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Felipe I, Duque de Orleans



¿Qué día cumple años Felipe I, Duque de Orleans?

Felipe I, Duque de Orleans cumple los años el 21 de septiembre.


¿Qué día nació Felipe I, Duque de Orleans?

Felipe I, Duque de Orleans nació el día 21 de septiembre de 1640.


¿Cuántos años tiene Felipe I, Duque de Orleans?

La edad actual es 384 años. Felipe I, Duque de Orleans cumplió 384 años el 21 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Felipe I, Duque de Orleans?

Felipe I, Duque de Orleans es del signo de Virgo.


Felipe de Francia, duque de Orleans (Philippe de France, en francés; Saint-Germain-en-Laye; 21 de septiembre de 1640, † Saint Cloud; 19 de junio de 1701) fue un príncipe francés de la dinastía de Borbón, primer duque y fundador de la cuarta casa de Orleans. Fue el segundo hijo de Luis XIII de Francia y Ana de Austria y Austria-Estiria, hermano menor de Luis XIV de Francia. Ostentó numerosos títulos, entre los que cabe destacar los de duque de Orleans, duque de Anjou (1668), duque de Chartres (hasta el nacimiento de su hijo y heredero el futuro regente en 1674), duque de Valois, duque de Nemours, duque de Montpensier y príncipe de Joinville.

Fue heredero de su hermano desde el año 1643, mientras Luis XIV no tuvo descendencia, hasta que nació su sobrino, Luis, el Gran Delfín, en el año 1661.

Por nacimiento era «hijo de Francia», título de aquellos príncipes de nacimiento legítimo y que eran hijos del rey. En la corte se le daba el trato de «Monsieur», uso tradicional en la época para el hermano más próximo en edad al soberano reinante; y en las cuestiones oficiales, se le daba el de «Monsieur, frère unique du roi (hermano único del rey)». Para dirigirse a él cara a cara, se le llamaba también «Su Alteza» o bien, «Su Gracia».

Tras la muerte de su tío Gastón de Orleans, hermano de Luis XIII de Francia, se convirtió en el cabeza de la casa de Orleans al heredar el patrimonio de este, entre el que se encontraba el ducado que le representó durante el resto de su vida, pasando a la historia como Felipe, Duque de Orleans o Felipe I de Orleans. Actualmente, es un antepasado común entre la realeza y la aristocracia de Europa, apodado por Philippe Erlanger, uno de sus biógrafos, como «El abuelo de Europa». Al margen de su participación en algunas campañas militares, Felipe de Francia no desempeñó ningún papel político trascendente y pasó su vida a la sombra del ostracismo del poder al que lo sometió su hermano, Luis XIV.

Felipe fue el segundo hijo del rey Luis XIII de Francia y de Navarra, y de su esposa la infanta Ana de Austria y Austria-Estiria. Titulado duque de Anjou al nacer, denominado Pequeño Monsieur, más tarde llamado realmente Monsieur, hermano del rey Luis XIV cuando este ascendió al trono. Fue presunto heredero del trono (1643-1661) hasta que nació su sobrino el Gran Delfín.

Ya en su infancia (casi toda transcurrida durante la insurrección de la Fronda) Felipe demostró su "originalidad", su juego preferido era ponerse cintas y maquillarse. Sus obvias tendencias homosexuales y su superficialidad fueron estimuladas porque un príncipe extravagante tenía menos oportunidad de hacer sombra a su hermano que, de esta forma, no corría peligro de que le disputara el poder. Exactamente, no quería que se reprodujera el caso de Gastón de Francia (hermano de Luis XIII) y sus intrigas con los grandes del reino contra el rey que habían dado lugar a la Fronda.

Felipe fue reconocido por su libertinaje y su homosexualidad, así como por sus costumbres extravagantes. Su primer amante favorito habría sido Julio Mancini Mazarino, sobrino del cardenal Mazarino y luego duque de Nevers, el primero en «corromperlo», según las memorias del duque de Saint-Simon.[cita requerida] Más tarde ocupó su lugar Armand de Gramont, conde de Guiche, hijo del mariscal de Gramont, príncipe de Vidache y virrey vitalicio de Navarra. La relación de Guiche y Felipe de Orleans produjo más de una crisis en la familia real.[cita requerida]

Paradójicamente, el ambicioso Guiche acabaría engañando a Felipe con su propia esposa la princesa Enriqueta Ana Estuardo. Luis XIV acabó alejándolo de la Corte (tanto por la voluntad de su hermano, como por el escándalo que provocaban los avances de Guiche ante Enriqueta Ana, a su vez cortejada por el propio Rey...).[cita requerida]

Después de Guiche, Felipe de Orleans tuvo otros favoritos, como el marqués de Effiat, sobrino del marqués de Cinq-Mars, que había sido favorito del padre de Felipe, Luis XIII. [cita requerida]

Sin embargo, el amor indiscutible desde la década de los 60 hasta el fin de la vida de Felipe de Orleans fue Felipe de Lorena, conocido como el Caballero de Lorena. El caballero de Lorena era uno de los hijos de Enrique de Lorena, conde de Harcourt, perteneciente a la estirpe principesca-ducal de Lorena.

El caballero de Lorena gobernó casi tiránicamente la Casa de Orleans, en detrimento de las dos duquesas de Orleans. La primera esposa Enriqueta Ana consiguió hacerlo exiliar a Roma durante un tiempo. Pero tras la muerte de esta, Luis XIV le permitió volver a la Corte. Parece que tácitamente Luis XIV, que aborrecía el sexo anal probablemente a causa de un trauma infantil según las memorias de Charles de La Porte, consintió la influencia de Lorena sobre su hermano a fin de tener controlada a la Casa de Orleans. El caballero de Lorena gozaba de apartamentos inmediatamente contiguos a los de Felipe en todas sus residencias y más tarde se convirtió en gobernante del duque de Chartres, el futuro regente Felipe II de Orleans.

Tras la muerte de su tío Gastón en 1660, Felipe se había convertido en duque de Orleans. Este patrimonio lo convirtió en uno de los nobles más ricos del reino, lo que le permitió vivir con un fasto equivalente al de la Corte y convertirse en un gran mecenas. Fue asimismo el responsable de la construcción del canal de Orleans, la cual financió, y la ampliación y embellecimiento del Chateaû de Saint-Cloud (del que solo quedan los jardines) y del Palais-Royal.

Tuvo, asimismo, dos grandes residencias: en principio el Palacio Real, recibido como patrimonio, que decoró con grandes frescos y en el que organizaba grandes fiestas; después el Palacio de Saint-Cloud, que le regaló Luis XIV en 1658 (se supone que con la esperanza de arruinarlo), en el que Felipe realizó numerosas reformas, en particular la construcción de grandes jardines a la francesa.

Pese a su innegable coraje en el combate, Luis XIV no le dejó ningún margen de maniobra ni le concedió poder alguno. Aunque Felipe consiguió unas victorias en la guerra franco-neerlandesa (batalla de Cassel en 1677) contra el príncipe de Orange, su hermano le quitó toda dirección militar. El Rey Sol lo mantuvo apartado del poder durante toda su vida.

El papel de Felipe de Orleans en su tiempo debe considerarse en un terreno que no era menos importante en la época, el del ceremonial y la etiqueta. El duque de Saint-Simon recoge el sentir de todos los memorialistas de la época cuando afirma en sus memorias que Monsieur era «doctor en etiqueta». Luis XIV le consultaba cuestiones protocolarias y le confió tácitamente velar por el esplendor y refinamiento del ceremonial francés y la etiqueta.

Por otro lado, Felipe, a diferencia de su hermano, gustaba de vivir en París. Siempre acudía al teatro y a la ópera, ofrecía grandiosas recepciones en el Palais Royal y se dejaba ver en los mercados y ferias. Se convirtió así en un personaje tremendamente popular en la capital y al mismo tiempo en una suerte de representante del rey en la vieja capital, al menos en el terreno social. Por último, Monsieur fue, como se ha dicho, un gran mecenas, no solo por su generosidad sino por su gusto refinadísimo y experto.

Así pues, si bien es cierto que Luis XIV mantuvo a sus parientes —su hermano a la cabeza— prudentemente alejados del espacio de decisión política, no por ello dejó de depositar en ellos, y particularmente en Monsieur, un papel de preeminencia social y protocolario muy importante. Por último, si las relaciones entre Luis XIV y Felipe de Orleans resultaron a veces conflictivas, ambos se manifestaron siempre un tierno afecto, caso prácticamente único en la historia de la monarquía francesa (véase, si no, las envenenadas relaciones de los últimos reyes Valois, de Luis XIII con su hermano Gastón, y más tarde de los condes de Provenza y Artois con Luis XVI).

Se casó dos veces. Su primer matrimonio, concertado por su hermano, Luis XIV, fue con su prima hermana la princesa británica Enriqueta Ana Estuardo, hija de su tía carnal Enriqueta María de Francia y su esposo el rey Carlos I de Inglaterra. Este matrimonio, el 31 de marzo de 1661, tuvo como objetivo estrechar los lazos entre ambos países y vincular a los Estuardo recién restaurados en el Trono de San Eduardo a la Monarquía francesa.

Enriqueta murió, misteriosamente, a los 26 años.

Felipe de Orleans se casó, al morir Enriqueta, por segunda vez con la princesa Isabel Carlota del Palatinado el 21 de diciembre de 1671. Tuvieron tres hijos. El mayor, Alejandro Luis, duque de Valois, murió antes de cumplir los tres años; después siguió Felipe, titulado en vida de su padre duque de Chartres, futuro Regente de Francia; y finalmente Isabel Carlota, futura esposa del duque Leopoldo I de Lorena.

Del matrimonio de Isabel Carlota con el duque de Lorena nació Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, que se casó con la arquiduquesa María Teresa I de Austria, que se convertiría en soberana del patrimonio «archiducal», así como de Hungría y Bohemia. En 1748, Francisco Esteban fue elegido Sacro Emperador. De este modo la corona imperial (que no podía ceñirse una mujer) permanecía en la Casa de Austria (de hecho a partir de María Teresa y Francisco Esteban el linaje de Lorena se introdujo en el trono vienés, pero por acuerdo recíproco se siguió guardando la denominación «Austria»).

Con su prima hermana Enriqueta Ana de Inglaterra tuvo tres hijas y un hijo:

Con la Princesa Palatina Isabel Carlota del Palatinado tuvo tres hijos:



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