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Fuerzas Armadas argentinas



¿Dónde nació Fuerzas Armadas argentinas?

Fuerzas Armadas argentinas nació en EA.


Fuerzas Armadas argentinas es un término que representa en forma colectiva al Ejército Argentino (EA), la Armada de la República Argentina (ARA) y la Fuerza Aérea Argentina (FAA),[a]​ además del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCFFAA). Todas estas instituciones forman parte del Sistema de Defensa Nacional y su misión principal es contribuir a la defensa nacional para proteger los intereses vitales de la Nación.

El presidente de la Nación Argentina es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, que atiende sus cuestiones a través del Ministerio de Defensa.[10]

Las fuerzas más antiguas son el Ejército y la Armada, nacidas en 1810, mientras que la Fuerza Aérea se creó en 1945. En conjunto, formaron uno de los mayores poderíos en toda América Latina debido a los conflictos bélicos que tuvo Argentina, pero este poder se redujo considerablemente a partir de 1983. La última dictadura destinó para gastos de defensa un promedio del 3,64% del PBI.[11]​ Los gobiernos democráticos que siguieron a la dictadura, redujeron las partidas correspondientes a las Fuerzas Armadas, a un promedio de 1,22% del PBI para el período 1984-2019.[11]​ El ministro de Defensa Oscar Aguad, durante la gestión de Mauricio Macri, consideró durante su gestión que las Fuerzas Armadas argentinas tenían «muy pobre equipamiento y muy bajos salarios».[12][13]​ La administración Macri destinó a las Fuerzas Armadas, un promedio anual del 0,78% del PBI, mientras que Cristina Fernández de Kirchner destinó un 0,80% en su primer mandato y un 0,83% en el segundo.[11]

En tiempos de paz, las fuerzas desarrollan actividades de adiestramiento, investigaciones aplicadas, desarrollo de sus propios equipos y realizan misiones de paz en todo el planeta. La edad mínima para ingresar es de 18 años, sin que exista un servicio militar obligatorio.

Desde 2016 se encuentran meramente autorizadas para derribar aviones hostiles que ingresen al espacio vital aéreo argentino sin permiso previo, siguiendo una serie de pasos protocolares como alertar a todas las fuerzas nacionales y al presidente, proceder a identificar la aeronave, advertirle, intimidarla y en caso de no ceder, tomar la medida de fuerza extrema. Estas medidas drásticas son con el fin de combatir el delito complejo, el crimen organizado y el narcotráfico que inquieta cada vez más al país.[14]

Desde 1980 se autorizó progresivamente la incorporación de mujeres a las Fuerzas Armadas y desde 2005 se implementó una política de género. El porcentaje de mujeres en las fuerzas armadas pasó del 7,6 %, en 2006, al 16,8 % en 2017.[15][16]​ En 2015 las tres fuerzas sumaban 77 000 efectivos aproximadamente.[17]​ En 2018, el número de efectivos informados alcanzó a algo más de 83 000.[18]

La Guerra de las Malvinas fue un conflicto militar librado entre Argentina y el Reino Unido entre abril y junio de 1982 por la posesión de las islas Malvinas. Malvinas fue la mayor guerra de las Fuerzas Armadas Argentinas en todo el siglo XX. Se desarrolló entre el 2 de abril —día del desembarco argentino— y el 14 de junio —día de la rendición argentina—. La derrota militar causó la caída del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri y del Proceso de Reorganización Nacional.

El gobierno de Raúl Alfonsín recibió a las Fuerzas Armadas virtualmente desarmadas por la guerra de las Malvinas. Las filas militares se encontraban derrotadas moralmente. Así fue que se manifestó la necesidad de reconvertir al instrumento militar.[19]

La subordinación de las Fuerzas Armadas al poder civil se logró tras la represión del último alzamiento carapintada de 1990.[19]

En el año 1988 el gobierno argentino sancionó y promulgó la Ley N.º 23 554 de Defensa Nacional. La nueva ley derogó a la Ley N.º 16 970 de 1966, eliminando la concepción de defensa de la doctrina de la seguridad nacional. Esta preveía para las FF. AA. un enemigo ideológico interno. La nueva ley, en cambio, define como defensa a la respuesta a los ataques militares externos.[20]​ La nueva política se aplicó sucesivamente. Se crearon la Ley N.º 24 059 de Seguridad Interior en 1992 y la Ley N.º 25 520 de Inteligencia Nacional en 2001. Estas delimitaron la competencia de las FF. AA. en los asuntos internos.[21]​ En 1998 se sancionó y promulgó la Ley N.º 24 948, que establece las bases políticas, orgánicas y funcionales fundamentales para la reestructuración de las fuerzas armadas, además de sus principios fundamentales, disposiciones generales para la reestructuración, disposiciones relativas al personal, al equipamiento para la defensa nacional, al financiamiento y finalmente contiene disposiciones transitorias.

Desde 1983 hasta 2003, las FF. AA. adaptaron su estructura y despliegue de acuerdo a limitaciones presupuestarias y decisiones autónomas sin una orientación estratégica. Las estructuras operativas se disminuyeron y las estructuras de conducción superior de expandieron. Así pues, las fuerzas quedaron con una estructura deficiente.[22]

En cuanto al despliegue, las FF.AA. sólo modificaron su despliegue debido a reducciones de presupuesto. Conservaron un despliegue anacrónico, propio de la Guerra Fría y caracterizado por su propósito de controlar el país. Esto es, una directiva de la doctrina de la seguridad nacional, que preveía al enemigo dentro del propio país.[23]​ Sin embargo, esto es falso pues debido al enorme territorio argentino y su escasa población el despliegue en todo el terrritorio nacional es fundamental.

Desde los años 1970 las Fuerzas Armadas y los militares argentinos perdieron su prestigio por situaciones diversas de las cuales son responsables, a saber: los golpes de Estado en Argentina, errores muy graves en la guerra de las Malvinas y principalmente la violación de los derechos humanos por el terrorismo de Estado en Argentina en las décadas de 1970 y 1980, impulsado por el Proceso de Reorganización Nacional.[24]​ En consecuencia, los gobiernos constitucionales desde 1983 aplicaron políticas injerentes y de control estricto de las FF. AA.[24]​.

Las Fuerzas Armadas se han reducido en número y también se ha reducido su presupuesto, resultando una gran pérdida de capacidad militar. Pese a esto dio mayor profesionalización, acentuándose cuando se eliminó el servicio militar obligatorio en Argentina en el año 1995 por el presidente Carlos Menem. El embargo del gobierno británico se ha suprimido oficialmente en 1990. Se le dio la designación de Aliado importante extra-OTAN por el presidente estadounidense Bill Clinton. Las Fuerzas Armadas comenzaron una política de cooperación y de amistad con las fuerzas armadas del Brasil y Chile.[25]

Por decretos del presidente Néstor Kirchner, se le ha otorgado al personal civil de las Fuerzas Armadas, la calidad y derechos de los empleados de la Administración Pública Nacional bajo un Convenio Colectivo de Trabajo (Decreto 214/06). A través del mismo, se reglamenta el paso del personal civil al ámbito de la administración pública: por ejemplo, se le otorga el mismo Régimen de Licencias, Justificaciones y Franquicias (Decreto 3413/79), así como también se preveía la reestructuración en el plan de carrera, aprobada recién en el año 2015 pero sin ser puesta en función todavía, por lo que continúa en vigencia el RLA 11 (Estatuto para el Personal Civil de la Fuerza Aérea Argentina - Ley 20239). El Personal Militar cuenta con mando sobre los civiles en cuestiones netamente del servicio en el que se hallen destinado y en las funciones inherentes a la tarea que desarrollan.[26]

Las FF. AA. también tienen misiones secundarias, cuales son las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU, el desarrollo de actividades de cooperación regional e internacional cuyo fin son prevenir la guerra, y las misiones de seguridad interior del país en los términos prescriptos por la Ley de Seguridad Interior.[27]

Una de las actividades más importantes vinculadas con este tema son las campañas antárticas.[28]​ El Comando Conjunto Antártico asegura la logística y el funcionamiento de las bases antárticas en apoyo a la comunidad científica nacional e internacional y la prestación de los servicios y compromisos asumidos por el Estado argentino.[28]

La República Argentina participa en operaciones de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1958. Argentina colaboró en más de dos tercios del total de las operaciones de paz de la ONU desde sus inicios y dispuso más de 40 000 militares argentinos en todo el mundo.[29]

En 1995 se creó el Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (CAECOPAZ) con el fin de capacitar de militares y civiles para desempeñar cargos en operaciones de paz.[29]​ Las misiones de paz de la ONU en las que colaboraron las fuerzas armadas fueron en Chipre, Yugoslavia, Kuwait, Bosnia, Libia y Haití. Desde 1999 hasta 2006, la Argentina mantuvo sus tropas en Kosovo[30]​ en la operaciones de la KFOR, donde las fuerzas militares argentinas estaban adscriptas a una brigada italiana.

En 2016 el presidente Mauricio Macri, mediante el decreto 721/2016, transfirió a las Fuerzas Armadas la facultad del Ministerio de Defensa de determinar ascensos, traslados, designaciones y premios.[34]

La formación de los oficiales del Ejército, Armada y Fuerza Aérea es función del Colegio Militar de la Nación, de la Escuela Naval Militar y de la Escuela de Aviación Militar, respectivamente.[35]

La tasa de formación de oficiales del Ejército en el período comprendido entre los años 2003 y 2013.[36]

La tasa de formación de oficiales de la Armada en el período comprendido entre los años 2003 y 2013.[37]

La tasa de formación de oficiales de la Fuerza Aérea en el período comprendido entre los años 2003 y 2013.[38]

El gasto público en Defensa por parte del Estado argentino en el año 2021 representó el 1,2 % del producto interno bruto.[39]

La Ley 24 429 de Servicio Militar Voluntario del año 1995 estableció el reclutamiento por medio de la presentación voluntaria de hombres y mujeres, suplantando al servicio militar obligatorio. Aunque esta última quedó subsistente en caso de que los soldados voluntarios incorporados resultaren insuficientes para cubrir las necesidad de la defensa. En este caso se requeriría la sanción de una ley del Congreso de la Nación Argentina que imponga la incorporación durante el período máximo de un año de ciudadanos que en el año de prestación cumpliesen dieciocho años de edad.[40][41][42]

El servicio militar obligatorio en Argentina entró en vigor en el año 1901 por iniciativa del ministro de Guerra Pablo Riccheri en el marco una modernización del Ejército Argentino. Al margen de las necesidades estrictamente militares, tenía el objetivo de cohesionar geográficamente e integrar social y culturalmente a la sociedad argentina a inicios del siglo XX. A finales de este, las exigencias de entrenamiento derivadas del desarrollo de la tecnología militar, sumado a circunstancias sociopolíticas de Argentina, definieron el reemplazo del servicio militar obligatorio por el servicio militar voluntario, profesionalizando a las tropas.[41][42][43]

Las Fuerzas Armadas poseen un sistema de reservas. Civiles realizan un entrenamiento adoptando una capacidad militar mínima para desenvolverse dentro de su área específica dentro de la fuerza.[44]

El Ejército Argentino asigna a sus reservas la misión de completar las organizaciones existentes y, eventualmente, constituir otras nuevas. Estas unidades se componen por militares del cuadro permanente que solicitan la baja o se retiran, los egresados de los liceos militares, y los ciudadanos que realizan el Curso de Formación de Oficiales de Reserva.[45]

Pese a que el Ejército Argentino contó en su historia con la presencia de mujeres en sus filas, que incluso resultaron combatientes heroicas, como la general —post mortemJuana Azurduy, la organización del país adoptó una estructura patriarcal que marginó a las mujeres de gran parte de las actividades de la vida pública, incluyendo la prohibición de votar y ser votadas —derogada en 1947— y la incapacidad civil —derogada en 1968—. Las Fuerzas Armadas fueron un caso extremo de organización patriarcal, excluyendo por completo a las mujeres hasta la penúltima década del siglo XX.[47]

El ingreso de mujeres a las Fuerzas Armadas Argentinas se inició en 1980, en la Armada y la Fuerza Aérea, y en 1981, en el Ejército, pero recién a partir de 1996 se permitió su ingreso a los Cuerpos Comando, es decir de las unidades de combate.[47]

En 2010 el Ejército ya registraba un total de 4974 mujeres, equivalentes al 11,15 % del total, contando los institutos de formación, pero ese porcentaje se reducía a un 2 % de los oficiales y suboficiales del Cuerpo Comando, debido a la prohibición existente en ese momento de que las mujeres ingresaran a las armas de Infantería y Caballería. Ese año la Armada registraba un total de 1799 mujeres, equivalentes al 8,5 % del total, contando los institutos de formación, pero ese porcentaje se reducía a un 2 % de los oficiales del Cuerpo Comando. La Fuerza Aérea por su parte, registraba un total de 2562 mujeres, equivalentes al 17 % del total, contando los institutos de formación, resultando un porcentaje considerablemente más alto que las otras dos fuerzas, aunque ese porcentaje se reducía al 0,76 % de los oficiales del Cuerpo Comando, el más bajo de las tres fuerzas.[47]

Hacia ese año las mujeres no participaban en las juntas de clasificación del Ejército, ni de la Fuerza Aérea. En la Armada, las mujeres participaban en las juntas de calificación para suboficiales, pero no participaban en las juntas para oficiales.[48]

Con respecto a las funciones asignadas a las mujeres, una gran parte estaban influenciadas por estereotipos de género, siendo el área Enfermería el que tenía mayor presencia femenina en 2017, con porcentajes que variaban de un 56 % a un 92 %, según la fuerza.[49][48]

En 2006 la ministra de Defensa Nilda Garré creó el Observatorio sobre la Integración de la Mujer en las Fuerzas Armadas y en 2007 creó el Consejo de Políticas de Género, institución única en el mundo debido al hecho de la incorporación al mismo de las mujeres militares.[48][50]​ También se crearon Oficinas de Género en las unidades militares, se derogaron las normas que prohibían el ingreso y permanencia en el Colegio Militar de las alumnas que quedaran embarazadas, así como militares varones que reconocieran su paternidad y la obligación de solicitar autorización al superior para casarse.[51]

En 2011 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se quejó públicamente por el hecho de que el Ejército no permitiera el ingreso de mujeres a las armas de Infantería y Caballería, orientadas al combate cercano.[52]​ Finalmente dos años después, el Ejército eliminó por la Resolución N.º 1143/2013 la prohibición de que las mujeres ingresaran a las armas de Infantería y Caballería, razón por la cual seis mujeres ingresaron al arma de Caballería y cinco al arma de Infantería.[52]​ En 2016 cuatro mujeres se constituyeron en las primeras en egresar del Colegio Militar como oficiales de dichas armas.[53]

En 2009 la fallecida militar y heroína de la lucha por la Independencia Juana Azurduy fue ascendida post mortem a general, convirtiéndose así en la primera mujer en alcanzar ese grado en el Ejército Argentino.[54][55]​ En 2015 la coronel María Isabel Pansa fue ascendida a general de brigada, convirtiéndose en la primera mujer en alcanzar ese grado en vida.[54]​ También en 2015 María Inés Uriarte fue ascendida a contraalmirante, convirtiéndose en la primera mujer en alcanzar ese grado. A diferencia de las otras dos armas, hasta 2017 ninguna mujer había ascendido en la Fuerza Aérea al grado de brigadier, equivalente a los de contralmirante y general de brigada.

En 2017 el Ejército tenía 3352 mujeres, sin contar los institutos de formación, equivalentes al 11,8 % del personal total, un porcentaje considerablemente menor al de las fuerzas armadas en conjunto, que para ese año fue del 16,8 %. Ese año la Fuerza Aérea tenía 3482 mujeres, sin contar los institutos de formación, equivalente a un 25 % del total de la fuerza.[56]​ La Armada por su parte tenía 3440 mujeres, de las cuales 3161 era suboficiales (19,05 %), 279 eran oficiales del Cuerpo Profesional (24,03 %) y 100 eran oficiales del Cuerpo Comando (6,95 %).[49]

El Obispado Castrense de Argentina asiste espiritualmente a los militares de las Fuerzas Armadas Argentinas.[57]

La patrona del Ejército Argentino es la Virgen de la Merced.[58]​ Cada 29 de mayo se celebra el Día del Ejército conmemorando la orden de la Primera Junta de crear una fuerza militar permanente.[59]

Efemérides del Ejército:

La patrona de la Armada de la República Argentina es Stella Maris.[63]​ Cada 17 de mayo se celebra el Día de la Armada recordando la victoria en el combate naval del Buceo.[64]

Efemérides de la fuerza naval:

La patrona de la Fuerza Aérea Argentina es la Virgen de Loreto.[68]​ Cada 10 de agosto se celebra el Día de la Fuerza Aérea Argentina conmemorando la creación de la Escuela de Aviación Militar en el año 1912.[69]

Del mismo modo, cada 1 de mayo se recuerda el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina en la guerra de las Malvinas.[70]



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