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Guardia Suiza Pontificia



La Guardia Suiza (en latín: Custodes Helvetici; en italiano: Guardia Svizzera) es un cuerpo militar encargado de la seguridad del papa y de la Santa Sede. Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la seguridad del palacio de Versalles (Francia) durante el reinado de Luis XVI. El jefe ceremonial de la Guardia Suiza es el papa, soberano de la Ciudad del Vaticano. En la actualidad, se trata del ejército profesional más pequeño del mundo, con alrededor de 100 soldados.

La historia de la Guardia Suiza tiene su origen en el siglo XVI. El papa Sixto IV ya había firmado una alianza previa con la Confederación Suiza y construyó cuarteles en "Via Pellegrino" previendo la posibilidad de contratar mercenarios suizos. El pacto fue renovado por Inocencio VIII para usarlos contra el duque de Milán. Alejandro VI los utilizó durante su alianza con el rey de Francia. Durante la época de los Borgia, sin embargo, comenzaron las guerras italianas, en las cuales los mercenarios suizos eran un accesorio en la línea del frente entre las facciones beligerantes, a veces por Francia y, a veces por la Santa Sede o el Sacro Imperio Romano Germánico. Los mercenarios se reclutaron cuando se oyó decir que el rey Carlos VIII de Francia planeaba una guerra en contra de Nápoles, entre cuyos participantes estaba el cardenal Giuliano della Rovere, el futuro Julio II.

Fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fue los mercenarios suizos, debido a la reputación que habían ganado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.

Diversos hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron durante el saqueo de Roma a las tropas del emperador Carlos I integradas por diez mil lansquenetes, entre cinco mil y seis mil soldados españoles y un grupo irregular de italianos, comandados todos ellos por el condestable Carlos de Borbón.[1]​ Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron solo 42 de los 189 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo. El capitán de la guardia, Caspar Röist, herido, buscó refugio en su casa, donde fue asesinado por soldados españoles frente a su esposa.[2]

Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el papa y los ascendidos toman posesión.

No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del Estado soberano de Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados: el Comandante, con el rango de coronel, quien es la máxima autoridad del cuerpo militar, Vicecomandante de la Guardia Suiza y un capellán, teniente coronel, un oficial con el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios suboficiales, 70 alabarderos y dos tamborileros.

Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas como el fusil suizo SIG 550, el subfusil HK MP5 y las pistolas SIG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.

Los reclutas deben ser varones que cumplan los siguientes requisitos:

La bandera porta en la parte inferior las armas de Julio II, en la superior las del papa actual y en el centro las armas de su comandante.

Pueden casarse si prorrogan su enrolamiento por dos años más, siendo necesaria la aprobación del capellán.

El actual uniforme fue diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) inspirado en los frescos de Rafael y no en un modelo que se atribuye a Miguel Ángel, como se afirma. Los colores corresponden a la librea (basado en el escudo) de la Casa de Della Rovere, a la que pertenecía el papa Julio II, por lo que es considerado uno de los uniformes militares en activo más antiguos del mundo, siendo mucho más vistoso, alegre y brillante que el que tenían ya bastante avanzado el siglo XIX: el morrión, ornado con una pluma roja o blanca, según el grado o rango; los guantes blancos, la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval, y el morrión, negro o en metal, que es similar al que llevaban los soldados españoles en el siglo XVI. El color rojo fue introducido por el papa León X, en referencia al escudo de los Médicis. El uniforme bermejo de los oficiales está basado en el que usaban los guardias del Imperio español durante el reinado de Felipe II. Van armados de alabarda y espada ropera, aunque al prestar servicio añaden armas modernas de infantería, pistolas, ametralladoras, subfusiles y fusiles de asalto, además de explosivos con los que realizan un alto entrenamiento profesional y táctico militar.

Los guardias suizos no usan propiamente botas altas, aunque sí calzas a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada y cubiertas por polainas según la ocasión y clima. Este uniforme expresa la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.

La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio.



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