x
1

Fernando I de Portugal



Fernando I de Portugal, apodado El Hermoso o, más raramente, El Inconstante, fue rey de Portugal. Nació en Coímbra el 31 de octubre de 1345 y murió en Lisboa el 22 de octubre de 1383.[1]​ Fue el tercer hijo del entonces infante herededo Pedro (futuro Pedro I de Portugal), a quien sucedió en el trono en 1367, y de Constanza Manuel de Villena.[1]​ Nacido durante el reinado de su abuelo Alfonso IV, su padre subió al trono portugués en mayo de 1357. Fue un niño enfermizo, en comparación con sus medio hermanos menores, el duque Juan de Valencia de Campos, el señor Dionisio de Cifuentes y el maestre Juan de la Orden de Avís. El apodo del El Inconsciente hace referencia a su desastrosa política exterior que llevó a tres guerras con su vecina Castilla a lo largo de su reinado.

El inicio de Fernando I estuvo marcado por la política externa, ya que desde 1369, con la muerte de Pedro I de Castilla abanderó el legitimismo dinástico frente a la usurpación de Enrique II de Castilla en las tres Guerras Fernandinas, que se saldaron con tres fracasos portugueses. Fue precisamente en ese año cuando la nobleza gallega no dando por legítima la dinastía Tratamarista del antedicho rey de Castilla, deciden proclamar a Fernando I rei de Galicia. Aunque esta alianza no duró más de tres meses la corte do rei Formoso se instaló en La Coruña con el apoyo de un Andrade, Nuño Freyre. Al saber de esta alianza Enrique II de Castilla convocó su ejército y marchó sobre Galicia. Fernando I huyó de A Coruña ante el avance de las tropas Castellanas dejando su defensa al antedicho Nuño Freyre de Andrade y a Juan Fernández de Andeiro gobernador de la ciudad herculina.

Tras la paz del Tratado de Alcoatim (1371), al finalizar la primera guerra fernandina, Fernando I se dedicó a la reconstrucción de varias fortalezas en Portugal, así como a la reedificación de las murallas de Oporto y Lisboa. Promulgó la Ley das Sesmarias para estimular el desarrollo de la agricultura, por la que se obligaba a poner en cultivo las tierras incultas y se incentivaba el trabajo en el campo. También durante su reinado se favorecieron las relaciones comerciales, constando la presencia de comerciantes internacionales en Lisboa. La navegación vivió también una época dorada, permitiéndose la tala de bosques reales para la construcción de navíos y concediendo importantes exenciones fiscales en actividades navieras. Destaca especialmente la creación de la Compañía Naviera, en la que tenían obligación de registrarse todos los navíos y que disponía de un fondo común para reparación de buques.

Se casó con la noble castellana Leonor Téllez de Meneses, la cual fue rechazada por la nobleza portuguesa desde el día de su casamiento. Un ejemplo de ello fue el caso del infante Dionisio (medio hermano del monarca), el cual fue apartado de la corte por ser el único que se negó a besar la mano de su cuñada. El papel de la reina Leonor se hizo cada vez más influyente y las maniobras de su intervención en las relaciones políticas exteriores la hicieron cada vez más impopular, a lo que se añadía la presencia e influencia de su favorito, Xoán Fernández de Andeiro, un exiliado hidalgo gallego premiado por Fernando I, por sus servicios en la alianza entre Inglaterra y Portugal, con honores como el condado de Ourém. Aparentemente, Fernando se mostraba incapaz de mantener un gobierno fuerte y el ambiente político interno se resentía con constantes intrigas cortesanas.

El nacimiento de su hija Beatriz, la convirtió en una baza para la paz con Castilla. El 2 de abril de 1383, en Salvaterra de Magos, se establecieron unas capitulaciones matrimoniales con el rey Juan I de Castilla. En estas capitulaciones se estipulaba que a la muerte de Fernando I sin hijos varones, la corona pasaría a Beatriz, y su marido se intitularía rey de Portugal,[2][3][4][5]​ Aunque Juan I de Castilla podía intitularse como rey de Portugal, las partes castellanas y portuguesas acordaron no mezclar los reinos de Castilla y Portugal, y por ello, Leonor, la viuda del rey Fernando, permanecería como regente y a cargo del gobierno de Portugal hasta que Beatriz tuviera un hijo que alcanzase catorce años de edad, el cual asumiría el gobierno y título de rey de Portugal, y sus padres dejarían de serlo.[6][2][7]​ Si Beatriz muriese sin hijos, la corona pasaría a otras hipotéticas hermanas menores, y en caso negativo, la corona pasaría a Juan I de Castilla, y a través de él a su hijo Enrique, desechando a los hijos de Inés de Castro.

La muerte del rey Fernando I de Portugal tuvo lugar el 22 de octubre de 1383 y Leonor, su viuda, conforme al tratado de Salvaterra de Magos y el testamento del rey difunto, se encargó la regencia y el gobierno en nombre de su hija.[6][8][9][10]​ Sin embargo, la sucesión no fue pacífica, pues Juan I de Castilla asumió el título de rey de Portugal por derecho de su esposa y emprendió una intervención militar en Portugal, a lo que se añadía una oposición a la regencia y el temor de la integración de Portugal en Castilla, pues se generó una rebelión popular que dio lugar a una guerra civil, en la que el gran maestre de la Orden de Avís y hermano bastardo de Fernando, Juan, fue aclamado como defensor del reino, y en 1385, el primer rey de la Dinastía de Avís.

Antes de contraer matrimonio, tuvo por hija natural a:[1]

De su matrimonio con Leonor Téllez de Meneses tuvo a:[1]




Escribe un comentario o lo que quieras sobre Fernando I de Portugal (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!