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Guerra Anglo-Zulú



17 cañones
1 ametralladora Gatling
1 batería de cohetes
2ª invasión:
25 000:[2][3]

La guerra anglo-zulú enfrentó a los británicos y a los zulúes (1879). Desencadenada por motivos varios, fue un hito del colonialismo en la región y acabó la independencia de la nación zulú. La lucha fue encarnizada con duras y sangrientas batallas.

Su último rey independiente, Cetshwayo, lideró la llamada guerra Zulú contra los británicos que buscaban ampliar sus intereses en la zona. A pesar de poder detenerlos al principio las tropas coloniales británicas le pudieron derrotar más tarde en la decisiva batalla de Ulundi. Acabaron así con la independencia de los zulúes y el territorio pasó a ser luego una posesión británica.

Durante la primera mitad del siglo XIX, los zulúes dominaban buena parte del sur de África. En 1854, los bóeres instalados en la región KwaZulu-Natal obtuvieron del rey zulú Mpande la propiedad de la zona, y crearon la República de Natal.

En 1856, Cetshwayo (hijo de Mpande) decidió eliminar a sus hermanos para asegurar su ascenso al trono. Uno de ellos, Umtonga, buscó refugió con los bóeres de Utrecht. Tras varias negociaciones, Umtonga fue entregado a cambio de que se respetase su vida y de ceder a los bóeres las tierras comprendidas entre Rorke's Drift y Pongola. Poco después se unieron con los trekboers en el Transvaal.

En 1865 Umtonga huyó de nuevo por lo que Cetshwayo denunció el acuerdo y exigió la devolución de las tierras anteriormente cedidas. La tensión creció, y los bóeres se armaron. Cuando en 1873 murió Mpande, Cetshwayo equipó a su ejército con armas de fuego.

En 1874 sir Bartle Frere fue enviado a Sudáfrica como alto comisionado, con la misión de organizar una federación de estados. Para ello había que salvar el obstáculo que representaban tanto la República del Natal como el reino zulú. En 1877 Theophilus Shepstone sugirió a los bóeres de Natal que renunciaran a la independencia y fueran administrados por la corona británica. Sin embargo, la mayoría de ellos decidió emigrar hacia el norte, a los territorios de los futuros Estado Libre de Orange y República del Transvaal. La nueva colonia británica de Natal empezó a recibir a muchos colonos procedentes del Reino Unido y de la India Británica.

En 1878 una comisión intentó negociar las fronteras, exigiendo a los zulúes que protegiesen a los colonos o los indemnizasen si se iban, a lo que Cetshwayo se negó. Sin conocimiento del gobierno británico, el alto comisionado Frere comenzó una serie de acciones destinadas a alimentar la tensión en la frontera, y terminó enviando un ultimátum el 11 de diciembre de 1878, que provocó la declaración de guerra el 11 de enero de 1879.

En 1879 el general Frederick Augustus Thesiger invadió desde tres puntos el reino zulú, sin autorización del gobierno británico, dirigiéndose a Ulundi la capital. El primer encuentro entre los dos ejércitos fue la batalla de Isandhlwana, en la que la retaguardia británica fue derrotada, suponiendo la primera derrota de los británicos en África.

El ejército británico, bajo el mando de Pearson, se atrincheró en Eshowe, donde sufrió un largo asedio hasta ser salvado por Lord Chelmsford después de la batalla de Gingindlovu. La segunda columna inglesa debía ocupar el noroeste de Zululandia, acampando en Tinta's Kraal, pero las noticias del desastre de Isandhlwana llevaron a su comandante a retirarse.

Cetshwayo no cruzó la frontera, limitándose a una guerra defensiva. Chelmsford reagrupó fuerzas con la intención inicial de relevar a Pearson en Eshowe, para lo que el gobierno británico envió siete regimientos junto con dos baterías de artillería. Una columna con 5700 hombres, bajo el mando de Chelmsford, marchó a Eshowe, atrincherándose cada noche. El 2 de abril fue atacada en el camino de Gingingdlovu repeliendo la agresión, y liberaron el día siguiente a los hombres de Pearson. Evacuaron Eshowe el 5 de abril.

Tropas al mando de sir Evelyn Wood atacaron Hlobane, pero el ejército zulú las dispersó. Además de la pérdida del contingente africano (que desertó) hubo 100 muertos entre los 400 europeos contratados. Al día siguiente, 25 000 guerreros zulúes atacaron un campamento con 2068 hombres en Kambula, que resistió cinco horas hasta que los zulúes se retiraron. Resultó ser una batalla decisiva.

A pesar de sus éxitos en Kambula, Gingindlovu y Eshowe, los británicos no habían avanzado. Chelmsford deseaba infligir una derrota total a las fuerzas de Cetshwayo antes de ser relevado del mando, por lo que relanzó la invasión en junio con nuevas fuerzas. Cetshwayo, sabiendo que el ejército británico ahora reforzado sería un opositor formidable, procuró negociar un tratado de paz. Chelmsford no quería negociaciones y avanzó tan rápidamente como podía hacia el kraal real de Ulundi, proponiéndose destruir el ejército principal zulú. El 4 de julio los ejércitos se encontraron en la batalla de Ulundi, y las fuerzas de Cetshwayo fueron derrotadas.

Después de esa batalla y con el ejército dispersado, la mayoría de los jefes zulúes se rindieron, mientras Cetshwayo huía. El 28 de agosto lo capturaron y fue enviado a Ciudad del Cabo. Fue depuesto formalmente y el país zulú se repartió entre once jefes, incluyendo a Cetshwayo y a uno de sus hijos (Usibepu), a John Dunn (un aventurero blanco) y a Hlubi, un jefe basuto que había servido a los británicos.

Sir Garnet Wolseley, el sustituto de Lord Chelmsford, nombró a un residente que debía ser el canal de comunicación entre los jefes y el gobierno británico. Este arreglo trajo disturbios, y en 1882 el gobierno británico decidió reponer a Cetshwayo en el poder. Usibepu se sublevó, y el 22 de julio de 1883 atacó Ulundi. El rey escapó herido y se trasladó a Eshowe, donde murió poco después, el 8 de febrero de 1884.



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