El Grupo 4 de Caza (G4C) es una unidad de combate de la Fuerza Aérea Argentina con asiento en El Plumerillo, Provincia de Mendoza y dotada de los aviones de entrenamiento avanzado y ataque ligero IA-63 Pampa. Forma parte de la IV Brigada Aérea.
Combatió en la guerra de las Malvinas con aviones de ataque Douglas A-4C Skyhawk desde la Base Aérea Militar San Julián.
Fue creado en 1978 en base al anterior Grupo 4 de Operaciones, vigente desde 1972 —este, a su vez, fue la continuación del Grupo 1 de Caza-Bombardeo. En aquellos años su material de dotación eran el ya veterano caza F-86F Sabre y el entrenador MS.760 Paris, sumando a estos un lote de A-4C Skyhawk a partir de 1975. En 1977 se incorporaron helicópteros SA 315B Lama para equipar un escuadrón de búsqueda y rescate —ese año, el helicóptero al mando del teniente Héctor Pereyra aterrizó tres veces en la cumbre del Cerro Aconcagua.
Entre 1976 y 1978 la FAA incorporó 25 Douglas A-4C Skyhawk. El 11 de abril de 1976 fueron asignados a la IV Brigada Aérea. Los A-4C cargaban el misil aire-aire Rafael Shafrir 2.
Desde su incorporación, los A-4C sufrieron la falta de repuestos. Recién 1978, se pusieron en servicio 13 radioaltímetros AN/APN-141V y seis radares AN/APG-53A.
El A-4C Skyhawk, avión que dotaba al G4C, precisó reabastecimiento en vuelo (REV) para tener más posibilidades de llegar al objetivo, atacar y regresar al continente. Sumado a esto solo existían dos aviones reabastecedores y ante cualquier problema en el reabastecimiento los pilotos solamente podían abortar la misión en el mejor de los casos o eyectarse en el mar.
El Grupo 4 de Caza se desplegó en la Base Aérea Militar San Julián (SJU) con quince A-4C Skyhawk.
El armamento era inadecuado para usarlo contra buques. Este problema se intento solucionar variando los tiempos de armado de las espoletas y retardos para mejorarlo. La falta de conocimiento sobre el tema y de ensayos hizo que los cambios no dieran el resultado esperado. Finalmente con armas aptas provistas por el fabricante y bien analizados, dieron buenos resultados pero con un gran porcentaje de fallas.
El 1 de mayo, a causa de los primeros combates, el Comando de la Fuerza Aérea Sur recibía muchas informaciones y comenzó a ordenar misiones. Estas eran impartidas mediante órdenes fragmentarias (OF).
El 9 de mayo la FAS apreció que la meteorología mejoraba sobre Puerto Argentino/Stanley y que habían de dos buques británicos en piquete radar en los radiales 330° a 30 o 40 mn y 215° a 20 mn de esa capital. Sin embargo, el tiempo en el resto del Teatro de Operaciones permanecía marginal. La FAS emitió las siguientes misiones para el G4C:
Los números 1 y 4 de la escuadrilla Trueno regresaron a su base a las 15:08 horas por fallas en transvase de combustible. Los números 2 y 3 (Casco y Farías) reabastecieron y continuaron. Volaban en condiciones atmosféricas marginales (techo de vuelo bajo, lloviznas aisladas, bancos de niebla, etcétera). A las 14:40 horas preguntaron al oficial de control aéreo táctico (OCAT) más datos sobre la posición del buque inglés. No veían las islas ni estaban enlazados con el radar Malvinas (no estaban en pantalla). El OCAT les respondió que estimaba que el objetivo estaba más al este. Continuaron en vuelo rasante. Se estrellaron contra las islas Los Salvajes, no muy lejos de su objetivo, el HMS Coventry (D118). Así el G4C perdió dos de sus pilotos.
La escuadrilla «Cóndor», a 40 mn del cabo Belgrano, volando entre nubes a 500 pies (152.4 m), con lluvia torrencial, visibilidad cero y en formación ciega, decidieron regresar y lo comunicó al OCAT a las 15:26 horas. Aterrizó en SJU a las 16:45 horas.
El Comando de la FAS les ordenó a los «Fortín» regresar.
El G4C participó en los ataques a buques británicos del 21 de mayo en el estrecho de San Carlos. Lo hizo a partir de la segunda oleada.
A continuación la unidad participó de la cuarta oleada.
Ambas escuadrillas sobrevolaron la zona del objetivo material (OM) sin hallarlo.
Llegaron a la zona del objetivo cerca de las 11:30 horas y se dirigieron a bahía San Carlos con rumbo 190/220°. Atacaron a la HMS Arrow con seis bombas. Un numeral vio una llamarada en dicha fragata. Estimaron ocho a diez barcos en el estrecho y uno que creían era el SS Canberra. El jefe de Escuadrilla ordenó al n.º 3 eyectarse pero a este le informó que aún tenía 3000 lb de combustible.
Pusieron rumbo 260° en ascenso sobre el estrecho. Visualizaron un buque y descendieron nuevamente. Al terminar de cruzar el estrecho (5 mn al norte de bahía Fox) ascendieron y chequearon su combustible: el n.º 1 tenía 1500 lb, el n.º 2 tenía 2280 lb y el n.º 3 tenía 2500 lb.
Cruzaron la Gran Malvina en ascenso. Ya sobrevolando el mar, al norte de la isla San Jorge, observaron al teniente Bono iniciar un suave viraje descendente y estrellarse en el mar. Existen dudas sobre su eyección, de todas maneras cayó al helado mar. Solicitaron al KC-130H «Madrid 2» que les efectuara homing de guía. Lo encontraron en el nivel de vuelo 100 y conectaron (el n.º 1 tenía 200 lb y el n.º 2 tenía 1 200 lb) y así navegaron a hasta 30 mn de San Julián. Aterrizaron a las 13:00 horas.
Para auxiliar a los «Jaguar», el KC-130H se acercó a 60 mn de la Gran Malvina.
Paredi e Isaac siguieron en alejamiento. El n.º 4 se percató de una merma considerable de combustible, por lo que eyectó cargas externos y solicitó REV. Ascendieron y acoplaron en el KC-130H «Berlín». Llegaron a San Julián a las 14:30 horas.
El 28 de mayo la Armada Argentina decidió ejecutar un ataque al portaaviones británico HMS Invincible. Para ello su sistema de armas Super Étendard-Exocet AM 39 necesitaba dos reaprovisionamientos en vuelo por parte de los KC-130H Hercules de la Fuerza Aérea. La Fuerza Aérea Sur solicitó, dada las circunstancias terminales del conflicto, intervenir con una Escuadrilla para incrementar el poder de fuego contra dicho objetivo.
A pesar de la reticencia de la Armada debido a la falta de discreción de los aviones de la Fuerza Aérea, esta consiguió participar. Se decidió que los aviones A-4C realizaran la misión por su capacidad de reabastecimiento en vuelo y autonomía de oxígeno. Se emitió la siguiente orden fragmentaria:
Debido a la peligrosidad de la operación, el jefe de Escuadrón pidió voluntarios y así se presentaron dos jefes de Escuadrilla, los primeros tenientes José Daniel Vázquez y Ernesto Ureta. Estos eligieron sus respectivos numerales, el primer teniente Omar Jesús Castillo, el teniente Daniel Paredi y el alférez Gerardo Guillermo Isaac. Uno de estos tres debía actuar como reserva.
La ruta era despegando en Aeropuerto de Río Grande, el 29 de mayo al mediodía arribaron los A-4C a esa ciudad. Inconvenientes en los KC-130H motivaron posponer la operación al día siguiente. El Escuadrón A-4C aprovechó la oportunidad para cambiar dos aviones que tenían desperfectos.
La operación fue realizada por dos Super Étendard (SUE) de la 2.ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque. Indicativo: «Ala». Tripulación: capitán de corbeta A. Francisco y teniente de navío L. Collavino; dos KC-130H del Grupo 1 de Transporte Aéreo. Indicativo: Cacho y Gallo; y cinco A-4C del Grupo 4 de Caza (ya descritos). El despegue sería Río Grande los SUE y A-4C, y desde Río Gallegos los KC-130H. Los reactores y los reabastecedores se reuniría en el punto de control de reabastecimiento en vuelo (PCRA) 55°50′S 58°00′O / -55.833, -58.000. En esta posición efectuaría el REV. Ambos sistemas (SUE y A-4C) reabastecerían dos veces para partir con la máxima carga de combustible posible. A partir de allí saldrían con rumbo 330º o 350º en vuelo rasante, 100 pies (30.4 m) de altura. Los SUE irían adelante y los A-4C a cada lado. La velocidad de aproximación sería de 420 nudos (777 km/h). A las 100 mn (185.2 km) los SUE localizarían al objetivo naval con su radar de a bordo. A las 13.5 mn (25 km) de distancia los SUE lanzarían el último misil Exocet AM 39 que le quedaba a Argentina en ese momento. Consecutivamente regresarían a Río Gallegos sin realizar REV.
Los A-4C acelerarían al máximo siguiendo el rastro del misil. Llegarían al portaaviones 50 segundos después del impacto, para lanzar sus tres bombas de BRP de 250 kg. Estas bombas tenían como propósito reforzar el poder de destrucción del Exocet que no había sido concebido para hundir sino para averiar a un barco de 20 000 t de desplazamiento como era el Invincible.
A las 11:25 horas despegaron los KC-130H desde Río Gallegos y se dirigieron al PCRA. A las 12:30 horas despegaron los SUE y A-4C desde Río Grande.
Una vez disparado el Exocet, los A-4C, Ureta e Isaac a la derecha, y Castillo y Vázquez a la izquierda, se lanzaron convergiendo casi en línea, sobre la estela del proyectil.
El 8 de junio la FAA ejecutó un ataque certero a la flota británica.
El n.º 4 cargó 1 000 litros menos por inconvenientes en el sistema de combustible. Cuando arribaron a 100 mn de las islas, volando al tope de nubes medias y chaparrones aislados, descendieron a rasante. La visibilidad estaba reducida por la bruma y la hora crepuscular. Se pusieron en una formación tendiente a la línea. Escucharon llamados del CIC Malvinas y no contestaron. Unas 5 mn antes del OM, el guía avistó al RFA Sir Galahad (L3005), que ardía en su sección media. No observaron PAC y el era difícil visualizar el terreno por la falta de luz. Pudieron ubicar al OM por el fuego de la artillería antiaérea británica, que era intenso desde el frente y los costados.
Lanzaron sus armas en salva, cuando el equipo de navegación Omega indicó el blanco, unos 1 000 m dentro del terreno. Escaparon bajo el intenso fuego antiaéreo proveniente de Fitz Roy y de los cerros del norte. Al no tener crepúsculo de frente, se veían con nitidez los misiles, lo que facilitó la evasión. A los n.º 3 y 4 no les salieron las bombas y se les trabaron los cañones.
En el regreso, el 3 avistó a un avión inglés a 4 000 o 5 000 pies. Por esto continuó rasante. Se acopló al Parca 2, quien lo llevó hasta las proximidades de la base por tener pérdida de combustible el A-4C n.º 3.
Los 1 y 2 arribaron a San Julián a las 18:00 horas y los 3 y 4 a las 18:30 horas.
Esta escuadrilla fue precedida por la «Pitón» del Grupo 5 de Caza. Ambas reabastecieron del «Cierto 2» (KC-130H) en el PCRA previsto. Luego del REV, regresó el Cobra 4 por inconvenientes en el transvase.
Iniciaron la navegación Almoño y Martínez. Arribaron al punto 1 (52° 60′), luego al punto 2 (52° 57′ 30′′). Por fallas en dicho derrotero, en realidad estaban realizando una ruta apartada 20 mn al norte. Iban rasante y tomaron conocimiento del error al sobrevolar el monte Kent y encontrarse sobre bahía de la Anunciación. Decidieron regresar por la costa norte de las islas. Allí el guía notó una pérdida de combustible en el avión de su numeral. Esto fue causado por un impacto de un ave que también averió la manguera del sistema hidráulico de freno. No visualizaron buques, ni PAC, ni artillería antiaérea. No enlazaron con el CIC por tener órdenes de silencio de radio. Eyectaron las cargas externas y se dirigieron al PCRA, donde conectaron con el Cierto 2. Este los remolcó hasta 130 mn de San Julián. Aterrizó primero el n.º 2 con problemas de freno, enganchó barrera a las 17:00 horas. Lo siguió el n.º 1 consecutivamente.
En 1983, los A-4C sobrevivientes fueron transferidos al Grupo 5 de Caza con asiento en la V Brigada Aérea, Villa Reynolds.
Actualmente el escuadrón está conformado por una flota de aviones IA-63 Pampa de fabricación nacional.
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