Nueve años después de la Guerra del Mixtón, la Guerra Chichimeca comenzó de manera concreta en La Gran Chichimeca. El conflicto fue la continuación de los acaecidos anteriormente, ya que los ataques contra los españoles continuaron después de que terminara la campaña del cerro del Mixtón. Durante este periodo, los chichimecas atacaron continua y ferozmente a los españoles, que optaron por declarar la guerra. A diferencia de la Guerra del Mixtón, los caxcanes habían establecido cierta alianza con los españoles. La Guerra Chichimeca se llevó a cabo principalmente en los actuales estados de Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí entre los indígenas zacatecos y guachichiles contra los españoles y sus aliados indígenas.
En 1546, surgieron noticias de grandes depósitos de plata que se encontraban cerca del Cerro de la Bufa en Zacatecas. El descubridor, Juan de Tolosa, encontró los depósitos al pie del cerro después de que un grupo de naturales del lugar le dieran un par de piezas de oro. El 8 de septiembre del mismo año se fundó la ciudad de Zacatecas. Atraídos por la posible riqueza metalúrgica, miles de personas migraron del sureste de México y entraron al corazón de “la Gran Chichimeca”, y se establecieron cerca de las minas de San Martín, Chalchihuites, Avino, Sombrerete, Fresnillo, Mazapil y Nieves. Los españoles habían tratado de someter a los indios chichimecas —en realidad varias etnias—; por ese tiempo, los soldados españoles entraban a pequeños establecimientos indígenas, capturaban a sus pobladores y los llevaban a trabajar en las minas a manera de esclavos, con lo que desobedecían las órdenes de la corona y del virrey. Después de la caída de Tenochtitlan, los españoles dieron en creer que el pueblo chichimeca sería rápidamente derrotado por las armas, debido a su forma nómada de vida. Sin embargo, toparon con uno de los conflictos más catastróficos que habrían tenido con nativos.
La forma de vida de los chichimecas del desierto era de una manera inhóspita y sobrehumana para los ojos de los españoles, de la misma forma estos pensaban que los mismos eran seres sobrenaturales. Eran cazadores-recolectores que vivían con un conocimiento extenso de los territorios donde habitaban, además la guerra era una actividad constante entre las diferentes tribus que daban una serie de estrategias utilizando el territorio desértico. Todo ello significó que fue prácticamente imposible reducirlos rápidamente y los colonos se vieron envueltos en una sangrienta contienda que desgastó la idea de extraer rápidamente los recursos minerales de la región. Según un relato tomado por Jiménez Moreno y basándose a su vez en Gil González Dávila, describe vívidamente el terror que presenciaban los españoles al caer prisioneros por los chichimecas:
Asimismo los autores agregan:
Se registraron constantes ataques a las caravanas de comercio españolas que transitaban la denominada Ruta de la Plata que eran dos rutas del norte, una que comenzaba desde Nuevo México hasta el valle de México pasando por la Nueva Galicia y otra que provenía de San Luis Potosí, para contenerlos los españoles construyeron los denominados presidios o ciudades-presidios que eran fortificaciones que utilizando muros, fosos y calles de tamaño reducidas podían reducir los riesgos de saqueo y destrucción de los pueblos chichimecas. En este periodo también fueron destruidos varios asentamientos españoles, como es el caso del pueblo minero de Real de Catorce que se refundó hasta 1582.
El virreinato de Nueva España mantuvo una desgastante actitud bélica frente a los indígenas del centro-norte hasta que fue encomendado el mestizo Miguel Caldera de padre español y madre guachichil para la conquista de esas tierras, ello significaría el uso de una nueva estrategia de pacificación.
Con el relativo fracaso de la estrategia de ciudades-presidio, el virreinato de la Nueva España de Luis de Velasco y Castilla optó por dar apoyos en alimentos y materiales a los indígenas a cambio de una rendición negociada y a la apertura de los grupos tribales a una "conquista espiritual" por parte de los misioneros. El mediador entre los españoles y los pueblos chichimecas, fueron los denominados "Indios de Paz" que eran grupos indígenas evangelizados como tlaxcaltecas y purépechas, de esta manera se logró una pacificación rápida.
A pesar de la "compra de la Paz" algunos grupos indígenas que huyeron a las montañas continuaron con esporádicas rebeliones bélicas, tal es el caso de los Wixarikas (Huicholes) en toda la región de la Gran Chichimeca. Ellos compraron la paz con docenas de sus agriculturas y con eso se pudo pactar la paz hasta 1791. Frijoles
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