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Galveosaurus



Galvesaurus herreroi es la única especie conocida del género extinto Galvesaurus (“lagarto de Galve”) es un de dinosaurio  saurópodo macronario, que vivió a finales del período Jurásico, hace aproximadamente 147 millones de años, en el Titoniense, en lo que es hoy Europa.

Galveosaurus es un saurópodo parecido a Cetiosaurus y a Barapasaurus, pero más avanzado. Era de tamaño medio, para un saurópodo, con 16 metros de largo, 4 de alto y un peso calculado de 9 toneladas. Galveosaurus fue inicialmente asignado al enigmático clado Turiasauria, creado para contener un grupo de eusaurópodos europeos que no cabían en otros grupos. Al parecer conservan muchas características basales pero mostrando una evolución separada de otras líneas de saurópodos.

Durante la década de 1980, un sitio de fósiles conocido como la Cuesta Lonsal, cerca de Galve, Teruel, España, fue excavado por el cazador local de fósiles aficionados José María Herrero después de encontrar los restos fosilizados de un dinosaurio saurópodo. La Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón encargaron a los miembros de un equipo de investigación científica conocido como "Aragosaurus" que investigara el sitio en 1987. Determinaron que el sitio sería importante para la investigación paleontológica y, después de obtener los permisos necesarios, comenzaron su excavación propia en 1993. Entre 1993 y 2002, obtuvieron más de 50 huesos asociados con una nueva especie de saurópodo. También durante ese tiempo, varios miembros del equipo publicaron informes científicos sobre los huesos que estaban recuperando y en el sitio mismo, aunque se abstuvieron de publicar un nombre formal para el nuevo dinosaurio debido a que los fósiles aún estaban en preparación. A medida que los huesos estaban preparados y estudiados, el equipo los transfirió al pequeño Museo Paleontológico de Galve para su exhibición.[2]

Fue encontrado en la formación Villar del Arzobispo, en Galve, de donde proviene el nombre del género, provincia de Teruel, España. El descubrimiento lo realizó José María Herrero, por el cual lleva el nombre la especie. Los restos encontrados incluyen dos húmeros, la placa esternal, una escápula, un isquion, una vértebra cervical, una dorsal-caudal y 5 caudales, un cheurón y fragmentos de costillas, se encuentra en el Museo Paleontológico de Galve.[3][1]

La descripción del saurópodo de Galve no fue tan sencilla como es típico para la mayoría de los dinosaurios. Los problemas surgieron cuando el mismo espécimen, ubicado en el Museo Paleontológico de Galve, fue estudiado y publicado casi simultáneamente por dos grupos de científicos, los cuales supuestamente no sabían que el otro estaba estudiando exactamente los mismos huesos, el material de holotipo.

El nombre Galveosaurus herreroi, fue publicado por primera vez en un artículo de Bárbara Sánchez-Hernández el 11 de agosto de 2005, basado en un esqueleto parcial ubicado en el Museo Paleontológico Español de Galve.[1]​ Al mismo tiempo, varios miembros del equipo de "Aragosaurus", José Luis Barco, José Ignacio Canudo, Gloria Cuenca-Bescós y José Ignacio Ruíz-Omeñaca, habían estado preparando un documento sobre el nuevo saurópodo, incluyendo el mismo espécimen, elementos de los cuales había estado en preparación desde 1993.[2][3]​ Barco et al. Publicaron su propia descripción del saurópodo, que llamaron Galvesaurus herreroi, nótese la falta de la letra o, en la revista Naturaleza Aragonesa. La fecha dada en la revista, etiquetada como el número de julio a diciembre de 2005, fue el 1 de julio de 2005. Si esa fecha fuera correcta, el nombre válido para este dinosaurio sería Galvesaurus herreroi y se atribuiría a Barco et al. En lugar de a Sánchez-Hernández. Sin embargo, según Sánchez-Hernández, la fecha proporcionada por los autores se contradice con la fecha de publicación indicada para la revista en su conjunto, julio a diciembre de 2005. Sánchez-Hernández señaló el artículo 21.6 y 23 de ICZN y afirmó que la fecha de publicación de Barco et al. de 2005 se considera técnicamente como el 31 de diciembre de 2005, la última fecha del rango dado. Por lo tanto, según Sánchez-Hernández, Galveosaurus herreroi es el nombre válido para esta especie.[4]​ El equipo de "Aragosaurus" cuestionó esto, diciendo que la fecha dada al final de su artículo, el 1 de julio de 2005, estando dentro del rango dado de julio a diciembre de la revista, no era contradictoria y, por lo tanto, no era suficiente para invocar las reglas del ICZN. Sánchez-Hernández argumentó que la fecha real en que se publicó la revista fue el 18 de diciembre de 2005, y utilizó el hecho de que su nombre Galveosaurus ya era un uso generalizado en línea como evidencia de que su artículo era el primero en ser publicado.[4]

Además de la controversia sobre la prioridad del nombre en sí, el equipo de "Aragosaurus" expresó su preocupación por la ética profesional involucrada en la publicación de Sánchez-Hernández. Según Barco y Canudo, "La Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica contempla un caso bastante similar en su código ético, que estipula que un investigador no debe publicar un taxon si sospecha que ya hay alguien más trabajando para definirlo, donde los dos estudian diferentes especímenes. En ningún caso la Comisión contempla la posibilidad de que un investigador pueda definir un taxón sobre la base del mismo material, es decir, del mismo espécimen, como ya lo están estudiando otros investigadores, como ha sido el caso con Galvesaurus. El episodio sin duda llegará a ser considerado un ejemplo de mala práctica en el desarrollo de la investigación en paleontología, ya que no se puede invocar "la falta de conocimiento".[5]​ El equipo de "Aragosaurus" ha alegado que Sánchez-Hernández debe haber sabido que otros científicos estaban actualmente trabajando en el espécimen de saurópodos de Galve en el momento en que publicó su artículo y notó que incluso citó uno de sus trabajos de investigación anteriores sobre el material fósil.[5]​ Además, Canudo afirmó que Sánchez-Hernández no tenía acceso profesional al fósiles, pero simplemente fue al museo y tomó fotos de los huesos en exhibición para usar en su trabajo.[2]​ El equipo de "Aragosaurus" citó el nombre en sí mismo como evidencia de esta afirmación. El personal del museo, alegaron, había sabido durante mucho tiempo sobre el trabajo que se estaba realizando en el espécimen y el nombre que el equipo pretendía usar. Según Barco y Canudo, el museo agregó una placa a la exhibición de fósiles con su nombre original, pero incluyó un error ortográfico inadvertido, con la "o" adicional. Barco y Canudo alegaron que Sánchez-Hernández debió haber copiado la placa para obtener un nombre similar al que publicaron, lo que explica la ortografía ligeramente variable.[5]​ Canudo también declaró que el marco de madera del gabinete de exhibición se puede ver en una de las fotos en el trabajo de Sánchez-Hernández, lo que demuestra que ella no tuvo acceso de primera mano al espécimen y en cambio confió en la exhibición del museo público.[2]

Mientras que Royo-Torres et al. en 2006 colocaron a Galvesaurus dentro de Turiasauria con Losillasaurus y Turiasaurus, Barco y Canudo en 2012 demostraron que Galvesaurus carece de sinapomorfia de Turiasauria, y que en realidad era un macronario.[5]

Cladograma resultante del estudio filogenético de Galvesaurus (Barco, 2010)[5]

Vulcanodon

Shunosaurus

Barapasaurus

Patagosaurus

Mamenchisauridae

Cetiosauridae

Losillasaurus

Turiasaurus

Rebbachisauridae

Diplodocidae

Dicraeosauridae

Lourinhasaurus

Jobaria

Haplocanthosaurus

Camarasaurus

Galvesaurus

Phuwiangosaurus

Aragosaurus

Tastavinsaurus

Venenosaurus

Brachiosauridae

Euhelopus

Titanosauria

En la Formación Villar del Arzobispo, además de los restos de esta especie, han sido hallados huesos e icnitas de otros saurópodos, terópodos y ornitópodos. Además el Losillasaurus fue descubierto a tan sólo 80 km de Galve y su edad es próxima a la de Galveosaurus.[3]



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