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Fragata Clase Álvaro de Bazán



¿Dónde nació Fragata Clase Álvaro de Bazán?

Fragata Clase Álvaro de Bazán nació en Ciudad Real.


La clase Álvaro de Bazán, también conocida como F-100, es una clase de fragatas antiaéreas de manufactura española utilizadas actualmente por la Armada Española. Reciben el nombre de clase Álvaro de Bazán en recuerdo del almirante Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real).[3][4][5]

Han sido desarrolladas y fabricadas en los astilleros Navantia (Ferrol) y están dotadas con el avanzado sistema de combate Aegis, de origen estadounidense, que cuenta con un radar AN/SPY-1D capaz de detectar movimientos de aeronaves en un radio de aproximadamente 500 km y destruir aeronaves a un radio de 170 km con sus misiles SM2.[6]​ Actualmente, existen cinco fragatas F-100 en servicio, además de tres unidades contratadas por Australia (Clase Hobart), a construir en el país austral. Sobre la base de este modelo se desarrolló asimismo una versión reducida, de la que se han vendido cinco unidades a Noruega (fabricadas en España), la Clase Fridtjof Nansen (F-310). Los costes han sido de 430 millones[1]​ (F-101 a F-104) a 822,99[2]​ millones de (F-105). La clase F-100 sirvió también como base para vender a Australia sus 3 fragatas de la clase Hobart. La marina estadounidense, la empresa Lockheed Martin y varias industrias electrónicas militares españolas han colaborado en la construcción de estas fragatas, proporcionando tecnología y supervisión.

En 2006 se comenzó a construir la F-105 Cristóbal Colón, que entró en servicio en 2012. La Armada Española esperaba la aprobación de la F-106 (Juan de Austria), buque que hubiera cerrado la serie, sin embargo el contexto de la crisis de 2007 dejó la serie en las 5 mencionadas, iniciándose una nueva serie en el futuro.[7][8][9][10][11]​ Sin embargo, durante su debate de investidura, el presidente del gobierno Mariano Rajoy, anunció que se haría un esfuerzo en relación a una sexta fragata de esta clase para la Armada,[12]​ aunque, finalmente, el 8 de junio de 2012, el jefe de estado mayor de la defensa, el almirante Fernando García Sánchez, anunció que la F-105, cerraría la serie.[13]

Varios países buscaban contar con una fragata moderna, por ello se creó el programa multinacional NFR-90, que pretendía equipar con un modelo único y común de buque a varios países de la OTAN durante la Guerra Fría. El programa acabó fracasando porque cada país quería unas especificaciones y unos requisitos distintos. Del malogrado programa NFR-90 nacieron la clase Álvaro de Bazán española y la Arleigh Burke estadounidense. Esta última fue equipada con el sistema de combate AEGIS, y sirvió de inspiración para las F-100.

El programa que supuso el desarrollo de las fragatas F-100 nació a principios de los años 1990 tras la cancelación del programa NFR 90, debido a la necesidad de la Armada Española de contar con escoltas oceánicos de última generación, optimizados para actuar como buques de mando en escenarios de conflicto, capacitados para proporcionar cobertura total a fuerzas expedicionarias, elevada capacidad antiaérea y aptos para la integración de sistemas de armas de fabricación española, así como la total integración con las unidades más avanzadas de los países aliados, con el objetivo de proporcionar un poder naval a la flota de máximo nivel.

En junio de 1995, la Armada Española decidió integrar el sistema AEGIS para el desarrollo del segmento antiaéreo del sistema de combate. Este sistema de combate está considerado como el más avanzado del mundo, y actualmente tan sólo disponen de unidades AEGIS las marinas estadounidense, coreana, japonesa, española y noruega, esta última con buques construidos en España. El núcleo del sistema AEGIS está compuesto por un radar de antenas en fase tridimensional SPY-1D capaz de efectuar simultáneamente funciones de búsqueda, seguimiento y guiado de misiles enemigos, a más de un radio de 500 km y de seguir simultáneamente más de 90 blancos, así como de controlar con gran precisión las trayectorias de los misiles antiaéreos y antibuque hasta sus objetivos.

El 31 de enero de 1997 se firmó la orden de ejecución para la construcción en los astilleros Izar-Ferrol de las cuatro primeras fragatas de la clase F-100, que llevarían los nombres de Álvaro de Bazán, Almirante Juan de Borbón, Blas de Lezo y Méndez Núñez. Estos cuatro barcos han entrado ya en servicio (ver tabla). Dados los excelentes resultados que han mostrado durante las maniobras militares en las que han participado, la Armada Española decidió encargar la construcción de una unidad más y ha indicado al gobierno la necesidad de una sexta, que está pendiente de aprobación presupuestaria. El 29 de febrero de 2000, la armada de Noruega, encargó a Izar 5 fragatas de la clase Fridtjof Nansen, basadas en las F-100.

La primera fragata de la serie F-100, la F-101 Álvaro de Bazán, que entró en servicio el 19 de septiembre de 2002, ha sido el primer buque español que ha colaborado junto a la marina estadounidense como parte de un grupo de combate naval, escoltando al portaaviones USS Theodore Roosevelt entre septiembre de 2005 y marzo de 2006,[14]​ para lo que tuvo que realizar una fase de adiestramiento en la costa Este de los Estados Unidos entre mayo y julio de 2005.[14]​ Esta decisión generó bastante polémica debido a que fue empleada durante la invasión de Iraq, pese a la postura oficial del gobierno español respecto a dicha guerra.

La Álvaro de Bazán estuvo en Australia en marzo de 2007 como parte de su viaje de circunnavegación,[15]​ hecho que se estima como fundamental para la consecución del contrato de tres unidades F100 para Australia como parte del programa de destructor de defensa aérea. Estas tres unidades reciben la designación de Clase Hobart.

La F-103 Blas de Lezo se integró durante dos meses en el grupo de combate del portaaviones nuclear francés Charles de Gaulle.[16]​ Posteriormente, encalló el 25 de septiembre de 2007 durante unos ejercicios de la OTAN en Escocia. En el choque no se produjeron daños personales aunque sí materiales, ya que una de las hélices sufrió graves desperfectos. Se llevó a cabo una reparación de emergencia en las instalaciones de Navantia-Ferrol, que se completó después en el astillero de la misma empresa en Fene.[17]​ A su regreso al servicio asumió en Dinamarca el mando de una flota de la OTAN,[18]​ puesto en el que relevó a la F-101.

A finales de 2006 el Pentágono autorizó la venta a la Armada de un pedido inicial de 24 misiles de crucero Tomahawk destinados a las F100 y a los submarinos de clase S-80.[19]​ Durante los primeros años España no tendrá capacidad real de uso de los mismos, debido a que el misil vuela hasta su objetivo a baja cota, por lo que necesita una red de satélites de comunicaciones y observación que en la actualidad no está disponible en España.[20]​ En octubre de 2009 la ministra de defensa Carme Chacón comunicó al Pentágono que España renunciaba a la compra de los misiles Tomahawk, aunque se reservaba la capacidad de adquirir los tubos que pudiesen utilizar los citados misiles[21]

El Gobierno de Mariano Rajoy quiso encargar una sexta fragata F-100 pero la propia Armada Española lo rechazó, argumentando que era preferible invertir en la nueva fragata F-110 de siguiente generación lo más pronto posible, con la idea de que la Flota y la industria naval estuvieran al día y fueran competitivas.

Al igual que los destructores clase Arleigh Burke de la Armada de los Estados Unidos, la clase Álvaro de Bazán dispone de capacidad de detección para la defensa contra misiles balísticos (BMD), pero a diferencia de estos, las fragatas F-100 no tienen capacidad de interceptación, por lo que deben transferir los datos de seguimiento del blanco balístico a otros buques. No portan sistemas de armamento de proximidad CIWS, (aunque se cree que esta carencia se ve compensada por el ESSM), carecen de un sistema integrado de guerra antisubmarina y no están dotadas con el misil Tomahawk de origen estadounidense, pese a que el Pentágono autorizó la venta a España de estos misiles de crucero, reduciéndose así sus capacidades de ataque a blancos terrestres. [29][30]

Las fragatas F-100 clase «Álvaro de Bazán» son los primeros buques de guerra europeos con el sistema Aegis. Tienen capacidad para detectar y seguir más de 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.

Son los primeros buques españoles con el nuevo casco de protección balística de acero de alta resistencia. Completa su protección con motores montados sobre piezas elásticas, que no transmiten ruido al casco, por lo que son más difícilmente detectables por submarinos. Durante la fase de desarrollo, se puso especial énfasis en el diseño de las formas del buque con el objetivo de minimizar su "eco" de radar. Las F-100 están equipadas también con sistemas de contramedidas y guerra electrónica Indra Aldebaran, de diseño y fabricación española, y un sistema acústico antitorpedos AN/SLQ-25A Nixie.

Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibuque RGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de cinco pulgadas con capacidad de disparo de 20 proyectiles por minuto y 23 km de alcance; y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas; cuatro lanzachaff que emiten señuelos para confundir a los misiles enemigos y un helicóptero SH-60B Seahawk preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie.

La F-105 cierra en principio la clase Álvaro de Bazán, estimándose que ante una nueva adquisición de buques se iniciaría la serie con la F-110.[38]

Clase JúpiterClase EoloClase PizarroClase DescubiertaClase BalearesClase Santa MaríaClase Álvaro de BazánClase F-110 (prevista)

Fragatas con motor de la Armada Española



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