x
1

Hambre



El hambre es la sensación que indica la necesidad de comer.[1]​ También puede ser escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada o apetito y deseo de algo.[2]​ El hambre es consecuencia de la pobreza y la desigualdad económica.[3]

En 2014 las hambrunas afectaban a unos 50 millones de personas. La malnutrición estructural es crónica y afecta a unos 2000 millones de personas.[4]

Es una escasez generalizada de comida que se aplica a humanos o cualquier tipo de fauna, y usualmente causa malnutrición, desnutrición, epidemias, y aumento de la mortalidad en las regiones afectadas.

Es una deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, la cual especialmente si es crónica, dificulta la salud y puede llevar a problemas en el desarrollo físico o intelectual que se pueden manifestar en diferentes problemas de adulto. Y en casos muy agudos en el tiempo puede llevar, más a menudo indirectamente que directamente (por la debilidad ante cualquier enfermedad) a la muerte.

Es un término general que describe la condición causada por una inapropiada nutrición o dieta, que puede ocurrir en ambos casos, bajo falta o exceso de consumo de calorías y minerales.

Fisiológicamente, el hambre está producida por los grandes estímulos que ejercen ciertas sustancias sobre nuestro cerebro. Así, por ejemplo, la hipoglucemia, estimula al hipotálamo lateral y produce estímulos vagales que nos obligan a comer, mientras que los ácidos grasos, la colesterina y la serotonina estimulan al hipotálamo ventromedial y nos producen la sensación contraria del hambre: la saciedad.[5]

En esta situación, se activan los procesos necesarios para la consecución de alimento: actividad del sistema dopaminérgico, dota al sistema nervioso central de una claridad en el pensamiento y en la percepción del medio (similar a la que la estimulación por drogas pueda causar), aumentando la neuroactividad. Cuando la fuente de alimento está localizada, entran en funcionamiento las catecolaminas (en concreto la adrenalina), que dotará al organismo de energías de reserva para poder conseguir la fuente de energía necesaria.

La mayoría de las muertes por hambre se deben a la desnutrición permanente. Las familias sencillamente no tienen suficientes alimentos (o tal vez no cuentan con recursos para adquirirlos debido a su carestía). Esto, a su vez, se debe a la extrema pobreza.

De acuerdo con el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud, en 2018 han sido atendidos, hasta la semana 39 del año, 4,011 casos de personas enfermas por desnutrición crónica, es decir, un nivel en el que está en riesgo la vida; esa cifra implica un promedio de 15 casos diarios, indicador que permite dimensionar la magnitud del problema en el país.[6]

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que en 2012 el hambre crónica afecta a 1040 millones de personas en el mundo, habiéndose agravado en los últimos años por el alza en el precio de los alimentos y la crisis económica.[7]

Para las hambrunas en España, véase Historia del hambre en España.

En el 2005, durante la Cumbre Latinoaméricana sobre Hambre Crónica (Guatemala, septiembre de 2005), nació la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre, un compromiso de los países por erradicar el hambre. Fue lanzada por la FAO, con el respaldo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

El 24 de agosto de 2006, se celebró la Cumbre mundial contra el hambre, liderada por los gobiernos de Brasil, Chile, España y Francia en la que mandatarios de 113 países firmaron una declaración contra el hambre en el mundo.

En el 2010 la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lanzó el proyecto 1billionhungry el cual busca presionar a los Gobiernos para que se ocupen del tema del hambre.

Para el 2010, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) también lanzó una iniciativa bajo el nombre de Transferencias de efectivo y cupones para alimentos. Con esta herramienta, el PMA está beneficiando a las personas vulnerables en lugares donde los mercados tienen alimentos disponibles pero la población carece de dinero para pagarlos. Algunos de los países que se han visto beneficiados por esta iniciativa del PMA son Afganistán, Haití, Birmania, Nepal, Pakistán, Filipinas, Siria y Zambia.

El 11 de octubre de 2010, se calculó que el número de gente mal alimentada en el mundo es más de mil millones de personas,[8]​ sobre el total de 7 mil millones de habitantes en el mundo.

Además, durante el 2011 el PMA lanzó dos iniciativas en Internet para luchar contra el hambre. La primera, denominada Wefeedback es una comunidad en donde las personas que participan comparten comida y salvan vidas. También, durante este año el PMA lanzó FreeRice, un juego de vocabulario en línea en el cual por cada respuesta correcta que los jugadores obtengan se donarán 10 gramos de arroz a las personas con hambre.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Hambre (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!