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Geodinámica



La geodinámica es la rama de la geología que estudia los agentes o fuerzas que intervienen en los procesos dinámicos de la Tierra. Se divide en geodinámica interna (o procesos endógenos) y geodinámica externa (procesos exógenos de la superficie terrestre).[1]

La geodinámica interna estudia las transformaciones de la estructura interna de la Tierra en relación con las fuerzas que actúan en su interior, usando técnicas de prospección (técnicas geofísicas). Las técnicas geofísicas más frecuentes son:

El avance más importante en el campo de la geodinámica interna ha sido la aceptación, en los años 1960-1980, del concepto tectónica de placas (geotectónica), basado en la teoría de la deriva continental, postulada por Alfred Wegener en 1912.

Las rocas originadas por enfriamiento y solidificación del magma se denominan rocas ígneas. Si la solidificación se verifica debajo de la superficie de la corteza se habla de plutonismo y las rocas resultantes forman rocas intrusivas.

El vulcanismo se refiere a los magmas que han logrado escapar a la superficie, el material fundido arrojado a la superficie se llama lava, es magma empobrecido en gases y sustancias volátiles. Las rocas resultantes de la solidificación son las rocas extrusivas o rocas efusivas.

Los agentes sísmicos constituyen uno de los agentes que producen cambios más repentinos y violentos en el relieve terrestre.

Un terremoto es un sismo o seísmo que tiene poder destructor, acompañado de fuertes sacudidas y de ruido subterráneo parecido a truenos profundos que se debe a los movimientos vibratorios de frecuencia audible de más de vibraciones por segundo.

Son cualquier curva u onda pronunciada en las capas de una roca que resultan de las deformaciones plásticas, debido a las presiones en el interior de la Tierra se caracterizan como anticlinal y sinclinal.

Son fracturas de las rocas, sus lados se desplazan, se producen cuando las fuerzas aplicadas sobre las rocas superan su resistencia y se rompen, las principales fallas que se pueden encontrar son la de tipo Normal, la inversa y la transcurrente u horizontal.

Los movimientos epirogénicos de hundimiento dan lugar a la formación de grandes depresiones, como la del Mar Negro y el del Mar Mediterráneo y la Cuenca de Maracaibo.

Se llama así el conjunto de los procesos mediante los cuales se forman las grandes cadenas montañosas. Los movimientos orogénicos suelen iniciarse en los geosinclinales.

Se denomina tectónica de placas o tectónica global a la teoría que integra el concepto de la expansión del fondo oceánico, el descubrimiento de los planos de Benioff, la idea de la deriva continental y explica la formación de cadenas montañosas y el cinturón de Fuego del Pacífico.

En la geodinámica externa intervienen los factores y fuerzas externas de la Tierra (viento, agua, hielo, etc..), ligada al clima y a la interacción de este sobre la superficie o capas más externas. Sobre el compendio de metodologías y técnicas que pueden emplearse sobre las "formas del relieve" (geomorfología), y sobre algunos de sus agentes, como el agua (hidrogeología).

Ejerce simultáneamente una labor de transporte, otra erosiva y una acción de desgaste; así se tiene la deflación, la abrasión y la corrasión eólicas.

El cambio de temperatura es uno de los agentes más eficaces de la descomposición de las rocas, especialmente en climas desérticos o de alta montaña, donde la variación de la temperatura es considerable. Con la misma facilidad con que el material rocoso acepta el calor del sol lo pierde por radiación al atardecer. Los diferentes minerales que componen las rocas tienen distintos índices de dilatación y, para un mismo cambio de temperatura, sufren cambios desiguales de volumen; esto conduce al cuarteamiento y a la pulverización del material. Las partículas y arenas que resultan son fácilmente transportadas por el viento y las corrientes de agua.

La humedad atmosférica (vapor de agua, rocío) penetra en las fisuras y grietas superficiales de las rocas y en presencia del oxígeno y del anhídrido carbónico del aire atmosférico, ejerce una acción química que conduce a la descamación y exfoliación de las rocas.

La cantidad de agua que anualmente se precipita sobre los continentes se calcula en unos 112.000kilómetros cúbicos. Por su acción disolvente y química actúa esta agua como agente de meteorización; y por su acción mecánica, actúa luego como agente principal de transporte arrastrando los productos de la meteorización a nuevos emplazamientos.

El agua de lluvia que se infiltra en el suelo sirve para alimentar los vegetales y para formar mantos acuíferos que alimentan los pozos y manantiales; la que no logra infiltrarse forma las aguas salvajes que circulan libremente desempeñando un papel erosivo, a veces muy perjudicial.

Si el terreno, embebido en agua, se desliza lentamente hacia inferiores, se habla de solifluxión, por falta de protección vegetal aguas salvajes pueden abrir zanjas y cárcavas que forman las tierras malas o badlands.

Cuando las aguas de lluvia son encauzadas progresivamente por los accidentes del terreno, discurren por cauces cada vez más estables, y se inicia una red fluvial formada por torrentes y ríos.

Es un curso de agua escasa longitud y fuerte pendiente en los cuales se encuentra la cuenca de recepción, el canal de desagüe y el cono de deyección.

Se considera que la acción geológica del torrente es esencialmente erosiva y se efectúa de cuatro maneras diferentes, corrosión, acción hidráulica, corrasión y atracción.

Es una corriente de agua de circulación más constante que la del torrente. En todo río se distinguen tres etapas: Curso superior, curso medio y curso inferior.

Posee un perfil longitudinal desde las fuentes hasta la desembocadura, es una línea curva, tangente a nivel del mar, que va elevándose en el interior del continente.

En el curso de un río, desde la fuente hasta el tramo senil, se suelen presentar obstáculos que dan lugar a determinados accidentes en su cauce, tales como rápidos, cascadas, cataratas, terrazas, río antecedente y penillanura.

El mar, agente geológico ejerce en las costas una acción erosiva y abrasiva. Las fuerzas con que las olas golpean la costa es, en tiempos normales de unos 3000kp/m2 y llega a 30.000 kp7m2 en tiempo de tormenta. El efecto de la succión de las olas, en su retirada, es aún mayor que el del choque en su llegada; pues el aire, comprimido por la ola, en la resaca se expande súbitamente con fuerzas explosivas arrancando partes de la roca o aspirando bloques enteros.

La acción destructiva de las olas se manifiesta de preferencia en las rocas débiles quedando, a veces, restos compactos que, por su mayor resistencia, han quedados indemnes a la acción del mar denominados farallones.

La ola es el efecto superficial del movimiento periódico de las moléculas del agua en la profundidad. Sigue el ritmo de toda onda transversal. Tiene su amplitud, que en el mar libre es la distancia vertical entre una cresta y una depresión; la longitud de la ola es la distancia que media entre dos crestas sucesivas. Con la ola solamente se desplaza la forma de la onda, no el agua misma.

La playa y la terraza marina son el producto de la erosión litoral donde son depositados sobre la costa formando la playa y más allá de la plataforma de abrasión la terraza marina. Otras características que se pueden presenciar son las flechas y cordones litorales así como los tómbolos y los diferentes tipos de costas que con esto conlleva.

Deben distinguirse dos modalidades de agua congeladas; una, la más importante, forma los casquetes polares; la otra, localizada en las zonas de las altas montañas, donde forma los glaciares de montaña.

Ejercen escasa influencia en el ambiente terrestre, pero contribuyen a modificar sensiblemente en el medio marino. En los fondos oceánicos existen depósitos inmensamente grandes de caparazones y otras estructuras protectores de organismos planctónicos y bentónicos.

Son las que ejercen en el mismo medio terrestre un papel preponderante. Los líquidos y los hongos contribuyen, desde un principio a la descomposición química de las rocas, extrayendo los elementos minerales que necesitan. Las raíces y raicillas de árboles y arbustos profundizan las grietas de las rocas, creciendo actúan como cuñas que rompen la roca más resistente.

Entre los agentes que originan cambios en la superficie terrestre, el hombre se encuentra entre los principales. Unas veces trata él de provocarlos, otras veces los controla o los modifica. Él es entre las criaturas, la que mejor se adapta al medio.



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