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Gabriel Ochoa Uribe



14 Categoría Primera A

Gabriel Ochoa Uribe (Sopetrán, Antioquia, 20 de noviembre de 1929 - Cali, Valle del Cauca, 8 de agosto de 2020)[1]​ fue un médico, futbolista y director técnico colombiano. Jugó como arquero.

Especializado en ortopedia y traumatología, considerado el entrenador más importante en la historia de ese país por tener un total de catorce títulos, trece ganados en el campeonato de primera división (uno con Santa Fe, cinco con Millonarios y siete con el América) y un título de Copa Colombia con Millonarios.[2]

Ochoa Uribe empezó en el mundo del ecuestre como jinete en la ciudad de Medellín pero a la edad de 17 años entra al mundo del fútbol cuando recala en el América de Cali en 1946, donde fue una de las figuras de este equipo en la época del fútbol aficionado. Ochoíta, como era conocido por su corta edad, se desempeñaba como guardameta y estuvo en el Rojo del Valle durante tres años, en 1948 debutó profesionalmente y fue golero titular en cinco de los partidos del torneo de ese año. En diciembre del mismo fue transferido a Millonarios.

Durante su época en Millonarios en la época de El Dorado, obtuvo cuatro títulos del campeonato profesional colombiano en 1949, 1951, 1952 y 1953, además de una Copa Colombia en 1953, la Pequeña Copa del Mundo de Clubes también en 1953 y el Campeonato de las Bodas de Oro del Real Madrid en 1952, durante la primera gira de un club colombiano en Europa.

Luego siguió su carrera como futbolista en el club América de Río de Janeiro en Brasil, siendo así el segundo arquero colombiano en jugar en el exterior después de Efraín 'Caimán' Sánchez, y fue subcampeón del campeonato carioca en 1955. Paralelamente a la actividad deportiva estudio su especialidad en medicina apoyado por su entrenador Martim Francisco Ribeiro quien permaneció con él durante sus 3 años en el equipo.

Regresó a final de ese año a Millonarios, y se retiró definitivamente del fútbol activo en 1958, para asumir hacia mediados de año la dirección técnica de este mismo club, logrando entonces el subcampeonato en esa temporada.

Como dato anecdótico, en 1952 fue el reemplazo de Alfredo Di Stefano, jugador estrella del cuadro albiazul, quien se enfermó la noche anterior en un juego en Bucaramanga. Ante la falta de suplentes, actuó como jugador de campo y marcó el primer gol del juego, que terminó con victoria 1-7 de Millonarios. Fue así el primer arquero en Colombia en anotar un gol de campo.[3]

Se convirtió en insignia como técnico de Millonarios al acumular 10 títulos como DT y jugador, marca absoluta en el club, además de ser el primero en llevar a un equipo colombiano a una semifinal de Copa Libertadores. Dirigió luego a Santa Fe, rival de plaza, en 1966, y lo sacó campeón. Regresó en la década del setenta a Millonarios, ganó un título, dos subtítulos y llegó a dos semifinales de Copa Libertadores, para retirarse transitoriamente del fútbol en 1977.[3]

En 1979 fue contratado por el América, hasta ese entonces un club modesto pero importante dentro del fútbol colombiano. Su permanencia de doce años al mando de los Diablos Rojos dejó como primer gran fruto el primer título nacional para este cuadro, cuyas mejores figuraciones hasta el momento habían sido dos subcampeonatos en 1960 y 1969. Adicionalmente, seis estrellas más, cinco de ellos consecutivos, con lo que Ochoa obtuvo así la marca máxima y aún vigente en el país de ser el técnico con más campeonatos ganados como DT en un mismo equipo; asimismo, la escuadra escarlata continúa siendo la única en Colombia con un pentacampeonato en su haber merced a la conducción del veterano estratega.[4]

Ochoa también llevó al América durante tres años consecutivos (1985-1987) a la final de la Copa Libertadores de América, certamen que pese a la nómina de grandes jugadores con que contaba el cuadro escarlata en aquel entonces, no pudo ganar. Le dijo adiós al club vallecaucano y definitivamente al fútbol en diciembre de 1991.

Curiosamente, siendo un técnico ganador, no solía dar la vuelta olímpica con sus dirigidos al cabo de un título. Esta costumbre se rompió en diciembre de 1985 cuando el América consiguió su quinta estrella y Ochoa, por insistencia de sus jugadores, finalmente se animó a acompañarlos durante la celebración de este triunfo.

Además dirigió la selección Colombia en el Campeonato Preolímpico de 1959, consiguiendo la primera victoria de una selección colombiana sobre Brasil por 2-0, el Campeonato Sudamericano 1963, y en 1985 durante las eliminatorias al Mundial de Fútbol México 1986, donde llegó hasta el repechaje terminando derrotado por Paraguay.[3]

Gabriel Ochoa Uribe fue criticado por ser un técnico que arriesgaba poco en los partidos. En muchas ocasiones era blanco de la prensa porque, al ir ganando el juego, prefería encerrarse defensivamente para mantener la ventaja en lugar de buscar ampliarla. Por ello sus relaciones con los medios fueron mayoritariamente tormentosas, no era muy amigo de dar declaraciones antes de partidos cruciales o después de estos.

En 1981, enfrentando en Medellín a Atlético Nacional por las finales del torneo colombiano, decidió retirar del campo a sus jugadores antes de concluir el encuentro alegando una pésima actuación arbitral. A la postre el equipo verdolaga terminó campeón.

En 1985, con tan solo unos pocos días de diferencia, tuvo ante sí un doble reto: la final de la Copa Libertadores con el América ante Argentinos Juniors, y el repechaje de la selección Colombia contra Paraguay. Se dice que Ochoa le dio prioridad al torneo continental sobre las eliminatorias mundialistas.[5][6]

El tercer juego ante el Argentinos Juniors por la Libertadores, disputado en la capital paraguaya, finalizó igualado 1-1 en el tiempo reglamentario y el alargue, por lo que se hizo necesario definir mediante tiros desde el punto penal, instancia en la que el América falló el cobro decisivo en los pies de Antony de Ávila. No obstante, quien debía ejecutar dicho tiro era el arquero Julio César Falcioni, pero hay varias versiones de por qué no lo hizo:[6]

Y tres días después, en la repesca, la selección colombiana cayó 3-0 con el combinado guaraní.

En 1987, durante el tercer partido de la final de la Copa Libertadores frente a Peñarol, hizo una sustitución bastante inexplicable: reemplazó a Ricardo Gareca, centro-delantero quien se acababa de lesionar tras una aparatosa chilena, con Enrique Esterilla, habitualmente defensa central de gran estatura. La modificación no fue del todo exitosa, y lo peor aún estaba por venir: después de aguantar 119 minutos para poder proclamarse campeón, el América perdió el encuentro a sólo ocho segundos de su conclusión.[6]

Falleció el 8 de agosto de 2020 a los 90 años, aquejado por constantes problemas de salud tras ser internado en un hospital de Cali.[7]​ Su muerte fue anunciada por las redes sociales de uno de sus familiares.[8]

Otros logros:



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