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Fuerza Aérea Argentina



La Fuerza Aérea Argentina (FAA) es la rama aérea de las Fuerzas Armadas argentinas, siendo uno de los brazos ejecutores del Sistema de Defensa Nacional —junto al Ejército y la Armada— cuya misión principal es rechazar agresiones militares externas. Está subordinado al presidente de la Nación Argentina, el cual es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.[5][6]

Su consolidación como arma independiente del Ejército Argentino data del 4 de enero de 1945, cuando se creó la Secretaría de Aeronáutica por medio de un decreto presidencial; por ello, es la más joven de las fuerzas militares.[1]

A lo largo de su historia, apoyó golpes de Estado (1955, 1962, 1966 y 1976) participando también de acciones armadas intestinas como el Bombardeo de la Plaza de Mayo y el terrorismo de Estado en las décadas de 1970 y 1980. Su primer conflicto internacional fue la Guerra de las Malvinas.

La Fuerza Aérea, mientras desarrolla operaciones aéreas independientes, brinda apoyo aéreo a las fuerzas terrestres y navales.

La historia de la Fuerza Aérea Argentina comenzó con la creación de la Escuela de Aviación Militar el 10 de agosto de 1912, por medio de un decreto del presidente de la Nación Roque Sáenz Peña, estableciéndose en los terrenos de El Palomar, pero siendo parte integrante del Ejército Argentino.

Entre los pioneros de la aviación argentina estuvieron Aarón de Anchorena y Jorge Newbery, quien el 25 de diciembre de 1907 cruzó el Río de la Plata en el globo aerostático «Pampero», que había sido traído de Francia por Aarón de Anchorena. Esto produjo entusiasmo y llevó a la creación del Aero Club Argentino en 1913, primera entidad aérea del país. Otro precursor de la Fuerza Aérea Argentina fue el soldado conscripto Pablo Teodoro Fels, quien a bordo de su monoplano Blériot XI (idéntico al de Jorge Newbery) cruzó el Río de la Plata en la madrugada del 1 de diciembre de 1912 con rumbo a la ciudad de Montevideo, donde llegó dos horas después, batiendo el récord mundial en vuelo sobre agua. Por esta hazaña, Pablo Teodoro Fels fue felicitado y homenajeado por el Ejército Argentino; pero también fue sancionado por haber contravenido las reglamentaciones militares. Tras cumplir su arresto, fue ascendido a Cabo.[7]

En 1927 se creó la Dirección General de Aeronáutica, para coordinar la aviación militar del país, y en el mismo año se fundó en la Ciudad de Córdoba la Fábrica Militar de Aviones, que se convertiría en el corazón de la industria aeronáutica argentina.[7]

El 11 de febrero de 1944, se creó el Comando en Jefe de Aeronáutica, el cual dependía directamente del Ministerio de Guerra y tenía como finalidad dirigir los asuntos aeronáuticos del país, con excepción de la Armada, y el fomento de la actividad aérea civil.[8]​ El paso siguiente fue la creación de la Secretaría de Aeronáutica el 4 de enero de 1945, siendo este día en el cual la Aeronáutica Argentina se constituyó como tal.[9]​. Su nombre oficial fue cambiado en la década del 60 por el de "Fuerza Aérea Argentina", que conserva hasta hoy. Tradujeron del inglés "Air Force". Ni Italia (Aeronautica Militare), ni Francia (Armée de l'Air) ni España (Ejército del Aire) ni Alemania (Luftwaffe) traducen del inglés.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, la Aeronáutica Argentina inició un proceso de modernización, por lo cual incorporó aviones de guerra como el Gloster Meteor, siendo la primera fuerza aérea de América Latina equipada con aeronaves de propulsión a reacción. También se adquirieron algunos aviones bombarderos Avro Lincoln y Avro Lancaster, creando así una fuerza poderosa dentro de la región.

En 1947 se adquirieron 100 aviones de caza Gloster Meteor MK.IV, de origen británico. El Reino Unido pagó de esta manera una parte de su deuda con la Argentina por la provisión de materias primas durante la Segunda Guerra Mundial. De este modo, la Aeronáutica Argentina se convirtió en la primera fuerza aérea en América Latina en tener aviones de combate con motores de reacción.[10]​ También, el Gobierno Nacional fomentó la industria aeronáutica, mediante lo cual se inició el desarrollo de un propio avión de combate, con la colaboración de técnicos alemanes y obteniendo como resultados el I.Ae. 27 Pulqui I y el I.Ae. 33 Pulqui II. Esto hizo que la Argentina sea el primer país latinoamericano y el quinto país en el mundo en desarrollar tecnología propia de aviones de caza a reacción.

Durante el primer mandato de Juan D. Perón se trazó el plan para motorizar nuevamente la industria aeronáutica y ponerla al tanto de los distintos avances técnicos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que se trajeron de Europa a 750 obreros y especialistas, dos equipos de diseñadores alemanes (liderados por Kurt Tank y Reimar Horten, respectivamente), un equipo italiano (a cargo de Pallavecino) y al ingeniero francés Emile Dewoitine. Estos equipos, junto con ingenieros y técnicos argentinos, serían los encargados de proyectar los aviones de combate (propulsión a reacción) Pulqui I y Pulqui II, el avión bimotor I.Ae. 35 Huanquero, alas volantes Horten, etc. Asimismo se gestionó el ingreso al país de un importante grupo de profesores del Politécnico de Turín, con los cuales se creó la Escuela de Ingeniería de la Fuerza Aérea Argentina. Este personal académico también formó parte del claustro de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Córdoba.

También se fabricaron los aviones I.Ae. 22 DL (entrenamiento avanzado), el I.Ae. 24 Calquín (bombardeo y ataque), el I.Ae. 23 (entrenamiento primario), el avión bimotor de caza I.Ae. 30 Ñancú, el planeador de asalto I.Ae. 25 Mañque, el motor de aviación «El Gaucho», el cohete teledirigido AM-1 Tábano 5​ y aeronaves de instrucción elemental y de uso civil: el Colibrí, el Chingolo, y el F.M.A. 20 Boyero. La concreción de estos proyectos aeronáuticos motivó la formación de una importante red de proveedores de partes de alta calidad, y como consecuencia, la creación del parque industrial que fue la base del posterior desarrollo y despegue industrial de la ciudad de Córdoba. ​La industria aeronáutica argentina tuvo su máximo esplendor en el transcurso de las décadas de 1940 y de 1950, cuando bajo la orientación y el apoyo del Estado Nacional, el Instituto Aerotécnico y la Fábrica Militar de Aviones (FMA) alcanzaron plena actividad.

El fin de la Segunda Guerra Mundial abrió las puertas a una «edad de oro» (1945-1955) en la que la disponibilidad de divisas en arcas gubernamentales, la abundancia de ingenieros aeronáuticos alemanes, italianos y franceses desempleados, y la disposición británica a proveer motores y accesorios aeronáuticos de última generación, permitieron que la Argentina se embarcara en el sueño de alcanzar la autonomía en el desarrollo y construcción de aeronaves de altas prestaciones y avanzada tecnología, como el I.Ae. DL.22, con 206 unidades aéreas fabricadas en total para fines de la década de 1940. El Pulqui I fue el primer avión de combate a reacción construido en Sudamérica y el octavo en el mundo, habiendo sido diseñado en el Instituto Aerotécnico (Ciudad de Córdoba), de ahí la designación I.Ae. 27, por un equipo liderado por el ingeniero francés Emile Dewoitine. Hizo su primer vuelo el 9 de agosto de 1947.

El año 1952 marcó un hito en la historia de la aviación argentina, ya que en ese año se iniciaron los vuelos antárticos. Anteriormente, el Gobierno Nacional presidido por Juan D. Perón creó la FATA (Fuerza de Tareas Antárticas), destinando a la misma aeronaves Avro Lincoln, Avro Lancaster, Beechkraft AT-11 y Douglas C-47, que tuvieron su asiento en la Base Aérea Militar de Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz.[11]

La Aeronáutica Argentina abrió fuego por primera vez el 16 de junio de 1955, en defensa del gobierno constitucional (2° mandato de Juan Domingo Perón) y durante el bombardeo de la Plaza de Mayo, cuando aviones de combate Gloster Meteor (leales al Gobierno Nacional) se enfrentaron en combate aéreo a dos aviones North American AT-6 Texan de la Armada Argentina. Uno de ellos, el matriculado I-063 y comandado por el teniente Ernesto Adradas derribó una unidad aérea AT-6 —piloteado por el guardiamarina Arnaldo Román— en tanto su compañero, el primer teniente Osvaldo Rosito, a bordo del matriculado I-090, atacó al aparato aéreo del teniente Máximo Rivero Kelly, que logró huir. Durante el golpe de Estado de septiembre, la Aeronáutica (leal al Gobierno Nacional) realizó numerosas operaciones aéreas, como acciones de combate, patrullado y, transporte de tropas y armamento,[12]​. Cinco aparatos aéreos desertaron para sumarse al bando rebelde.[13]

En 1955, el "proyecto Pulqui" perdió el favor del gobierno de facto y la mayoría de los técnicos abandonaron el país, incluso el ingeniero alemán Kurt Tank, quien emigró a trabajar en la industria aeronáutica de la India.

Al atardecer del 20 de septiembre de 1962, durante el primer enfrentamiento entre Azules y Colorados, dos Gloster Meteor de la Fuerza Aérea Argentina, luchando por el bando Azul, atacaron a la Escuela de Tropas Aerotransportadas de Córdoba, fuertemente alineada con el bando Colorado, mientras se dirigía hacia la Capital Federal por la Avenida Rivadavia, a la altura de San Antonio de Padua (Gran Buenos Aires), fallando el blanco y ametrallando un tren de pasajeros en el que murieron cuatro pasajeros y otros cinco resultaron heridos.[14][15]

En el alzamiento militar y los combates de abril de 1963, durante la segunda guerra civil entre Azules y Colorados, a primera hora del día 3 de abril, aún no se sabía qué actitud adoptaría el Comando en Jefe de la Fuerza Aérea, decisiva para inclinar la balanza hacia la Armada (colorada) o el Ejército (mayoritariamente azul). La Aviación había ido cambiando sus posturas de acuerdo a las percepciones que iban surgiendo de los combates, muchas veces contradictorias, razón por la cual fue llamada «la Fuerza Panqueque».[16]​ Inicialmente, se había inclinado por no abrir fuego contra los sublevados, pero el derribo del avión del teniente Speranza y la prédica del subsecretario de Aeronáutica Eduardo Mc Loughlin sobre el comandante en jefe Carlos Armanini inclinó la balanza para el bando azul y terminó de definir la llamada "Guerra de los Cuatro Días".[16][17]​ Finalmente la comandancia y la mayoría de los miembros de la Fuerza Aérea se alinearon en el Bando Azul y mantuvieron bajo el mando del presidente de facto José María Guido, mientras que las bases de Aeroparque, Mar del Plata y Reconquista, se alinearon con el Bando Colorado, desconociendo la autoridad del presidente.[18]

El día 3 de abril el Bando Azul atacó la Base Aeronaval Punta Indio, en poder de los colorados, primero mediante una ofensiva aérea que continuó con una ofensiva de los tanques del C-8 no destruidos en la víspera, y los tanques del C-10 de Campo de Mayo. El ataque aéreo fue realizado por la Fuerza Aérea, desde la VII Brigada Aérea, con una flota integrada por aviones Mk.IV Gloster Meteor, a los que se agregaron dos bombarderos Avro 694 Lincoln procedentes de V Brigada Aérea (San Luis); cuatro F-86F Sabre del Grupo 4 de Caza-Bombardeo cuatro Morane Saulnier MS.760 Paris pertenecientes al Grupo 1 de Caza-Bombardeo de la IV Brigada Aérea, con asiendo en El Plumerillo, provincia de Mendoza.[19]​ Los comandantes de las escuadrillas fueron el comodoro Juan Pierrestegui y el vicecomodoro Fernando Manuel Pérez Colman, y entre los pilotos se encontraban primeros tenientes José Etcheverry, Juan Carlos Gabanet, Alexis de Nogaetz, Carlos Speranza, Hugo Giampaoletti, Juan Manuel Baigorria y el teniente Anselmo Stigarria.[19]

Los marinos al comando del coronel Sabarots fueron sorprendidos por una maniobra pergueñada por la Fuerza Aérea. Aprovechando la indefinición de la fuerza, dos F-86F pidieron autorización a Punta Indio para repostar combustible en calidad de "neutrales". Los dos pilotos aterrizaron y fueron personalmente atendidos por el coronel Sabarots. Después de cargar combustible, ambos cazas despegaron y atacaron sorpresivamente las defensas antiaéreas dejando a la base indefensa ante el ataque del resto de la flota, que de manera coordinada descargó sus municiones minutos después.[16]

El ataque aéreo azul destruyó cinco cazas F9F Panther en tierra,[20]​ más un DC-4 y un DC-3 histórico (matrícula CTA-12), que fue uno de los dos aviones que realizaron el primer vuelo argentino al polo sur un año antes.[19][16][21]​ También resultaron dañados cuatro F4U Corsair (matrículas 203, 209, 221 y 225),[22]​ y dos Grumman S-2 Tracker (matrículas 3-AS-3 y 3-AS-5).[22]

Pese a los daños que estaba sufriendo por el ataque de la aviación azul, los aviones colorados no dejaron de atacar a las columnas blindadas azules de Campo de Mayo y Magdalena que se dirigían hacia Punta Indio.[19]​ El coronel Alcides López Aufranc, al comando del Regimiento 8, era uno de los jefes azules más exaltados y arengó a su tropa para "arrasar Punta Indio", en venganza por los nueve hombres muertos y los 24 heridos bajo su mando, que la Armada había matado el día anterior.[16]​ Los odios entre militares y marinos desatados en esos dos días se extenderían durante 20 años.[16]

Durante toda la mañana, la base aeronaval fue sometida a bombardeo de aviones y artillería, mientras el comandante Sabarots ordenaba evacuar a los oficiales navales en aviones que huyeron hacia Uruguay, en los cuales huyó él también.[19][16]

Luego del mediodía, las tropas azules al mando del general Alejandro Agustín Lanusse ingresaron a la Base Aeronaval Punta Indio, que había sido abandonada por sus jefes. Según Sabarots, cuando él abandonó la base, la había dejado a cargo del capitán de fragata Raúl Torrent.[19]​ Según los testimonios azules, quien recibió a Lanusse fue el capellán de la ocupada, luciendo uniforme militar.[19]

En los combates murieron al menos cuatro efectivos de la base de Punta Indio que han sido individualizados, los cabos primero Ricardo Iglesias y Luis González, el marinero Eduardo Bustamante y el conscripto Segundo Alejandro Varela;[23]Robert Potash, sobre la base de los expedientes militares, señala que murieron cinco efectivos pertenecientes a la base y otros tres resultaron heridos.[24]

Desde el 4 al 10 de diciembre de 1973, el comandante general de la Fuerza Aérea Argentina, Héctor Luis Fautario participó del primer vuelo transatlántico que involucró tres continentes, partiendo desde América del Sur, en la Ciudad de Buenos Aires, y haciendo escala en la Ciudad de Río Gallegos y luego en la Base Marambio (Antártida), para finalmente llegar a Oceanía aterrizando en la localidad de Christchurch (Nueva Zelanda) y finalmente en la Ciudad de Canberra (Australia).[25][26]​ El 15 de diciembre de ese mismo año, el brigadier general Fautario y los tripulantes recibieron una distinción de parte del entonces Presidente de la Nación Juan Domingo Perón.[27]

El 27 de octubre de 1977, un helicóptero Aérospatiale SA315B Lama aterrizó en el Cerro Aconcagua tres veces. El piloto de la aeronave fue el teniente Héctor Pereyra. El militar fue felicitado por la empresa Aérospatiale.[1]

La FAA participó del golpe de Estado de 1976 y de la posterior dictadura autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional». El comandante general de la Fuerza Aérea integró la Junta Militar,[28]​ y cambió su título por el de "comandante en jefe".

La FAA albergó en sus dependencias a centros clandestinos de detención.

En 1982 se produjo la guerra de las Malvinas, entre Argentina y Reino Unido. Allí lucharon los A-4 Skyhawk, IA-58 Pucará, BMK-62 Canberra, C-130 Hercules, Dagger y Mirage III, junto con el vital soporte de las diversas especialidades de apoyo.[29]​ El gobierno militar argentino instrumentó la Operación Rosario. Las Fuerzas Armadas argentinas recuperaron las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Las islas estaban en poder del Reino Unido.[30]​ La Fuerza Aérea tomó previsiones por si el Reino Unido respondía militarmente.[31]​ Las previsiones de«recuperar para negociar» de la Junta Militar no se concretaron y empezó la guerra contra el Reino Unido.[32]​ Se constituyó la Fuerza Aérea Sur (FAS). Fue designado comandante el brigadier Ernesto Crespo.[33]

La Fuerza Aérea entraría en combate por primera vez en su historia contra un enemigo externo. La Fuerza Aérea se encontró con algunos de sus aviones relativamente inadecuados para aquel tipo de guerra ya qué esto fue contraarrestado con la gran valentía y entrenamiento de los pilotos. Por otro lado la flota británica empleó el armamento más moderno de la época el cuál se vio seriamente afectado por el accionar de la Fuerza Aérea Argentina, en algunos casos con aviones muy obsoletos para la época.[34]

Algunos sectores consideran que el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina ocurrió el 1.º de mayo de 1982, ya que en esa fecha efectuó su primera acción en el conflicto bélico del Atlántico Sur.[35]​ Otros sectores señalan que la Fuerza Aérea Argentina efectuó su primera acción bélica el 16 de junio de 1955, cuando personal de la Fuerza Aérea utilizando aviones de combate, abrió fuego en el bombardeo de la Plaza de Mayo,[36]​ y en el posterior golpe de Estado en Argentina de septiembre de 1955.[37]

La Fuerza Aérea Argentina sufrió 55 muertos y 47 heridos, en total 101 bajas.[38][39]

La Fuerza Aérea Argentina diseñó en 1982 un plan de renovación para la década de 1990. Los oficiales aeronáuticos se habían convencido de la conveniencia de acabar con la dependencia tecnológica de la Argentina. Por ello planearon el desarrollo del entrenador FMA IA-63 Pampa, el caza furtivo FMA SAIA 90 y la transformación del cohete Cóndor en un misil balístico de alcance medio.[40]​ El avión Pampa se consagró y sirve en la fuerza, mientras que el SAIA 90 quedó cancelado por resolución del presidente Raúl Alfonsín en favor del Cóndor, el cual prosperó hasta fines de los años ochenta. El misil sucumbió a la decisión del presidente Carlos Saúl Menem de cancelar.

En el período comprendido entre 1983 y 2003 la Fuerza Aérea Argentina renovó parcialmente sus filas.[41]

En 1994 el presidente Menem derogó el servicio militar obligatorio en Argentina. En su lugar habilitó el servicio militar voluntario[42]​ por un plazo de diez años, donde los soldados, ya no son llamados conscriptos ni dragoniantes, cambiando sus jerarquías por las de voluntarios de primera y de segunda. Se los profesionalizó y se permitió la incorporación de mujeres.

La Fuerza Aérea integra el grupo de fuerzas de paz de las Naciones Unidas integrando contingentes de diferentes naciones, entre otros en ChipreFuerza de Tareas Argentina—. El mayor aporte de la Fuerza Aérea en estas intervenciones es su moderno Hospital Militar Reubicable.

El 15 de octubre de 2004, se creó el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, a cargo de la FAA.[43]

A principios de 2005, el presidente Néstor Kirchner despidió a 17 brigadieres de la Fuerza Aérea Argentina, incluido el jefe de la misma, brigadier general Carlos Rohde, tras un escándalo de tráfico de drogas a través de Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Kirchner citó fallos en los sistemas de seguridad de los aeropuertos argentinos que fueron supervisados por la Policía Aeronáutica Nacional, una antigua rama de la Fuerza Aérea que dependía del Comando de Regiones Aéreas, dejó de tener naturaleza militar y pasó a ser una fuerza de seguridad civil dependiente en su momento del Ministerio del Interior, pasando a llamarse Policía de Seguridad Aeroportuaria.[44]

En el año 2007 la Fuerza Aérea comenzó a participar del Operativo Fortín, el cual tenía el propósito de suministrar vigilancia del espacio aéreo argentino y brindar información a las Fuerzas de Seguridad en la lucha contra el narcotráfico. También se aportaron medios aéreos en forma constante al Plan Nacional de Manejo del Fuego.

A través de sus unidades, la Fuerza Aérea detecta innumerables vuelos clandestinos del narcotráfico, pero como la FAA no es una fuerza de seguridad interior y no existe en el país una ley de derribos, no puede destruir a las naves invasoras.

A principios del año 2011 la fuerza incorporó para su nueva escuela de vehículos aéreos no tripulados, en la provincia de Córdoba, tres Nostromo Yarará, un vehículo aéreo no tripulado, el primero construido en Argentina para misiones de vigilancia y reconocimiento.[45][46]

El Estado Mayor General de la Fuerza Aérea se integra por una Jefatura y una Subjefatura. Un brigadier general ejerce la titularidad de la Jefatura al tiempo que un brigadier mayor ocupa la titularidad de la Subjefatura.[3]

Los oficiales de la Fuerza Aérea Argentina se forman en la Escuela de Aviación Militar. Allí cursan durante cuatro años para egresar con el grado de alférez.[47]

Los rangos de los oficiales, en orden descendente, a continuación:[48]

Los suboficiales de la FAA se forman en la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ESFA) y en el Instituto de Formación Ezeiza.[49]​ Allí cursan para egresar con el grado de cabo.[50]

Los rangos de los suboficiales, en orden descendente, a continuación:[48]

Los soldados del Ejército Argentino realizan el servicio militar voluntario capacitándose por un año.

Los rangos de los soldados, en orden descendente, a continuación:[48]

El personal se divide en: el cuadro de oficiales, compuesto por oficiales superiores, oficiales jefes, oficiales subalternos, oficiales profesionales, cadetes; el cuadro de Suboficiales entre los que hay suboficiales superiores, suboficiales subalternos y aspirantes; el cuadro de tropa de Soldados Voluntarios; el cuadro de personal docente civil; y el cuadro de personal civil en sus diferentes agrupamientos a saber: superior, supervisor, universitario, técnico, administrativo, de producción y de servicios.

Al organizarse como país independiente en el siglo XIX, Argentina adoptó una estructura patriarcal que marginó a las mujeres de gran parte de las actividades de la vida pública, incluyendo la prohibición de votar y ser votadas —derogada en 1947— y la incapacidad civil —derogada en 1968—. Las Fuerzas Armadas fueron un caso extremo de organización patriarcal, excluyendo por completo a las mujeres hasta la anteúltima década del siglo XX.[53]

El ingreso de mujeres a las Fuerzas Armadas argentinas se inició en 1980, en la Armada y la Fuerza Aérea, en tanto que Ejército lo permitiría en 1981. En el caso puntual de la Fuerza Aérea, en 1980 se habilitó el ingreso de mujeres suboficiales para el Cuerpo Comando y en 1981 se habilitó el ingreso de mujeres oficiales, pero solo en el cuerpo Profesional. Recién en 2001 se permitió el ingreso de mujeres oficiales en el Cuerpo Comando, es decir de las unidades de combate, quedando desde ese momento habilitadas para formar parte de todas las especialidades de la fuerza.[53]

En 2010 la Fuerza Aérea ya registraba un total de 2562 mujeres, equivalentes al 17 % del total, contando los institutos de formación, resultando un porcentaje considerablemente más alto que las otras dos fuerzas, aunque ese porcentaje se reducía al 0,76 % de los oficiales del Cuerpo Comando, el más bajo de las tres fuerzas.[53]​ Hacia ese año, las mujeres participaban en juntas de clasificación para suboficiales, pero no participaban en las juntas para oficiales.[54]​ Asimismo, una gran parte de las funciones de las mujeres en la Fuerza Aérea estaban influenciadas por estereotipos de género, siendo el área de Apoyo Sanitario el que tenía mayor presencia femenina con un 61%, seguido de Enfermería con un 56 %.[54]

En 2006 la ministra de Defensa Nilda Garré creó el Observatorio sobre la Integración de la Mujer en las Fuerzas Armadas y en 2007 creó el Consejo de Políticas de Género, institución única en el mundo debido al hecho de la incorporación al mismo de las mujeres militares.[54][55]​ También se crearon Oficinas de Género en las unidades militares, se derogaron las normas que prohibían el ingreso y permanencia en el Colegio Militar de las alumnas que quedaran embarazadas, así como militares varones que reconocieran su paternidad y la obligación de solicitar autorización al superior para casarse.[56]

A diferencia de las otras dos armas, hasta 2017 ninguna mujer había ascendido en la Fuerza Aérea al grado de brigadier.[cita requerida]

En 2017 la Fuerza Aérea tenía 3482 mujeres, sin contar los institutos de formación, equivalente a un 25 % del total de la fuerza.



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