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Guanaco



Lama guanicoe guanicoe
Lama guanicoe cacsilensis

Lama glama guanicoe
Lama glama cacsilensis

El guanaco (Lama guanicoe) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Camelidae propia de América del Sur. Es un animal salvaje, en oposición a la llama (Lama glama) que es doméstica. Es de huesos finos, con una altura aproximada de 1,60 metros y cerca de 91 kilogramos de peso.[2]​ Los guanacos jóvenes son llamados chulengos.[3]

Su nombre proviene del quechua, wanaku.[4]​ Es uno de los pocos mamíferos que pueden beber agua salada sin ningún problema.[cita requerida]

Según la Lista Roja de la UICN se clasifica como una especie diferente, Lama guanicoe,[1]​ con dos subespecies: Lama guanicoe cacsilensis o "guanaco peruano" y Lama guanicoe guanicoe o "guanaco sureño";[5]​ según Mammals Species of the World los guanacos corresponderían a dos subespecies de Lama glama: Lama glama cacsilensis y Lama glama guanicoe.[6]

Al igual que la llama, (camélido doméstico que desciende del guanaco) el guanaco es un camélido que es incluso más escaso que la alpaca. Está revestido por un pelaje doble y grueso que lo protege.

Su altura a la cruz es de 1 a 1,2 m y, si se incluye la cabeza, entre 1,8 a 1,9 m.[7]​ Los guanacos se caracterizan por ser los animales de mayor tamaño de Chile[8]​ y la Patagonia (exceptuando los mamíferos marinos). Su peso es típicamente el doble que el de las vicuñas, alrededor de los 100 kg, pero puede alcanzar hasta los 140 kg. Su pelaje es más largo que el de la vicuña pero más corto que el de la alpaca; es también de excelente calidad y de color rojizo en los guanacos sureños del Perú. El diámetro de la fibra oscila entre 16 y 18 micrómetros, y es muy liviana porque, a diferencia de la lana de oveja y a semejanza con la de la vicuña, es hueca.

Una característica de los guanacos es que tienen la cabeza oscura y la parte ventral y las patas de color más blanquecino. Sus colores les ayudan a camuflarse en los hábitats desérticos y pastizales. Ellos tienen ojos grandes con pestañas gruesas para protegerse del polvo y suciedad. Sus orejas son grandes y puntiagudas. Aunque están relacionados con los camellos, los guanacos no tienen gibas. Si tienen pies como los camellos, con dos dedos de pie acolchados para caminar a través de las piedras.

El guanaco norteño es el antecesor de la llama. El promedio de vida del animal es de 20 a 25 años.

El guanaco tiene hábitos diurnos. Vive en rebaños pequeños conformados por un macho y varias hembras con sus crías. Si el macho detecta algún peligro advierte al grupo mediante un balido.[9]

El guanaco puede correr a unos 64 km/h.[10]​ La velocidad es importante para su supervivencia, debido a que en los lugares abiertos donde viven no hay donde esconderse fácilmente. El chulengo puede correr poco después de nacer. El guanaco también es un buen nadador y puede atravesar los arroyos de montañas.

Su principal depredador es el puma. Otro depredador en forma ocasional es el zorro culpeo o colorado. Aunque los ataques se observaron en solitario, este zorro posee dimensiones corporales respetables para dar caza a crías e incluso adolescentes.[11]​ Este comportamiento era desconocido hasta 2007, cuando se empezó a observar la depredación en la reserva Karukinka, en Tierra del Fuego. Los científicos estipulan la razón de la supuesta nueva depredación a la adversa condición climática de la isla, que hace escasear el alimento y debilita los animales. También se piensa como factor la ausencia de pumas en Tierra del Fuego, que permite ocupar al zorro el nicho ecológico de aquel. Por último, se presume que este comportamiento no es nuevo, ya que el zorro es nocturno, hábito que le permite cobrar presas en mayoría, pero dificulta la observación. Ante la amenaza del zorro colorado, los guanacos recurren a estrategias de cooperación para proteger a sus crías con una formación de escudo, un círculo alrededor de los vulnerables. Si tiene éxito saca a patadas al cánido, aunque es imposible hacerlo con un puma.[12]​ La vida en grupo es una importante estrategia contra la depredación. Los efectos de dilución y detección temprana permiten a los guanacos que viven  en grupos a pasar menos tiempo vigilando y más tiempo forrajeando, que los guanacos que viven solos.

Se alimenta de hierbas, musgo y tubérculos.[9]​ Los guanacos son conocidos por su gran habilidad para escupir, tanto saliva como hierbas que puedan estar masticando. Su labio superior partido actúa como dedos para ayudar el proceso de comer. El guanaco tiene un sistema digestivo especializado y por eso puede comer muchos tipos de comida y absorber la mayor cantidad de nutrientes de plantas. No tiene que beber agua porque recibe suficiente agua de su alimentos.

La época de celo ocurre entre noviembre y febrero. Los machos se tornan entonces agresivos y luchan entre sí por las hembras. Después de once meses de gestación nace una sola cría.[9]​ Su sistema de apareamiento es poligínico.

Guanacos vive en un grupo familiar que tiene un macho adulto, varias hembras adultas, y bebés de menos de un año.

Las hembras esperan a quedar embarazadas hasta qué condiciones ambientales están buenas. Dan a luz cada dos años a un chulengo durante los meses de verano. La gestación es de once meses. Solo 30% de los chulengos nacidos en la naturaleza sobreviven hasta edad adulta.

El guanaco tiene varias maneras de comunicación. Usa las posiciones de las orejas, el cuerpo, y la cola. También usa su voz y sonidos que van desde trinos agudos hasta bufidos y chillidos. Su estiércol es otro método de comunicación y el estiércol marca territorio. 

Para sobrevivir el clima duro y variable, los guanacos han desarrollado adaptaciones fisiológicas que les permiten responder a los cambios de ambiente. Al ajustar la posición de su cuerpo, el guanaco puede “abrir” y “cerrar” ventanas termales—áreas de lana delgada—para regular la cantidad de piel expuesta y reducir el pierde de calor rápidamente.

Los guanacos se encuentran a menudo en grandes altitudes, hasta 4.000 metros sobre el nivel del mar. Para que los guanacos sobrevivan en los bajos niveles de oxígeno de estas grandes altitudes, su sangre es rica en glóbulos rojos. Una cucharadita de sangre de guanaco contiene alrededor de 68 mil millones de glóbulos rojos, cuatro veces más que un humano.

La lana de guanaco está muy valorada en el mercado internacional y es apreciada por su suavidad y calidez. Aunque algunos guanacos viven en cautiverio con el fin de producir lana, los esfuerzos por capturar, esquilar, y liberar guanacos silvestres han aumentado rápidamente desde que comenzaron estas iniciativas a fines de la década de 1990. La demanda de esquila del guanaco está creciendo y Argentina produce ahora 150 kg de lana de guanaco al año. La lana de guanaco se considera más fina que la de alpaca pero más tosca que vicuña.

Habita solo en América del Sur, manteniendo poblaciones en todo el oeste de la Argentina y de Bolivia, gran parte de Chile, y poblaciones menores en el oeste de Paraguay y Perú. Cuando los europeos llegaron a Sudamérica, estimaron su cantidad en 500 000 ejemplares.

Por efecto de la cacería descontrolada y el deterioro de su hábitat hay zonas en las que el guanaco es considerado una especie en peligro, ya que son cazados por su carne, cuero y lana. En la región alto andina y puneña las poblaciones son pequeñas, encontrándose en muchos casos en una disminución progresiva de sus números.



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