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Fonología del castellano



En lo que sigue diferenciaremos entre fonemas y alófonos. Un alófono es cualquier sonido segmental del habla cuya articulación implica generalmente del orden de una décima de segundo. Un alófono se caracteriza por la distribución de la energía sonora entre diferentes frecuencias. Por el contrario, un fonema no es una realidad sonora concreta sino una clase de equivalencia de sonidos de acuerdo a como se consideran en una lengua dada. Los alófonos pueden describirse en términos fonéticos, cómo se agrupan esos alófonos en clases de equivalencia dependen de la lengua dada. Así dos lenguas diferentes pueden considerar que dos alófonos realizan el mismo fonema o realizan dos fonemas diferentes.

Todas las variantes de español distinguen por lo menos cinco vocales: /i e a o u/ (en algunas variantes el número de fonemas es mayor). Cada una ocurre tanto en sílabas tónicas como átonas:[2]

El fonema /e/ puede tener alófonos [e], [] o [ɛ] según se dé en sílaba abierta o trabada, y similarmente sucede con /o/. Sin embargo, estas diferencias de apertura son fonológicas en el sureste de la península ibérica.

Las variedades vernaculares del sureste de la península ibérica (Andalucía Oriental, Murcia y algunas zonas orientales de La Mancha) tienen sistemas vocálicos con ocho o incluso diez vocales en oposición fonológica, ya que junto con las 5 usuales en español se encuentran las variantes /ɛ ɔ æ/.[3]​ (ejemplos: el timbre [timbɾe̞] / los timbres [timbɾɛ], el perro [pero̞] / los perros [perɔ], la mesa [mesɑ] / las mesas [mesæ]).

Además en el sistema vocálico general hay algunos vacíos o rarezas distribucionales. Por ejemplo, una vocal alta átona en la última sílaba de una palabra es rara;[5]​ los pocos casos existentes incluyen: su, tu, y mi; palabras de origen griego, como énfasis; las tres palabras latinas espíritu, tribu, e ímpetu; palabras afectivas como mami y papi, y la palabra taxi, forma reducida de taxímetro.

Todas las vocales tienen alófonos nasales cuando aparecen entre dos consonantes nasales o antes de consonante nasal en posición de coda.[2]

Hay catorce diptongos fonémicos. Además, en el discurso rápido, las secuencias de vocales en hiato se convierten en diptongos, a menos que sean la misma vocal, en ese caso se fusionan. E.g. poeta [ˈpo̯et̪a] y maestro [ˈma̯est̪ɾo].[2]​ Cuando /e/, /o/, y /a/ forman tales diptongos, pueden reducirse a [j], [w̝] y elisión completa, respectivamente. E.g. beatitud [bjat̪iˈt̪uð], poetisa [pw̝e̞ˈt̪isa], y ahorita [o̞ˈɾit̪a]. La frecuencia, pero no la presencia, de este fenómeno varía entre distintos dialectos; en algunos pasa raramente y en otros siempre.[6]​ Hay también triptongos como /wei/ y, en los dialectos que usan vosotros, /jai/, /jei/, y /wai/ (e.g. buey, cambiáis, cambiéis, y averiguáis).[7]

El cuadro de fonemas y alófonos consonánticos del español viene dado por:

Aunque hay tres fonemas nasales en español y dos fonemas laterales, las consonantes laterales y nasales asimilan el lugar de articulación de las consonantes que les siguen[2]​ incluso a través de límites de palabra.[14]​ Alófonos de estas asimilaciones:[15][16]

El español es un idioma con sincronización de sílaba, lo que significa que cada sílaba tiene aproximadamente la misma duración sin importar el acento.[14][17]​ El acento recae casi siempre en las tres últimas sílabas de una palabra, con raras excepciones en la cuarta sílaba empezando por el final. Las tendencias del acento son como sigue:[18]

Además de las muchas excepciones a estas tendencias, hay numerosos pares mínimos que contrastan solamente en el acento como sábana y sabana o límite, limite y limité.

El acento fonológico se puede marcar ortográficamente con un acento agudo (ácido, distinción, etc.) según las reglas obligatorias de acentuación de la ortografía española, que coinciden de forma aproximada con las excepciones a las tendencias explicadas arriba y se definen para indicar de manera inequívoca dónde recae el acento en una palabra escrita dada. Un acento agudo se puede también utilizar para distinguir homófonos (te vs ), lo que se conoce como acento diacrítico.

Los patrones del acento ortográfico son diferentes entre palabras con flexión verbal y nominal. Por ejemplo, los afijos verbales pueden llevar un acento, algo ausente en la flexión nominal.[20]​ Además, entre las secuencias de clíticos añadidas a un verbo, el clítico más de derecha puede recibir un acento secundario.[20][21]

En español el núcleo silábico siempre está formado por una vocal o un diptongo, el ataque silábico antes de la vocal puede llegar a ser complejo (/f/ u oclusiva + líquida) o estar formado por una única consonante. En palabras nativas, la coda en interior de palabra puede estar formada por cualquier consonante, e incluso ser compleja (/r/ o nasal + /s/) pero a final de palabra solo puede ser una consonante alveolar /d, r, l, n, s/. También puede aparecer la combinación /k/ + /s/ en coda (incluso como última sílaba) cuando aparece el grafema <x>: asfixia, sílex. La estructura silábica viene dada por tanto por:[22]

Donde:

Algunos ejemplos de sílabas son los siguientes:

Donde se ha introducido la notación, D para indicar explícitamente los diptongos.

Los diversos sonidos y alófonos del español pueden ser agrupados como realizaciones de un conjunto finito de fonemas. No todas las variantes de español poseen el mismo número de fonemas. A continuación se presenta un análisis de rasgos de los fonemas presentes en todas las variedades.

Un análisis de los fonemas del español moderno lleva a que el inventario mínimo de 17 fonemas consonánticos, presentes en todos los dialectos del español, son analizables con un mínimo de 10 rasgos fonéticos binarios (las variedades de España que incluyen /θ/ necesitarían 11 rasgos). Los rasgos fonéticos necesarios serían:

Aunque normalmente con el fin de hacer más natural la descripción se usan algunos más, incluyendo algunas descripciones articulatorias más explícitas:

La tabla de consonantes en términos de estos rasgos viene dada por:

Notas:

En cuanto a las vocales la mayoría de variedades posee 5 vocales /a̠/, /e̞/ o /ɛ̝/, /o̞/ u /ɔ̝/, /i/ y /u/. Aunque algunas variedades, como las de sureste de la península ibérica, poseen además vocales abiertas fonológicamente distintivas lo cual requiere la utilización de otros símbolos y signos adicionales del AFI. Todas las vocales del español tienen un alófono nasal. Las vocales i y u tienen dos alófonos cuando aparecen en diptongos, respectivamente: [j] e [i̯], [w] y [u̯].

El texto de muestra es una adaptación de la fábula de Esopo "Boréas y Helios", también conocida bajo el título de "El Viento del Norte y el Sol". Es leído por un hombre del norte de México nacido a finales de la década de 1980. Las transcripciones fueron hechas basadas en la pronunciación del español mexicano. Debido a ello, no están presentes los fonemas /θ/ y /ʎ/, siendo reemplazados por /s/ y /ʝ/, respectivamente.

El Viento del Norte y el Sol discutían por saber quién era el más fuerte de los dos. Mientras discutían, se acercó un viajero cubierto en un cálido abrigo. Entonces decirieron que el más fuerte sería quien lograse despojar al viajero de su abrigo. El Viento del Norte empezó, soplando tan fuerte como podía, pero entre más fuerte soplaba, el viajero más se arropaba. Entonces, el Viento desistió. Se llegó el turno del Sol, quien comenzó a brillar con fuerza. Esto hizo que el viajero sintiera calor y por ello se quitó su abrigo. Entonces el Viento del Norte tuvo que reconocer que el Sol era el más fuerte de los dos.

/el biénto del nóɾte i el sól diskutían poɾ sabéɾ kién éɾa el más fuéɾte de los dós ‖ mientɾas diskutían se aseɾkó un biaxéɾo kubiéɾto en un kálido abɾíɡo | entónses desidiéɾon ke el más fuéɾte seɾía kien loɡɾáse despoxáɾ al biaxéɾo de su abɾíɡo ‖ el biénto del nóɾte empesó soplándo tan fuéɾte komo podía | peɾo entɾe más fuérte soplába el biaxéɾo más se aropába | entónses el biénto desistió | se ʝeɡó el túɾno del sól kien komensó a bɾiʝár kon fuéɾsa | ésto íso ke el biaxéɾo sintiéɾa kalóɾ i poɾ éʝo se kitó su abɾíɡo ‖ entónses el biénto del nóɾte túbo ke rekonoséɾ ke el sól éɾa el más fuéɾte de los dós/

[el ˈβjento ðel ˈnorte j‿el ˈsol diskuˈtiam por saˈβer ˈkjen eɾa‿e̯l ˈmas ˈfwerte ðe loz ˈðos ‖ ˈmjentɾaz ðiskuˈti.an ˌse̯‿aserˈko‿u̯m bjaˈxeɾo kuˈβjerto̯‿en uŋ ˈkaliðo̯‿aˈβɾiɣo | enˈtonsez ðesiˈðjeɾoŋ k‿el ˈmas ˈfwerte seˈɾi.a kjen loˈɣɾase ðespoˈxaɾ al βjaˈxeɾo ðe swaˈβɾiɣo ‖ el ˈβjento ðel ˌnort‿empeˈso soˈplando taɱ ˈfwerte ˌkomo poˈði.a | ˈpeɾo̯‿entɾe ˈmas ˈfwerte soˈplaβa el βjaˈxeɾo ˈmas ˌse̯‿aroˈpaβa | enˈtonses el ˈβjento ðesisˈtjo | se ʝeˈɣo̯‿el ˈturno ðel sol ˌkjeŋ komẽnˈso̯‿a βɾiˈʝar koɱ ˈfwersa | ˈesto‿i̯so k‿el βjaxeɾo sinˈtjeɾa kaˈloɾ i poɾ eʝo se kiˈto swaˈβɾiɣo ‖ enˈtonses el ˈβjento ðel ˈnorte ˈtuβo ke rekonoˈser ˌke el ˈsol ˈeɾa‿e̯l ˈmas ˈfwerte ðe loz ˈðos]

El sistema de consonantes del castellano ha sufrido muchos cambios desde el siglo XVI, cambios que lo han diferenciado marcadamente de otras lenguas romances como el portugués, catalán o el ladino.

Más recientemente, tanto en partes de España como en América, se dio la fusión entre consonantes palatales laterales y no laterales ([ʎ] y la [j] del español antiguo). Esta fusión lleva el nombre de yeísmo tomando su nombre de la letra y.



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