgica, Austria y Suecia, así como del Gobierno Peruano.[4]

Es autor de numerosos libros y monografías, publicados en diversos idiomas. Es de destacar su permanente afán por difundir masivamente la información arqueológica y científica, con un lenguaje accesible y de gran atractivo visual, donde abundan las fotografías e ilustraciones.[1]​ Invitado por el sabio Mircea Eliade, participó en la edición de su Encyclopedy of Religion con un estudio sobre la espiritualidad andina.

Ha hecho muchos aportes científicos, destacando su teoría del desarrollo de la civilización andina a consecuencia del desequilibrio producido por el permanente crecimiento de la población y la escasez de suelos aptos para el cultivo, sumado a los efectos devastadores del fenómeno de El Niño. Es padre de la teoría aloctonista del origen de la cultura peruana. Se ha especializado en el estudio del Formativo Andino, conocido también como el Horizonte Temprano o de influencia Chavín.[4]

En el año 2006, el gobierno de Alan García Pérez nombró a Kauffmann como embajador del Perú en la República Federal de Alemania, cargo que ejerció hasta 2009.

En 1962 Kauffmann formuló una hipótesis de trabajo sobre el origen de la civilización andina o peruana, conocida como la teoría aloctonista (aloctonismo significa lo que no es originario de su territorio). Cuestionando la teoría autoctonista de Julio César Tello (entonces la teoría oficial y muy arraigada), Kauffmann propuso la existencia de un centro originario común para las altas culturas de Mesoamérica (México y Centroamérica) y del área andina (Sudamérica). Ese centro, de acuerdo al planteamiento original de Kauffmann, habría estado en el área mesoamericana, de donde se habría irradiado al territorio actual del Perú, en una época temprana (precerámico).[7]

La posición de Kauffmann se basaba en varias premisas, como las siguientes:[7]

Esta teoría fue cuestionada por otros especialistas; algunos lo consideraron como un retorno a la antigua teoría de Max Uhle sobre el origen maya de la cultura peruana, ya refutada por Tello, aunque en realidad los argumentos de Kauffmann reposaban sobre consideraciones distintas. Lo que Kauffmann sostenía era que los elementos culturales que llegaron al área andina se hallaban todavía en una fase inicial de desarrollo (preludio del formativo), es decir todavía alejada del nivel de las posteriores culturas maya y azteca.[8]

El aloctonismo de Kauffmann fue rechazado por sus colegas, llegando incluso a ser estereotipado como creador de ficciones.[9]​ El autoctonismo de Tello era todavía defendido con tenacidad, en buena parte por sus implicaciones nacionalistas. Pero la teoría de Kauffmann tampoco partía de bases muy sólidas. A principios de los años 1970, los estudios de Rosa Fung Pineda demostraron que las edificaciones monumentales de la costa peruana del Periodo Arcaico (Las Haldas, El Paraíso; aún no se estudiaba Caral), no solo eran más antiguas que las del Formativo de Mesoamérica, sino que mostraban patrones arquitectónicos similares con la posterior cultura Chavín (Formativo Peruano). El mismo Kauffmann se encargó de señalar las limitaciones de su tesis original, abandonándola definitivamente en 1976.[7]

Kauffmann reformuló su teoría a raíz de los estudios realizados en la costa de Ecuador, por Donald W. Lathrap, Jorge G. Marcos y James A. Ziedler, y por Donald Collier. Estos sostuvieron que el centro originario de las altas culturas americanas pudo haber estado en esa zona, donde se hallaron los vestigios de una antigua cultura con cerámica muy elaborada, la cultura Valdivia, con una antigüedad de 3.000 a.C., es decir más antigua que sus equivalentes del Perú y Mesomérica. Esta cultura se habría irradiado tanto hacia el Perú como a México, y ello debió originar en ambas áreas las bases de su respectiva civilización. Ello explicaría los elementos comunes de ambas culturas señalados por Kauffmann y otros autores, replanteándose así, en lo esencial, la teoría aloctonista.[10]

En resumen, Kauffmann redefinió su planteamiento aloctonista basándose en los estudios de Lathrap y otros: las Altas Culturas Americanas, tanto la mesoamericana como la peruana, habrían tenido un origen común, como ya lo había planteado en los años 1960, pero ahora ubicaba su probable núcleo de desarrollo primigenio en territorio ecuatoriano, más específicamente en el área de la cultura Valdivia, cuyo Formativo empezó hacia el 3.000 a.C. aproximadamente, antes que los formativos peruano y mesoamericano. Desde Valdivia, luego de un primer desarrollo local, la cultura se habría difundido dando origen al Periodo Formativo de Perú y México..



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