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Guillermo París Sanz de Santamaría



¿Qué día cumple años Guillermo París Sanz de Santamaría?

Guillermo París Sanz de Santamaría cumple los años el 24 de junio.


¿Qué día nació Guillermo París Sanz de Santamaría?

Guillermo París Sanz de Santamaría nació el día 24 de junio de 1820.


¿Cuántos años tiene Guillermo París Sanz de Santamaría?

La edad actual es 203 años. Guillermo París Sanz de Santamaría cumplirá 204 años el 24 de junio de este año.


¿De qué signo es Guillermo París Sanz de Santamaría?

Guillermo París Sanz de Santamaría es del signo de Cancer.


Guillermo París Sanz de Santamaría (Bogotá, 24 de junio de 1820-ibidem, 8 de diciembre de 1867) fue un empresario colombiano, pionero del sector de transporte.

Nació en Bogotá el 24 de junio de 1820 en el hogar del coronel Mariano París Ricaurte y de María Francisca Sanz de Santamaría Ricaurte.

Guillermo París había contraído matrimonio en Bogotá el 8 de mayo de 1859 con la hermosa dama María Micaela Frade Páez, única heredera de José María Chacón y Montes, rico propietario de Sopó. Fueron padres de María Cristina, Adela, Jorge, Guillermo y Enrique París Frade.

Falleció en Bogotá el 8 de diciembre de 1867.

El presidente José Hilario López contrató por medio de su secretario de Mejoras Internas, el santandereano Victoriano De Diego Paredes, la construcción de la primera vía de Colombia, por el camino de mulas entre Bogotá y Facatativá, para mejorar el tránsito para el gran volumen de personas y mercancías que por fuerza pasaban por allí, como ruta obligada de los usuarios del río Magdalena. Culminada la obra, don Guillermo París vio que era posible ofrecer el servicio público de transporte tal como se prestaba en París, Londres, Nueva York y Filadelfia. Por tal motivo, arriesgó su capital e importó cuatro de los ómnibuses producidos en la fábrica del irlandés John Stephenson en Nueva York,[1]​ para iniciar la primera empresa seria de carruajes en Bogotá. La Embajada de la Nueva Granada en Estados Unidos, anunció oficialmente el 4 de diciembre de 1852, que el despacho de la importación de los ómnibuses estaba por efectuarse, y recomendó el loable interés del señor París en el progreso de su Patria.[1]

Previo a la iniciativa de París, el general José María Gaitán Rodríguez había traído dos o tres ómnibuses sencillos,[2]​ con lo que pudo verificar don Guillermo que para el servicio público, era necesario importar unos de las mejores condiciones posibles. De tal suerte que los denominados Azucena, No me olvides, Rosita y Trinitaria, fueron ómnibuses que ofrecieron las mejores especificaciones en decoración, espejos y linternas; y su entrada en operación impulsó el uso generalizado de coches en Bogotá, que hasta entonces, según Isidoro Laverde, había sido un municipio ajeno a todo ruido, cuyas calles empedradas estaban cubiertas de yerba y por las que circulaban apenas los coches del Arzobispo, el virrey y uno que otro empresario o gobernante.

La empresa de París recibe en 1865 un fortalecimiento respaldado por el Estado de Cundinamarca, presidido entonces por el general Rafael Mendoza, a partir del cual denominó su negocio como la 'Compañía Anónima de Ómnibus y Transportes' que ofrecía carruajes grandes, medianos y pequeños; coches y victorias; pudiendo conducir este tren de 1 a 80 personas; carruajes en el Hotel de Francia, situado en Los Manzanos; carros fuertes para equipajes; y bestias mulares para los viajes a Villeta.[3]​ El lema de la empresa era «puntualidad y cumplimiento como siempre».[3]

Para el 1 de marzo de 1866, anunció París la disponibilidad de «un carruaje diario para partir al Hotel a las diez, a 3.20 reales cuando no haya más que un puesto tomado, a 2.80 cuando haya dos puestos, a 2.40 si hubiere tres puestos, y a 2 reales de cuatro para arriba. Si por alguna circunstancia no pudiere despacharse el carruaje, habiendo uno o dos puestos tomados, estos serán reemplazados con buenos caballos. Cuando en los carruajes se pasen por Cuatro-esquinas y Facatativá hayan puestos desocupados, se demorarán de diez a quince minutos y se avisará que los hay por medio de una corneta o un pito. La agencia en esta ciudad, está situada frente al Puente de San Victorino, la cuarta tienda, número 3».[4]

Cubierta la ruta de transporte, que cobraba inicialmente 12 reales por pasajero, don Guillermo París estableció un hotel que denominó de Francia, que al quedar en el sitio conocido como Los Manzanos, es referenciado como tal en los textos que hacen alusión a él, descrito por uno de ellos por cómodo y bien servido dando allí un descanso confortable a los pasajeros procedentes del Magdalena. «Se llegaba a él a caballo, viniendo de Honda, se dejaban los zamarros y vestidos a la usanza citadina, los viajeros tomaban el ómnibus para Bogotá en tanto que el equipaje iba en carretera de bueyes. De la capital regresaba el vehículo a las 10 a. m. y llegaba a Los Manzanos a las 5 p. m.»[5]

Un interesante relato de un extranjero, rescatado por don José Caicedo Rojas, detalla su experiencia del viaje en ómnibus hasta Los Manzanos: Animación y movimiento en la Plazuela de San Victorino. Varios óminbus y algunas berlinas particulares aguardaban la hora de partir, llenos de gente. Diferentes grupos y familias formaban corros variados; los criados traían equipajes; gente de a pie y a caballo, viajeros y curiosos llenaban la plazuela, dando vueltas; cargamentos por un lado, carros por otro, bestias ensilladas, y aguadoras. Excelente viaje hasta cuatro esquinas, donde pararon los ómnibus. Todos van saliendo entumecidos; los niños se despiertan; las criadas preparan los fiambres; Se me figuraba la salida de la familia de Noe cuando el arca quedó en seco, porque vi desfilar perros, loros, canastas, maletas, paraguas y gente de todas edades. Muy buen viaje hasta el hotel de Francia o sea de Los Manzanos; empresa combinada, según parece, con la de los ómnibus. Confortable casa al pie de la subida de El Roble, que será una posada europea cuando esté arreglado del todo este útil establecimiento.[6]​ José María Cordovez relató en sus Reminiscencias de Santa Fe de Bogotá que el Hotel fue reinaugurado en 1860 y se posicionó como el mejor alojamiento de Facatativá.

Con el fortalecimiento mencionado que el Estado de Cundinamarca le dio a la empresa de París, este ofreció en el Hotel carruajes grandes i pequeños, lo mismo que caballos para silla, para que todas las personas puedan llegar allí con la seguridad de encontrar todo lo necesario i de poder continuar su viaje a la hora que a bien tengan. La asistencia será esmerada y a precios módicos, valiendo un almuerzo dos reales, una comida tres reales, un refresco un real, i un cuarto con cama aseada dos reales. En el Hotel hay billar, dominó, ajedrez, sala de lectura & además de los ómnibus se encuentran en la agencia carruajes medianos i pequeños ... también coches para seis personas.

A don Guillermo París lo sorprendió la muerte en 1867. Su hermano Aurelio París asumió las diligencias de liquidación de los bienes de su mortuoria, siendo comprada la empresa de ómnibus por don Ignacio Osorio Ricaurte, quien la continuó por un tiempo y la pasó a manos de su hermano Evaristo. El ómnibus Rosita estuvo operando hasta 1897, siendo el que más duró de los originales importados por Guillermo París, y aun existe como reliquia en una notable hacienda de eventos de Bogotá.



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