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Gran visir del Imperio otomano



El gran visir (en turco, Vezir-i Azam o Sadr-ı Azam (Sadrazam); en otomano: صدر اعظم o وزیر اعظم) era el principal cargo político del Imperio otomano, siendo equivalente a la figura actual de un primer ministro.

Nombrado por el sultán otomano entre sus visires, sólo el mismo sultán podía removerlo de sus funciones (al menos hasta antes de las reformas del Tanzimat). Poseía el sello imperial, actuando como representante del sultán para los asuntos de estado, y podía convocar a los otros visires al Consejo Imperial en el Kubbealtı del Palacio de Topkapi, en Constantinopla (actual Estambul). Las oficinas del gran visir estaban ubicadas en la Sublime Puerta, en el mismo palacio del sultán.

Durante las primeras etapas del estado otomano, el rol era cumplido por uno de los visires que formaban el Consejo del sultán. El título de gran visir recién aparece junto a Çandarlı Kara Halil Hayreddin Pasha, con el fin de distinguir al poseedor del sello del sultán del resto de los visires. Inicialmente el título utilizado con mayor frecuencia fue el de vezir-i âzam, aunque prontamente fue reemplazado por sadrazam, aunque ambos corresponden al mismo término. Durante la historia otomana, los grandes visires también recibieronlos títulos de sadr-ı âlî ('alto visir'), vekil-i mutlak ('representante absoluto'), sâhib-i devlet ('titular del Estado'), serdar-ı ekrem ('general gentil'), serdar-ı azam ('gran general') y zât-ı âsafî ('persona visieral') y başnazır, literalmente "primer ministro" en turco otomano.[1]

En las postrimerías del Imperio otomano, especialmente durante y después del siglo XIX, el gran visir adoptó una figura casi idéntica los primeros ministros en otros estados europeos.[2]​ Las reformas realizadas durante y después del Tanzimat (1838), la Primera Era Constitucional (1876–1878) y la Segunda Era Constitucional (1908–1920), avanzaron en la idea de un primer ministro, convirtiéndolo en el jefe del gabinete ministerial. Durante las dos eras constitucionales, el gran visir además ostentó el cargo de presidente del Senado Otomano, la cámara alta del parlamento. Con el fin del Imperio otomano y el establecimiento de la República de Turquía en 1923, el cargo de gran visir fue abolido, siendo reemplazado formalmente por el Primer ministro de Turquía.

En los comienzos del imperio otomano, Alaeddin Pasha fue la primera persona nombrada como visir con el fin de asumir ciertos roles en la administración del sultanato bajo Osmán I y su sucesor, Orhan. A medida que la administración del imperio se iba complejizando, nuevos visires fueron nombrados al diván. Uno de ellos era el que poseía el sello y, debido a la relevancia de dicho rol, fue adquiriendo una cierta preponderancia sobre el resto de ministros.

Fue Çandarlı Kara Halil Hayreddin Pasha (conocido como "el Viejo") quien usó formalmente por primera vez el título de gran visir y moldeó sus atribuciones, durante el sultanato de Murad I. A diferencia de sus antecesores, pertenecientes a la clase ilustrada o ilmiye, Çandarlı Kara Halil provenía desde el mundo militar, característica que sería fundamental en los años siguientes de expansión del Imperio. Con un total de 23 años, fue el gran visir que más tiempo gobernó durante toda la existencia del Imperio otomano e impuso a la familia Çandarlı como una de las más poderosas del sultanato.[3]

La familia Çandarlı entregaría cuatro grandes visires posteriormente. Uno de los más relevantes fue Çandarlı Halil Pasha (conocido como "el Joven" para diferenciarlo de su abuelo), quien fue nombrado en el cargo por Murad II en 1439. En 1444, el sultán abdicó en nombre de su hijo Mehmed II de trece años, con el fin de retirarse a Manisa. Debido a la minoría de edad de Mehmed, Çandarlı Halil quedó prácticamente como gobernante del imperio hasta el retorno de Murad II unos años después. Mehmed II reasumió el trono en 1451 tras la muerte de su padre y mantuvo a Çandarlı Halil como gran visir. Tras la histórica conquista de Constantinopla, una de las primeras acciones de Mehmed fue la ejecución de Çandarlı Kara Halil Pasha, la que se especula puede haber sido por una supuesta conspiración del visir con los bizantinos o como una forma del sultán de reforzar su dominio.[4]​ Esta primera ejecución de un gran visir se convertiría en un suceso recurrente para aquellos funcionarios que caían en desgracia ante el sultán.

Tras el fin del dominio de los Çandarlı, la mayoría de los grandes visires fueron seleccionados de los devşirme. Estos eran militares de alto rango que, en su infancia, habían sido capturados en territorios cristianos (usualmente en los Balcanes), alejados de sus familias y luego entrenados con lealtad únicamente al sultán. Muchos de estos grandes visires posteriormente serían incorporados a la élite del imperio, a través de matrimonios políticos, incluso con sultanas (ya fueran hijas o hermanas del emperador). Este fue el caso de algunos de los grandes visires de más renombre, como Pargalı Ibrahim Pasha quien es considerado como el más reconocido e importante Gran Visir para la historia, o Damat Rüstem Pasha. En otros casos, fueron nombrados como grandes visires los tutores del sultán mientras era şehzade, como fue el caso de Sokolluzade Lala Mehmed Pasha.

Con el paso de los años, a medida que el rol del sultán fue perdiendo poder (a partir del sultanato de Ibrahim el Loco y sus sucesores), el rol del gran visir fue creciendo. El principal exponente fue Köprülü Mehmed Pasha quien fue nombrado como gran visir en 1656 por Turhan Hatice Sultan, esposa de Ibrahim, madre y regente del joven Mehmed IV. Luego de años de crisis, la regenta entregó casi la totalidad de su poder a su gran visir, que tomó fuertes medidas para acabar con la corrupción y expandir las fronteras del imperio.[5]​ El éxito de su gestión permitió que a su muerte, el cargo fuera entregado a su hijo, creando una dinastía que daría origen a la llamada Era Köprülü, una de las más bullantes de la historia otomana.

Las ansias expansivas otomanas fueron detenidas con la batalla de Kahlenberg de 1683, lo que sumado al incidente de Edirne de 1703, provocó un estancamiento del poder militar y, en su reemplazo, el aparato burocrático adquirió más relevancia. En lugar de elegir comandantes militares, los sultanes comenzaron a nombrar como visir a aquellos miembros destacados del aparato gubernamental o provincial. En este período destacó la gestión de Koca Ragıp Pasha (1757–1763) durante el sultanato de Osmán III y Mustafá III.

En el siglo XIX, las reformas fueron inevitables en un imperio en declive y en que la influencia europea era cada vez más fuerte. Diversas reformas intentaron modernizar el país, las que fueron conocidas como Tanzimat, pero sin lograr resultados concretos. Diversos grupos, en particular los Jóvenes Otomanos, forzaron al sultanato a llevar a cabo reformas más profundas. El derrocamiento de Murad V en 1876 permitió el paso a la Primera Era Constitucional, tras la adopción de una constitución que estableció una monarquía constitucional a la usanza europea. La constitución estableció un parlamento bicameral, la Asamblea General, formada por una Cámara de Diputados (Meclis-i Mebusân) electa de forma indirecta en elecciones democráticas y un Senado (Heyet-i Âyân o Meclis-i Âyân) de 26 miembros designados por el sultán. La constitución entregó al gran visir el rol de presidente del Consejo de Ministros y como representante del sultán en las relaciones con la Asamblea General.[6]

Sin embargo, la constitución tuvo una corta duración inicialmente, luego que Abdul Hamid II la revocara en 1878 y reasumiera su rol como monarca absoluto. Tras ser depuesto Abdul Hamid II en 1908, la constitución fue restaurada en la llamada Segunda Era Constitucional, la cual se extendió hasta la disolución del imperio. La derrota en la Primera Guerra Mundial, las revueltas de las diferentes nacionalidades que conformaban el imperio, el levantamiento del Movimiento Nacional Turco de Mustafá Kemal y la derrota de las fuerzas leales al sultán en la Guerra de Independencia turca fueron los gatillantes del fin del Imperio. La nueva Asamblea Nacional Turca en Ankara declaró la abolición del sultanato el 1 de noviembre de 1922, mientras el sultán Mehmed VI buscaba refugio. Los ministros del sultanato fueron renunciando a medida que se desintegraba el gobierno; Ahmed Tevfik Pachá, el último gran visir, renunció finalmente el 4 de noviembre. Mehmed finalmente abandonó Constantinopla el día 17, dando fin definitivo al Imperio otomano. La figura del gran visir sería reemplazada oficialmente por la del primer ministro de Turquía.

La siguiente lista recopila el listado tradicional de grandes visires del Imperio otomano. Debido a la fragilidad de fuentes más antiguas, las fechas exactas pueden tener pequeñas variaciones. (Visualmente, cuando un gran visir ha desempeñado varias veces el cargo, las imágenes de los mandatos repetidos están reducidas).



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