La guerra electrónica (abreviado a veces, EW, del inglés electronic warfare) consiste en una actividad tecnológica y electrónica con el fin de determinar, explotar, reducir o impedir el uso hostil de todos los espectros de energía, por parte del adversario y a la vez conservar la utilización de dicho espectro en beneficio propio.
La utilización militar de equipos electrónicos alcanza a todos los niveles y modalidades de combate. Los equipos de comunicaciones permiten el control en tiempo real de todos los escalones de las fuerzas de combate y facilita al jefe de las mismas los datos necesarios para evaluar la situación. Las redes de radar (siglas inglesas de radio detection and ranging, detección y telemetría por radio) facilitan una alerta previa de un ataque aéreo enemigo, y los sistemas electrónicos de dirección de tiro ayudan a la defensa antiaérea. Estas redes electrónicas pueden guiar a los aviones de interceptación contra la fuerza atacante. Estos mismos aviones cuentan con un sofisticado conjunto de equipos para la detección de blancos, navegación y guiado de las armas hasta el objetivo. Sin embargo, como la totalidad de estos sistemas dependen en gran medida del espectro electromagnético en lo relativo a inteligencia y operatividad, las fuerzas oponentes pueden utilizar otros dispositivos electromagnéticos para reducir su utilización óptima e incluso servirse de nuestro sistema.
Desde la invención del radar durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra electrónica no ha cesado de progresar a pasos agigantados hasta constituirse hoy en día en el factor decisivo de la victoria. De la misma forma que sin conquistar la superioridad aérea es impensable obtener la victoria, sin la superioridad electrónica es impensable conseguir ésta. La capacidad de supervivencia de las fuerzas propias en un ambiente hostil y la precisión y efectividad de las armas dependen de la capacidad para controlar el espectro electromagnético. Por otra parte la primera acción hostil en un enfrentamiento pasa siempre por la perturbación y el ataque a los sistemas de detección y comunicaciones del adversario. La EW no es un factor independiente pero ha de considerarse un factor importantísimo en la valoración de la supervivencia y la vulnerabilidad.
Dada la complejidad de las operaciones militares, la EW se divide en tres partes elementales:
Por último, un concepto que cada vez tiene mayor importancia: el control de emisiones (CONEM). Se trata del control selectivo de energía electromagnética o acústica emitida. con el fin de minimizar la detección de la misma por los sensores enemigos, o bien para mejorar las prestaciones de los sensores instalados.
Con frecuencia se piensa que CONEM es silencio electrónico total. Bien podría ser así, pero el silencio electrónico es un tipo de CONEM. Tal como se ha definido, el CONEM es selectivo y se manifiesta según diferentes grados.
Cuando se opera en una red integrada de defensa es fundamental que la fuerza de penetración disponga de informaciones relativas a la ubicación y características técnicas de los sistemas electrónicos contra los cuales se enfrente; esta función corresponde a la inteligencia. Aunque el alcance del presente texto no abarca este campo, constituye el apoyo de la EW, y quienes estudien la misma habrán de estar, cuando menos, al tanto de las definiciones siguientes:
La EW es un factor primario en la dirección de operaciones militares. Aunque el presente texto aborda la aplicación de la EW en el campo aeronáutico, la misma impregna la totalidad de la esfera bélica. Dentro de sus límites se incluye la aplicación de dispositivos de EW integrados en sistemas aéreos, marítimos. terrestres y especiales ofensivos y defensivos. La EW es una evolución continua de equipos, tácticas y doctrina plenamente integrada en las fuerzas operativas. La obtención de la información se basa en la recopilación de la capacidad, condición de los sistemas de armamento y orden de batalla de un enemigo. La información obtenida suministra la base necesaria para el desarrollo de equipos, tácticas y doctrinas apropiados, incluyendo capacidades de EW. Al iniciarse las hostilidades, la información es puesta al día mediante acciones de ESM, y las ECM y EPM se aplican apropiadamente en apoyo de fuerzas propias. La misión de la EW consiste en ayudar a crear con medios electrónicos, un entorno operativo militar que garantice la iniciativa táctica y la elección de sistemas de armas apropiadas para que permanezcan siempre en poder de la jefatura de fuerzas propias y aliadas. En esencia, la misión de la EW es conseguir la superioridad sobre el adversario en el empleo de medios electrónicos y electromagnéticos.
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