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Hærvejen



El Hærvejen (en alemán, Ochsenweg) es una ruta de senderismo y peregrinación que recorre la isla de Vendsyssel-Thy y la parte danesa de la península de Jutlandia. Su trazado está basado en un antiguo camino que era utilizado por los viajeros daneses y los comerciantes de bueyes en sus desplazamientos al sur. También fue usada, durante la Edad Media, por peregrinos que se dirigían a Roma, Santiago de Compostela así como –en dirección norte– a la catedral de Nidaros, en la actual Trondheim noruega. La llegada del ferrocarril en el siglo XIX causó su declive debido a que el ganado comenzó a transportarse por este nuevo medio.

Durante el siglo XX despertó el interés de varios investigadores daneses quienes estudiaron por donde pasaba su trazado y publicaron varias obras sobre este tema. En la década final se acometió su acondicionamiento y marcado por parte de las autoridades tras lo que, por parte de varias organizaciones particulares, se implantó una completa red de albergues que cubriese todo el recorrido.

Sus características físicas están determinadas por la geografía danesa. La ruta discurre mayoritariamente entre campos de cultivo y pequeños bosques. No atraviesa áreas montañosas sino que sube y baja suaves colinas. El territorio por el que pasa está caracterizado, también, por una baja densidad de población y lo normal es que atraviese pequeñas localidades donde, a veces, escasean los servicios. Tiene un tramo principal entre la ciudad de Viborg y Padborg, en la frontera alemana; a la vez que dos extensiones permiten la llegada o partida en las localidades norteñas de Hirtshals y Frederikshavn.

Tras su acondicionamiento y puesta en uso, el itinerario forma parte de la red de caminos de peregrinación en el área báltico-escandinava. Recorrido en dirección norte es uno de los caminos de San Olaf que conducen hasta Trondheim mientras que, en dirección sur, es parte del camino de Santiago conocido como «Vía Jutlándica». Igualmente, en este sentido, permite el viaje a Roma ya que, siguiendo la citada «Vía Jutlándica», se pasa por la población alemana de Stade desde donde parte hacia el sur la denominada «Vía Romea Germánica».

El trazado de la ruta se formó en la Edad del Bronce y se desarrolló por un área que evitase, en lo posible, el cruce de los ríos que discurrían tanto hacia el este como al oeste dentro de la península de Jutlandia.[1]​ Su trazado siguió, en gran medida, la divisoria de aguas en esta parte de Europa.

El terreno por el que pasaba era, por lo general, del tipo que se conoce como geest, que se da en las llanuras del norte de Alemania y en la península de Jutlandia.[2]​ No contaba con una calidad de construcción como pudieron tener las calzadas romanas sino que consistía en tramos de tierra apisonada que en invierno, a veces, eran impracticables y en verano se volvían arenosos y polvorientos tras el paso de los ganados durante la primavera.[2]

Más que un único camino, era un sistema de ellos cuya arteria principal unía la parte norte de la península con los puntos comerciales del río Elba, principalmente Hamburgo.[2]​ Esta se dividía a veces en trazados alternativos y a ella se unían vías secundarias que permitían el acceso desde zonas apartadas.[2]

Adquirió importancia durante la Edad Media al ser la vía por la que se conducía al ganado desde las áreas de pastos danesas hasta los mercados europeos.[1]​ Aunque se comerciaba con diversos animales, el buey se convirtió en el principal y se estima que, en la década de 1600, unas 40 000 cabezas circulaban anualmente por la ruta para ser vendidas en los mercados del sur.[1]​ Este tráfico dio lugar a la aparición de una infraestructura que posibilitase el descanso y abastecimiento de los viajeros así como el almacenaje seguro de sus ganados.[1]​ Además de este movimiento comercial, la vía fue utilizada por peregrinos que, hasta la reforma protestante en Dinamarca, se dirigían a los dos principales destinos europeos: Roma y Santiago de Compostela, además de los que se desplazaban, en dirección norte, a Trondheim. En esta ciudad se situaba la principal catedral de Noruega que albergaba los restos de san Olaf.[3]

Su infraestructura se mejoró notablemente a partir del siglo XVII con el establecimiento de un sistema de postas y posteriormente, de viajes regulares con coches de caballos.[2]

Con la llegada del ferrocarril, en el siglo XIX, el transporte de ganado comenzó a realizarse con este nuevo medio de transporte lo que contribuyó decisivamente a que esta vía de comunicación dejase de usarse y su infraestructura se perdiese.[1]

Durante el siglo XX se despertó cierto interés en Dinamarca por el estudio de este antiguo itinerario. En 1930, el historiador cultural Hugo Matthiessen publicó su obra Hærvejen. En tusindaarig Vej fra Viborg til Danevirke (Hærvejen. Un camino de mil caminos desde Viborg al Danevirke) que es considerada como la obra clásica sobre la ruta.[4]​ En ella, hacía un estudio detallado de su recorrido entre Viborg y el Danevirke.[4]​ Su utilización de la denominación Hærvejen hizo que esta quedase como la estándar dentro de Dinamarca en detrimento de otras con las que se le conocía: Oksevejen o Kongevejen.[4]​ Con todo, en la parte alemana se optó por el nombre de Ochsenweg (camino de los bueyes) que también es utilizado, a veces, en el tramo danés que discurre por la parte del antiguo ducado de Schleswig unida a Dinamarca tras el pleibiscito de 1920. Posteriormente –entre 1975 y 1985– el teólogo Mads Lidegaard publicó seis libros en los que estudió el recorrido principal, desvíos y alternativas entre Aalborg y la frontera con Alemania.[4]​ Con guion de este autor, también se emitió –en 1983– un documental de 40 min. sobre la ruta en la televisión pública danesa.[5]

Sobre la base de los anteriores estudios –entre 1989 y 1992– las autoridades regionales por las que pasaba, acometieron el marcaje y señalización de la ruta tanto para su uso a pie como con bicicleta.[4]​ Igualmente comenzaron con la publicación de mapas y folletos informativos en danés, inglés y alemán.[4]​ En 2010, entre la organización Syddansk Turisme y la oficina de turismo de Viborg se publicó una profusa guía con mapas y detalle del patrimonio cultural a lo largo de la ruta.[4]

En 2012 se amplió su recorrido desarrollando dos tramos que uniesen Viborg, a través de Aars, con Hirtshals y Frederikshavn situados al oeste y este respectivamente en la isla de Vendsyssel-Thy.[6]​ El que llegaba hasta Frederikshavn permitió, además, la conexión con los Caminos de San Olaf en Suecia y Noruega.[3]

Las características físicas de la ruta están marcadas por la naturaleza del terreno en la península de Jutlandia. Su perfil es predominantemente llano sin que haya que atravesar sistemas montañosos sino suaves colinas. Para todo el recorrido de 440 km entre Frederikshavn y Padborg los tramos de subida suman un ascenso acumulado de 1700 m y los de bajada un descenso similar. Estas cifras se entienden mejor comparándolas con las de otras rutas como el Camino de Matías en Alemania, que, para una distancia de 240 km, necesita un ascenso y descenso acumulado de 5600 m respectivamente o para la Vía Francígena en su tramo por la Toscana donde, para una trayecto de 370 km la cifra es de 5900 m.

Aunque la mayor parte de su trazado se recorre por caminos campestres de tierra o senderos asfaltados, una pequeña parte hay que hacerlo por carreteras locales con tráfico de vehículos.[7]​ No cruza cursos de agua significativos ya que, como se ha indicado, su trazado original siguió la divisoria de aguas en la península con el fin de evitar el obstáculo natural que suponían los cruces de ríos cuando estos alcanzan un caudal considerable.

Otro aspecto importante del itinerario es que atraviesa, en su mayor parte, pequeñas localidades situadas en áreas con una densidad de población muy pequeña.[7]​ Esto hace que, en ocasiones, sean altas las distancias entre tiendas donde comprar suministros.[7]​ Igualmente, son escasos los restaurante o los sitios donde encontrar alojamiento fuera de la red de albergues.[7]​ Con el fin de solventar este problema, aquellos albergues situados en localidades sin supermercado o restaurante, cuentan con comida y bebida que pueden ser adquiridas por los que se alojan en ellos.[7]

Con el fin de dotar de una mínima infraestructura de alojamiento a toda la ruta, por parte del arquitecto Andreas Blinkenberg y la pastora y peregrina Elisabeth Lidell, se impulsó la creación de una red de albergues.[8]​ Ambos habían recorrido previamente el Camino de Santiago en España y buscaban que, en su país, existiese algo similar y con la misma filosofía.[8]​ Para esta tarea contaron con la colaboración de gobiernos municipales y regionales, la entidad filantrópica Fonden Realdania así como del Friluftsrådet (consejo de asociaciones de vida al aire libre).[8]​ Igualmente, las inversiones necesarias recibieron apoyo financiero de la Unión Europea.[8]

Para estos establecimientos se utilizaron principalmente típicas granjas antiguas cuyos dueños habilitaron una parte sus instalaciones como alojamiento.[8]​ También se usaron casas comunales de los municipios, antiguas escuelas sin uso y en menor medida, otro tipo de establecimientos preexistentes.[8]​ Además, se llegó a acuerdos con posadas rurales que ya estaban en funcionamiento. En cuanto a su ubicación se buscó que no distasen más de 25 km unos de otros.[8]

La red de albergues cubría en 2017 el trayecto completo con la excepción de los puntos iniciales/finales en Hirtshals, Frederikshavn y Padborg.[8]​ Los establecimientos han formado, junto a las asociaciones danesas de senderismo, ciclismo y amigos del Camino de Santiago, la asociación Herberger langs Hærvejen (albergues a lo largo del Hærvejen) con el fin de fijar unas normas comunes de uso similares a las del Camino de Santiago.[8]​ En 2017 estas eran las siguientes:[8]

Al ser una vía principal de comunicación dentro de la península de Jutlandia, el camino fue usado también por peregrinos. La mención más antigua que se conserva es el relato de Nikulás Bergþórsson –abad del monasterio de Munkaþverá en Islandia– quien en 1157 escribió una crónica –denominada Leiðarvísir og borgarskipan– de su viaje a Roma y Jerusalén. Desde Islandia, Nikulás viajó a Noruega y posteriormente desembarcó en Aalborg (lat. Alaburgum) para continuar hacia el sur.[9]​ En su relato indica que pasó por las poblaciones de Viborg (lat. Viburgum) y junto a la, entonces ya desaparecida, Hedeby (lat. Heidabæam), cerca de la actual Schleswig.[10]

Igualmente, la ruta fue usada como Camino de Santiago para dirigirse a Compostela ya que se han encontrado conchas jacobeas en excavaciones junto a ella.[11]​ En dirección norte llevaba a los peregrinos hasta Aalborg y otros puntos de la actual Vendsyssel-Thy donde, mediante barco, cruzaban a Noruega.[12]​ Allí continuaban a lo largo de la costa hasta llegar a Nidaros –la actual Trondheim– donde se encontraba el principal templo noruego que albergaba los restos de san Olaf.[12]

La reforma protestante hizo que las peregrinaciones desapareciesen en los países escandinavos en el siglo XVI.[12]​ No ha sido sino hasta el último cambio de siglo cuando el éxito popular del Camino de Santiago despertó de nuevo el interés por estos viajes centrándolo en la experiencia espiritual que suponen y dentro de un espíritu ecuménico entre las confesiones cristianas.[13]​ En 1999 se fundó la asociación danesa de amigos del Camino de Santiago[13]​ y en 2004 se creó en la catedral de Viborg el Viborg Pilgrimscentrum con el objetivo de promover las peregrinaciones dentro del país.[14]

El Hærvejen forma parte en 2017 de dos redes de caminos de peregrinación. Como Camino de Santiago está incluido dentro de la denominada Via Jutlandica[15]​ que continúa por territorio alemán hasta llegar a Harsefeld donde se junta con la Via Baltica[15]​ que, a su vez, procede desde Kretinga, en Lituania.[16]​ Ambas se unen en un solo camino que continúa hasta la importante intersección de Colonia.[16]​ Por otra parte, está dentro de la red de itinerarios conocidos como caminos de San Olaf que recorren los países escandinavos con destino a la catedral de Trondheim.[17]

Adicionalmente, también puede ser utilizado como Vía Romea para la peregrinación a Roma ya que, siguiendo por la citada Via Jutlandica, se llega a Stade, desde donde parte hacia el sur la denominada Via Romea Germanica.[18]

El itinerario pasa por un buen número de lugares destacados dentro de la península de Jutlandia. La pastora Elisabeth Lidell seleccionó en 2012 diez de ellos entre Viborg y Padborg:[19]

Jardín botánico de Bangsbo

El camino cerca de Sæby

Molino en Vodskov

Catedral de Viborg

El camino cerca del lago Hald

Albergue de Kragelund

Albergue junto al río Kongeå

El camino cerca Rødekro

El tramo principal dentro del Hærvejen discurre entre la ciudad de Viborg y la localidad de Padborg, situada esta en la frontera con Alemania. Tiene una longitud total de 282 km con un ascenso acumulado de 768 m y un descenso de 751 m.[20]​ El recorrido se puede dividir en once etapas de entre 18 km y 32 km de longitud.[21]



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